viernes, 29 de junio de 2012

Rio+20: sumisión al poder financiero

Rio+20: sumisión al poder financiero
x Alejandro Nadal 
La amistad de la ONU con el sector financiero se confirma cuando se mencionan los mercados e instrumentos que ahora estarían del lado de la salud ambiental

La Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable (CNSD), mejor conocida como Rio+20, vino y se fue. Pudo haber sido un acto importante. En lugar de ello, estableció un nuevo estándar en cómo hacerse irrelevante. La receta es sencilla: pretenda usted que nunca ha oído hablar de la crisis global.

El documento final de la UNCSD no menciona ni una sola vez la crisis económica y financiera global. Poco importa que la crisis ya se ha convertido en la Segunda Gran Depresión. De alguna manera, los funcionarios del Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (PNUMA) consideraron que ese tema no era relevante en una conferencia sobre sustentabilidad.

El PNUMA buscó sacar adelante su iniciativa sobre la economía verde. En el informe presentado en Río se le define como una economía en la que aumenta el bienestar, disminuye la pobreza y mejora el medio ambiente. Se trataría de una economía socialmente incluyente, con bajas emisiones de gases invernadero y gran eficiencia en el uso y manejo de recursos.

Para transitar hacia una economía verde se necesita invertir el 2 por ciento del PIB mundial (anualmente entre 2010-2050) en 10 sectores clave. Es una cantidad importante. ¿Dónde se pueden encontrar esos recursos? El PNUMA responde sin rubor: en el sector financiero. Según esta agencia el sector financiero tiene a su disposición una montaña de recursos y cada vez está más interesado en una cartera de inversiones que minimiza el costo ambiental y social, al mismo tiempo que capitaliza con tecnologías verdes.

La amistad del PNUMA con el sector financiero se confirma cuando se mencionan los mercados e instrumentos que ahora estarían del lado de la justicia y la salud ambiental: bonos verdes, bonos de carbono, REDD+, y activos de "propiedad verde", etc. Ahí está: la financiarización de la naturaleza. Nunca se le ocurrió a los funcionarios del PNUMA que el desarrollo de estos "mercados novedosos" proviene de la búsqueda de espacios de rentabilidad en un mundo en el que la economía real permanece estancada.

El PNUMA en Río ha buscado tapar el sol con un dedo. Ha querido ignorar el hecho de que el sector financiero es el epicentro de la crisis global. El colapso de la economía mundial se mantiene en buena porque la opacidad de las operaciones financieras aceleró el contagio al principio y ahora impide reactivar el mercado interbancario.

Tiene razón el PNUMA: el sector financiero ha crecido mucho en los últimos veinte años. Pero ¿no se les ocurre que eso es precisamente un signo de la patología de la economía global? El estancamiento de los salarios desde hace tres décadas explica el creciente endeudamiento de las familias. La demanda agregada estuvo impulsada por el endeudamiento y eso, a su vez, explica cómo se llevó a cabo un proceso de redistribución de la riqueza de los más pobres a los más ricos. Instrumentos como las tarjetas de crédito, los préstamos para estudiantes o para automóviles fueron verdaderas aspiradoras para succionar recursos de los hogares y llevarlos a los bancos.

Uno de los factores que explica la expansión del sector financiero es su inclinación a introducir innovaciones que hicieron las operaciones del sector más opacas, disfrazaron riesgos, aumentaron la propensión a la volatilidad e incrementaron los niveles de apalancamiento. La bursatilización convirtió a muchas operaciones en zona vedada para los reguladores y agencias de supervisión. La autorregulación sólo proporcionó la ilusión de que se estaba haciendo algo para frenar abusos.

Un punto fundamental que el PNUMA no puede entender: una proporción significativa de la montaña de "recursos" en manos del sector financiero es riqueza contable. Proviene de un típico proceso de inflación de activos, o si se prefiere, de una burbuja. La crisis es la forma en la que se destruye ese patrimonio que sólo existe en la contabilidad. Para analistas como Nouriel Roubini o Dean Baker, al proceso deflacionario aún le falta mucho para completar su tarea.

Es más, una parte de esos recursos financieros proviene de las operaciones de creación monetaria de los bancos. Por ejemplo, con sus préstamos los bancos de la Unión Europea han creado billones de euros de la nada, o como dicen, ex nihilo. Y sólo una fracción minúscula de esos créditos estuvo respaldada por depósitos. El globo gigante todavía está desinflándose.

El PNUMA debería estudiar con seriedad la relación entre los sectores financiero y real de la economía. Los canales de transmisión entre estos sectores son críticos para el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica. En nuestros tiempos las operaciones en el sector financiero han propagado y amplificado la turbulencia y han puesto de rodillas a la economía real. Caray, hasta una organización tan conservadora como el Comité de supervisión de bancos de Basilea (dependiente del Banco de pagos internacionales) se preocupa por estos temas. ¿Por qué los funcionarios del PNUMA no pueden hacer lo mismo?

La Jornada

Grecia: ¿Qué se puede hacer?

Grecia: ¿Qué se puede hacer?
x James Petras - La Haine 
Grecia está dominada por unas élites económicas ansiosas de rentas que fingen ser capitalistas, pero se aprovechan de las limosnas del Estado y del exterior

Nota: Este artículo fue escrito por James Petras el 16 de junio de 2012, antes de que tuvieran lugar las últimas elecciones griegas, por eso el resultado de dichas elecciones no está recogido en el artículo.

