sábado, 16 de junio de 2012

TRASFONDO DE LA ECONOMÍA VERDE

TRASFONDO DE LA ECONOMÍA VERDE
GRAIN, WRM y ATALC *.

Manos libres para algunos, grilletes para el resto

La lógica de la escasez y la destrucción mejora las posibilidades de los negocios, pero no aporta claridad a los cálculos sobre el futuro. Por el contrario, los hace más inciertos. ¿Qué se puede destruir y cuánto sin causar una debacle que afecte también los negocios? ¿Hasta dónde es posible asegurar que los sufrimientos que sin duda traerá la crisis climática no lleven a descontentos sociales que alteren todo? ¿Qué ocurre si los procesos de expulsión y exclusión provocan explosiones sociales?

La incertidumbre económica, la incertidumbre física, la incertidumbre biológica y la incertidumbre social no sólo se suman, sino que se exacerban unas a otras.

Globalmente, es posible que el cambio climático lleve al descontento político y posiblemente incluso a la guerra. El agua se convertirá en un recurso cada vez más escaso en algunas partes del mundo, mientras en otras los niveles más altos del mar pueden causar migraciones masivas que provoquen tensiones internacionales: London Climate Change Partnership: Finance Sub-Group. 2006 (17)

¿Qué se hace frente a la incertidumbre? Lo que no se nos dice pero está en el trasfondo es que los capitales buscan hoy crear una dualidad legal: libertad total para los capitales, restricciones cada vez mayores para los pueblos. Como decir esto sería muy mal visto, desde las entidades empresariales, financieras y gubernamentales se nos habla de libertad, modernización, disciplina, transparencia, responsabilidad social empresarial, autorregulación, apertura de oportunidades, combatir la piratería, fomentar la inversión, crear un entorno seguro, pero en concreto se negocian cambios en legislaciones, reglas, normas, estatutos, criterios y estándares que obstruyan lo más posible que los pueblos, las comunidades, las organizaciones y los individuos ejerzan derechos fundamentales, puedan mantener algún grado de independencia frente al capital y persigan la obtención de la justicia, mientras abren el mayor espacio de maniobra para las corporaciones. (18)

La ausencia de reglas para las corporaciones es importante, en primer lugar, para seguir acumulando ganancias. También lo es para minimizar los costos y riesgos del capital frente a las crisis climática y ambiental, especialmente lo que han dado en llamar “riesgos legales y regulatorios”, así como los “riesgos de litigación.” Los primeros se refieren centralmente a nuevas exigencias que los obliguen a adoptar tecnologías o procesos más caros que los actualmente en uso y lo segundo a la posibilidad de enfrentar demandas judiciales que los obliguen a pagos millonarios o a hacer los cambios de tecnología antes mencionados.

Pero en el mediano y largo plazo, la ausencia de reglas (o al menos el gran margen de maniobra que les proporcionan los tratados de libre comercio y otros tratados internacionales, así como modificaciones constitucionales y jurídicas diversas) es posiblemente más importante porque entrega plena libertad de acción para explorar, tomar posición y tomar posesión de un campo que se despliega hasta el momento incierto y desconocido. Cuando el campo de juego aún no está claro, lo que los grandes capitales están pidiendo, y muchos gobiernos corren a concederles, es un cheque en blanco que les permita experimentar, especular aquí y allá hasta tener una idea más precisa de dónde está realmente la riqueza extraíble, para posteriormente tomar posesión si los negocios funcionan. Los grandes capitales necesitan, al menos por el momento, un “todo vale”, un laisser faire planetario y extremo, y para ello cuentan con la cooperación de la mayor parte de los gobiernos y organismos internacionales.

Papá Estado entra en escena


Pero incluso aplicando las diversas estrategias, el futuro sigue lleno de incertidumbres. ¿Cuál será la mejor forma de adquirir el control? ¿Qué tal si resulta demasiado cara? ¿Qué pasa si se eligen los espacios equivocados? ¿Y si la inversión necesaria es demasiado alta? ¿O las ganancias se demoran en llegar? ¿Y si la población se vuelve en contra y se pierde la inversión?

Las preguntas son demasiadas para invertir de manera segura. Por lo mismo, la inversión privada en los nuevos mecanismos de mercado (por ejemplo, REDD) ha sido hasta el momento mayoritariamente cauta y muchas veces marginal. Lo que han hecho las entidades privadas de inversión ha sido principalmente utilizar dineros ajenos para experimentar.

Aquí entran en escena las “asociaciones público-privadas”. En ellas se busca la complementación perfecta: los Estados correrán el riesgo y las empresas correrán a recoger las ganancias. Como ya hemos visto en varios otros procesos de concentración de la riqueza, los Estados serán los llamados a invertir mientras haya que correr riesgos grandes, sean necesarios procesos importantes de investigación y desarrollo, o los costos y las necesidades de inversión base sean demasiado altas.

