sábado, 16 de junio de 2012

TRASFONDO DE LA ECONOMÍA VERDE

TRASFONDO DE LA ECONOMÍA VERDE
GRAIN, WRM y ATALC *.

Manos libres para algunos, grilletes para el resto

La lógica de la escasez y la destrucción mejora las posibilidades de los negocios, pero no aporta claridad a los cálculos sobre el futuro. Por el contrario, los hace más inciertos. ¿Qué se puede destruir y cuánto sin causar una debacle que afecte también los negocios? ¿Hasta dónde es posible asegurar que los sufrimientos que sin duda traerá la crisis climática no lleven a descontentos sociales que alteren todo? ¿Qué ocurre si los procesos de expulsión y exclusión provocan explosiones sociales?

La incertidumbre económica, la incertidumbre física, la incertidumbre biológica y la incertidumbre social no sólo se suman, sino que se exacerban unas a otras.

Globalmente, es posible que el cambio climático lleve al descontento político y posiblemente incluso a la guerra. El agua se convertirá en un recurso cada vez más escaso en algunas partes del mundo, mientras en otras los niveles más altos del mar pueden causar migraciones masivas que provoquen tensiones internacionales: London Climate Change Partnership: Finance Sub-Group. 2006 (17)

¿Qué se hace frente a la incertidumbre? Lo que no se nos dice pero está en el trasfondo es que los capitales buscan hoy crear una dualidad legal: libertad total para los capitales, restricciones cada vez mayores para los pueblos. Como decir esto sería muy mal visto, desde las entidades empresariales, financieras y gubernamentales se nos habla de libertad, modernización, disciplina, transparencia, responsabilidad social empresarial, autorregulación, apertura de oportunidades, combatir la piratería, fomentar la inversión, crear un entorno seguro, pero en concreto se negocian cambios en legislaciones, reglas, normas, estatutos, criterios y estándares que obstruyan lo más posible que los pueblos, las comunidades, las organizaciones y los individuos ejerzan derechos fundamentales, puedan mantener algún grado de independencia frente al capital y persigan la obtención de la justicia, mientras abren el mayor espacio de maniobra para las corporaciones. (18)

La ausencia de reglas para las corporaciones es importante, en primer lugar, para seguir acumulando ganancias. También lo es para minimizar los costos y riesgos del capital frente a las crisis climática y ambiental, especialmente lo que han dado en llamar “riesgos legales y regulatorios”, así como los “riesgos de litigación.” Los primeros se refieren centralmente a nuevas exigencias que los obliguen a adoptar tecnologías o procesos más caros que los actualmente en uso y lo segundo a la posibilidad de enfrentar demandas judiciales que los obliguen a pagos millonarios o a hacer los cambios de tecnología antes mencionados.

Pero en el mediano y largo plazo, la ausencia de reglas (o al menos el gran margen de maniobra que les proporcionan los tratados de libre comercio y otros tratados internacionales, así como modificaciones constitucionales y jurídicas diversas) es posiblemente más importante porque entrega plena libertad de acción para explorar, tomar posición y tomar posesión de un campo que se despliega hasta el momento incierto y desconocido. Cuando el campo de juego aún no está claro, lo que los grandes capitales están pidiendo, y muchos gobiernos corren a concederles, es un cheque en blanco que les permita experimentar, especular aquí y allá hasta tener una idea más precisa de dónde está realmente la riqueza extraíble, para posteriormente tomar posesión si los negocios funcionan. Los grandes capitales necesitan, al menos por el momento, un “todo vale”, un laisser faire planetario y extremo, y para ello cuentan con la cooperación de la mayor parte de los gobiernos y organismos internacionales.

Papá Estado entra en escena


Pero incluso aplicando las diversas estrategias, el futuro sigue lleno de incertidumbres. ¿Cuál será la mejor forma de adquirir el control? ¿Qué tal si resulta demasiado cara? ¿Qué pasa si se eligen los espacios equivocados? ¿Y si la inversión necesaria es demasiado alta? ¿O las ganancias se demoran en llegar? ¿Y si la población se vuelve en contra y se pierde la inversión?

Las preguntas son demasiadas para invertir de manera segura. Por lo mismo, la inversión privada en los nuevos mecanismos de mercado (por ejemplo, REDD) ha sido hasta el momento mayoritariamente cauta y muchas veces marginal. Lo que han hecho las entidades privadas de inversión ha sido principalmente utilizar dineros ajenos para experimentar.

Aquí entran en escena las “asociaciones público-privadas”. En ellas se busca la complementación perfecta: los Estados correrán el riesgo y las empresas correrán a recoger las ganancias. Como ya hemos visto en varios otros procesos de concentración de la riqueza, los Estados serán los llamados a invertir mientras haya que correr riesgos grandes, sean necesarios procesos importantes de investigación y desarrollo, o los costos y las necesidades de inversión base sean demasiado altas.

