miércoles, 29 de agosto de 2012

Cinco tesoros que Capriles arruinaría

Cinco tesoros que Capriles arruinaría

JUAN CARLOS MONEDERO | Una de las más claras enseñanzas de la crisis que sufre España ha sido constatar, una vez más, que la derecha, como estrategia política central, elige la mentira.


Juan Carlos Monedero – Ciudad CCS 

Llevan así, cuando menos, desde la Revolución Francesa, cuando afirmaron que fuera de la monarquía absoluta no había futuro (cuando era, precisamente, todo lo contrario). Las mentiras terminaron en un cesto, acompañadas de las cabezas que las pensaron, pero la minoría de edad de la humanidad hace que los mentirosos sigan reproduciéndose. La lucha contra los privilegiados se gana más cambiando la cultura política que dejando caer la hoja de la guillotina. Y eso necesita tiempo y que los pueblos dejen para otro momento la ingenuidad.

Zapatero fue un presidente que, pese a decirse socialista, no se atrevió a confiar en su pueblo. Terminó como un pelele merced al viento de los mercados y al fin de lo que siempre leyó como “suerte política”. La derecha española, poco compasiva, no dejó de empujarle hacia el abismo, aunque con ello hundiera también un poco más al país. Para sacarle del gobierno, apeló a dos ideas fuerza: un sentido común hueco –“vamos a gobernar como Dios manda”– y una vehemente negación de que fueran a tomar ni una sola de las decisiones que, por su ideología y comportamiento histórico, se presuponía que estaban en su agenda oculta. Con esa estrategia banal –“basta que estemos en el poder para que todo se solvente”–, el Partido Popular sacó mayoría absoluta (aunque sólo tres de cada diez votantes los apoyó: su victoria no vino de obtener un gran respaldo, sino porque los votantes socialistas abandonaron a su partido).

Nada más ganar las elecciones, la derecha española empezó a aplicar su programa oculto, desmantelando tres décadas de avances democráticos. Para más INRI, cada vez que eliminaban una conquista, decían a los españoles: “A nosotros tampoco nos gusta lo que estamos haciendo, pero no tenemos otra alternativa”. Los bancos de rescate en rescate y los pueblos, como alguna vez dijo Chávez, de foso en foso.

Esa mentira de la derecha española ha reaparecido calcada en la estrategia de Capriles Radonski: “Voy a gobernar como Dios manda”, “voy a respetar los logros sociales”, “ no tengo una agenda oculta”, “no creo en el neoliberalismo ni en el gran capital”, “voy a mantener los empleos públicos”, “no voy a solventar ningún problema haciendo que paguen justos por pecadores…”. Pero es imposible no imaginar a Capriles decir, mientras cierra la puerta de un CDI, de un Mercal, de una aldea universitaria, de un conjunto de viviendas populares, de una empresa de propiedad social, mientras vuelve a hacer de Pdvsa un “Estado dentro del Estado” o al tiempo que vuelve a abrir el país a las transnacionales: “No me gusta nada hacer lo que estoy haciendo, pero no tengo más remedio y no hay más alternativa”.

Cuando uno compara el deterioro de la Unión Europea y, más en concreto, de España, con la situación actual de la Venezuela bolivariana, no cabe la menor duda de que Europa está perdiendo lo que no ha sabido defender, mientras que Venezuela está ganando lo que ha sabido pelear. La derecha española, esa que es interlocutora de Capriles, prometió que iba a solventar los problemas del país. Lo que nos está dejando son jubilaciones a los 67 años, regreso de una universidad exclusiva para ricos, privatización de la sanidad, precarización y desaparición del empleo público, deterioro de las prestaciones sociales, encarecimiento del transporte, reducción de los salarios, venta del patrimonio público, privatización de la educación… España tenía una situación envidiable. La está perdiendo. Venezuela venía de muchas carencias. Poco a poco, pero con firmeza, las está solventando.

Hay cinco tesoros en Venezuela que Capriles arruinaría, igual que la derecha española está arrasando con el bienestar colectivo. Aunque nadie escarmienta en cabeza ajena, permítanme que se los recuerde.

