miércoles, 31 de octubre de 2012

(+FOTOS) LA IGUANA RECUERDA HOY MÁS QUE NUNCA A NUESTRO ALÍ PRIMERA

(+FOTOS) LA IGUANA RECUERDA HOY MÁS QUE NUNCA A NUESTRO ALÍ PRIMERA
El consistente, formado y combatiente discurso de Alí estuvo siempre acompañado de la doctrina bolivariana. Fue un constante estimulador del apego a las ideas de Bolívar.

Alí Primera nació el 31 de octubre de 1941, en medio de la humildad, la vorágine de la actividad petrolera y el abandono del campo. Coro lo vería nacer, ese mismo Coro que años atrás, presenciaría el desembarco de Miranda en una de las proezas por la independencia más loables de nuestra historia. 

Balikia (el apodo que le otorgaron sus íntimos), contaría sobre su nacimiento: "Mis padres venían huyendo de la sequía de Paraguaná, con un cuadro de hijos, como decía mi madre, 'venían con seis' y nacimos Héctor y yo en Coro, fuimos los únicos que nacimos en una maternidad, los demás nacieron asistidos por Mama Pancha, mi abuela. Cuando yo tenía tres años mi padre murió siendo policía, de esos especiales, que hacía que esos presos hicieran juguetes para sus hijos (...). Mi padre según me cuentan, murió en un tiroteo, dentro de la cárcel, él salió a un pasillo a escuchar los tiros y recibió un balazo".

Desde niño, el vínculo con su tierra, con su pueblo que “gastaba madrugadas por una lata de agua”, sus orígenes y sus necesidades lo llevaron a desenvolverse como limpiabotas en los campos petroleros de Paraguaná, con su cajita que decía “Hoy no fío, mañana sí, escrito en mala letra”; también fue vendedor ambulante de pan y hasta boxeador. 

El joven Alí llegó a la capital a terminar sus estudios. Se graduó de bachiller en el Liceo Caracas en 1963 e inició sus estudios de Química en la Universidad Central de Venezuela, en el “Alma Mater”, como posteriormente llamaría a una de sus canciones en un grito de dolor y resistencia por rescatar a esta casa de estudios a la que querían matar “con flechas de oscuridad”.

Desde los pasillos de las facultades, los verdes espacios de “tierra de nadie” y las residencias estudiantiles, Alí le pondría el pecho con su canto a las desigualdades y la venta de la patria por parte de los gobiernos represivos. 

Alí comenzaría por articular a través del canto y su militancia, sus profundos planteamientos, como expresión multiplicadora de los sueños y luchas emancipatorias de todo un pueblo, tal como lo diría años después al titular una de sus canciones: “Mi pueblo me hace cantar”. De esta forma, canciones como “Humanidad” (escrita en los calabozos de la DIGEPOL) y “No basta Rezar”, calarían hondo en la conciencia del pueblo desde que Alí las entonaría por vez primera con su voz en puño.

“Pobre del niñito de la calle
que sonriendo su carita
pide una lochita para comer pan”

“Nada se puede lograr
si no hay revolución
reza el rico, reza el amo
y te maltratan al peón”.

El PCV le entregó a Alí un beca para que culminara sus estudios en un país del campo socialista: Rumania. Alí se fue, no sin antes dudarlo, dándole un adiós momentáneo a ese Caribe, a ese llano, a esa sequía paraguanera, a ese pueblo venezolano que le fue dando vida a sus primeras canciones.

Pasarían 5 años hasta que Alí regresara de Europa, luego de grabar allá su primer LP titulado “Gente de mi tierra”. Alí profundizaría el amor y el compromiso por su pueblo desde Europa, donde ya muy tempranamente comenzaría a bregar contra el veto impuesto por “la democracia ejemplo” de América Latina; por lo que Alí crearía el sello “Cigarrón”, con el que produciría todo su canto y apoyaría firme y desinteresadamente a otros cantores y cantoras hasta su siembra, en un trágico acontecimiento automovilístico en 1985.