Las empresas privadas serán las que ejecutarán el trabajo que las inversiones estatales pagarán, y lo cobrarán a tasas convenientes para ellos. Son cientos los proyectos de investigación, construcción de infraestructura, creación de sistemas de seguros, creación de sistemas de control de los consumidores, etcétera, que ya están en marcha con dineros estatales. Y si algún estado no tiene dinero, el Banco Mundial y otras agencias están disponibles para asegurar el endeudamiento. (19) La presencia del Estado, sin embargo, no es de larga duración. Una vez que las condiciones se hacen más claras y propicias, el traspaso al sector privado de las buenas oportunidades de negocios se lleva a cabo. Si tales oportunidades se presentan poco prometedoras, serán los Estados los encargados de pagar los costos.

Otra limitante es que los beneficios esperados, aun cuando sean comercializables (como en el caso de abastecimiento de agua o de tratamiento de basuras), pueden tomar tiempo para materializarse. Junto con los altos costos, esto puede desincentivar la inversión privada, lo que implica que el papel de los gobiernos y de los fondos públicos es crucial: TEEB —The Economics of Ecosystems and Biodiversity for National and International Policy Makers 2009. (20)

Acceso a nuevas fuentes de financiamiento: bajo los acuerdos internacionales sobre cambio climático, habrá mayor financiamiento público para los esfuerzos de adaptación en comunidades vulnerables en países en desarrollo, y los gobiernos buscarán a socios del sector empresarial que puedan entregar los necesarios bienes y servicios. Una respuesta efectiva al cambio climático no sólo requiere financiamiento para el desarrollo de tecnologías bajas en carbono, sino también puede resultar en financiamiento para investigación y desarrollo de productos y servicios relacionados con necesidades de adaptación fundamentales.

Las empresas locales y globales que actúen de manera temprana para desarrollar capacidades expertas relacionadas con la adaptación al cambio climático y las soluciones de la economía verde, tendrán una ventaja competitiva para aprovechar las oportunidades de ser contratados por socios gubernamentales: Adapting for a Green Economy: Companies, Communities and Climate Change. A Caring for Climate Report (21)

Otra fuente de dinero ajeno para hacer inversiones en beneficio propio es el de los fondos de pensión. Las entidades financieras y los mecanismos de inversión toman el dinero de las pensiones y los invierten con ganancias aseguradas para ellos a través de los cobros de administración. Si las inversiones provocan ganancias, las entidades de inversión ganan; si las inversiones fallan, pierden los trabajadores. Éste es un mecanismo que ya está siendo utilizado de manera significativa en el acaparamiento de tierras, pero es también el que utiliza el que hasta ahora es considerado el más exitoso fondo de inversiones en “empresas verdes”. (22)

Recuperando el verde esperanza


Enfrentamos tiempos difíciles. Las agresiones de la economía verde ya dejaron de ser amenazas teóricas y van tomando un carácter trágico, especialmente para muchas comunidades rurales. Lo que vemos más y más son formas de presión, desinformación o abierto engaño, chantaje e intimidación utilizadas con el fin de impedir que las familias y comunidades involucradas tengan la oportunidad de informarse adecuadamente, reflexionar individual o colectivamente, hacer uso de mecanismos colectivos de deliberación, decisión y movilización, o puedan revertir la firma de contratos dañinos y abusivos.

Frente a esto, las tareas urgentes son muchas, pero una y otra vez se repite la necesidad de fortalecer la capacidad para ver más allá de la propaganda, la desinformación y las mentiras, para recuperar los mecanismos de reflexión y decisión colectiva que permitan resistir y desmontar las agresiones.

Enfrentamos tiempos difíciles. Pero somos parte de un número creciente de personas, organizaciones, comunidades y pueblos que vamos tomando conciencia que lo que el mercado explotó y destruyó no puede ser reparado por una expansión del mercado. Somos parte de una mayoría que tiene en sus manos la experiencia y la disposición para fortalecer o poner en marcha las soluciones reales, desde formas de vida digna que no dependen del consumo ni las ganancias desenfrenadas, hasta sistemas locales de agricultura y alimentación en base a la soberanía de los pueblos y la permanencia de los pueblos indígenas y campesinos en los espacios rurales.

Son muchas las formas de organización y movilización que hoy se proponen y desarrollan para hacer realidad lo anterior y para hacer comprender a las autoridades que la movilización no cesará hasta lograr la implementación de soluciones reales. Enfrentamos tiempos difíciles, sin lugar a dudas. Pero si comprendemos, al igual que muchos pueblos del campo, que nuestra labor es emprender una batalla sin fecha límite por cuidar y recuperar la salud de todo el planeta, el tiempo está a favor nuestro.

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