Las empresas privadas serán las que ejecutarán el trabajo que las inversiones estatales pagarán, y lo cobrarán a tasas convenientes para ellos. Son cientos los proyectos de investigación, construcción de infraestructura, creación de sistemas de seguros, creación de sistemas de control de los consumidores, etcétera, que ya están en marcha con dineros estatales. Y si algún estado no tiene dinero, el Banco Mundial y otras agencias están disponibles para asegurar el endeudamiento. (19) La presencia del Estado, sin embargo, no es de larga duración. Una vez que las condiciones se hacen más claras y propicias, el traspaso al sector privado de las buenas oportunidades de negocios se lleva a cabo. Si tales oportunidades se presentan poco prometedoras, serán los Estados los encargados de pagar los costos.

Otra limitante es que los beneficios esperados, aun cuando sean comercializables (como en el caso de abastecimiento de agua o de tratamiento de basuras), pueden tomar tiempo para materializarse. Junto con los altos costos, esto puede desincentivar la inversión privada, lo que implica que el papel de los gobiernos y de los fondos públicos es crucial: TEEB —The Economics of Ecosystems and Biodiversity for National and International Policy Makers 2009. (20)

Acceso a nuevas fuentes de financiamiento: bajo los acuerdos internacionales sobre cambio climático, habrá mayor financiamiento público para los esfuerzos de adaptación en comunidades vulnerables en países en desarrollo, y los gobiernos buscarán a socios del sector empresarial que puedan entregar los necesarios bienes y servicios. Una respuesta efectiva al cambio climático no sólo requiere financiamiento para el desarrollo de tecnologías bajas en carbono, sino también puede resultar en financiamiento para investigación y desarrollo de productos y servicios relacionados con necesidades de adaptación fundamentales.

Las empresas locales y globales que actúen de manera temprana para desarrollar capacidades expertas relacionadas con la adaptación al cambio climático y las soluciones de la economía verde, tendrán una ventaja competitiva para aprovechar las oportunidades de ser contratados por socios gubernamentales: Adapting for a Green Economy: Companies, Communities and Climate Change. A Caring for Climate Report (21)

Otra fuente de dinero ajeno para hacer inversiones en beneficio propio es el de los fondos de pensión. Las entidades financieras y los mecanismos de inversión toman el dinero de las pensiones y los invierten con ganancias aseguradas para ellos a través de los cobros de administración. Si las inversiones provocan ganancias, las entidades de inversión ganan; si las inversiones fallan, pierden los trabajadores. Éste es un mecanismo que ya está siendo utilizado de manera significativa en el acaparamiento de tierras, pero es también el que utiliza el que hasta ahora es considerado el más exitoso fondo de inversiones en “empresas verdes”. (22)

Recuperando el verde esperanza


Enfrentamos tiempos difíciles. Las agresiones de la economía verde ya dejaron de ser amenazas teóricas y van tomando un carácter trágico, especialmente para muchas comunidades rurales. Lo que vemos más y más son formas de presión, desinformación o abierto engaño, chantaje e intimidación utilizadas con el fin de impedir que las familias y comunidades involucradas tengan la oportunidad de informarse adecuadamente, reflexionar individual o colectivamente, hacer uso de mecanismos colectivos de deliberación, decisión y movilización, o puedan revertir la firma de contratos dañinos y abusivos.

Frente a esto, las tareas urgentes son muchas, pero una y otra vez se repite la necesidad de fortalecer la capacidad para ver más allá de la propaganda, la desinformación y las mentiras, para recuperar los mecanismos de reflexión y decisión colectiva que permitan resistir y desmontar las agresiones.

Enfrentamos tiempos difíciles. Pero somos parte de un número creciente de personas, organizaciones, comunidades y pueblos que vamos tomando conciencia que lo que el mercado explotó y destruyó no puede ser reparado por una expansión del mercado. Somos parte de una mayoría que tiene en sus manos la experiencia y la disposición para fortalecer o poner en marcha las soluciones reales, desde formas de vida digna que no dependen del consumo ni las ganancias desenfrenadas, hasta sistemas locales de agricultura y alimentación en base a la soberanía de los pueblos y la permanencia de los pueblos indígenas y campesinos en los espacios rurales.

Son muchas las formas de organización y movilización que hoy se proponen y desarrollan para hacer realidad lo anterior y para hacer comprender a las autoridades que la movilización no cesará hasta lograr la implementación de soluciones reales. Enfrentamos tiempos difíciles, sin lugar a dudas. Pero si comprendemos, al igual que muchos pueblos del campo, que nuestra labor es emprender una batalla sin fecha límite por cuidar y recuperar la salud de todo el planeta, el tiempo está a favor nuestro.

TRASFONDO DE LA ECONOMÍA VERDE


TRASFONDO DE LA ECONOMÍA VERDE
GRAIN, WRM y ATALC *.

No es conspiración, es sentido de la oportunidad


La experiencia histórica nos dice que gobiernos y sectores sociales poderosos pocas veces han planificado o previsto su futuro con certeza. A menudo, los avatares mundanos los han tomado tan de sorpresa como al resto de los mortales. Pero lo que hace distintos a los grandes hombres de la economía capitalista, es su capacidad innegable e inigualable para aprovechar el instante cuando éste se ve prometedor y expurgar los peligros cuando ellos acechan. ¿Hubo algún cónclave empresarial que decidió 50 años atrás el desarrollo de la ingeniería genética? Ni remotamente. Ella surgió de científicos que posiblemente poco sabían de economía y de política. Pero una vez que su potencial económico y de control se fue desplegando, las grandes corporaciones se han apoderado de ella hasta controlarla y subordinarla a niveles pocas veces vistos.

