sábado, 16 de abril de 2011

En Lampedusa, intolerancia, odio de clase y espíritu solidario de los isleños.

Publicado por valladolor 

La crisis económica que mata de hambre desde hace años a las masas de los países norteafricanos y del Medio Oriente y que se encuentra en la base de las revueltas en los países árabes de este principio del 2011, no podía tener otra consecuencia que la fuga de la miseria, del hambre, de la represión de los gobiernos y de la guerra, de masas cada vez más numerosas hacia los ricos países de Europa.

El capitalismo, en su desarrolla frenético en busca de beneficio, mientras arrastra consigo el desarrollo económico en las áreas de mayor interés para los grandes trust capitalistas de Europa y de América ( a los cuales se unen los capitales chinos y sudamericanos en una carrera para acaparar una porción de los gigantescos recursos naturales de los que es rico el continente africano y los territorios de Próximo y Medio Oriente) genera inexorablemente un aumento tendencial de la pobreza y de la miseria de masas cada vez más amplias.

 Los medias y las leyes burguesas llaman emigración al flujo de personas que se desplazan de su país para buscar trabajo en otro; en realidad este desplazamiento no es para nada voluntario, es una fuga determinada por la búsqueda de una supervivencia negada en sus territorios de origen. El desarrollo del capitalismo, con la destrucción de las relaciones económicas y sociales tribales y comunitarias precedentes, con la agudización de la competencia y la violenta expropiación de tierras y recursos naturales, no deja alternativa: expulsados de los campos y de los pueblos, masas de campesinos son urbanizadas a la fuerza. Al lado de los nuevos palacios y de las residencias señoriales nacen y crezcan sin fin suburbios ruinosos en los cuales se hacinan masas humanas reducidas a brazos que explotar y bocas a las que subalimentar. Masas de hombres, mujeres, viejos y pequeños que, a su vez, concentrados en espacios cada vez más restringidos y destinados a sobrevivir asfixiándose unos a otros en una suerte de guerra continua en la búsqueda cotidiana de una vida despreciable, s e transforman después en fuerzas que presionan sobre las relaciones económicas y sociales capitalistas y sobre los tremendos vínculos represivos que aprisionan sus movimientos. Su revuelta para romper las condiciones inhumanas en las que son constreñidos, a romper los recintos, si bien invisibles, de lo que es una auténtica prisión en la cual discurre toda su vida, constituye el acto físico imparable en el cual se muestra el fracaso absoluto del capitalismo y de la sociedad burguesa que se erige sobre él.

La clase burguesa dominante y los estratos pequeño burgueses ligados a ella, viviendo de la explotación de las masas proletarias y proletarizadas cada vez más numerosas, tienen todo el interés en prolongar hasta el infinito esta situación porque de la sujeción del proletariado y de las masas campesinas pobres obtienen su bienestar. En esta situación de dominio social y del necesario mantenimiento en una completa sujeción de masas cada vez mayores y hambrientas, que de tanto en tanto se rebelan con violencia contra las condiciones de violencia y continuada opresión, se genera el odio de clase que la burguesía muestra a todos los niveles y en todos los campos –también en la más democrática de las repúblicas- contra el proletariado y las masas desheredadas: la división  en clases contrapuestas de la sociedad se encuentra bien representada por la organización del Estado, de sus fuerzas militares de represión, por su burocracia, sus leyes, por una máquina estatal que tiene la tarea de defender los intereses de las clases dominantes burguesas.

