Por: Rafael Rojas
Recientemente los venezolanos presenciamos la aparición de nuevos artistas musicales en el escenario político en apoyo al comandante Chávez. Hanny Kauan, Los Cadillacs y Omar Enrique, interpretaron el tema “Chávez corazón del pueblo” que inmediatamente pegó entre los presentes y luego en cada una de las personas que fue escuchando la canción que llega hasta lo más profundo del alma.
A la oposición, ante este éxito rotundo, lo más genial que se le ocurrió fue comenzar a lanzar amenazas y sentencias de todo tipo, ya que consideraban que estos artistas los habían traicionado al cantarle al candidato del pueblo. Tal fue la frustración de los antichavistas que terminaron por matar, a los intérpretes, virtualmente. Por twitter aparecieron fotos y comentarios sobre trágicos accidentes automovilísticos donde supuestamente habrían fallecidos los connotados artistas.
Nuevamente los burgueses se ven invadidos, expropiados y violentados en lo que ellos llaman “sus privilegios fundamentales” y es que el arte y sus artistas están dentro de su exclusivo inventario.
La burguesía tiene una visión del arte como algo meramente decorativo, exhibicionista, eventista y coyuntural, al exclusivo servicio de ellos.
Pero para malestar de las castas elitescas toda revolución tiene dos frentes fundamentales: uno es lo económico y lo otro es lo cultural. Venezuela y la Revolución Bolivariana no son la excepción.
Desde que llegó el Comandante Chávez al poder, en 1999, uno de los objetivos trazados fue romper con los paradigmas de la cultura elitesca y excluyente.
No es poca cosa lo que se ha hecho para que el pueblo, antes excluido, tenga acceso a las artes, a los artistas y que, a su vez, los artistas y sus artes tengan acceso a los espacios que antes les eran negados por diversas razones, todas clasistas.
Por primera vez en la historia republicana del país, la cultura está al alcance de todos y todas, sin distingo de clase social, credo religioso o color de piel.
El Gobierno Bolivariano, en 14 años, ha promovido actividades culturales al alcance, especialmente, de los jóvenes y para muestra un botón:
Se creó la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte).
Se impulsó la Fundación Musical Simón Bolívar con 285 núcleos donde participan 350.000 niños, niñas y adolescentes.
Se creó el Ministerio del Poder Popular para la Juventud, el cual desarrolla actividades buscando generar espacios para que, los jóvenes, puedan recrearse, teniendo acceso gratuito y promoviendo políticas generadoras y productoras de su propia cultura, de bienestar y felicidad.
Democratización y apertura de los espacios de creación con acceso a eventos culturales gratuitos, donde las personas puedan ser generadoras y productoras de su propia cultura, y no sólo receptores de pseudocultura que viene del exterior con el único interés mercantilista de vender “cultura”.
Se ha duplicado el número de butacas de teatro (en Caracas) con la recuperación de los teatros Principal, Catia, Municipal, Nacional, Cristo Rey; donde la mayoría de las funciones se dan de manera gratuita o con entradas simbólicas.
Gracias a la democratización del espectro radioeléctrico, hoy en día existen una gran cantidad de Radios y Televisoras Comunitarias donde los jóvenes pueden desarrollar sus propios programas y difundir sus actividades, en canales de televisión comunitarios como:, Catia TV y TV Caricuao; Quijote TV, Canal Z, Fundacomez, Ecológica Cultural Selva; Somos Visión, TV Puerto, TV Limón; Arawakos, Contacto Vecinal TV, Zamora TV, TV Bailadores, Survisión, TV Petare, Guatopo Televisión Comunitaria, y Tele Cimarrón, por nombrar algunas a nivel nacional.
Con la aprobación de la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Tv y Medios Electrónicos se da apoyo a la promoción de los Productores Nacionales Independientes, dándoles la posibilidad a los jóvenes de desarrollar su actividad que por muchos años no estaba reconocida.
El Cine, ha visto valorado su esfuerzo, gracias a las políticas del Gobierno Bolivariano, que ha promovido un sector particularmente joven, a través de:
Creación de la villa del cine
Creación de la Distribuidora Nacional de Cine Amazonia Films
Creación de la Red de Salas Regionales de la Cinemateca Nacional
Creación de la Red Nacional de Salas de Cine Comunitario: más de 200 salas comunitarias abiertas.
El Centro Nacional de Cinematografía (CNAC) benefició 60 proyectos del séptimo arte.
100 mil espectadores asistieron a los estrenos de las películas de la Villa del Cine.
Reforma de la Ley de Cinematografía Nacional
La Ley establece la creación de un fondo de apoyo al cine nacional que proviene de los impuestos cobrados a las casas productoras, el cual permite financiar las producciones nacionales. Lo que permitió un incremento sustancial en la producción de largometrajes de 50 entre los años 1993 y 2005 (12 años) a 75 en el perìodo entre 2005 y 2010 (5 años). Sin contar los cortos y mediometrajes. En 2011 se estrenaron más de 15 películas nacionales en las principales salas de cine del paìs.
No solo el cine resurgió en Venezuela. Desde 1999 se ha promovido todos los tipos de artes, tales como: el Circo, la Danza y el Teatro, a través de la creación de la Compañía Nacional de Circo en 2009, constituyendo la primera en Venezuela. Conformado, en su mayoría, por jóvenes reclutados de los semáforos de las principales avenidas de Caracas.
Como otros logros de la Revolución en materia de cultura se puede nombrar:
Centro de la Diversidad Cultural y la red de casas de la diversidad cultural
Museo de la Cultura Llanera
Distribuidora Nacional de la Cultura
Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio
Red de Arte (tiendas y galerías)
Centro Nacional de Historia
Centro Nacional de Fotografía
Misión Cultura
Oficina de enlace con las Comunidades Afrodescendientes
Oficina de enlace con las Comunidades Indígenas
Oficina de enlace con las Comunidades Inmigrantes
Foro de los 100 días
Creación de la Fábrica de Medios
Censo Nacional de Patrimonio
Como se puede apreciar, la Revolución Bolivariana, dirigida por el Comandante Chávez ha logrado, en tan solo 14 años, reconocer a los artistas populares, en especial a los jóvenes, acercarlos a los centros culturales. Los centros culturales al pueblo y el pueblo a la cultura y sus cultores, a los artistas y sus artes, ha roto con el viejo paradigma que establecía que las artes y la cultura eran patrimonio exclusivo de la burguesía.
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