¿Alguien previó el carácter aparentemente subversivo de internet? Ciertamente no los estrategas militares que la impulsaron. Pero una vez que el peligro se hizo visible, las autoridades civiles y militares, en perfecto concierto con el lobby empresarial, impulsan su represión a extremos que pocos años atrás sólo podíamos ver en películas de ciencia ficción. Con el cambio climático ocurrió algo similar. Nadie lo planificó, nadie lo previó, nadie lo quiso. Pero ya que está aquí, las oportunidades de hacer negocios no serán desaprovechadas.


La economía de la destrucción


¿Cuáles son las apuestas que hacen hoy las grandes corporaciones con el aplauso de la mayoría de los gobiernos frente a ese futuro incierto, pero prometedor?

La primera, por supuesto, es que no se pueden destruir los negocios actuales si es posible sacarles algo más de jugo y si no surgen otros aún más jugosos. Por tanto, si los negocios actuales necesitan quemar petróleo, destruir el medio ambiente o continuar emitiendo gases invernadero a partir de cualquier fuente, no paremos la destrucción, sólo démosle, o pretendamos darle, un cauce controlable. Y si contrarrestar el daño o medicar sus efectos es buen negocio, ¿por qué no destruir un poquito más para que haya más que reparar y medicar?

Entramos así a la era de la destrucción programada, la hermana bruta de la obsolescencia programada. Por ello, no es sorprendente que las propuestas de economía verde estén tan íntimamente ligadas a las falsas soluciones a las crisis climática y ambiental. Como tampoco lo es la absurda discusión de si debemos tener como “meta” que el planeta de caliente 2°, 3° o 4°C.

La lógica de la destrucción es parte de la lógica más amplia de la escasez, proceso básico de la economía capitalista, que consiste en convertir los bienes no controlados por el mercado en bienes escasos, para así tornarlos en mercancía. Todo ello bajo el cálculo que mientras más escaso sea un bien, más estaremos dispuestos a pagar por él. Y cuando el despojo es total, ya no hablamos de la disposición a pagar, sino de la obligación de hacerlo. Si todo el que necesitase un pedazo de tierra para cultivar o vivir tuviese acceso a ella, nadie necesitaría comprar o arrendar tierra.

La tierra se ha convertido en mercancía cuando pueblos enteros han sido expulsados de ella, ya sea por el cercamiento, las encomiendas y haciendas, los acaparamientos actuales, etcétera. Si todos nosotros pudiésemos producir nuestro propio alimento, nadie pagaría por él. Si todos tuviésemos acceso al agua, nadie se vería obligado a pagar por ella. El cobro se hace posible al concentrarse gente en la ciudad, al deteriorarse y disminuir las fuentes de agua, al contaminarla o hacerla parecer contaminada (para, por ejemplo, vender agua embotellada), o al construir represas por doquier.

La destrucción programada es sólo una forma de producir escasez. No es algo nuevo y va mucho más allá de la economía verde. Para poder lucrar de la mano de obra asalariada, el capitalismo debió destruir los medios de vida que brindaban sistemas sociales distintos a él en el mundo entero, y lo hizo jugando la carta de las promesas de la modernidad, pero también con las balas de las guerras imperiales.

Para convertir las semillas en gran negocio, se impulsó la destrucción de los sistemas tradicionales de custodia, mejoramiento, goce, intercambio y producción de las semillas, eliminando así la capacidad de millones de hombres y mujeres del campo para producir su semilla. Esa destrucción se sigue impulsando hasta ahora; no hay otra forma de entender, por ejemplo, por qué algo tan absurdo como la prohibición de vender e intercambiar semillas locales se haya impuesto en Europa y se busque imponer en el mundo entero como parte de leyes de propiedad intelectual.

Pero los ecosistemas y el clima aún se interconectan con todos, y todos aún pareciéramos tener acceso a ellos. ¿De qué manera se hacen “escasos” para así convertirlos en fuente de negocios? En primer término, siguiendo la conocida vía de la privatización. El menú es diverso: acaparamiento de tierras, privatización del agua, privatización de parques nacionales, privatización del mar (bajo el pseudónimo de concesiones), privatización del subsuelo (para la minería, el agua y el petróleo), patentamiento de genes y seres vivos, creación de sistemas de pago por elementos como el aire y la lluvia, etcétera. Cada uno de estos procesos significa que pueblos y comunidades cuyos medios de vida dependen de los ecosistemas afectados no tendrán acceso a elementos fundamentales para la alimentación, la vivienda y la pervivencia de sus formas de convivencia, agricultura, creación cultural, goce estético, etcétera.

En segundo término, ¿por qué no explorar, como ya decíamos, la vía de un poco más de deterioro? Si los bosques se hicieran aún más escasos o frágiles, ¿no estaríamos más dispuestos a pagar caro por que se mantengan los que aún existan o por un programa de remediación que los restaure? Si el deterioro climático y ambiental es tal que el alimento se hace escaso, ¿las grandes corporaciones del agronegocio no multiplicarán sus ganancias, como tan bien lo demostró la crisis del 2008?