La reacción natural por la supervivencia lleva necesariamente a las masas proletarias y desheredadas a huir de la miseria y de la muerte en la cual la crisis capitalista les ha precipitado. Esto es lo que ha sucedido a las masas de los países árabes en revuelta en estos meses y lo que les ha dado la fuerza para afrontar con las manos desnudas la inevitable represión policial que los regímenes burgueses de sus respectivos países han desencadenado contra ellas. La caída de Ben Alì en Túnez y de Mubarak en El Cairo no han “resuelto” –ni podían hacerlo- el problema de la crisis económica ni el problema social en que ha derivado. Las masas de jóvenes proletarios desocupados han continuado siéndolo, los campesinos pobres continúan pobres como antes, las pálidas reformas que los nuevos gobernantes han prometido no son capaces, ni de lejos, de llevar una mejora aunque sólo parcial a sus condiciones. ¿Qué vía de salida  pueden ver estas masas  abandonadas a su destino por los propios gobernantes, dejadas en la miseria… si no es la emigración, o mejor, la fuga?
Desde Túnez, y ahora también desde la Libia en guerra, la única fuga posible es a través del Norte, hacia Europa, atravesando el brazo de mar que lleva a Sicilia, y en particular a la isla de Lampedusa, la más cercana a la costa tunecina.

La clase dominante italiana, representada hoy por el gobierno Berlusconi-Bossi, ya ha dado más veces muestras de su auténtico odio de clase hacia el proletariado en general y hacia los proletarios inmigrantes en particular. Bastan las leyes sobre la inmigración Turco-Napolitano, Bossi-Fini y la reciente transformación del inmigrante en clandestino, para que no quepa duda sobre la dimensión del odio de clase que nuestra burguesía muestra, no sólo en los hechos, sino también a través de sus leyes. Y así, apenas las revueltas en Túnez y Egipto han comenzado a desbaratar la estabilidad de su régimen, nuestros gobernantes han lanzado con insistencia la alarma sobre lo que han llamado “bomba inmigrante” que llegaría a las costas italianas. Con la guerra crepitante de Libia, la alarma no podía sino aumentar. En efecto, no obstante la marina militar de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Francia… están presentes con numerosas naves en el Mediterráneo meridional, frente a las costas libias, las carretas del mar repletas de inmigrantes, en su mayoría tunecinos, pero también somalíes, etíopes y nigerianos a los cuales se han unido en los últimos días también los libios, están llegando a las costas italianas, sobre todo a Lampedusa.

Lampedusa, que durante años ha sido siempre una isla predispuesta a acoger, se ha transformado en una gigantesca prisión a cielo abierto donde amontonar y retener a las masas de inmigrantes provenientes del Norte de África. El gobierno tiene evidentemente, interés en alimentar el odio hacia el inmigrante, hacia el extranjero, creando apropósito, una situación insostenible en la isla tanto para los prófugos inmigrantes como para los residentes.

De esta manera se ha llegado a retener en la isla a casi 6000 inmigrantes (datos del 28 de marzo de 2011) acampados de cualquier manera en cualquier lugar; 6000 personas que no tienen qué comer, qué beber o qué vestir y ni tan siquiera dónde dormir y que, además, se encuentran constreñidos a situaciones higiénicas espantosas; personas que, a la espera de ser colocados en ambientes más decentes, desde hace días vagan por la isla todo el tiempo, de la cual no pueden salir hacia tierra firme si no es por medio de transportes del Ministerio del Interior y cuando éste lo decida. Por tanto, estas personas, después de haber sido clasificadas genéricamente de clandestinas y prácticamente aprisionadas en la isla de Lampedusa, serán deportadas a otros sitios, adecuadamente preparados para que no se escapen de los controles de policía. Los prófugos migrantes se transforman así en prisioneros de los llamados Centros de Identificación y Expulsión [Centros de Internamiento de Inmigrantes en España, ndt]
La sociedad burguesa de Túnez, Egipto, Libia, Eritrea, Etiopía, Somalia o Nigeriana les ha llevado a fugarse de la miseria y del hambre así como de la represión y la guerra; la sociedad burguesa italiana les reduce, prisioneros, a sobrevivir en condiciones igualmente desesperadas hasta que sean repatriados a sus países de origen, de los cuales intentarán huir por enésima vez. El capitalismo reserva a los proletarios de la periferia del imperialismo, una vida de estrecheces y de desesperación; pero la vida que estos proletarios, que se fugan de la miseria y del hambre de sus países, encuentran en los países de la rica Europa no es la vida mejor que se imaginaban encontrar y que la televisión que fácilmente reciben en todos los países del Mediterráneo hace ver. La rabia que les ha llevado a rebelarse contra los régimen de sus gobiernos y que les lleva a fugarse hacia Europa no es aún la rabia que puede alimentar aquel sano odio de clase con el cual responder al secular odio de clase que la burguesía suministra a manos llenas en sus manifestaciones de racismo o en sus prácticas económicas y sociales, y que le sirve para continuar sometiendo a los proletarios de todos los países a condiciones de esclavitud salarial.