El primer tesoro tiene que ver con el bienestar económico. Claro que aún queda mucho trecho por recorrer en Venezuela. Con humildad, el Plan Nacional 2013-2019 afirma que se están sentando las bases para la transición al socialismo. No que el socialismo sea ya una realidad, sino que se está construyendo. Una declaración de humildad que demuestra que con los años la Revolución se hace más sabia. Lo relevante, junto a todo lo conseguido, es la tendencia. Y esa va invariablemente hacia arriba. Así lo indica el Índice de Desarrollo Humano que elabora Naciones Unidas cada año. Desde que llegó Chávez, no ha habido un solo año en el que Venezuela haya descendido puestos. Capriles Radonski, en su primer día de gobierno, suspendería, porque así se lo demandan sus financiadores, el empleo público –uno de los motores centrales de la economía en todo el mundo–.

Esas decenas de miles de empleados, junto con sus familias, dejarían de consumir, además de que empujarían los salarios a la baja (otra de las medidas inmediatas de Capriles). La economía sufriría un frenazo en seco. Las empresas, con menos consumidores, cerrarían, el Estado recaudaría menos dinero, se despediría de nuevo a más gente. El odio de Capriles a lo público, no solamente dejaría desatendidas las misiones, reduciría médicos, profesores, cuidadores, dependientes, constructores, sino que llevarían a la economía a una presumible recesión, alimentada por la incertidumbre que generaría alguien que limita su programa económico a desmantelar los logros de estos 13 años y a prometer gestionar la economía “como Dios manda” (como si algún dios hubiera escuchado alguna vez a los economistas).

La reciente ley del trabajo –de las más avanzadas del mundo–, las bajas tasas de desempleo o el esfuerzo por eliminar la precariedad laboral, se verían sustituidas por un modelo tradicional subalterno donde, como hemos visto en Honduras o en Paraguay, los salarios deben estar al servicio de la tasa de ganancia de las grandes empresas multinacionales. Ese “como Dios manda” suele ser “como manden los Estados Unidos”. A las élites venezolanas les ha gustado “demasiado” viajar a Miami. Con Capriles, Venezuela se convertiría en un país de emigración, como México, Ecuador antes de la llegada de Correa, o ahora España.

El segundo tesoro del que no disfrutarían las nuevas generaciones en Venezuela tiene que ver con el poderoso vecino del norte. Como hemos visto con la concesión de asilo a Julian Assange por parte de Ecuador, los países del norte repiten lo que ocurrió con Haiti en 1791: las libertades sólo sirven de fronteras para afuera. Inglaterra se atreve a amenazar a Ecuador con violar su sede diplomática. Sólo la firmeza que muestra hoy América Latina, gracias al impulso dado por Chávez a la integración, se permite la soberanía en el continente. ¿Alguien cree de verdad que Capriles no hubiera entregado de inmediato al fundador de WikiLeaks? ¿Alguien cree sinceramente que Capriles no cedería a las presiones de las petroleras norteamericanas? ¿No volvería con Capriles a ser Venezuela una base militar y un protectorado económico para sus negocios en la zona y, de paso, en el mundo?

La sumisión económica de Capriles a Estados Unidos llevaría a Venezuela a perder su soberanía y, de paso, debilitaría la integración latinoamericana, obligando al continente a ser, una vez más, una colonia subordinada a la geoestrategia norteamericana. Allá donde hoy la Venezuela bolivariana esgrime ser un país que se respeta internacionalmente, pasaría de nuevo a ser una falsa estrella más de la bandera norteamericana. Hoy Venezuela no es más en el mundo el país de las “misses”, de los ricos del “dame dos” de Pdvsa o de las telenovelas. Incluso la derecha mundial entiende con respeto que Chávez ha tenido el valor de hablar de tú a tú a los Estados Unidos. Algo que ellos nunca se atreven a hacer.

El tercer tesoro que perdería Venezuela sería la sanidad, hoy en día disponible para las clases medias y populares. En España, el Partido Popular –el que afirmó, prometió y juró que no iba a tocar la sanidad– acaba de sacar de la seguridad social casi 500 medicamentos. Sin contar el cierre de hospitales, el repago al visitar al doctor –se paga en los impuestos y luego se paga otra vez cuando se necesitan los servicios–, listas de espera para operaciones que se alargan dos años, cobro extra por servicios de análisis, reducción de los servicios de urgencia, etc. Uno de los logros estructurales del proceso bolivariano ha sido convencer a los médicos venezolanos de que, poco a poco, se dediquen a asuntos menos lucrativos que la cirugía estética y más comprometidos con el pueblo.