Introducción

Grecia se enfrenta a la nada envidiable elección entre aceptar las condiciones de la troika y vérselas con la persistencia y la profundización de una crisis económica que comporta cinco años de crecimiento negativo, más de un 23 por ciento de desempleo, un aumento astronómico de la pobreza (de menos del 15 por ciento a más del 40 por ciento) y una escalada de suicidios, o rechazar el «memorándum» y aguardar el probable recorte y reducción de financiación de mercados de capital de la Eurozona con muy pocas reservas para pagar los salarios, pensiones o servicios públicos.

Aunque el coste inmediato de la ruptura con las catastróficas condiciones impuestas por los banqueros de la Eurozona sean elevados, inaugura la posibilidad de transformar las relaciones y estructuras internas y externas que llevaron a Grecia hasta la zona cero en la que ahora se encuentra.

¿Es la crisis una oportunidad?

La prolongada e interminable espiral descendente de la economía y los niveles de vida griegos y las políticas desastrosas y destructivas desarrolladas por los dos partidos dominantes hasta la fecha (el Pasok y Nueva Democracia) han demostrado de manera concluyente que el «capitalismo» griego y la integración en la Comunidad Económica Europea han sido una desgracia sin alivio posible, pues han sido puestos a prueba y no han conseguido satisfacer los niveles mínimos para la vida humana. Solo los verdaderos creyentes y dogmáticos en las virtudes innatas del «capitalismo» y la CEE pueden seguir cotorreando sobre la «necesidad» de perseverar en las mismas medidas de «austeridad» que han arrasado la vida del 80 por ciento de la población, han cerrado la mitad de los establecimientos y negocios del país y no consiguen proporcionar empleo a la mitad de la mano de obra joven (menor de 30 años).

La crisis profunda demuestra la necesidad de realizar cambios elementales en la organización de la economía, la urgencia de un nuevo liderazgo político y el deseo de un nuevo sistema político receptivo a la inmensa mayoría.

Las viejas oligarquías dominantes están absolutamente desacreditadas. Los vínculos existentes con la CEE no hacen más que desangrar a la economía: concediendo préstamos que agrandan la deuda y que atraviesan los conductos de la economía griega para desembocar en los banqueros del extranjero. La «integración» en la CEE es en realidad una monumental bomba de succión que deprime la economía y reduce los niveles de vida con el fin de extraer riqueza para los propietarios de bonos residentes en el extranjero.

Ningún capitalista ni político del viejo orden ofrece ningún argumento redentor. Antes ya saquearon la economía; en la actualidad, extraen y transfieren riqueza al exterior; y para el futuro solo pueden prometer más de lo mismo.

El reto básico no son las condiciones pésimas del presente, sino la oportunidad que se presenta para una transformación fundamental. El problema consiste en diseñar la transición desde una debacle sin remedio a una economía equitativa, dinámica y participativa. El problema de afrontar una transición es el comportamiento y los rasgos estructurales defectuosos de la sociedad, el sistema de gobierno y la economía griega. En Grecia está profundamente arraigado el legado de una cultura de corrupción de partidos omnipresente, cleptocracia y gastos inflados para el ejército y las burocracias clientes. Y lo más importante: Grecia está dominada por unas élites económicas ansiosas de rentas que fingen ser capitalistas, pero se aprovechan de las limosnas del Estado y del exterior procedentes de los banqueros y Estados de la Eurozona.

Llevar a cabo una transición requiere que primero impongamos a la negativa herencia del pasado la orden de averiguar qué propuestas son viables y necesarias.

La herencia negativa y el impago de la deuda: Grecia no es Argentina

Muchos críticos radicales de la «austeridad» y de la crisis de deuda en Grecia citan el «ejemplo argentino» del impago de la deuda (más de 100.000 millones de dólares) y su capacidad para diseñar una recuperación exitosa y un modelo de crecimiento basado en la «autofinanciación». Los defensores críticos ignoran las diferencias profundas de la estructura económica y social de los dos países, así como su localización en las economías de sus respectivas regiones.

En el momento mas bajo de su crisis, Argentina se encontraba de hecho en peor situación que Grecia hoy día. El desempleo oscilaba entre el 25 y el 30 por ciento y superaba el 50 por ciento en muchas zonas trabajadoras, lo que contrasta con el 24 por ciento de Grecia. Los niveles de pobreza en Argentina superaban el 45 por ciento; en Grecia, superan el 35 por ciento. La depresión en Argentina significó una tasa de crecimiento negativo de aproximadamente el 20 por ciento durante tres años consecutivos, cifra que en Grecia corresponde al descenso producido en el conjunto de los últimos cinco años.

A pesar de partir de una situación más difícil y peor, Argentina contaba con varias ventajas estratégicas.

En primer lugar, en Argentina la expulsión del poder de las élites dominantes que impulsaban la crisis fue realizada por un levantamiento popular masivo (diciembre 2001-enero 2002). En Grecia, si bien las movilizaciones masivas han politizado, movilizado y radicalizado sin duda a una parte del electorado, la coalición radical que aspiraba al poder (Syriza) ha tomado la senda electoral. En segundo lugar, el levantamiento argentino fue un proceso continuo porque los piqueteros desempleados cortaron todas las carreteras y vías de transporte como instrumento de negociación para garantizar que los recursos se transferían del pago de la deuda a las prestaciones de las familias de los trabajadores desempleados y a la revitalización de la economía. En Grecia, el inmenso ejército de desempleados no tiene ni la capacidad organizada para sostener un bloqueo de transportes continuo, ni puede recurrir a organizaciones vecinales y sindicales para nada más que la repetición de jornadas de huelga de un día y manifestaciones.