La vía de salida de la desesperación de una vida no vivida, falsa, reprimida ya en la juventud, de masas siempre más numerosas de proletarios destinados a verter sudor y sangre en el trabajo asalariado y en la desocupación, es la vía de la organización de clase que los proletarios antes o después están obligados a formar porque experimentarán que es el único modo para poder defenderse eficazmente de la presión y de la represión burguesa. La vía es la de luchar no sólo por la supervivencia cotidiana individual sino también por la defensa de los intereses que superan el ámbito espontáneo e inmediato y que unen a los proletarios precisamente por sus condiciones de esclavitud salarial; es la de luchar contra la competencia entre proletarios alimentada consciente y continuamente por los burgueses, porque a través de esta competencia entre proletarios los burgueses conservan su predominio social y debilitan cualquier posible reacción proletaria. La vía de salida no puede ser otra que la lucha, la lucha realizada con medios y métodos de clase, es decir, con medios y métodos que rompan con la práctica del legalitarismo, del democratismo, del pacifismo, de la conciliación entre burgueses y proletarios y que colocan en el centro de la lucha la defensa de los intereses primarios, económicos, sociales y políticos de las grandes masas proletarias. El proletariado, también en los países capitalistas menos desarrollados, constituye, junto al campesinado pobre, la mayoría de la población: pero no es esta mayoría la que domina y gobierna sobre la sociedad, esto lo hace la minoría burguesa capitalista que posee todos los medios de producción y de distribución y que se queda con el producto del trabajo de la mayoría de la población. Si democracia quisiese decir “gobierno del pueblo”, no debería ser la minoría burguesa la que gobernase…. Pero el poder político es cuestión de fuerza, no de derecho, y es con la fuerza que la clase burguesa la ha conquistado y la mantiene, organizando, a través de su Estado, la opresión de todas las otras clases.
En Lampedusa y en todos los Centros de Identificación y de Expulsión, como en cualquier campo de tomates y en cualquier cantera, los proletarios inmigrantes, después de haber degustado los latigazos en sus propios países de origen, prueban las delicias de las democracias occidentales y miran en la civilización de los derechos su condición de perennes clandestinos, de parias, de explotados bestialmente por un trozo de pan, de esclavos lanzados sistemáticamente al nivel más bajo que exista en la sociedad: el capitalismo concede sólo a pocos el “elevarse” de las condiciones de miseria y de hambre, transformándolos en guardianes comprados de la masas proletaria de la cual han tratado de “emerger”, y aquellos que no han encontrado un trabajo más o menos regular como esclavos asalariados son destinados a la marginación más dura o a la delincuencia. ¡Ésta es la civilización del odio de clase a la cual los prófugos de todos los países y de todas las guerras acceden!