La presencia de médicos cubanos en Venezuela ha sido una cura de humildad a una profesión –por supuesto, con muchas honrosas excepciones– que abandonó su compromiso con los más humildes y se entendió a sí misma como un negocio. La incorporación de médicos venezolanos a los barrios, a la atención a sectores medios y bajos, es un tesoro que tiene que ver con el aumento de la conciencia. La concepción mercantil de la actividad económica que muestra el programa de Capriles revertiría este aumento del compromiso –hermanado con el juramento de Hipócrates–, regresando a ese país donde un niño pobre se moría por una diarrea y una mujer por un parto mal atendido. Ese tiempo donde médicos, financiados por multinacionales como Nestlé, le decían a las venezolanas que dar el pecho a sus hijos era muy peligroso o abrían lujosas consultas en el Este de Caracas que custodiaban con guardias por si acaso un pobre aparecía ante su puerta pidiendo auxilio.

El cuarto tesoro que sacrificaría Capriles tiene que ver con la integración como país de Venezuela. Y tiene mucho que ver con el desarrollo del transporte público. Capriles, como toda la derecha latinoamericana, siempre ha tenido un fuerte apoyo del negocio del transporte privado. Por eso, nunca han mostrado problemas en alimentar tensiones separatistas si con eso veían una oportunidad de hacer dinero. De hecho, buena parte de la baja autoestima nacional que ha sufrido América Latina tiene que ver con el abandono de zonas enteras, aisladas y cerradas al transporte público –especialmente el tren–, y desconectadas del imaginario del país. La razón no era otra que satisfacer los intereses de los dueños de flotillas de autobuses y camiones –y de gobernadores feudales–, aunque con ello rompieran la unidad nacional.

Pero el pueblo –y ahí también están las clases medias, incluso esas que sienten más suyo a Batman o a Spiderman que a Bolívar– viaja en metro, ve mejorar su calidad de vida cuando funciona una buena red de trenes, disfruta de las buenas estaciones de autobuses, de un precio de los transportes regulado y, en cualquier caso, incluso cuando viaja en coche particular, necesita una red viaria concebida como un servicio y no como una mercancía. El mercado no sirve para integrar un país, sino para fragmentarlo. Si las comunicaciones en Venezuela vuelven a ser un negocio, ¿qué ocurrirá con las zonas menos pobladas de Venezuela, qué ocurrirá con los territorios cuya integración no puede someterse a criterios mercantiles, qué pasará con las zonas donde no sea rentable ni siquiera que llegue la señal telefónica? Es verdad que a la derecha venezolana le sobran estrellas en la bandera.

El quinto tesoro que quiero referir tiene que ver con la paz social. Es cierto que Venezuela tiene que hacer más esfuerzos para solventar los problemas de violencia en las zonas pobres. Una policía heredada de la IV República que reclama tiempo para ser reeducada, la presencia paramilitar que penetra desde Colombia, los mercados de droga impulsados desde Estados Unidos y que captan la atención de los jóvenes, un exceso de armas de fuego o la cultura consumista del bienestar inmediato y sin esfuerzo, reclaman más ímpetu desde el gobierno. Pero el programa de Capriles no solamente multiplicaría esos problemas, sino que añadiría otros nuevos que dinamitarían el discurrir social del que ahora disfruta el país. Venezuela ha sido un país en donde lo público no era lo de todos sino lo de nadie. Reinventar el respeto por lo colectivo, por lo público, por las instituciones, no es tarea sencilla. El desprecio que Capriles y su entorno ha demostrado constantemente con las instituciones –basta pensar en su maltrato al CNE– es preocupante. ¿O tenemos que recordar de nuevo a Carmona desmantelando a gritos todo el entramado constitucional venezolano durante el golpe de 2002?

Pero ahí no terminan los problemas. La unión cívico-militar, que Capriles no ha entendido, ha vinculado al ejército con su pueblo. Un ejército que la derecha concibió para perseguir la protesta, hoy es parte activa de la distribución de alimentos, de la obra pública, de la gestión estatal, de la formación universitaria, revirtiendo esa maldición –me temo que heredada de la colonia– de la intervención del ejército contra los pueblos para solventar los problemas de las burguesías rentistas. El autoritarismo de Capriles le llevaría a recuperar una concepción autoritaria del ejército que chocaría con las nuevas fuerzas armadas. Ya no es solamente que cerraría el paso al ejército a la gestión social –cierre de la Unefa, negativa a que los soldados colaboren en el reparto de alimentos, en la ingeniería civil, en la ayuda ante catástrofes o contra incendios, desmantelamiento de la milicia y de su tarea social– sino que alimentaría la división en el seno del ejército, rompiendo una paz que es garantía de una articulación social que permite dedicar energías a otros asuntos al haber logrado que el ejército deje de ser un problema para pasar a ser, en muchos ámbitos, una solución.