Argentina devaluó de forma drástica e inmediata su moneda —eliminando su vinculación al dólar— haciéndo que dejara de cambiarse en paridad para pasar a intercambiarse a razón de tres a uno, e incrementó enormemente la competitividad de los artículos de exportación argentinos. El gobierno de centro-izquierda promovió la sustitución de productos locales por importaciones caras. Argentina, a diferencia de Grecia, no formaba parte de una unión monetaria y podía fijar la tasa de intercambio de su propia moneda. Grecia está ligada al euro y tendrá que pasarse al dracma para asumir el control sobre sus finanzas, su tasa de intercambio y sus herramientas de política monetaria e inversión.

Argentina poseía un sector industrial-manufacturero importante, a medio gas por la crisis, pero con capacidad de trabajadores, técnicos y directivos para responder a un nuevo programa de estímulos. Además, Argentina contaba con un sector agroempresarial altamente competitivo y dinámico, líder mundial en la carne de ternera, los cereales y la soja, así como con riqueza energética (petróleo) y mineral, que podía activar el gobierno de centro-izquierda.

Durante sus 30 años de pertenencia a la Unión Europea, Grecia ha visto contraerse su base manufacturera y agrícola, ya exigua y menguante, ante las importaciones mejores y más baratas de países capitalistas desarrollados como Alemania, Francia, Holanda y otros. A diferencia de Argentina, Grecia recibió miles de millones de dólares en «transferencias», fondos de compensación para mejorar su economía y competitividad y prepararla para la plena integración (eliminando barreras arancelarias). Sin embargo, ninguno de los dos partidos gobernantes, ni los «capitalistas», ni los agricultores, canalizaron las «transferencias» hacia actividades productivas. Los partidos gobernantes emplearon las transferencias para construir maquinarias de patrocinio electoral extensivo; dilapidaron fondos con contratistas del Estado a precios excesivos para abastecer a constructores dedicados a proyectos de edificación no productivos (incluidas las estafas multimillonarias en torno a los Juegos Olímpicos). Decenas de miles de titulados universitarios y fieles de partidos políticos sin empleo abultaron las burocracias nacionales, regionales y locales, lo que acrecentó el consumo y cerró el paso a cualquier actividad productiva sensata.

Los capitalistas diseñaron «proyectos productivos» y, a continuación, transfirieron los préstamos y las limosnas de la UE a inversiones inmobiliarias en el exterior y compra de artículos de lujo. La élite griega transfirió los préstamos a cuentas bancarias de Londres, Suiza y Chipre... mientras el gobierno desaparecía como avalista final.

En el sector agrícola, muchos propietarios eran médicos, dentistas, abogados y funcionarios de alto rango que utilizaban su propiedad de unas pocas docenas de olivos o naranjos para recibir préstamos a bajo interés, importar vehículos de lujo 4x4 libres de impuestos y construirse segundas o terceras residencias vacacionales. Muchos agricultores que recibieron préstamos y ayudas adquirieron terrenos para construir casas para sus hijos casados, o para tener un sitio que alquilar a turistas, o para mandar a sus hijos e hijas a estudiar a universidades extranjeras.

Y lo más importante: la élite económica —banqueros, propietarios de buques, constructores inmobiliarios—, los políticos y los especuladores extrajeron miles de millones de las transferencias de la CEE en forma de préstamos ilícitos a compinches y en forma de honorarios, gastos de gestión de acuerdos crediticios y financiación de pensiones.

Los banqueros europeos, las autoridades del gobierno y los exportadores eran plenamente conscientes de que las «transferencias» estaban siendo robadas... pero siguieron, por razones evidentes de beneficio económico y político: el pacto de los lucrativos intereses afluía a sus arcas; los exportadores desembarcaban en los mercados de consumo griegos; los banqueros y las instituciones de inversión encontraban directivos de fondos de pensiones volutariosos y «abiertos» a acoger inversiones turbias. Hasta los turistas gozaban del sol y las importaciones que les recordaban a sus países de origen: escalopes milaneses, cerveza inglesa, queso feta alemán... Además, Grecia destinaba el 15 por ciento de su presupuesto al gasto militar, que servia a objetivos y bases de la OTAN.

Contrariamente a lo que daban a entender las apariencias más superficiales, Grecia no estaba gobernada por capitalistas, pequeños empresarios y agricultores, como algunos politólogos afirman. Grecia estaba gobernada por una extensa clase de cleptócratas, evasores fiscales y rentistas que saqueaban, tomaban prestado, consumían e invertían en el extranjero. Desde el punto de vista tecnológico, Grecia era uno de los países agro-manufactureros más atrasados. Sus profesionales formados y educados en el extranjero regresaban y se «adaptaban» a la cultura rentista-cleptocrática: la mayoría ocupaba varios cargos en actividades del sector público y privado, lo que se traducía en una gestión y un rendimiento mediocres y muchos conflictos de intereses.

Grecia, en resumen, no es Argentina. El impago griego es una necesidad absoluta para dar comienzo al proceso de transición hacia una economía productiva y equitativa. Pero el espantoso legado griego plantea toda una serie de problemas y retos nuevos con pocos recursos económicos y en ausencia de clases productivas destacadas.

El arduo camino para salir de la crisis

Cualquier hoja de ruta para salir de la crisis griega será difícil, compleja y ardua, dada la economía de «tierra quemada» que heredaría un gobierno de izquierda (GI). La primera y más esencial preocupación de un GI es poner fin a las políticas y, en especial, a los acuerdos con la troika que reclaman más despidos masivos de empleados públicos, reducción de prestaciones sociales y recortes en salarios mínimos y pensiones. Un nuevo GI tiene que imponer una serie de medidas de emergencia para evitar la quiebra económica.