Alí cronista.

Alí Primera significa para el pueblo la figura que trasciende su propia existencia física, la venezolanidad misma, gracias a que sus canciones han significado una crónica impecable que refleja la realidad venezolana, las luchas por la liberación y el porvenir que él avizoraba como futuro irremediable y que ahora vivimos a través del proyecto de la Revolución Bolivariana. 

Alí homenajeador.

No ha habido cantautor latinoamericano que le haya rendido tantos homenajes a personajes de nuestra cultura, lucha y resistencia popular. Alí se empeñó en otorgar un eterno reconocimiento a quienes día a día se han erigido como dignos representantes desde sus trincheras en la construcción de una Patria Buena. Seres humanos conocidos masivamente han sido centro de los homenajes que hiciera Alí, como Simón Díaz, Alberto Lovera, Ernesto “Che” Guevara, César Rengifo, Mercedes Sosa, Armando Reverón, Luis Mariano Rivera. Pero también, y aún en mayor frecuencia, el Padre Cantor rendiría tributo constante a referentes locales como Zobeyda la Muñequera, Pío Tequiche, Juan Bariaca, Cruz Samerón, Antonio Simancas Carrasquero, por mencionar sólo algunos.

Alí Bolivariano.

El consistente, formado y combatiente discurso de Alí estuvo siempre acompañado de la doctrina bolivariana. Fue un constante estimulador del apego a las ideas de Bolívar. Criticó siempre el endiosamiento acartonado de la figura del Libertador, lo trajo a tierra, lo ubicó en su tiempo y en su espacio, enalteciéndolo aún más, al otorgarle, carne, hueso y corazón. 

“Bolívar bolivariano 
no es un pensamiento muerto
ni mucho menos un santo
para prenderle una vela

Niño:

"El pueblo en su engaño
cree que la alta burguesía,
va a llevarte flores al Panteón Nacional 
cada aniversario de tu muerte".

Bolívar:
"Y entonces ¿a qué van pequeño compatriota?".

Niño:
"A asegurarse de que estés bien muerto Libertador,
bien muerto".


Alí: defensor de los derechos de la naturaleza.

El inmenso vínculo que Alí sintió por la vida fue sustento esencial en su canto, proponiendo que “la sociedad no se lava, se destruye o se construye, pero según quién lo haga”. Sus canciones estuvieron cargadas de árboles, pájaros, frutos, ríos, mares, como fuente determinante en la identidad del ser humano con su entorno, asumido como un todo armónico, que resiste a los embates del “desarrollo” capitalista y sus ansias de mercantilizar la vida. Muy influyentes fueron sus esfuerzos por la defensa de la naturaleza y sus pobladores, ejemplo de ello fue su liderazgo en la amenaza ecológica en La Puerta, estado Trujillo, así como en la Costa Oriental del Lago, Zulia, y en la selva amazónica; tal como lo plasma en “Abran la Puerta”, “Tía Juana”, “Coquivacoa”, “Esequibo II”, por mencionar sólo algunas de sus canciones en favor de ética por la vida.

Alí: latinomericanista.

Los pueblos latinoamericanos fueron testigos del vasto amor por la idea bolivariana y martiana que poseía Alí. “Nuestra América” era una de sus pasiones predilectas, la idea de la unión latinoamericana formó parte de sus estrofas. De su creación volaron cantos de solidaridad y hermandad para Puerto Rico y su libertad (Borincana), Argentina y su resistencia en dictadura (Una Canción para Mercedes), al igual que Chile, a este último le escribió tres canciones (Tonada de un pueblo amaneciendo, Los que mueren por la vida y Canción para los Valientes), Nicaragua (Agua Clara Nicaragua), El Salvador (El sombrero azul), Cuba (Cuba es un paraíso), Haití (La noche del jabalí), Colombia (La guerra del petróleo), Bolivia (El cantor de Bolivia), Guatemala (Guatemala es corazón), Uruguay (Canto oriental), Paraguay (Piraña con dientes de oro). 