La más que segura pérdida de estos tesoros en caso de un avance de Capriles, y de lo que representa, obliga a todos los venezolanos a un voto responsable el 7 de octubre. La seguridad económica, la integración latinoamericana y la soberanía, el respeto internacional a Venezuela, el empleo, la sanidad, la educación, las infraestructuras que integren al país, la unión cívico-militar son tesoros por los que suspiraría buena parte del mundo. Incluida Europa, que tenía buena parte de ellos y ahora los está perdiendo.

La gente, dolida por la situación en España, me pregunta cuando estoy en Venezuela: “¿Y por qué la ciudadanía no protesta más para salvar su democracia?”. Y yo contesto: “¿Es que han olvidado ustedes lo que les ha costado tener lo que tienen? ¿Es que han olvidado que entre el Caracazo y la victoria del presidente Chávez en 1998 pasaron más de diez años?”. Y pienso para mis adentros: “Ojalá no lo olviden. Ojalá no olviden que la derecha ha mentido, que la derecha miente y que, mientras no demuestre lo contrario, va a seguir haciéndolo. Ojalá que no olviden los venezolanos y las venezolanas todo el esfuerzo que les ha permitido llegar hasta donde están”. Porque los tesoros que hoy tienen, si se perdieran, necesitarían devorar de nuevo varias generaciones para recuperarse. Los tesoros que se ganan, a diferencia de los tesoros que se encuentran, hay que defenderlos con uñas, dientes y votos. Porque son tesoros ganados, no caídos del cielo.

martes, 28 de agosto de 2012

Chávez aprueba Bs.100 millones para solventar situación en Cumanacoa

Chávez aprueba Bs.100 millones para solventar situación en Cumanacoa
El jefe de Estado detalló que Bs.26 millones estarán destinados a la construcción de 200 viviendas y Bs. 45 millones para la construcción de un nuevo urbanismo con capacidad para 300 casas



Chávez recorrió Cumanacoa y atendió los problemas de los vecinos


El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, aprobó este martes 101 millones de bolívares para solventar la situación en Cumanacoa, estado Sucre, y garantizar las atenciones a las familias afectadas por las lluvias acaecidas durante las últimas horas en la referida localidad.

En cadena nacional de radio y televisión, el jefe de Estado detalló que de ese monto, 26 millones de bolívares estarán destinados a la construcción de 200 viviendas aisladas, mientras que Bs. 45 millones servirán para la construcción de un nuevo urbanismo con capacidad para 300 viviendas.

Dijo, además que otros 30 millones de bolívares serán utilizados para rehabilitar 30 viviendas en el casco de Cumanacoa.

Asimismo, Chávez autorizó a su gabinete ministerial a iniciar los estudios de reubicación de espacios para nuevas viviendas, así como para actividades turísticas en el eje Cumaná-Cumanacoa.

Por último, el Presidente indicó que los recursos saldrán de los dividendos generados por el Banco Bicentenario.

Los que hoy arremeten contra Pdvsa son los mismos que la sabotearon en 2002

Los que hoy arremeten contra Pdvsa son los mismos que la sabotearon en 2002
El jefe de Estado resaltó que las y los trabajadores que rescataron la empresa petrolera venezolana en 2002, durante el paro petrolero, son los mismos que hoy siguen laborando allí y que son atacados por la oposición



Presidente Hugo Chávez

“Estos voceros y esta oposición, sobre todo la tecnocracia petrolera que ahora arremete contra nosotros y contra los trabajadores de PDVSA, fueron los mismos que sabotearon la industria petrolera, paralizaron la Refinería de Amuay y la dañaron”, expresó este martes el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez.

El jefe de Estado venezolano resaltó que las y los trabajadores que rescataron la empresa petrolera venezolana en 2002, durante el paro petrolero, son los mismos que hoy siguen laborando allí y que son atacados por la derecha.

“Ahí están (las y los trabajadores petroleros) con su dignidad, y ahora arremeten contra ellos. Es la batalla de la mentira contra la verdad, es la batalla de la antipatria que representan ellos (oposición), contra la patria que son esos trabajadores y trabajadoras de Pdvsa“, afirmó.

Durante una reunión del Puesto de Comando Presidencial, efectuada en el Palacio de Miraflores, Chávez comentó que en los sectores opositores insisten en afirmar que, en Amuay explotó una esfera (de almacenamiento), pese a que se ha explicado muchas veces que lo sucedido en la planta fue un escape de gas que luego generó un incendio.