Está absolutamente claro que los banqueros y gobiernos europeos quieren castigar a Grecia por las transgresiones de su «pacto de austeridad». Si Grecia lograra renunciar al pacto de austeridad, los banqueros europeos temen que otros países la sigan: España, Portugal, Italia, Chipre e Irlanda.

Grecia debería suspender el pago de la deuda, imponer férreos controles al capital y congelar los depósitos bancarios para evitar la fuga de capitales ante el recorte de financiación de la troika. Un GI debería crear una serie de comisiones de emergencia para (1) garantizar fuentes alternativas de financiación de emergencia de varios fondos de reserva con eurobonos. Deben buscar préstamos en Rusia, Irán, Venezuela, China y otros Estados no endeudados con la troika, (2) realizar un inventario de empresas existentes potencialmente productivas —empresas en quiebra o con problemas, empresas endeudadas— y convertirlas en cooperativas gestionadas por trabajadores y empleados patrocinadas por el Estado, (3) examinar la deuda pública para determinar cuál se puede considerar «legítima» (los préstamos canalizados hacia el empleo productivo) e ilegítima (los préstamos que sirvieron para enriquecer a especuladores, contratistas corruptos y dirigentes políticos), (4) investigar y embargar los bonos extranjeros de griegos acaudalados implicados en evasiones fiscales multimillonarias y plurianuales y que acumularon rentas ilícitas a través de préstamos impagados y blanqueo de dinero. Los auditores griegos deberían pasar a reclamar que los acreedores de la Eurozona recaudaran el pago de la deuda de las cuentas bancarias de los griegos ricos que blanquearon dinero y lo depositaron en Londres, Zurich, Fráncfort, Nueva York y otros lugares.

El principio rector de un GI debería ser: «quienes suscribieron los préstamos y se lucraron, que los paguen». Los banqueros europeos que prestaron dinero a políticos corruptos y cleptócratas empresariales deben asumir las pérdidas por no lograr ejercer «la debida diligencia»: supervisar la viabilidad de la actividad que estaban financiando. Al fin y al cabo, las empresas privadas «justifican» sus beneficios mediante los «riesgos» que asumen. En el caso de Grecia, las demandas de los eurobanqueros de que los préstamos bancarios privados y las devoluciones queden «garantizados» por el Estado (con independencia de lo mal gestionados que estuvieran) corre el riesgo de causar «daños morales»: asegurar el lucro de los banqueros, sin prestar atención a su «sensatez», anima a que se repita una especulación temeraria como la que se ha respirado en Grecia durante los últimos treinta años.

Un GI debería rechazar las deudas ilegales (la inmensa mayoría) y renegociar y refinanciar el resto en un marco temporal más amplio, a la espera de la recuperación económica.

Lo que se debería reconocer es que los anteriores gobiernos griegos (pese a estar formalmente elegidos) se entregaron a una actividad ilegítima que perjudicó a la soberanía, a la capacidad productiva y a los medios de vida de todo un pueblo.

Lo que no es admisible es obligar a todo un pueblo a sacrificar su finca porque una minoría de griegos suscribió préstamos y no invirtió ni pagó sus deudas a acreedores extranjeros. En la actualidad, los millonarios cleptócratas tienen «respaldo» y sus cuentas bancarias y propiedades inmobiliarias multimillonarias e ilícitas están protegidas por los bancos que reclaman los pagos del gobierno griego. Sus actuales demandas se basan en la demolición atroz de los niveles de vida de todo un pueblo. Para las obligaciones restantes, un GI griego puede transferir la deuda fiscal de los evasores fiscales griegos a los acreedores, permitiéndoles embargar las cuentas en el extranjero de sus clientes griegos.

Un GI podría autofinanciar una recuperación modificando drásticamente las prioridades presupuestarias: principalmente, recortando el presupuesto militar. El gasto militar de Grecia, en porcentaje de su presupuestos total, es uno de los más elevados de la Unión Europea. Al eliminar los gastos de las actividades de la OTAN, las misiones militares en el exterior y numerosas bases militares, un GI podría priorizar las inversiones industriales y en el sector servicios.

Grecia necesita (1) un impuesto de crecimiento; una tasa fija a los autónomos —profesionales, comerciantes, hoteles, etc.— para garantizar que pagan su cuota en la financiación de la nueva economía. Mientras los millonarios se dedicaban a mega estafas y evasiones, también sucedía que el 50 por ciento del sector autoempleado imitaba su conducta a pequeña escala, (2) un impuesto para los turistas —en aeropuertos, muelles y puertos, escalas marítimas turísticas— bajo la supervisión estricta y/o el reemplazo de inspectores/recaudadores fiscales y oficiales de aduanas corruptos que se llevan un buen pico de la gestión. El encarcelamiento de los funcionarios corruptos debería ser obligatorio. (3) Un impuesto inmobiliario que refleje el valor real de la tierra y las propiedades, en especial de los terrenos sin uso o no cultivados. (4) Un impuesto sobre las transacciones financieras y el fin de las exenciones fiscales a los bancos y empresas importantes y las denominadas constructoras inmobiliarias.

Explotar recursos humanos no utilizados o infrautilizados

El nuevo gobierno tiene muchas fuentes de «capital humano»; centenares de miles de jóvenes cultos sin empleo a quienes se puede movilizar para trabajar en actividades productivas mediante inversiones públicas selectivas en áreas prioritarias, especialmente fuera de la «gran región de Atenas».

