Este sábado el presidente ecuatoriano agradeció que el “Reino Unido haya retrocedido, la damos por jamás recibida esa amenaza” y reiteró su disposición al diálogo para buscar una solución al caso Assange.
El Gobierno ecuatoriano reiteró su voluntad de retomar el diálogo a fin de obtener garantías para el fundador de Wikileaks, de que en caso de acudir ante la justicia Sueca, no sea extraditado a un tercer país; o, para que Reino Unido otorgue un salvocunducto que permita a Assange venir al Ecuador.
"¡Qué bueno, qué bueno que el Reino Unido haya retrocedido en su amenaza, la damos por jamás recibida esa amenaza. De aquí para adelante, a buscar una salida consensuada por medio del diálogo al caso del señor Julian Assange!", subrayó el mandatario Rafael Correa.
"Gracias a Dios yo creo que las aguas han vuelto a su cauce", insistió el gobernante al dar por superado "este infeliz incidente", y calificó de "gravísimo error" la supuesta "amenaza" hecha por las autoridades británicas.
El Gobierno de Ecuador anunció su disposición a retomar el diálogo directo con el Reino Unido y Suecia para buscar una solución al caso Julian Assange y anticipó su propuesta: que Londres entregue un salvoconducto al fundador de WikiLeaks o que Estocolmo dé garantías de que no lo extraditará a un tercer país.
La amenaza emitida por Reino Unido contra Ecuador ““Fue un error de la diplomacia británica que tuvo una respuesta contundente de la región”, aseguró el presidente de Ecuador Rafael Correa, al destacar las tres reuniones de Cancilleres que respaldaron al Ecuador de manera unánime.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, la Unión Suramericana de Naciones y la Organización de Estados Americanos en tres citas de Ministros de Relaciones Exteriores coincidieron en apoyar al Ecuador y reclamar la inviolabilidad del recinto diplomático en Londres, así como el derecho de otorgar asilo al ciudadano australiano Julian Assange.
La última de estas citas de consultas diplomáticas sucedió el viernes pasado en Washington, sede de la OEA, donde 32 voluntades adhirieron una resolución contundente, entre 34 miembros.
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