Pensemos en un planeta donde los paisajes hayan sido devastados ampliamente, y sabremos que los parques nacionales y zonas de reserva serán un negocio redondo, no sólo por las funciones ecológicas que puedan desempeñar, sino por su vinculación al turismo o simplemente el acceso a la belleza. Si aún no nos cobran por respirar, es porque aún hay aire respirable suficiente para poder respirar sin pedirle permiso a nadie. Pero piénsese en una situación de escasez de aire respirable, y no es difícil imaginarnos haciendo cola para comprar contenedores de aire puro.

Imaginémonos entonces un mundo donde las condiciones climáticas sean una amenaza permanente y de inmediato podremos visualizar una industria floreciente comercializando condiciones artificiales para enfrentar los efectos del clima, desde medicamentos contra nuevas enfermedades y espacios en zonas altas contra las inundaciones, hasta refugios contra tormentas, sistemas de estabilización de temperaturas, promotores de lluvias, etcétera. Y no hablamos aquí sólo de condiciones domésticas o locales, sino de espacios tan amplios como los que propone cubrir la geoingeniería. Detrás de cada una de las absurdas propuestas ingenieriles para controlar el clima o enfriar el planeta, encontraremos una empresa buscando convertirse en realidad o expandirse.

Sin embargo, aunque la salud humana puede sufrir por el cambio climático, las empresas médicas pueden mejorar su situación financiera como resultado de un aumento de la demanda por sus productos:John Llewellyn Lehman Brothers (14)Las amenazas físicas, como mayores sequías, tormentas más frecuentes y más intensas y una tendencia general a inviernos más cálidos y veranos más calurosos dispararán los ingresos de los abastecedores de agua y de las compañías de seguros, cuyas primas subirán: Climate Change Corp. Climate News for Business (15)

Acaparando lo que quede


La destrucción por supuesto, ha de tener un límite. En algún lugar, en algún nivel o condición —que aún no conocemos— habrá un límite en que el mal funcionamiento del clima o del conjunto de los ecosistemas dejará de ser buen negocio y pasará a ser un problema ineludible incluso para los dueños del gran capital y el funcionamiento de los negocios. Por ello se necesitan estrategias complementarias.

Una primera vía, que posiblemente se proyecte entre las más importantes a futuro, es la de controlar, apoderarse y acaparar físicamente espacios de reserva donde, supuestamente, la naturaleza o alguna parte de ella seguirá funcionando de manera adecuada, o en su defecto apoderarse los espacios que contengan los recursos claves que permitan paliar los efectos de la crisis y ganar mucho dinero vendiendo tales paliativos. Éste es el segundo papel que cumple la privatización. Ésta es la lógica, por ejemplo, del acaparamiento de tierras.

En la medida que la agricultura se vaya haciendo más difícil, será cada vez mejor negocio poseer o controlar tierras cultivables en el corto o largo plazo. Razones y lógicas similares yacen detrás de la carrera por nuevas concesiones pesqueras en aguas más frías, de la fiebre de privatización de parques nacionales y reservas naturales, o de la compra de vastas extensiones de tierras bajo vegetación natural, ya sea en zonas de selva tropical, o en el extremo sur de América del Sur.

El control físico de grandes extensiones cumple en esta lógica de expansión de los negocios otro papel importante: impedir que especialmente las poblaciones rurales sigan ejerciendo la vocación de evadir los mecanismos de la dependencia. Ochenta y cinco por ciento de las familias campesinas e indígenas del mundo acceden a menos de dos hectáreas de tierra (16) y, sin embargo, aún se las arreglan para no desaparecer, para mantener en su mayoría la “informalidad” y las formas de evasión de los mercados.

A pesar de todos los cercos legales, técnicos, políticos y propagandísticos que se le tienden a la agricultura campesina e indígena, las relaciones con el mercado avanzan de manera irregular y las resistencias surgen y resurgen en distintas circunstancias. La lección aprendida por las grandes empresas y entes financieros pareciera ser que mientras les queden recursos propios, los pueblos del campo pueden siempre reinfectarse con el virus de la autonomía. La respuesta, una vez más es: despojo total.

Ya sea como blindaje frente al deterioro ambiental, ya sea como forma de desarmar los mecanismos de evasión y resistencia, ya sea simplemente como gran negocio, el control físico de los espacios ha pasado a identificarse como estratégico por parte de los capitales. Por lo mismo irá ineludiblemente aparejado con procesos de expulsión de familias, comunidades y pueblos desde sus poblados, tierras y territorios, procesos que ya estamos presenciando de manera creciente. Si la expulsión y toma de posesión se hará de manera “tranquila” o exigirá medidas de guerra abierta dependerá en gran medida de la existencia de gobiernos que cooperen con los inversionistas y repriman a las posibles hordas.

