miércoles, 22 de agosto de 2012

Quién es Diego Arria?

Quién es Diego Arria?



Diego Arria

Diego Enrique Arria Salicetti, nació en Caracas el 8 de octubre de 1938, es un economista, político, escritor y ex diplomático venezolano, de madre guayanesa y padre merideño, estudió en el Colegio La Salle en Caracas, no prestó el servicio militar en Venezuela, pero asistió a la Academia Militar de Augusta en Pensilvania, se graduó en la Universidad de Michigan, donde obtuvo el grado en Economía y Ciencias Políticas. También es egresado de la London School of Economics de Inglaterra.

Personalidad pública recordado por su vinculación con varios actos de corrupción durante la IV República, al lado de Carlos Andrés Pérez, fue Diputado al Congreso, Ministro de Información, y de Turismo, por último fue Gobernador de Caracas, en el ámbito internacional, ocupó el cargo como Director del Banco Interamericano de Desarrollo, Embajador venezolano ante la ONU, Presidente del Consejo de Seguridad y Secretario General Asistente y Consejero del Secretario General de la Organización de Naciones Unidas.

Ultra derechista, anticomunista, exponente del ‘macartismo-betancourista’, defensor de los intereses norteamericano en Venezuela, regresa al país tras un retiro de casi una década, para unirse a la Mesa de la Unidad Democrática, siendo actualmente, militante activo de la oposición al gobierno de Hugo Chávez. Igualmente, presentó su precandidatura para la Presidencia de Venezuela, compitiendo en las Primarias organizadas por dicha entidad política, quedando en cuarto lugar con el 1% de los votos.


Diego Arria, está considerado el mejor exponente de la corrupción en Venezuela. Su más sonado descaro, siendo Gobernador del Distrito Federal en 1974, fue la compra (con sobreprecio), de los terrenos de Camurí Chico (Vargas), propiedad de su novia Ticki Atencio, con quien se casó tres meses después de la negociación.


A finales de 1974 y principios de 1975, la empresa estatal Inversionista de Transporte, adquirió en Europa, más de 800 autobuses, sin que las autoridades municipales encargadas del servicio estuvieran enteradas de la operación y sin que ninguna comisión de controlaría estudiara el ofrecimiento.

Los principales accionistas de Inversionista de Transporte eran: el Centro Simón Bolívar y la Corporación Venezolana de Fomento, pero fue el entonces gobernador de Caracas, Diego Arria, quien llevó adelante, sin consulta, la compra de los autobuses.

El 31 de mayo de 1974 Daniel Ficht, un empresario ligado a los partidos AD y Copei, había ofrecido a la Cámara Nacional de Transporte los 800 autobuses húngaros al precio unitario de 131.000 bolívares (de aquella época), el organismo gremial no aceptó la oferta, pero sí el Gobernador de Caracas, Diego Arria.

Saltando los procedimientos legales, Arria compró las autobuses y violentó las leyes del Banco Central de Venezuela, girando más de cien millones bolívares a la cuenta corriente del banco Industrial.

Los 800 autobuses fueron adquiridos al contado por 136.000 bolívares cada uno, siendo estimado posteriormente que su valor real en el mercado era de 76.000 bolívares, lo cual arroja un sobre precio de 60.000 bolívares. El ex embajador, como le gusta que lo llamen, viajó a Londres con bombos y platillos para cerrar la negociación.

En los meses subsiguientes los autobuses Ikarus fueron arrinconados, por ser inoperativos para la ciudad, como chatarra en el estacionamiento de Transporte Municipal de la Yagüara, donde hoy en día algunos todavía pueden ser vistos al bajar por la Carretera Panamericana hacia Caracas.

Los autobuses Ikarus tenían piso de cartón piedra y con la lluvia se pudrieron. Un niño perdió la vida al ceder el piso de uno de los vehículos. Al ex gobernador no le establecieron responsabilidades por la operación fraudulenta, ni se realizó investigación alguna sobre ese hecho abominable.


Recientemente el Estado recuperó la Hacienda La Carolina, 376 hectáreas, ubicadas en Nirgua, estado Yaracuy, que Arría utilizaba para veranear. Hasta la fecha el ex gobernador del Distrito Federal no ha presentado documentos que avalen la titularidad de la propiedad de la finca.

Actualmente el gobierno revolucionario, está investigando la procedencia de los fondos utilizados para construir las lujosas bienhechurías encontradas en el predio La Carolina.

Pues, como el mismo Diego Arias explica, en un video difundido recientemente, que las personas tienen el fruto de su esfuerzo y de su trabajo, pero la riqueza que ostenta Arria no se corresponde con los sueldos percibidos por un economista durante toda una vida.

Dice un viejo adagio “Nadie se hace rico trabajando”

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