Es inconcebible de cómo los dueños de los supermercados chinos que se encuentran en el Municipio Capital de Trujillo nos están especulando.
Los cinco supermercados que están en todo el centro de la ciudad tienen sobreprecio en todos los artículos: carnicería, víveres, otros. En cada uno de estos establecimientos, tienen un listado de precios exigidos por Indepabis colocado en un lugar muy visible para el consumidor y a la cual podemos leer al final de la lista: “Indepabis. En caso de no acatar estos precios denunciar a los números …”
Pero lo insólito es que se burlan de los entes gubernamentales encargados de frenar ésta especulación y de nosotros mismos como consumidores, ¡en nuestra propia cara!. Cuando le preguntamos: ¿por qué no se ajustan a la lista de Indepabis? Nos responden con su lenguaje mitad del idioma español y mitad chino, que esos no son los precios, que deben tenerlos ahí en la pared por una exigencia para que no los multen, y que ellos no van a acatar esos precios porque son de años atrás, que si quieren comprar que compren, que no es obligado. Además, se observa en los exhibidores carnes de res, de ovejo y otros que no tienen el sello de control del ministerio de sanidad.
Como ustedes podrán ver, aquí no existe ningún control y la especulación nos esta abarrotando ante la vista indiferente de la alcaldesa Luz del Valle Castillo, concejales, Indepabis, Seniat, u otro.
Por otro lado tenemos que cuidarnos de la alteración de los precios en el momento de cancelar los productos, ya que es frecuente y se observa a diario la cantidad de personas que protestan porque en la caja registran otro monto (superior siempre por cierto) al costo de los productos en los anaqueles. Y como si fuera poco, para finiquitar la compra nos entregan caramelos como vuelto porque nunca tienen sencillo. La facturación que entregan no especifican la mercancía comprada, lo que demuestra que aplican doble facturación, y eso es penado por la ley
Como podemos ver, esto nos golpea de manera abusiva y grosera el poco ingreso que percibimos de una u otra manera, ya que tampoco contamos con un Mercado Bicentenario para que se pueda frenar esta especulación excesiva.
¡Queremos justicia social!
LISETTE GIL
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