Un poquito de azúcar para facilitar las cosas


Desde el punto de vista de los negocios, la guerra o el descontento pueden ser ineludibles, pero también altamente inconvenientes. Por lo tanto, antes de aplicar el garrote, es conveniente mostrar la zanahoria. Para los territorios indígenas y campesinos, que aún cubren una superficie importante y contienen en ellos muchos de los bienes naturales mejor conservados, la zanahoria preferida por el momento es la de la venta de servicios ambientales y sus derivados, especialmente REDD y REDD Plus.

Como ya lo han dicho innumerables organizaciones sociales, la estrategia REDD/servicios ambientales es un mecanismo que, por un lado, permite a muchas de las empresas más contaminantes y destructivas del planeta seguir contaminando y obtener ganancias de esa destrucción y, por otro lado, crea condiciones para la expropiación paulatina de espacios y territorios aún en manos campesinas y de pueblos indígenas.

En una primera fase, lo que se expropia es la capacidad de familias, comunidades y pueblos a determinar libremente las formas de manejo, goce y protección de sus espacios y sus bienes comunes. Con la excusa de hacer tratos serios, se imponen por contrato —o por simple orden de las autoridades— planes de manejo determinados externamente, que limitan las fuentes de alimentación y sobrevivencia, alteran los sistemas de convivencia, destruyen o debilitan las organizaciones y traen a cambio ingresos monetarios exiguos que no solucionan problemas de fondo e incluso exacerban las tensiones creadas.

Los ejemplos que van tornándose conocidos muestran comunidades que se endeudan, dispersan o quiebran, lo que a menudo se traduce en abandono, migración, división de tierras comunales, aceptación de contratos de arriendo a largo plazo, y finalmente venta de tierras o la entrega de ellas porque se les obligó a utilizarlas como prenda hipotecaria. La zanahoria muchas veces no logra impedir el descontento, pero a menudo permite que éste surja sólo una vez que las comunidades involucradas ya no estén en condiciones de reaccionar o resistir.

TRASFONDO DE LA ECONOMÍA VERDE

TRASFONDO DE LA ECONOMÍA VERDE
GRAIN, WRM y ATALC 

El capitalismo verde pretende privatizar el agua, el mar, el subsuelo y los genes, y comerciar con el aire y la lluvia

Todos los grandes actores de las finanzas globales, el Banco Mundial, el FMI y los bancos regionales de desarrollo, así como un número creciente de fondos de inversión en cambio climático, resaltan una y otra vez las grandes oportunidades de negocios que se han creado con las alteraciones del clima y los ecosistemas. Según el Deutschebank, las empresas y los inversionistas se están dando cuenta que el cambio climático no es meramente un asunto social, político o moral, sino también un asunto económico y de negocios.

Vivimos tiempos difíciles. La humanidad y el planeta estamos sumergidos en una trama de diversas crisis que parecen agravarse o enraizarse cada vez más. La crisis climática se suma a una crisis ambiental más general, y ambas se agravan producto de la crisis económica. Al mismo tiempo, quienes detentan poder para determinar posibles cauces de acción nacional e internacional parecen incapaces de identificar soluciones reales.

Las negociaciones internacionales giran en torno a falsas promesas de solución, en medio de un ambiente de complacencia y autoengaño que nos recuerda el traje del emperador: tenemos frente a nosotros la evidencia desnuda que las crisis son graves en extremo, pero sólo escuchamos aplausos para un manto de soluciones que no son tales.

A diferencia de lo que ocurría una década atrás, ya nadie puede esgrimir ausencia de evidencia o de conocimiento acerca de la crisis climática y de la crisis ambiental. Fueron miles y miles de organizaciones, activistas y científicos que se dedicaron a invertir todo tipo de esfuerzos para hacer conciencia en la sociedad y entre las autoridades. La evidencia científica y práctica es tan abrumadora, que los intentos por ignorarlas se baten en retirada. Por momentos, cuesta hoy recordar que no mucho atrás éramos un mundo en que casi todos los gobiernos y empresarios se negaban a reconocer la crisis climática o, en términos más generales, la crisis ambiental.

Mientras el calentamiento y el deterioro seguían y seguían, los gobiernos hacían poco o nada y las empresas querían que se hiciera menos aún. Sin embargo, la conciencia acerca del problema pareció abrirse camino de a poco. Hoy, los llamados a cuidar el planeta surgen de todos los rincones. Desde las bombillas de bajo consumo en cada hogar hasta grandes edificios corporativos que no contaminan un ápice, nos rodean los ejemplos sobre cómo todos y cada uno debemos hacernos responsables por las crisis y ayudar a solucionarlas.

Nuestra apreciación es que el calentamiento global posiblemente resultará ser una de esas fuerzas tectónicas que —como la globalización o el envejecimiento de las poblaciones— cambia gradual pero poderosamente el paisaje económico en el que operan nuestros clientes...: Dr John Llewellyn, Senior Economic Policy Advisor, Lehman Brothers. (1)El crecimiento de la población y el desarrollo económico están ejerciendo crecientemente diversas presiones sobre el medio ambiente global. El cambio climático es la mayor de tales presiones: Informe de Goldman Sachs de 21 de mayo de 2009. (2)

¿Será que finalmente logramos concientizar a pueblos, gobiernos y empresarios? En parte claro que sí y en parte claro que no. La información que hemos socializado y la experiencia cotidiana han logrado que sectores extremadamente amplios sepan hoy que los sistemas climáticos y ecológicos han sido profunda y gravemente alterados. Por lo mismo, sólo una agenda ideológica de corte dogmático extremo permite negar en la actualidad que enfrentamos una crisis climática y ambiental de proporciones incalculables.