Hay muchas regiones e islas que tienen potencial para proporcionar ingresos y empleo, siempre que se aborde de la forma adecuada. Una de las más sobresalientes es el procesamiento de alimentos; una de las muchas perversidades de la economía griega es la producción y exportación de manzanas y cítricos a Alemania y la importación de zumos. Otro es el fracaso a la hora de vincular los alimentos locales y las manufacturas a un sector turístico de 14 millones. La mayoría de los alimentos y los muebles son de importación; la mayoría de los paquetes de vacaciones benefician a multinacionales extranjeras y agencias de transporte exteriores. En consecuencia, la economía y la mano de obra griega obtienen una pequeña parte de sus ingresos totales de su «sector principal». Grecia, con 300 días al año de sol, es ideal para el desarrollo de la energía solar.

No se puede construir una nueva economía con los cleptócratas del pasado

Como he expuesto más arriba, Grecia disponía de muy pocos empresarios reales, si es que había alguno, que invirtiera en sus propios beneficios, en investigación y desarrollo y modernizara su fábrica.

Las empresas del sector público estaban sobrecargadas de «miembros del partido» desempleados, muchos de los cuales prácticamente «no aparecían»; y muchos sindicatos del sector público entregados al nepotismo y al pluriempleo a costa de la eficiencia, la rentabilidad y las estrategias de desarrollo a largo plazo de los servicios. Las empresas del sector público requieren una especie de «re-nacionalización» para que generen ingresos y beneficios con los que financiar nuevos puestos de trabajo en empresas nuevas. La gestión de las empresas públicas se debería transferir de manos de «gestores a perpetuidad» estancados a equipos de gestión dinámicos compuestos por trabajadores, emprendedores e ingenieros que se ocuparan de ampliar el alcance y la calidad de la actividad en el seno de la nueva economía.

Es preciso movilizar los fondos de pensiones y demás ahorros junto con los miles de millones retenidos por el impago de la deuda del Estado para pagar los gastos corrientes (pensiones, salarios, importaciones básicas, etc.) con el fin de estimular la recuperación de la producción en las empresas que den muestras de voluntad de reconstruir la economía y de voluntad para colaborar con el proceso de activación de la producción y el empleo. Los beneficios públicos deberían financiar la toma por parte de trabajadores de fábricas y servicios abandonados por sus anteriores propietarios, de los que hay millares.

El sector público debe asumir el liderazgo en la inversión, prestación de servicios y producción para generar «confianza» entre los pequeños y medianos productores. El sector público debe ponerse a la cabeza en la negociación con prestamistas potenciales y socios económicos fuera de la Eurozona: si la Eurozona interrumpe toda financiación como consecuencia del impago de la deuda o de una moratoria, harán falta nuevos mercados y acuerdos comerciales y financieros.

El problema es que Syriza sigue con la idea del impago y no tiene ningún plan de emergencia alternativo con el que responder a un bloqueo de la Eurozona. Ante una ofensiva de la UE y el FMI y a falta de alternativa, un sector de Syriza (ex sindicalistas del sector público del Pasok) puede dar marcha atrás y tratar de aceptar alguna modalidad de pacto «renegociado»... lo que dividiría y socavaría las perspectivas de una transformación auténticamente viable y radical y condenaría a Grecia a su catastrófica espiral descendente.

Conclusión

La crisis más devastadora que haya afectado a un país de Europa occidental desde la Segunda Guerra Mundial ha ascendido a Syriza a aspirante serio al poder del Estado. Syriza adquirió respaldo mediante sus organizaciones de base dinámicas y la cohesión relativa de sus dispares elementos. Su denuncia clara y directa de la corrupción y el saqueo de los partidos dominantes y su imagen de partido con las «manos limpias» la ha hecho ser la fuerza predilecta en un amplio abanico de clases sociales, regiones y grupos generacionales. Sin embargo, la mera profundidad de la crisis, el saqueo absoluto y el vaciado de las arcas por parte de la clases política-empresarial cleptócrata y el desmantelamiento de la totalidad del sector productivo y la transferencia de miles de millones de euros al extranjero por la clase rentista millonaria, han generado un suelo inmensamente difícil para poner en marcha la necesaria transformación. El nuevo gobierno puede y debe garantizar la soberanía de la nación rechazando los dictados imperiales y poniendo fin a toda degradación adicional («austeridad») del pueblo griego. La emancipación requiere que primero y principalmente la nueva dirección asuma el liderazgo en la realización de sacrificios: recortar todos los beneficios extras del cargo, los salarios y los compromisos en el exterior. Las nuevas prioridades sociales requieren recortes drásticos en el presupuesto militar: bases, OTAN y adquisición de armamento. Los nuevos líderes deben decir a los eurobanqueros que recauden el pago de las cuentas corrientes de los multimillonarios del exterior que los prestaron, que desangraron al país y ahora están protegidos en esos mismos bancos.

La izquierda debe pasar de las palabras críticas a los hechos prácticos; ¡de las teorías a la creación de puestos de trabajo! Grecia, con un nuevo gobierno, puede poner fin a una austeridad y decadencia indefinidas. Puede y debe cambiar su lugar en la economía internacional. En última instancia, es la mejor última esperanza que le queda a Grecia.

Artículo original: http://petras.lahaine.org/?p=1901 - Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez.

Se desatan las guerras de los drones

Se desatan las guerras de los drones
x Mumia Abu Jamal 
Obama en guerra es más marcial que Bush, más tecnológico, más seguro de sus objetivos, y menos oral.

Para millones de personas quienes gemían bajo la flagrante y torpe estupidez de los años Bush, la llegada del gobierno de Obama fue como el amanecer de un dulce Sol primaveral después de las tormentas de un caos desolador. ¿Quién sabía que el ascenso de Barack H. Obama iba a hacer eco de los años Bush en ciertos aspectos?