La lucha de clase que el proletariado, no sólo europeo, sino de todo el mundo, ha conocido en el siglo pasado gracias a las luchas revolucionarias acaecidas desde el fin de la primera guerra imperialista mundial y gracias a la victoriosa revolución proletaria y comunista en Rusia en octubre de 1917, ha sido olvidada gracias a la fuerza de la contra revolución que, vencido el movimiento revolucionario mundial, ha radicado en el proletariado de los países desarrollados, y por tanto también al proletariado de los países menos avanzados, actitudes y prácticas colaboracionistas e interclasistas que han despedazado hasta ahora cualquier tentativa de reconquista del terreno de clase por la parte proletaria. Pero la crisis capitalista y las revueltas como las que están sacudiendo los países árabes son un buen augurio: los proletarios serán lanzados inexorablemente a luchar para defenderse a ellos mismos, sus condiciones de supervivencia y sus propios intereses de clase, por encima de la fragmentación en la cual la burguesía de todos los países les ha precipitado y por encima de la competencia entre extranjeros. En la dura y accidentada reanudación de la lucha de clase, los proletarios tendrán los elementos objetivos de experiencia para reconocer también al partido político de clase, la única guía que puede conducir su lucha desde el terreno inmediato al político general para revolucionar de arriba abajo una sociedad que ofrece a la mayoría de los hombres que habitan el planeta miseria, hambre, explotación, desesperación, guerra. Lampedusa hoy, es como una ventana por la cual los proletarios de todos los países pueden mirar la sociedad capitalista: las ilusiones acerca de la mejora de las condiciones de vida caen míseramente para los proletarios prófugos que desembarcan así como para los proletarios italianos.


Editado. La Presidenta recorre junto a los empleados la planta de BGH Ti...

viernes, 15 de abril de 2011

¡Condenemos la guerra de ocupación de Libia emprendida por los EE.UU., Francia y Gran Bretaña!

[El siguiente comunicado del PCI (Maoísta), avanzada del Movimiento Comunista Internacional, tiene un especial interés pues aborda el controvertido tema de los levantamientos populares en el mundo árabe y la intervención imperialista en Libia. El Colectivo Odio de Clase se congratula de haber mantenido desde el inicio mismo de dichos levantamientos las mismas posiciones que se defienden en el comunicado que os ofrecemos a continuación.]


¡Condenemos la guerra de ocupación de Libia emprendida por los EE.UU., Francia y Gran Bretaña!

¡Mostremos nuestra solidaridad a los pueblos de países como Túnez, Egipto, Yemen, Bahrein, Argelia, Marruecos y Jordania que luchan por la democracia y la independencia!
¡Opongámonos a la intervención de los imperialistas, especialmente de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia en los asuntos internos de los países árabes!

En las últimas semanas, los levantamientos populares en el mundo árabe han puesto en estado de alerta a los imperialistas, en particular a los imperialistas estadounidenses, y, al mismo tiempo, han ejercido una influencia considerable sobre los pueblos del mundo. Desde Túnez la revuelta se extendió a muchos otros países árabes. Ben Ali, el Presidente de Túnez que reprimió al pueblo tunecino durante los últimos 23 años, y Hosni Mubarak, que gobernaba Egipto desde hacía 30, tuvieron que renunciar y huir espantados ante estos levantamientos de masas. Los movimientos de masas en países como Yemen, Bahrein, Argelia, Marruecos, Jordania, etc. continúan en esa misma línea. La población árabe exige a una voz la dimisión de sus gobernantes, dictadores que desde hace decenios han gobernado en colusión con los imperialistas. Cientos de miles de árabes, en especial los jóvenes, han desafiado las órdenes de prohibición y se han echado a las calles. Calles y plazas se han convertido en mares de masas durante semanas y semanas. Cientos de personas han perdido la vida y miles resultaron heridas en la represión llevada a cabo por los gobiernos. Ahora, no obstante, con la guerra contra Libia emprendida por los países de la OTAN comandados por los EE.UU., los acontecimientos en todo el mundo árabe han dado un giro crucial.