Todo indica, sin embargo, que gobiernos y empresarios no decidieron reconocer lo obvio porque por fin vieron la luz, sino porque finalmente lograron idear o entrever formas de hacer mucho dinero con las crisis que afectan la sobrevivencia del planeta. Todos los grandes actores de las finanzas globales (3), así como un número creciente de fondos de inversión en cambio climático (4) —tanto públicos como privados— con el apoyo del Banco Mundial, el FMI y los bancos regionales de desarrollo, han elaborado documentos donde resaltan una y otra vez las grandes oportunidades de negocios que se han creado con las alteraciones del clima y los ecosistemas. A ellos se les suma la labor de “cheerleaders” que ejercen, más y más, los gobiernos y los organismos de Naciones Unidas, especialmente el PNUMA, pero también FAO y UNCTAD.

Creemos que hay disponibles excelentes rentabilidades por las inversiones que se hagan en empresas que se beneficiarán de los esfuerzos por mitigar y adaptarse al cambio climático. Enfrentar el cambio climático probablemente será el mayor tema de inversión a nivel global en los próximos 20 años y más: Robin Stoakley, Director de Schroders Climate Change Fund. (5)Invierta en el futuro —con productos sustentables del Deutsche Bank. Cuando examinamos la economía global, se hace visible la amplitud de las oportunidades de negocios en el sector del cambio climático. Rápidamente las empresas y los inversionistas se están dando cuenta que el cambio climático no es meramente un asunto social, político o moral, sino también un asunto económico y de negocios: Deutschebank (6)Creo con pasión que si reformulamos los argumentos a favor de actuar sobre el cambio climático, alejándonos del lenguaje de las amenazas y castigos, y utilizando términos positivos, en términos de obtención de lucro, podemos tener un mucho mayor impacto: David Cameron, Primer Ministro del Reino Unido (7)

A esta nueva posible área de negocios se le ha denominado “economía verde”. De abarcar casi exclusivamente las actividades relacionadas con la generación de energía a partir de fuentes distintas al petróleo, el concepto hoy se usa de manera más amplia para incluir: la comercialización de todos los bienes que nos entrega la Naturaleza (desde el agua, la biodiversidad y la tierra, hasta el aire, la belleza escénica, la recarga de los ríos y lagos y cuanto proceso natural para el cual se invente una forma de venderlo -8) y todas las actividades económicas que surgen de iniciativas para supuestamente mitigar el cambio climático y el deterioro ambiental, para adaptarse a ellos o para responder a sus efectos, especialmente los efectos nocivos.

Agencias como el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y muchos gobiernos, utilizan en sus documentos una definición que incluye consideraciones de sustentabilidad, combate a la pobreza, equidad e inclusión. Pero tales definiciones se derrumban al mirar ejemplos concretos de implementación (como los que se discuten en este libro) y en especial al leer documentos destinados a inversionistas del mundo entero. A fin de cuentas son los inversionistas los que están dando forma real a la economía verde.

Las cifras son aún vagas. Los estudios y documentos corporativos y gubernamentales aseguran una y otra vez que existen grandes oportunidades para acumular riquezas (en el orden de los billones de dólares), pero no explican sus cálculos sobre el futuro ni dan cifras generales más precisas. En el mejor de los casos, discuten los casos existentes que actualmente se consideran exitosos. Aun así, las posibilidades de hacer ganancias parecieran ser mayúsculas.

Morgan Stanley, que ha sido de las pocas entidades que ha dado cifras concretas, indicó en 2007 que nada más en el sector de las “energías limpias” habría ingresos del orden de billones de dólares para el año 2030 (9). Actualmente, sólo el mercado de carbono mueve globalmente cerca de 180 mil millones de dólares al año (10). El mercado total de bienes y servicios “bajos en carbono” (que incluye sólo parte de los servicios de adaptación) superaría en la actualidad los 5 y medio billones de dólares anuales (más del 7% del producto interno bruto global) y está creciendo de manera acelerada (11).

Esta cifra queda pequeña frente a lo que significa privatizar la naturaleza en su conjunto. La cifra dada muy al principio por uno de los promotores pioneros de la economía verde es que si todo lo que entrega la naturaleza fuese convertido en mercancía, el negocio que se crearía es equivalente a unas dos veces el producto bruto mundial en su cálculo más conservador (12 y 13).

Sin embargo, no importa cuán brillante se calcule, se vea o se pinte el futuro de las “inversiones verdes”, la economía verde sigue siendo hasta el momento una apuesta especulativa. Nadie sabe exactamente cuánta riqueza se podrá acumular, quién la acumulará, cómo será posible acumularla, ni exactamente en qué campo. Es este carácter especulativo lo que permite entender muchas de las características actuales de los “emprendimientos verdes” y especialmente de lo que está ocurriendo con las negociaciones internacionales en torno al cambio climático y medio ambiente. Lo que vemos hoy es cómo los grandes capitales buscan crear condiciones para mover todas las piezas necesarias, no importa cuán significativas, para así efectivamente garantizar que la economía verde se convierta en un meganegocio.

