martes, 5 de junio de 2012

Tres del ALBA duros contra la CIDH

Tres del ALBA duros contra la CIDH


Los gobiernos izquierdistas de Bolivia, Ecuador y Venezuela acusaron el lunes a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de defender intereses políticos y económicos contrarios a sus estados, y reforzaron una campaña en la OEA para recortar sus poderes.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, en el marco de la Asamblea General de la OEA en la ciudad boliviana de Cochabamba, cuestionó a la CIDH, la señaló como defensora de la "libertad de extorsión del periodismo" y pidió urgentes reformas que acaben con "su espíritu de ONG" que sirve a corporaciones.

La CIDH, que tiene su sede en Washington como parte del sistema interamericano, funciona en forma autónoma a la OEA y sus críticos informes han molestado en el pasado a dictaduras de derecha que gobernaron en Latinoamérica durante la década de 1970 y parte de los años de 1980.

Actualmente algunos de sus pedidos perturban a gobiernos de izquierda democráticamente elegidos, como el de Ecuador, o los de Venezuela y Bolivia.
También Brasil ha defendido reformas al funcionamiento de la CIDH, aunque una fuente de la delegación brasileña en Bolivia dijo a Reuters que es pleno el compromiso de la diplomacia del país con la autonomía de la Comisión y el sistema interamericano.

Cancilleres latinoamericanos se reunieron el lunes en un hotel cercano a Cochabamba para discutir cómo avanzar en esas reformas. Gobiernos como los de Colombia, Chile y Estados Unidos han defendido el funcionamiento del sistema.

El Gobierno de la presidenta argentina Cristina Fernández ha mantenido en tanto una estrecha política de cooperación con la CIDH, e incluso condecoró a sus miembros por su actuación durante la cruenta dictadura que gobernó el país entre 1976 y 1983.

El órgano pidió meses atrás a Correa que cesara un proceso judicial contra periodistas que lo caracterizaron como un gobernante autoritario y escribieron sobre negocios de un familiar del presidente con el Estado.

"El mensaje (de la CIDH) es que no se puede enjuiciar a un periodista o a un medio de comunicación. La comisión pretende que los Estados seamos siempre sospechosos", dijo Correa ante la asamblea general de la OEA, que sesionará hasta el martes.

Correa, al hablar después del presidente Bolivia, Evo Morales, y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, calificó a la CIDH "como uno de los últimos vestigios del neoliberalismo en la región" y pidió a América Latina "reaccionar" contra sus procedimientos.

El mandatario ecuatoriano llegó el lunes a Cochabamba y es el único jefe de Estado que asiste a la asamblea de la OEA además del anfitrión, Morales, quien hizo una inusual invitación a Correa apenas días antes del encuentro anual en el que suelen deliberar sólo los cancilleres del continente.

Tras el encendido discurso de Correa, la Alianza Regional por la Libre Expresión e Información, una red de asociaciones civiles del continente, pidió en Cochabamba a los países miembros de la OEA propuestas para "debilitar la autonomía" de órganos de protección de derechos.

El embajador de Venezuela ante la OEA, Roy Chaderton, dijo a Reuters que la CIDH "es un instrumento del imperio compuesto por cómplices y pusilánimes".

Venezuela ha sido en los últimos años un crítico del trabajo del argentino Santiago Cantón al frente de la secretaría ejecutiva de la CIDH, cuya función es la de promover y proteger los derechos humanos en el continente americano.

"¿Para qué la OEA y para qué la CIDH?", se preguntó la noche del lunes el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, desde el presidencial Palacio de Miraflores en Caracas.

"Vamos a crear nuestros mecanismos en estos espacios geopolíticos de unidad y de integración que están naciendo", dijo al canal estatal Venezolana de Televisión (VTV) en declaraciones retransmitidas por la cadena Telesur.

Por su parte, Morales había iniciado el domingo la arremetida izquierdista contra la CIDH, al plantear una "refundación" de la OEA y de varias de sus instituciones, a las que calificó como "mecanismos de dominación" estadounidense.

"En esta refundación de la OEA es importante la universalización de la jurisdicción de la CIDH para supervisar la vigencia de los derechos humanos no sólo en Latinoamérica sino también en Estados Unidos", postuló el mandatario indígena.

"Y si no quieren cuidar la vigencia de los derechos humanos en Estados Unidos, mejor que desaparezca la CIDH", agregó Morales en referencia al hecho de que Washington no ha firmado la Convención Interamericana de Derechos Humanos.

Saliendo al paso de Morales, Insulza dijo en el acto inaugural de la asamblea que la reforma del sistema interamericano de derechos humanos es un asunto en desarrollo, sobre el cual ya hay una propuesta concreta del Consejo Permanente del organismo continental.

Pero "debemos ser especialmente cuidadosos en este aspecto, por cuanto la defensa de los derechos humanos es una de las funciones principales de esta organización (OEA)", advirtió.

Asimismo señaló que la propuesta del Consejo Permanente apunta a que el sistema interamericano de derechos humanos sea universal, autónomo y de decisiones vinculantes.

Fuentes diplomáticas con conocimiento de las negociaciones dijeron que una reforma radical a la CIDH como la patrocinada por Correa podría demorar.

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