Con el pretexto nominal de frenar a las fuerzas armadas libias que reprimían a los rebeldes opuestos al gobierno de Ghaddafi, el Consejo de Seguridad aprobó una resolución que establecía una “zona de exclusión aérea”. La mayoría de los países de la OTAN, dirigidos por los Estados Unidos, votaron a favor de la resolución mientras Rusia, China, Alemania, Brasil y la India se abstuvieron. Los países con poder de veto tampoco hicieron uso de él para impedir que dicha resolución se adoptase. Obviamente estos países toleraron indirectamente la acción militar al no oponerse a la resolución. El Gobierno de Manmohan Singh está engañando al pueblo indio y al mundo al derramar lágrimas de cocodrilo tras los ataques sin molestarse siquiera en condenarlos formalmente. Los EE.UU., que no han condenado nunca los asesinatos arbitrarios de palestinos cometidos por el estado sionista de Israel en innumerables ocasiones y en violación de docenas de resoluciones de la ONU arrojadas al cubo de la basura; los EE.UU., que han utilizado ilimitadamente su poder de veto a favor de Israel, junto con otras potencias occidentales comenzaron sus bombardeos contra Libia de inmediato, tan pronto como se adoptó la resolución de la ONU. El mismo primer día de ataques, que se dice son parte de una campaña internacional, 18 cazabombarderos pertenecientes a Francia lanzaron al menos 40 misiles sobre diversos objetivos. Buques de guerra de Estados Unidos y Gran Bretaña hicieron blanco en los sistemas de seguridad libios y dispararon misiles. 18 aviones B-2 de la fuerza aérea de los EE.UU. lanzaron más de un centenar de misiles contra Libia y bombardearon varios objetivos. En esta guerra, desencadenada so pretexto nominal de impedir las masacres que pudieran perpetrar las fuerzas de Ghaddafi, han perdido la vida cientos de civiles. ¡¿Hay mayor abyección que pretender que los pueblos del mundo crean que el valor de la vida –y de la muerte- de los libios cambia según el origen de las bombas que les quitan la vida?! Los propios medios de comunicación, que se han dedicado a difundir noticias completamente distorsionadas en apoyo de esta guerra de la OTAN contra Libia, ocultando los hechos que se suceden sobre el terreno, tuvieron que admitir que en los primeros ataques resultaron muertos muchos niños. Una vez más han mostrado a las claras su naturaleza de clase al informar sobre esta guerra unilateral.

La ONU, que se dice una organización neutral, ha demostrado ser, una vez más, una marioneta en manos de países imperialistas como los EE.UU., Gran Bretaña, Francia, etc. El Secretario General Ban Ki Moon se comporta como su perro faldero. En los ataques inhumanos lanzados contra Gaza por Israel en diciembre de 2008, 1.417 palestinos (la mayoría de ellos mujeres y niños) perdieron la vida y muchos miles resultaron heridos; Israel empleó ilegalmente fósforo blanco contra el pueblo de Gaza: muchos palestinos contrajeron cáncer por ello; empleó cazabombarderos F-16, recurrió a los "asesinatos selectivos" y sometió a prácticamente un millón y medio de personas en Gaza a condiciones de vida semejantes a las de una cárcel al aire libre sin siquiera agua potable o electricidad: todo esto no fuere suficiente para que las Naciones Unidas adoptasen una resolución imponiendo una zona de exclusión aérea. El gobierno neonazi de Rajpakse desencadenó una guerra genocida contra los tamiles para diezmar a los LTTE: lanzó toneladas de bombas sobre zonas residenciales y objetivos civiles, y asesinó a 20.000 tamiles sólo en los últimos dos días de guerra; las atrocidades cometidas por el ejército chovinista cingalés contra las guerrilleras tamiles apresadas, incluido el ultraje de sus cadáveres, horrorizaron al mundo: la ONU no hizo nada. En el último cuarto de siglo, el gobierno de la India por medio de su ejército ha masacrado a sangre y fuego a más de 80.000 habitantes de Cachemira: la ONU dormita como en letargo. Y ahora la ONU pretende que los pueblos del mundo crean que esta guerra contra Libia se libra realmente para proteger a los libios de las fuerzas de Ghaddafi. ¡Qué vergüenza! Ni en una sola ocasión ha actuado a favor de los intereses de las naciones oprimidas o del pueblo aunque se pueden citar docenas de casos en que se ha apresurado a salvaguardar los intereses de los Estados Unidos, Israel o de otros países occidentales, incluso por nimiedades.