A Bush le encantaba hacer guerra, y se jactó de ser un ‘presidente de guerra.’ Por otro lado, son raras las veces que Obama habla de guerra. Nunca se jacta de ella. Y la desata con una intensidad que sólo se puede calificar como escalofriante. 

Según un reciente artículo en el diario New York Times, Obama se ha convertido en un ‘guerrero oculto’, quien lanza ataques con aviones no tripulados (drones depredadores) contra personas ¡sospechosas! de ser enemigos del Estado a un ritmo que hubiera mareado a su belicoso predecesor George W. Bush.

En Afganistán, en Pakistán, en los territorios federados entre los dos países, en Yemen, en Somalia, las guerras de los drones desatan la muerte sigilosa y computarizada desde los cielos, asesinando a los sospechosos, a los miembros de su clan, a sus familiares y a sus vecinos. 

Lo increíble del asunto es que alguien se sorprenda, porque Obama dijo exactamente lo que iba a hacer: atacar a los sospechosos de terrorismo dondequiera que se encontraran y capturar o matar a Osama bin Laden.

Sus atolondrados partidarios, hartos de la ineptitud y los gazapos de Bush, no le hicieron caso a las promesas de Obama o fingieron no escucharlas.

Pero Obama en guerra es más marcial que Bush, más tecnológico, más seguro de sus objetivos, y menos oral. Un bromista ofreció la observación que Obama es un Bush con esteroides —más silencioso, más agresivo, más despiadado. Y su mundo es el para que (aunque sin querer) votamos.



La "clase política" no existe

La "clase política" no existe
x Manuel Medina
Orígenes, funciones y privilegios de la casta que administra el aparato del Estado monárquico español

De manera impropia y casi generalizada los medios de comunicación califican al conjunto de personas que se dedican a la actividad política en el Parlamento, el Gobierno, los Ministerios, las Instituciones autonómicas y municipales con la denominación de “la clase política”. Sin embargo, tal "clase" no existe. Se trata de una invención aparentemente inocente que pretende camuflar la presencia de otras clases sociales todopoderosas cuyos intereses determinan nuestra vida cotidiana.

Las clases sociales están definidas por su relación con los medios de producción. En las sociedades capitalistas actuales existen dos clases fundamentales, con intereses irreconciliablemente contrapuestos. Por una parte encontramos a la burguesía, integrada por los propietarios de estos medios, que - además de poseer una serie de características e intereses comunes- se apropian de las plusvalías generadas en el proceso productivo. Y por otra, los asalariados, que forman a su vez otra clase social. Los miembros de esta última clase constituyen la mayoría de la sociedad y sólo poseen su fuerza de trabajo, su capacidad para producir, que venden a los dueños de los medios de producción a cambio de un salario.

Por supuesto, junto a estas dos clases existen otras capas o clases sociales intermedias. Es el caso de las denominadas “capas medias” (pequeños comerciantes, pequeños propietarios rurales, profesionales privados de la medicina, el derecho, la arquitectura, etc.). El concepto de “clase social” se refiere, pues, a grupos de personas que se diferencian de otras por el puesto que ocupan en un sistema de producción social determinado.

¿EXISTE LA "CLASE POLÍTICA"?

Quienes - según la denominación impuesta por los grandes medios de comunicación y reproducida acríticamente incluso en los ámbitos "de izquierda" - constituirían la “clase política”, son en realidad individuos dedicados a una actividad circunstancial y limitada en el tiempo, que no tiene ninguna relación directa con el proceso productivo. Los políticos instalados en las instituciones ni compran ni venden “fuerza de trabajo”. La definición mediática de “clase política”, por tanto, es errónea, intencionadamente confusa y encubridora. Al ser los políticos ejercientes quienes más frecuentemente aparecen en los medios de comunicación se les presenta como los únicos responsables de los atropellos que genera la naturaleza contradictoria del sistema capitalista.

No son, sin embargo, aquellos a los que erróneamente se incluye en una inexistente “clase política” los perceptores de los miles de millones que genera el sistema económico de explotación de la burguesía. Los políticos institucionales son solamente testaferros al servicio de las elites dominantes - banqueros, grandes empresarios, multinacionales, etc.- de los que reciben suculentas compensaciones en pago por los servicios prestados. Ello no excluye, desde luego, que un sector de los mismos pueda terminar integrándose en el staff de la burguesía financiera o industrial, tal y como ha sucedido con algunos políticos españoles como José Maria Aznar, Felipe Gonzalez, Carlos Solchaga o Rodrigo Rato, entre otros muchos.

LOS POLÍTICOS COMO CASTA

No resulta sencillo atribuir una categorización a las casi 80.000 personas que se dedican a la actividad política institucional en el organigrama del aparato del Estado monárquico español. Pero si entendemos el término “casta” según la definición del diccionario, es decir, como “el conjunto de individuos especializados por su función en la organización social y que disfrutan de determinados privilegios”, posiblemente ésta resultaría la acepción más afortunada para calificarlos.

Los políticos no son, por tanto, una “clase” social propiamente dicha. Sí representan , en cambio, los intereses de determinadas clases sociales en las instituciones del Estado. Esta no es una afirmación gratuita. Cualquier ciudadano medianamente atento a la actualidad económica puede descubrirlo por sí mismo. Cuando las mayorías parlamentarias del PSOE y del PP dan su aprobación para que el Ejecutivo ponga en manos de las grandes corporaciones privadas la empresa estatal AENA, ¿los intereses de quiénes están defendiendo? Cuando PP y PSOE, junto a otras minorías parlamentarias, coinciden en la decisión de detraer de los fondos públicos centenares de miles de millones de euros, patrimonio de toda la sociedad, para ponerlos a disposición de la Banca privada, ¿están defendiendo los intereses de la mayoría de los ciudadanos?

