Con 11 votos a favor dos en contra y dos abstenciones fue rechazado este jueves en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el proyecto de resolución contra Siria presentado por el Reino Unido, y apoyado por Estados Unidos y sus aliados europeos. Rusia y China, tal como lo habían adelantado ejercieron su derecho a veto, evitando así la posibilidad de una acción armada contra la nación árabe.
Tras la votación, los representantes de Francia, Alemania y el Reino Unido rechazaron la posición de Moscú y Beijin ante lo que afirmaron era "un régimen de represión que ha ejercido violencia contra su población", sin embargo en sus discursos omitieron hablar de los atentados y ataques terroristas que han llevado acabo los grupos armados del autodenominado Ejército Libre Sirio que han dejado miles de civiles y funcionarios fallecidos.
En la víspera de la reunión del Consejo de Seguridad, el ELS reivindicó un atentado terrorista contra la sede de la Seguridad Nacional de Siria y anunció una ofensiva bélica con ataques a ciudades, puestos policiales y sedes gubernamentales. A pesar de ello, los aliados occidentales no condenaron ni repudiaron estas acciones violentas de la oposición, a la que los llamados "Amigos de Siria" han financiado y equipado, según Estados Unidos, Reino Unido y Francia han reconocido.
Sólo India y Pakistan repudiaron el ataque terrorista llevado a cabo la víspera por el ELS y condenaron cualquier ataque contra la población civil llevado a cabo por grupos armados violentos sin importar las aspiraciones de los mismos.
Para la delegación de India, los miembros del Consejo de Seguridad "deben ser flexibles y no perseguir sus propios intereses". Lamentaron que en el seno de la Organización "hayan rechazado las declaraciones de (Kofi) Annan, nosotros la apoyamos". Mientras que Pakistán insistió que "sólo se puede alcanzar el éxito del Consejo de Seguridad por medio de un proceso pacífico en Siria, que debe ser consistente".
El representante pakistaní enfatizó que se debe "llegar a un acuerdo a favor del pueblo sirio, así como promover el diálogo".
Por su parte, el embajador de Francia ante las Naciones Unidas, Gerard Araud, se limitó a lamentar que China y Rusia vetaran por tercera vez "un plan internacional para ayudar a Siria” y afirmó que el veto representa “una negativa a ayudar al pueblo sirio para encontrar una salida al conflicto”.
El representante de Alemania fue más allá y culpó al presidente sirio, Bashar al-Assad, de las acciones violentas llevadas a cabo por los grupos armados de la oposición y afirmó que "si hubiese tomado en cuenta las sugerencias del representante de la ONU, Kofi Annan, las confrontaciones en Siria, se pudieron haber evitado”.
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