Para ello se necesitan manos libres y cualquier obligación o compromiso vinculante puede ser una molestia. De allí se entiende la aparente paradoja de que justo en el momento en que parecemos estar todos de acuerdo no sólo sobre la existencia del problema, sino además acerca de su gravedad y urgencia, se derrumban (casi podríamos decir por consenso gubernamental-empresarial) los pocos e insuficientes compromisos para hacer algo al respecto.

EEUU expande misiones militares en África con bases aéreas secretas

EEUU expande misiones militares en África con bases aéreas secretas
El periódico estadounidense The Washington Post dio a conocer este viernes que los Estados Unidos están intensificando operaciones de espionaje militar en el centro de África a través de bases aéreas secretas.

El medio de información, que recogió documentos y comentarios de personas relacionadas a la investigación, divulgó que los militares norteamericanos utilizan pequeños aviones dotados de equipos de registro para buscar a combatientes de Al Qaeda en la región.

Estos aviones turbopropulsores desarmados camuflados como aviones privados están equipados con sensores ocultos que pueden registrar video en movimiento, rastrear evidencias de calor infrarrojo e interceptar señales de radio y de telefonía móvil, agrega el diario.

Una de las principales bases aéreas se ubica en las afueras Ouagadougou, capital de Burkina Faso (oeste de África), desde donde sobrevuelan Mali, Mauritania y otros países de la región en torno al Sahara.

De esta manera Estados Unidos pretende localizar a terroristas de Al Qaeda en el Maghreb Islámico. Asimismo, la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) colabora también con este programa.

Alrededor de una docena de bases aéreas se han establecido en África desde 2007 y sus operaciones se han intensificado en meses recientes, como parte de una guerra contra miembros de Al Qaeda y otros grupos militantes insurgentes.

La revelación del diario estadounidense se da luego de que este nueves críticos y senadores republicanos han acusado a la Casa Blanca de filtrar deliberadamente información de operaciones clasificadas, a fin de mejorar su imagen frente a los electores estadunidenses de cara a las elecciones del 6 de noviembre próximo.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Burkina Faso, Djibril Bassole, declinó hacer comentarios relacionados a las operaciones militares estadounidenses en el país y solo dijo que “nosotros necesitamos luchar y proteger nuestras fronteras”. Bassole agregó que “una vez que ellos (Al-Qaeda) penetran en tu país, es muy difícil sacarlos de allí”.

El FMI pide a España recorte de sueldos a empleados públicos y privatizaciones

El FMI pide a España recorte de sueldos a empleados públicos y privatizaciones
El Fondo Monetario Internacional (FMI) llamó este viernes a España a presentar un paquete de medidas neoliberales como condición para recibir el préstamo millonario que será destinado a la banca. 

El ministro de Economía español, Luis de Guindos, había anunciado el pasado sábado un acuerdo alcanzado con los países de la Eurozona que establece la concesión de un préstamo por más de 125.000 millones de dólares. Una operación que será asesorada y apoyada por el FMI.

La directora del FMI, Christine Lagarde dijo que este préstamo de hasta 100.000 millones de euros (más de 125.000 millones de dólares) tiene que venir acompañado de un paquete de medidas entre las que destacó una subida inmediata del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Además, el FMI recomendó a España que recorte los sueldos de los empleados públicos, facilite aún más el despido de trabajadores por parte de empresarios y acelere las privatizaciones.

El informe del FMI dice que ”sería importante que estas reformas fueran implementadas de forma rápida y efectiva”.

La Central sindical independiente y de funcionarios (CSIF) ha avisado al Gobierno de que no aceptará un nuevo recorte en los salarios de los empleados públicos.

El sindicato de empleados públicos dice que no aceptará más recortes salariales


La Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) ha reaccionado mediante un comunicado al informe del FMI afirmando que los empleados públicos “no están dispuestos a pagar los platos rotos del derroche y los excesos” en la gestión de los responsables políticos “de uno y otro color” tanto en el Gobierno central como en los autonómicos durante los últimos años.

Alega que el origen del déficit público de España no ha sido generado por los servicios públicos, ni por los sueldos de los empleados de este sector, sino a una política basada en el modelo del “ladrillo” (la construcción).

Además, achaca el déficit a consejos de administración con sueldos “millonarios” junto a una política financiera “basada en la especulación” que ahora deben “salvar” los contribuyentes.

El CSIF anuncia que reunirá a los máximos órganos de decisión del sindicato para determinar la estrategia que seguirá en función de cómo evolucionen los acontecimientos en las próximas semanas, que estarán marcadas también por la aprobación de la reforma laboral y “la concreción de las medidas derivadas del rescate financiero”.

Los empleados públicos recuerdan que han tenido varias bajadas de sueldo y dos años de congelación salarial.
LibreRed.net

Revolución gasífera hará a Venezuela quinto país productor del mundo


Revolución gasífera hará a Venezuela quinto país productor del mundo
Proyecto Mariscal Sucre permitirá atender las necesidades de la industria termoeléctrica


El esfuerzo de recuperación de la soberanía hidrocarburífera llevó a laRevolución Bolivariana a asegurar unas reservas probadas de gas de 195 trillones de pies cúbicos, con una importante perspectiva de crecimiento que colocará a Venezuela como el quinto país productor de gas en el mundo, sobre todo cuando aún no se ha determinado la cantidad de gas que hay en el Faja Petrolífera del Orinoco.

La información se conoció durante un conversatorio sobre economía que este viernes sostuvo el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, con su equipo de Gobierno en el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo venezolano.

Ilustrando sus reflexiones sobre el mapa de la República mientras analizaba temas de la historia petrolera nacional, el mandatario nacional se detuvo a explicar la importancia del proyecto Mariscal Sucre, el cual, de no haber llegado la Revolución hoy se llamaría proyecto Cristóbal Colón, y lejos de ser utilizado para el desarrollo nacional estaría produciendo para la exportación.

El Mariscal Sucre es una iniciativa que incorporará al mercado interno el gas proveniente de los proyectos desarrollados costa afuera en el oriente del país. Se estima que en él haya 8 billones de pies cúbicos de gas.

Eulogio del Pino, directivo de Petróleos de Venezuela, S. A., explicó al jefe del Estado que para el 15 de diciembre se estima que Anaco, el centro de distribución gasífero más importante del país, reciba 300 millones de pies cúbicos de gas provenientes del proyecto Mariscal Sucre, para sustituir 50 mil barriles diarios de diesel actualmente usados en las plantas termoeléctricas.

Esta sustitución aportará entre otras cosas dos beneficios directos: menos impacto ambiental, pues en comparación con el diesel el gas es una energía considerablemente más limpia y además genera menor impacto en los sistemas termoeléctricos, que son más susceptibles de sufrir corrosión con el uso del diesel.

Pero hay otro impacto positivo para la economía nacional, pues ese diesel que dejará de utilizarse en las plantas termoeléctricas será usado para la exportación, con un precio internacional de venta que hoy se ubica en un promedio de 100 dólares.

El cronograma de la revolución gasífera también estipula que para febrero de 2013 sean incorporados otros 300 millones de pies cúbicos provenientes del proyecto Rafael Urdaneta, de Paraguaná, con el cual se apoyará el crecimiento de la industria petroquímica con miras a continuar satisfaciendo las necesidades sociales, sobre todo cuando en el país se adelantan grandes obras de construcción en distintos ámbitos.

“Por aquí, por esta región —hacia el oriente de Venezuela— hay una gran reserva gasífera (…), se trata de gas natural y es aquí cuando la economía entra en acción, la economía se puede enfocar desde varios puntos de vista: en socialismo la economía debe ser enfocada como un objetivo central; en socialismo debe ponerse en marcha como un objetivo supremo satisfacer las necesidades del colectivo, y esto debe ser válido para el sector público y privado”, apuntó el mandatario.

Comenzarán a pagar prestaciones sociales con títulos de Petro-Orinoco

Comenzarán a pagar prestaciones sociales con títulos de Petro-Orinoco
Refirió el mandatario que tal fondo de ahorro popular "debe estar como en 500 millones de bolívares, va a recibir otros aportes y tiene potestad, según la Ley Habilitante, para emitir esos bonos"

El Gobierno nacional comenzará a pagar prestaciones sociales con títulos de Petro-Orinoco, anunció el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez.

En el conversatorio que condujo en el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores, rememoró que se hizo una Ley Habilitante para la implementación del Petro-Orinoco.

"Unos títulos que vamos a empezar a utilizar pronto para acelerar y concluir el pago de las prestaciones sociales. Una de las formas que hemos ideado es este bono. Hemos creado un fondo de ahorro popular. Ese fondo ya empezó a recibir por ley recursos petroleros de las regalías, de las empresas mixtas", detalló el jefe de Estado.

Refirió el mandatario que tal fondo "debe estar como en 500 millones de bolívares, va a recibir otros aportes y tiene potestad, según la Ley Habilitante, para emitir estos bonos".

A quienes el Estado les debe las prestaciones sociales, el mandatario manifestó que bien pueden recibir el bono Petro-Orinoco: "Usted puede conservarlo para recibir los dividendos o puede venderlo en el mercado de la bolsa pública de valores".

Valoró el jefe de Estado que "esto sólo podemos hacerlo porque manejamos de manera independiente nuestra industria petrolera. Una forma de utilizar la gran riqueza nacional para lograr la mayor suma de felicidad posible para nuestro pueblo".

Destacó su beneplácito porque Venezuela repunta hasta la novena posición mundial en la escala de los países más felices de la Tierra, entre 151 naciones.

"En los últimos dos años subió 27 escalones. Estábamos en el número 36 en el 2009", comparó.

Así mismo, señaló que el apoyo a la gestión del Gobierno está por encima del 60%, a pesar del sabotaje y de todo el bombardeo mediático todos los días.