Cuando los políticos socialdemócratas o ultraconservadores imponen reformas laborales que arramblan con las conquistas sociales arrancadas por los asalariados en el curso de decenios, ¿están defendiendo los intereses de las clases trabajadoras?

Por lo general, en la geografía institucional del aparato estatal español aquellos que integran lo que aquí estamos denominando como “casta” representan los intereses de las clases hegemónicas de la sociedad española: es decir, de los grandes grupos financieros, de los propietarios y accionistas mayoritarios de la gran Banca, de los dueños de los consorcios industriales, de las multinacionales, etc.

ORÍGENES DE LA MODERNA CASTA POLÍTICA ESPAÑOLA

Las peculiaridades de la “casta” que controla el conjunto de las instituciones españolas encuentran su entronque histórico en el precedente Estado franquista. A la muerte del dictador, en el Estado español no se produjo una ruptura política que sustituyera a la vieja máquina del Estado autoritario por otra de carácter más democrático.

Por el contrario, con la denominada “Transición” a la democracia se estableció un nexo de continuidad entre quienes hasta entonces habían administrado el aparato autocrático de Franco y quienes a partir de entonces aspiraron a gestionarlo. Teniendo en cuenta las fórmulas que se utilizaron para poner en marcha esta peculiar “Transición” entre uno y otro régimen político difícilmente las cosas habrían podido ser distintas. Romper radicalmente con la institucionalidad anterior hubiera supuesto quebrar la propia legitimidad del Monarca, designado heredero por el mismo artífice del desgastado aparato institucional autocrático.

LA CONSTITUCIÓN DE LA CASTA EN EL ESTADO MONÁRQUICO ESPAÑOL

La dinámica del proceso político de los últimos treinta y cinco años ha ido forjando una aparente polarización entre los dos partidos políticos mayoritarios existentes en el Estado Español, el PSOE y el Partido Popular, fundada en premisas falsas. Teóricamente, el primero representaría a “la izquierda”, a los sectores populares, a los asalariados; mientras que el segundo aparece ante la sociedad como el genuino valedor del libre mercado, de las capas medias-altas, de la tradición y de las clases poderosas. Sin embargo, tal imagen es en gran parte un puro espejismo engañoso que responde a un diseño impuesto deliberadamente. Ambas organizaciones políticas - PP y PSOE - han respondido siempre, con ligeras diferencias de matices, a la voz de los que realmente gobiernan: las clases que detentan el poder económico. El régimen político español, que no solo acumula su propia experiencia sino también la de otros Estados con más larga trayectoria en la institucionalidad histórica burguesa, ha construido un sistema de alternancia mediante el cual ambos partidos se reparten periódicamente la responsabilidad de la Administración del Estado, de los llamados poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Pero, contrariamente a lo que generalmente se piensa, el aparato de la Administración del Estado no es “El Poder”. El Poder efectivo, aquel que realmente determina el sistema económico que debe regir al conjunto de la sociedad, emana de otras áreas, y está detentado con carácter exclusivo por las clases social y económicamente hegemónicas.


Venezuela propone a la Opep precio promedio del crudo en $100 por barril

Venezuela propone a la Opep precio promedio del crudo en $100 por barril

Venezuela propondrá a la Organización de Países exportadores de Petróleo (Opep) concertar un precio promedio del crudo en 100 dólares por barril.

En un encuentro con los medios de comunicación, el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, informó este jueves que formulará al grupo petrolero la petición de estudiar la aplicación de un sistema de banda: "que pudiera estar entre un mínimo de 80 dólares y un techo de 120 dólares por barril, queremos estar en un promedio de 100 dólares por barril, que es consistente con nuestra evaluación del sector".

Para el ministro esta medida permitirá ofrecer un equilibrio entre los intereses de los países productores y consumidores de petróleo.

Recordó que este sistema operó en la Opep entre 2000 y 2005, y permitió frenar la volatibilidad de los precios del crudo.

A través de este mecanismo, los 12 integrantes de la organización decidían incrementar o recortar la producción conjunta, para asegurarse que las cotizaciones del petróleo en los mercados internacionales, se situaran en un rango de equilibrio.

Ramírez adelantó que la propuesta será enviada, a través de un memorando, al secretario de la Opep, Abdalá El-Badri, para su evaluación.

Asimismo, indicó que la misma podría ser analizada por los integrantes del grupo en el próximo encuentro que sostendrán en diciembre, o en una reunión que pudiera pautar el presidente de la Opep, Abedul Kareem Luaibi.

"Esperamos que esta propuesta tenga consenso, y cada país podrá presentar su piso y su techo, para algunos puede ser de 70 a 110 dólares por barril o de 90 a 130 dólares", subrayó.

No obstante, señaló que durante su discurso en el quinto Seminario Internacional de la Opep, titulado "Petróleo: fomentando la prosperidad y el desarrollo sustentable", ya había manifestado la postura del gobierno nacional acerca de importancia de que el precio del barril del crudo sobrepasara los 100 dólares.

"A la luz del estado de agotamiento de la mayoría de los recursos petroleros de fácil acceso, bajo riesgo y bajo costo, un precio estable, por encima de 100 dólares por barril, representa el mínimo necesario para que los recursos ubicados en las áreas más complicadas o marginales se puedan producir de una forma lo suficientemente expedita como para cubrir los requerimientos del mercado y, de esta manera, propender a la estabilidad de los precios", señaló en el evento que antecedió a la reunión ministerial número 161 del grupo petrolero, efectuada a principios de junio en Viena, Austria.

