Por: Rafael Rojas
Como lo dijimos en la entrega anterior, la burguesía tiene una visión muy distinta de la cultura y las artes de la que tiene el socialismo, en especial el Bolivariano.
Creen ser dueños y señores de las expresiones y manifestaciones de los creadores. Es por ello que reaccionaron frente al apoyo sincero y espontáneo de un grupo de músicos al proyecto revolucionario liderado por el Presidente Chávez.
Inmediatamente, la oposición, sin escatimar recursos, se inventó (como de costumbre) una fulana “Fuerza de la Cultura”, para salirle al paso a Hanny Kauan, Los Cadillacs, Omar Enrique y su tema “Chávez corazón del pueblo”.
“La Fuerza” con Leonardo Padrón al frente, secundado por un grupo de artistas asalariados por los medios privados, donde resalta una vieja cantante que otrora logró la fama interpretando canciones de la revolución antiimperialista latinoamericana.
Padrón leyó un verso libre, pero cierro los ojos y olvido las imágenes, el backing, la voluminosa mujer que le acompaña, me concentro en la palabra del escritor y me sorprendo, de todo lo que oigo, todo lo que expresa con su simple oración.
Comienza diciendo:
“Dormir en la misma cama con la censura” y recuerdo los censores del gobierno que en la IV República ponían en los medios
“La irreverencia no conoce la sumisión” y sé que se refiere a los miles de estudiantes que durante los gobiernos adecos-copeyanos salían a protestar y eran reprimidos brutalmente.
“La imaginación no acepta uniformidad” y entiendo qué es la multipolaridad plurietnica y pluricultural
“Escribir lo que quiero y decir lo que pienso” y recuerdo la mentada de madre que recibió el Presidente y no pasó nada.
“Quiero trabajar en una televisora que no esté intimidada por el poder” y se me viene a la mente las decenas de televisoras comunitarias y alternativas que le dan voz al pueblo, gracias a la revolución.
“Quiero escribir historias que puedan cuestionar la realidad sin temer a represalias” y rememoro a Marieta Santana que por nombrar a la barragana de Lusinchi, le cerraron el programa
“Quiero dibujar personajes con olor a metro y tardanza, quejándose de algún desatino del gobierno” Y recuerdo que los dueños de los medios privados solo quieren gente con olor a perfume francés, delgadas, de cabellos rubios y aliento fresco.
“Quiero un sistema de creación que no dependa del subsidio del Estado”yo también sueño que además del Estado, los medios privados y la banca, financien a las producciones nacionales independientes.
“Quiero contemplar en cada cadena solo uniformes de beisbol y vinotinto”sería genial que los jugadores no exhiban las publicidades de cerveceras y nada por el estilo, para que puedan salir en las cadenas
“Quiero desintoxicarme de encantadores de serpientes” Ojalá se acabaran los Reality Show y programas basura.
“Y me pregunto (Dice Padrón) ¿no nos debemos a los medios y su inflamante lista de cadáveres diarios y la tinta de odio que los surca?” Y es cierto, los que hacen televisión, los que escriben se deben a todo esto, pues son, precisamente los contenidos que se transmiten a través de los medios los causantes, en gran medida, de la descomposición social de la población. Esto no lo digo yo, sino los últimos informes emanados de las Conferencias Episcopales desde la década de los 80’s hasta el 98, momento en el cual hicieron mute al tema.
Y yo concluyo, como dice la canción, que más que apoyo al candidato “majunche” (para decirlo como yo quiero) fue un apoyo a las luchas que desde el 98 viene librando el Comandante Chávez al frente de la revolución.
El pueblo debe apoderarse de la cultura y las artes y crear su propio concepto partiendo de sus propias raíces, desde su realidad, desde su propia esencia.
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