sábado, 16 de junio de 2012

Los dueños del mundo

Los dueños del mundo
Marian Fernández
“Las personas que no conocen el dolor son como iglesias sin bendecir” -Luis Rosales-

Una fina línea es lo que nos separa a unos de otros. Los que están más allá de nuestra visión, creen que no les vemos, y puede que tengan razón. Pero oímos cómo van taladrando el suelo de la conciencia, para que esta deje de existir, y puedan ellos meter sus máquinas excavadoras con total impunidad…

Arramplar con el suelo más pertinaz de la constancia y no dejar flores…

Masacrar los huesos de los caídos, profanando y beneficiándose así de los demás…

Piensan los que están al otro lado de la línea, que nada conseguirá moverlos de su engañosa equidad, de su justicia harapienta proclive a la extremaunción. Juegan a ser dioses, con la botas puestas y sucias, y ni tan siquiera saben rezar alrededor del pan de los humildes…

Beben del porrón de la insolidaria mercancía que han agenciado para sus fastos, pensando en cohetes y verbenas que desborden y festejen su opulencia enmascarada…

Se ríen de nosotros detrás de sus gafas de pasta negra y denterosa, que sólo prolonga la visión degradada del mundo en el que habitan, comprando hasta los besos. Se dejan tocar la espalda como un dromedario a punto de irrumpir en el desierto…

Son personas con ojos y brazos, como tú y yo, pero muy distintas de nosotros.

Se les distingue pronto, porque llevan alrededor de la cabeza, una muralla infranqueable para que no salte nadie y puedan así recolocar sus ideas, puestas una a una como ladrillos, hasta construir el tabique que les ha separado del mundo…

Tienen también, una indefinida tendencia a gritar para que se les de la razón, y cuando consigues entrever una ranura donde colocar tu voz, entonces puedes estar segura, que no te van a escuchar…

Están por todas partes… 

Proliferan… crecen como setas, aluden a su currículum de sortilegios para justificar su estancia en el mundo de los poderosos y justos….

Se engominan el pelo y dejan así de respirar…

Es humano que nos apiademos de ellos. Sería ilógico que no tuviéramos compasión, nosotros, los que estamos en el lado opuesto de la línea que ellos pisaron y masacraron…

No seríamos mejores personas si no les perdonáramos la negligencia de ser unos hijosdeputacabroneslamadrequelosparió… 

Deberíamos enjabonarnos la boca para nombrarles uno por uno, pero, para que no se nos infecte la lengua al silabear tanta porquería junta…

Deberíamos hacer un cadalso, una pira monumental para llevarlos a todos juntos. Una hoguera de San Juan que durara todo el año….

Afilar las guadañas, sacar punta a los cuchillos, colgar sogas de las ramas de los árboles, para que no puedan mirar al cielo; ese cielo azul y blanco de los primeros días de primavera…

Privarles así de la libertad de contemplar tanta belleza….

Ellos nos quitaron todo. Nos han traído hasta aquí, a esta estepa de silencios ruidosos, desnudos y desvalidos… 

Nos han arrojado a la impotencia más cruel y dolorosa; la que no consigue apretarse los machos para seguir soñando…

Nos han dejado con el culo al aire y la nevera vacía. Han robado hasta el perejil, por si a alguien se le ocurría hacer un caldo, para sobrellevar tanto desatino… 

…Y aquí nos hayamos muchos, deslomados y hartos de gritar al viento, de clavar los pies al suelo todas las mañanas, por ver si salta la cordura de debajo de las piedras y conseguimos levantar el mundo desde el lado más hermoso…

¿Y tú? ¿En qué línea te sitúas?…sé sincero, nadie te está viendo. ¿Podrías perdonarte acaso?… ¿eres uno de ellos?…

Existe algo parecido a la enmienda que nos permite recuperar en cierta medida, la parte más oscura de nuestras conciencias; pero ya es tarde si crees que cooperaste en el desfalco con tu prepotencia, si jugaste con la pobreza de los humildes para engrosar tus cuentas y comprarte un castillo…

Hace tiempo, que ando rara, demasiado suspicaz quizá, terriblemente protestona, irremediablemente reivindicativa, que no vindicativa. Y es que cada vez que me pongo las gafas, osease siempre, sólo veo aumentado el dolor…. 

Tendré que visitar con más frecuencia a mi oftalmóloga.

Ese dolor que muchos y tantos, han traído al resto de los mortales, los que vamos a pie, los que trabajamos, los que no trabajan, los que llegamos a fin de mes con el agua al cuello, los que solicitamos créditos y nos dan a cambio la posibilidad de volver mañana…

Pero no importa nada a estas alturas del drama, porque estoy segura, que nadie del otro lado de la línea va a leer este post, y podrán dormir tranquilos; no les hará falta ni tan siquiera contar ovejas…

Son los dueños de todo…

También de la piara más grande del mundo.

(Dedicado a todos los des-gobernantes del mundo)

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