Fluctuación en los precios

El ministro Ramírez recordó que los precios del petróleo han mantenido una fluctuación, originada por la crisis económica que atraviesan la Zona Euro y los Estados Unidos (EE UU).

"En las últimas semanas todas las cestas (Opep, West Texas Intermediate y Brent del Mar del Norte), han disminuido en 30%", indicó.

Por tal motivo, el también presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) indicó que es preciso que el grupo petrolero tome medidas antes de que el precio continúe en descenso.

"No vamos a esperar que llegue a 70 dólares por barril. Eso no es conveniente para el seno de la Opep, ni para los países consumidores que desarrollan nuevos proyectos de exploración y extracción".

Cálculo acertado del presupuesto

El titular de la cartera petrolera destacó el acierto de la medida que tomaron las autoridades venezolanas de concertar el presupuesto de la nación con un precio del barril de crudo en 50 dólares.

"La Ley del presupuesto de la Nación fue debatida en la Asamblea Nacional (AN), y bastante que nos criticó la oposición, porque supuestamente estábamos subestimando el precio del petróleo al fijarlo en 50 dólares por barril".

Indicó que la inestabilidad política y económica que atraviesan naciones de África del Norte, Europa y Medio Oriente y que ha afectado el desenvolvimiento de la cotización del petróleo "ratifican lo correcto del cálculo del presupuesto".

"Desde enero hasta los momentos tenemos un precio promedio de la cesta venezolana en 108 dólares por barril. Tenemos suficiente holgura para manejar los excedentes presupuestarios", señaló Ramírez.

Anunció que a pesar de una baja, el crudo venezolano pudiera situarse en un promedio de 90 a 95 dólares por barril, "muy por encima de los 50 presupuestados".

Destacó que, a partir de la promulgación de un conjunto de leyes fue posible que, entre los años 2001 y 2011, la recaudación fiscal de Pdvsa fuera de 356.760 millones de dólares frente a los 23.000 millones obtenidos en la década anterior.

Explicó que los instrumentos legales permitieron aumentar las regalías de 1% a 33,33%, ajustar el impuesto sobre la renta petrolera de 34% a 50%, y garantizar una participación mínima del Estado en los proyectos de desarrollo de 60%.

Misión Vivienda ha construido 223.373 hogares en todo el país

Misión Vivienda ha construido 223.373 hogares en todo el país

La Gran Misión Vivienda Venezuela -hasta la fecha- ha construido 223.373 unidades habitacionales en el territorio nacional como parte de la meta establecida para el 2011-2012, 250 mil, informó el Ministro del Poder Popular para Vivienda y Hábitat, Ricardo Molina.

Esta cifra es parte de la estrategia del Presidente Hugo Chávez, el trabajo coordinado de todos los entes agrupados en el Órgano Superior de Vivienda y del pueblo organizado, aseguró al destacar que se ha alcanzado 64 por ciento de la meta.

El Gobierno Nacional entrega este jueves 2.385 viviendas: 500 en Mérida, 1.097 en Zulia, 24 en Distrito Capital, 607 en Aragua, 80 en Miranda y 67 en Lara, detalló desde la población de Ejido en la región merideña, en compañía del gobernador de la entidad, Marcos Díaz Orellana.

María Auxiliadora Monsalve, representante de una de las 48 familias propietarias en el desarrollo habitacional El Cobre, recibió las llaves de su inmueble identificado con el número 004, ubicado en uno de los dos edificios, de cuatro niveles, que pasan a manos de la población merideña.

Luego haber permanecido un año en un refugio tras haber sido víctima de la vaguada que azotó esta región del país, esta familia ahora cuenta con un techo digno y propio totalmente équido con electrodomésticos del programa Mi Casa Bien Equipada.

En el estado Mérida se están construyendo 4.510 unidades habitacionales, y de esta cifra 1.410 han sido culminadas y puestas en manos del pueblo para saldar la deuda social en materia de viviendas con los venezolanos. 

Alfabetizan aborígenes australianos con método cubano "Yo sí puedo"

Alfabetizan aborígenes australianos con método cubano "Yo sí puedo"

Unos 700 aborígenes australianos aprenderán a leer y escribir en un período de tres meses gracias al método de alfabetización desarrollado por especialistas cubanos conocido como “Yo sí puedo”.

El pasado mes de mayo, un primer grupo de diez aborígenes de entre 25 y 53 años de edad logró salir del analfabetismo tras culminar el programa que se llevó a cabo en la localidad de Wilcannia, situada a unos 965 kilómetros al noroeste de Sidney.

Según el cubano, José Chala, coordinador del programa, es importante la comunicación, no solamente el contenido de las clases, y favorece la conservación de su propia cultura, mejora su capacidad de expresión y les quita el miedo a hablar en público.

Asimismo, subrayó, este programa ayuda a estas personas a que no les engañen una vez que aprenden a leer documentos y a manejar las nuevas tecnologías.

Los primeros aborígenes en pasar el programa, que se ha aplicado en 28 países, entre ellos Nicaragua, Venezuela y Timor Oriental, han sorprendido a sus familiares y amigos por lo mucho que han avanzado en las clases.

El coordinador comentó que un segundo grupo de indígenas, de 15 a 61 años de edad, ya comenzó el programa que culminará en julio próximo en Wilcannia, una zona donde el 60 por ciento de la población está sin trabajo y se registra pobreza, vandalismo, violencia doméstica y alcoholismo.

El método cubano Yo sí puedo, recibió el Premio Alfabetización 2006 Rey Sejong de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO.