martes, 13 de diciembre de 2011

Aplazan las conclusiones sobre la existencia del bosón de Higgs, 'la partícula de Dios'

Aplazan las conclusiones sobre la existencia del bosón de Higgs, 'la partícula de Dios'


Los científicos del Centro Europeo Investigación Nuclear (CERN) que buscan el bosón de Higgs afirmaron este martes que es "demasiado pronto para sacar conclusiones" sobre la existencia o no de la llamada "partícula de Dios". "Es demasiado pronto para sacar conclusiones. Se necesitan más datos y estudios, pero creo que los meses venideros serán apasionantes", dijo la portavoz de ATLAS, Fabiola Gianotti, en un seminario científico en la sede del CERN, en Ginebra.

La comunidad científica se enfrentaba este martes a un día de gran importancia, el día en el que podrían mostrarse los indicios más claros de la existencia del bosón de Higgs. Bajo este curioso nombre, que poco o nada dirá a los profanos en la materia, se esconde una de las partículas elementales de la naturaleza, el "eslabón perdido" del modelo estándar de la física de partículas, una teoría que explica cómo se origina la masa de todas las partículas del Universo.

El bosón fue planteado en 1964 como el agente que dio masa a la materia tras el Big Bang
Este modelo ya se utiliza y confirma todos los cálculos con una precisión altísima.

Sólo existen pequeñas anomalías que no impiden que se dé la teoría como cierta. Sin embargo, aún falta un elemento clave, el bosón de Higgs, que sólo existe teóricamente y que mientras no sea descubierto permite cuestionarlo todo, según ha explicado José Daniel Edelstein, profesor del departamento de física de partículas de la Universidad de Santiago de Compostela.

Edelstein ya adelantó a este medio que, con toda probabilidad, lo revelado este martes por laOrganización Europea para Investigación Nuclear (CERN) seguirá resultando insuficiente para confirmar la teoría, ya que se necesitan muchas comprobaciones para asegurarse de que lo observado no es fruto de la casualidad.

El profesor reconoce incluso que en el fondo, "una pequeña parte de todos los físicos teóricos desea que el bosón de Higgs no exista, ya que su confirmación cerraría una puerta a la investigación, a la posibilidad de realizar muchos otros descubrimientos".

Para tratar de explicar de la forma más sencilla posible la importancia del bosón de Higgs, Edelstein ha explicado la importancia de las cuatro formas de interacción de las partículas: la gravedad, el electromagnetismo, la fuerza fuerte (que se produce dentro de las partículas del átomo y que impide por ejemplo que los protones del núcleo de los átomos se repelan) y la fuerza débil (que también se produce dentro del núcleo del átomo y que es responsable, por ejemplo, de que el Sol siga activo día tras día).

Dejando la gravedad al margen, las otras tres interacciones formarían parte de una misma cosa. La relación entre dichos fenómenos parece algo imposible puesto que cuentan con características incompatibles. 

El bosón de Higgs es la partícula que eliminaría tal contradicción. La teoría de la interacción electrodébil fue desarrollada en 1968 por Sheldon Lee Glashow, Abdus Salam y Steven Weinberg, quienes ganaron el Nobel de Física de 1979 por este trabajo. Glashow ha acudido a la Universidad de Santiago de Compostela (USC) para ver junto a los alumnos la conferencia del CERN sobre el nuevo hallazgo.

El bosón fue planteado en 1964 por el físico británico Peter Higgs como el agente que dio masa a la materia tras el Big Bang, hace 13.700 millones de años, lo que hace posible la formación de estrellas y planetas, y finalmente, la aparición de la vida. Pero hasta ahora han fallado los esfuerzos realizados desde la década de 1980 para encontrar la partícula en el colisionador estadounidense Tevatron y el antecesor del LHC en el CERN, el LEP -y probar que Higgs tenía razón- a través de la colisión de partículas entre sí y la creación de mini Big Bangs.


Gianotti añadió que el experimento para encontrar la partícula que ayudaría a explicar el origen de la masa "está en una etapa muy avanzada", pero insistió en que hay que seguir trabajando.

La presentación de los resultados de ATLAS y de CMS, los dos detectores (de un total de cuatro) del Gran Acelerador de Hadrones (LHC) que buscan en paralelo la partícula de Higgs, despertó una gran expectación en la comunidad científica y en los medios de prensa, que abarrotaron las instalaciones del CERN.

El portavoz de CMS, Guido Tonelli, agregó que lo presentado hoy son "resultados preliminares, no finales", pero aseguró que lo constatado hasta ahora es "un punto de partida importante".

No obstante, fuentes científicas del CERN consultadas por Efe fueron más allá de la cautela oficial y aseguraron que en el marco de los experimentos realizados en los últimos meses "se han visto indicios de la existencia de lo que podría ser la partícula".

"Podemos considerar que hay indicios, pero no podemos considerarlo un descubrimiento desde un punto de vista científico", explicaron las fuentes.

"Estadísticamente, no se cuenta todavía con suficientes evidencias. Se necesita todo un año de trabajo en 2012 y triplicar la cantidad de datos que se tienen hasta ahora para poder decir si existe o no, incluso si estamos buscando en el lugar adecuado o no", agregaron.

Probar empíricamente la existencia del bosón de Higgs, postulada en 1964 por el físico Peter Higgs, tendría un enorme impacto en la ciencia, ya que se trata de la única partícula elemental del modelo estándar que no ha sido observada hasta ahora.

Esa partícula explicaría las interacciones entre el resto de partículas y las fuerzas que actúan entre ellas, lo que a su vez permitiría comprender el origen de la masa.

Se cree que si todavía no se ha puesto de manifiesto es porque no hubo la energía necesaria para hacerla visible en experimentos físicos, algo que sí ha conseguido este año el LHC, que ha logrado acelerar haces de protones en sentidos opuestos a más del 99,9 por ciento de la velocidad de la luz antes de que colisionen.

En el acelerador -un anillo de 27 kilómetros de circunferencia y dotado de cuatro gigantescos detectores enterrados entre 50 y 150 metros debajo de la tierra- se generan unos 20 millones colisiones por segundo, pero de todos ellos una ínfima parte arroja datos que pasan el primer filtro de análisis.

Son los datos que pasan esa primera etapa los que son registrados en la memoria de miles de ordenadores, tanto del CERN como de la red de laboratorios y centros de investigación asociados en todo el mundo, para ser posteriormente analizados.

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