jueves, 12 de julio de 2012

Política de hechos consumados, lo que no se dio en la sesión de la OEA

Política de hechos consumados, lo que no se dio en la sesión de la OEA

Mario Casartelli

1. Insulza quiso que no se expulsara a Paraguay de la OEA y que se reconociera al gobierno de Franco, dada la percepción de cierto clima de paz, de estabilidad, etc. Pero los cancilleres le dijeron algo así: “No. Disculpa, Insulza, nosotros entendemos el proceso por el cual está atravesando ese país y consideramos mejor seguir observando, analizando la situación, para después decidir, sin apresuramiento, a qué conclusiones arribamos en torno a Federico Franco y sus allegados”.

Lo que Insulza buscó es la aceptación -resignada- de este “gobierno”, en nombre de la tolerancia, de la paz, etc. Eso tiene un nombre: Política de hechos consumados.

2. Hace un par de años, una familia de conocidos estancieros paraguayos entraron con sus maquinarias en un terreno donde habitaban unos indìgenas, expulsando a éstos de allí (Alguito se publicó en la prensa). Defensores de los Derechos de los Indígenas reaccionaron y demostraron ante la justicia que, en términos legales, tales tierras pertenecen a los nativos (aceptemos, por ahora, “nativo” como sinónimo de indígena, porque nativos de aquí somos todos los que nacimos aquí). Sigamos. ¿Qué repondieron, entonces, los estancieros? “Correcto. Vamos a negociar. Estaremos un tiempo, unos cuantos meses, realizando los trabajos ya iniciados y después les devolvemos. Ya estamos adentro, y ya invertimos. Y en nombre de la no violencia, hagámoslo así”. Curiosa manera de negociar. Eso tiene un nombre: Política de hechos consumados.

3. Cuando Blas N. Riquelme, poseedor de vastas tierras y supermercados, etc, se apodera de hectáreas y hectáreas de tierra que no le corresponden en Curuguaty, con la anuencia de cierto sector político (curiosamente el que ahora se alzó vía golpe de Estado con el poder), eso pretende convertirse en una “Política de hechos consumados”.

4. Cuando el gobierno de EEUU invade Iraq en busca de “Armas de destrucción masiva”, que jamás encontraron porque no las había y, además sabían de antemano que tales armamentos los iraquíes no los tenían, el señor Bush repondió que “fue un error”, y que los “daños colaterales” son parte de toda guerra (aunque la tal “guerra” fue unilateral), y en nombre de la paz del mundo aceptemos lo ya hecho, eso tiene un nombre: Política de hechos consumados.

5. Cosas similares podemos decir en torno las usurpaciones que fuerzas militares del gobierno (no el pueblo pensante) de Israel -es decir los sionistas- hacen con los palestinos Y eso tiene un nombre: Política de hechos consumados.

Ejemplos como estos sobran. Lo llamativo nomás es que esa “Política de hechos consumados” la practican sólo ellos. Y se abrogan el derecho de hacerla sólo ellos. Pero si los indígenas o campesinos o iraquíes o palestinos deciden defender sus derechos eso no se llama (para los verdaderos invasores) Política de hechos consumados, sino “actos de vandalismo”, de “terrorismo”, de “intolerancia”, de “conspiración contra el orden establecido”, etc.

Lo mismo el golpe de Estado de Frauderico and company. Sus defensores y defensoras quieren darle el carácter de “Política de hechos consumados”. Mba’épa ere.

Por: Mario Casartelli

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