“De manera muy extraña, voceros de la oposición siguen insistiendo en que explotaron algunas esferas (de almacenamiento). No explotaron las esferas, y seguimos explicándolo, pero ellos siguen diciendo que explotaron”, destacó.

El pasado sábado 25 de agostó, en horas de la madrugada, un escape de gas en el Área de Almacenamiento de la Refinería Amuay, produjo un incendio que arrojó un saldo de 41 personas muertas, y alrededor de 80 heridos. Durante la mañana de este martes el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, informó que el fuego fue totalmente extinguido y que estiman reiniciar operaciones en dos días.

Chávez firma documento para creación de fondo de atención a afectados en Amuay

Chávez firma documento para creación de fondo de atención a afectados en Amuay
El Presidente de la República destacó que a raíz de todos estos hechos, hay que fortalecer la convicción, las ideas y las capacidades, e incrementar los códigos de alerta


El presidente de la República, Hugo Chávez, firmó este martes el documento que autoriza la creación del Fondo Social de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), por un monto de 100 millones de bolívares, para atender la emergencia que ocasionó la explosión en el área de almacenamiento de la Refinería de Amuay, en el estado Falcón.

En cadena nacional de radio y televisión, el jefe de Estado anunció además la autorización de pago de pensiones, a través del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), para los familiares de las víctimas.

“Menos mal que está la Revolución Bolivariana en Venezuela (…) También se están mudando hoy (un número de familias) gracias a que hay un Estado construyendo viviendas”, acotó.

El Presidente de la República destacó que a raíz de todos estos hechos, hay que fortalecer la convicción, las ideas y las capacidades, e incrementar los códigos de alerta.

Las declaraciones las ofreció el líder venezolano durante la instalación del Puesto de Comando Presidencial, en el Palacio de Miraflores en Caracas.

Reunido con parte de su gabinete, el mandatario venezolano destacó la capacidad de movilización y el despliegue operativo del Estado para atender las inundaciones que se han originado en Cumanacoa (estado Sucre), así como el deterioro del Puente de Cúpira (Miranda) y la tragedia ocurrida en la Refinería de Amuay (Falcón).

En tiempo récord se entregan casas a afectados de #Amuay

En tiempo récord se entregan casas a afectados de #Amuay


Conjunto residencial Ciudad Falcón


A tan sólo tres días de la tragedia en la refinería de Amuay, 60 de las familias más afectadas que perdieron sus hogares recibieron nuevas viviendas, así lo informó este martes el presidente de la República Hugo Chávez.

Estas viviendas que forman parte de la gestión de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) están listas y dispuestas para ser habitadas por las familias que sufrieron afectaciones significativas de sus casas debido al incidente en la refinería de Amuay.

Durante un puesto de comando instalado en Miraflores, Chávez, enfatizó que la fuerza más grande que tiene el país es el fervor patrio y en ese sentido el país seguirá consolidándose, mientras que los grupos contrarios a la patria irán quedando cada vez más al margen y apartados de la vida del país.

Chávez indicó que las viviendas entregadas son de 72 metros cuadrados, dos cuartos, baños, cocina, sala, y áreas de servicios; con esta entrega se llega a 10 mil 18 viviendas entregadas en Falcón.

Desde el Puesto de Control Presidencial que se ha dispuesto en el Palacio de Miraflores, el presidente oficializó la designación de 100 millones de bolívares para crear el fondo social de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), con el fin de atender la emergencia presentada en Amuay. También anunció la asignación de pensiones para los sobrevivientes y familiares de las víctimas que perdieron su vida en el incendio.

“Fueron aprobados los fondos para atender a toda la gente de Paraguaná, las victimas, comercios, heridos, destacamento de la Guardia Nacional, entre otros”, resaltó Chávez.

El Jefe de Estado indicó que toda persona en Falcón que haya sido afectada de alguna manera por acción del incidente de la refinería podrá comunicarse por el número (0800tuamuay) es decir (0800-8826829) dónde será atendido y podrá también gestionar sus inquietudes.

También se conoció que fueron habilitados cuatro centros de atención a los afectados, en Uribana, así como en la Casa de la Cultura, La Pastora y el Museo Alí Primera, en el municipio Los Taques, de la entidad falconiana.