Alí: amoroso.

Sus canciones donde le canta al amor significan una trinchera desde donde se refugiaba Alí para celebrar la vida “entre la rabia y la ternura”. El amor por su pueblo, por su familia, por sus hijos y por las compañeras que transitaron y dejaron huella en su vida dijeron presente en sus cantos. 

“Y es que te amo tanto compañera
que me haces falta aunque estés conmigo 
y aunque haya mucho amor llenando mi camino
juro que sin soñarte nunca soñaría”.

Alí: soldado contra la alienación mediática.

Alí juró, según relatos de su hermano Moncho Primera, que abandonaba su carrera de formación académica en Europa, justo antes de entregar la tesis, porque se negaba a tener que trabajarles a los gringos en la empresas petrolera que se robaban nuestra riqueza, mientras también se explotaba a su dueño, el pueblo venezolano. Tampoco trabajaría vendiendo su fuerza de trabajo a ninguna transnacional. Pero su canto tampoco estaría aliado a las estructuras mediáticas alienantes, nunca lo veríamos en un estudio de “venenovisión” (como lo llamaba Alí) interpretando sus canciones. Alí se encargó de desenmascarar la putrefacción de las íntimas alianzas de clase entre la dirigencia política adeco-copeyana, la oligarquía y sus caballos de fuerza más importantes: los medios de comunicación de la burguesía local.

“Venevisión es punta de lanza de la agencia de inteligencia norteamericana, vean lo que pasan ellos todos los días, pa' que ustedes vean. Porque en esta verga algún día los canales de televisión serán dominados y dirigidos por el pueblo venezolano, en defensa de su dignidad, de su cultura, de su historia, de su lucha, de su esperanza. Alguna vez, se hablará en Venezuela en nuestra lengua”.

Alí comunista y antiimperialista.

Cada pasó que dio el Cantor del Pueblo, fue con la visión de construir una sociedad con igualdad de oportunidades, donde millones de venezolanas y venezolanos no tendrían la necesidad de vivir en Casas de Cartón, por estar sumidos en la pobreza. Donde los recursos naturales de nuestro país no fueran entregados a las corporaciones, mientras los niños macilentos mendigaban en las calles y carreteras. Alí creía firmemente en una sociedad diferente, una Venezuela para todos y todas, para la vida en libertad y equidad.

“Me acuerdo de Salvador, el albañil
leyéndome trozos del Capital, 
y cuando mi madre supo que era comunista
me dijo: ¡Dios te bendiga!
porque para algo deben servir las bendiciones
en esta vida
y salí contento al camino
lleno de alegría
Y aprendí a cagarme en la libertad 
que defiende Superman
porque para algo
debe servir la mierda
en esta vida”.

Alí: Venezolano.

Alí Primera es el campesino que brega moviendo sus manos “sin aprisionar el viento”. Alí es el obrero que levanta y acuesta al sol, soportándolo en el lomo para que el burgués viva mejor. Alí es el indígena y el negro, es el rostro del pueblo originario, combatiente y olvidado; porque “aunque no tenga el pelo liso soy piaroa... y aunque no tenga la nariz chata soy de Barlovento”, decía con orgullo. Alí Primera es el cantor popular que clamaría ahora por la libertad y asilo de otros cantores, como Julian Conrado. Alí es el “pescador, cuando va moviendo el remo, y recuerda la verdad que a su alma maravilla: a Dios rogando pero remando hasta llegar a la orilla”. Es el estudiante que lucha por sus ideas y las defiende en el terreno del debate y la militancia, “codo a codo con su pueblo”, por eso invitaba a echar a andar a la palabra, porque “tu palabra por dentro quema y te da sed, es mejor perder el habla que temer hablar, échala, tu palabra contra quien sea, pero dila ya”. 

Alí Primera es el cantor necesario.






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