Ante los ataques mediáticos que polemizan la situación de la refinería de Amuay, el Mandatario señaló que, “así la burguesía dispara sus chorros de indignidad contra el fuego patrio y así a través de sus televisoras, radios, diarios y redes sociales disparan, esta estrategia no hay que subestimarla, es el imperio y sus lacayos, tratando de apagar el fuego patrio, la resurrección del pueblo”.

También indicó que hay investigaciones que demuestran que durante las décadas de los 80 y 90 Venezuela era gobernada por un grupo de pesimistas y era muy alto el grado de pesimismo nacional en un pueblo que no veía salida, ante sus gobernantes.

A diferencia de aquella época, indicó que, “Se despertó ahora el optimismo nacional, la esperanza de la nación y creo que eso es lo más grande que se ha despertado y la burguesía ataca eso”, dijo.

Se pudo conocer a través de un contacto con el ministro de Interior y Justicia, Tareck El Aissami, quien desde Cumanacoa en Monagas, precisó que se ha restablecido en un 100% el servicio eléctrico en la localidad, se evacuaron unas 200 familias de las zonas de desastres, además de habilitar completamente el servicio de agua potable.

Trabajadores venezolanos se solidarizan con PDVSA

Trabajadores venezolanos se solidarizan con PDVSA


Central Bolivariana Socialista de los Trabajadores

Desde el estado Zulia trabajadores y trabajadoras se reunieron en la sede de PDVSA de Lagunillas en apoyo al equipo que luchó contra el incendio en Amuay. Argenis Olivares, presidente del sindicato de los trabajadores petroleros anunció que ofrecerán trabajo voluntario para la construcción de casas para los damnificados en el pueblo de Amuay.

Pos su parte, la Central Bolivariana Socialista de los Trabajadores se pronunció para agradecer el heroico trabajo realizado por los integrantes del equipo humano de Petróleos de Venezuela (PDVSA) quienes lograron extinguir el incendio en los tanques ubicados en la zona de almacenamiento de la refinería de Amuay.

El presidente de la Central Bolivariana, Francisco García, expresó “el cielo de Paraguaná está despejado” al tiempo que agradeció a los altos funcionarios del gobierno, por hacer frente a la situación y dedicarse a atenderla prontamente.

Informó que, “la situación en Paraguaná es de absoluta calma, de tranquilidad” y elogió el trabajo de la gobernadora, Stella Lugo, quien desde el primer momento estuvo abocada a atender a los afectados por la onda expansiva.

Por su parte el Coordinador General de la Central de Trabajadores Socialistas, Carlos López, expresó su apoyo a los trabajadores de PDVSA por haber mantenido “una actitud totalmente comprometida a enfrentar las dificultades” y rememoró las acciones llevadas adelante por la oposición venezolana durante el paro e indicó que la derecha no tiene ninguna moral para atacar las acciones del gobierno, quienes atendieron la situación eficientemente y a tiempo.

Los trabajadores socialistas son una pequeña muestra de la solidaridad del pueblo venezolano. Un pueblo que agradece el trabajo heroico del equipo de Petróleos de Venezuela quienes a pesar de las adversidades lograron su cometido: extinguir el fuego.

Pueblo venezolano sacó la fibra libertaria

Pueblo venezolano sacó la fibra libertaria



Héroes de la Patria

El Comandante Hugo Chávez, desde su puesto de comando en el Palacio de Miraflores, aseguró que nuestro pueblo “sacó la fibra libertaria, se puso de pie ante la tragedia de Amuay”.

El Jefe de Estado dijo que a pesar de la tristeza que nos embarga, la Zamurera de la oposición se puso a cabalgar sobre la tragedia.

Chávez felicitó a los trabajadores de PDVSA, “los mismos que durante el paro petrolero del 2002-2003, levantaron nuestra industria, lo hicieron de nuevo ante la tragedia”.

“Yo salí con más fuerzas de la Refinería de Amuay viendo el espíritu y la moral patria de los hombres de PDVSA, bomberos “

El comandante Chávez, aseguró que la tecnocracia petrolera, “los mismos del paro que no debemos olvidar, los mismos que dañaron y sabotearon a PDVSA”, no les importó la tragedia y empezaron a decir que nuestros trabajadores de la nueva industria energética son negligentes y la antipatria frente a nuestros trabajadores que son la Patria.

“Una gran dignidad, coraje, experiencia y capacidad fue lo que vimos en Amuay”, dijo el Mandatario Nacional al tiempo que señaló, “Vean la importancia de tener un Estado fuerte, con capacidades, con poder, un Estado que pueda. En contrario, conocemos el Estado mínimo”.