La guerra contra Libia vulnera también el espíritu mismo de la resolución de la ONU que establece la zona de exclusión aérea. So pretexto de aplicar la resolución de la ONU aprobada para impedir que los aviones libios bombardearan a los rebeldes, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia están bombardeando Libia indiscriminadamente. No se trata sino de una guerra de ocupación. El auténtico motivo es derrocar a Ghaddafi, reemplazarlo por una camarilla de gobierno que les sea favorable y saquear los recursos petroleros libios. Quién puede ser tan inocente como para creer que Obama bombardea Libia para proteger a los rebeldes libios mientras, por la puerta de atrás, envía tropas de Arabia Saudí a Bahrein para reprimir allí la rebelión popular. Este “Premio Nobel de la Paz” sediento de sangre, que está asesinando a cientos de inocentes en ataques de aviones no tripulados en Afganistán y Pakistán occidental, carece de altura moral para pronunciar palabras como “vidas de inocentes”. Los países occidentales –que no se han preocupado jamás por las vidas humanas cuando las fuerzas armadas de los dictadores de Arabia Saudí, Yemen, Jordania, etc., a quienes han estado apoyando todos estos años, disparan contra el pueblo matando a decenas de personas- se empeñan ahora en destronar a Ghaddafi: ¡Ojo! No por intereses egoístas sino “para proteger a los libios”. ¡Hipocresía imperialista pura y dura!

Ben Ali en Túnez, Hosni Mubarak en Egipto, Ali Abdallah Saleh en Yemen, Isa Al Jalifa en Bahrein y el rey Abdallah en Jordania son gobernantes dictatoriales que llevan reprimiendo al pueblo de sus países desde hace décadas en colusión con los imperialistas occidentales, en particular los imperialistas de EE.UU. La fachada democrática de estos países se puede calibrar a partir de las estadísticas de fantasía que obtuvo siempre Ben Ali en las elecciones: ¡entre el 97 y el 99% de los votos! No existía apariencia alguna de derechos democráticos o civiles. Los departamentos policiales y los servicios de inteligencia se habían desarrollado hasta alcanzar proporciones monstruosas: habían llegado a controlar las vidas del pueblo al punto de reprimir el más mínimo signo de disidencia. El desempleo está fuera de control. Yemen solo tiene un desempleo del 40%. En el otro platillo de la balanza, los gobernantes se han dedicado a amasar inmensas fortunas con origen en los abundantes recursos de hidrocarburos de la zona. Miles y miles de millones de dólares evadidos se ocultan en bancos extranjeros. El mundo se sorprendió al saber que Ben Ali se había llevado físicamente con él una tonelada y media de oro en su huida. ¿La punta del “oilberg” [nótese el juego de palabras entre “oilberg” e iceberg]? Los efectos negativos de las sucesivas crisis financieras mundiales sobre el pueblo árabe desde 2008 son tan graves como en cualquier otra parte del mundo. Más de la mitad de la población de los países árabes vive con menos de dos dólares al día. Mientras, estos dictadores derrochan sin límite alguno el dinero del pueblo en la “Guerra contra el terrorismo” desencadenada por los EE.UU. so pretexto de acabar con Al Qaeda. Yemen ha puesto en marcha un programa de capacitación antiterrorista cuya dotación asciende a 750 millones de dólares. Este uso indebido de los recursos del pueblo a la par que se recortaban las ayudas sobre servicios esenciales, etc. ha alimentado la ira del pueblo. A lo largo de todos estos años los imperialistas no han dejado de apoyar todas las medidas explotadoras y represivas que estas dictaduras han impuesto a los pueblos de sus países mientras sacaban provecho de las diversas contradicciones entre las distintas religiones, tribus, nacionalidades y sectas, como los chiítas y los sunitas. Ahora, a la vista de las dimensiones de los levantamientos, los imperialistas han decidido chalanear nuevos caballos deshaciéndose de los viejos. Hicieron dimitir a Ben Ali y a Mubarak y entregaron el poder a los generales. En otros países las potencias occidentales todavía apoyan a los dictadores. La Liga Árabe, que integra a 22 naciones, se está comportando como una comparsa de las potencias occidentales en todo este episodio: no ha mostrado la más mínima pizca de nacionalismo árabe ni ha dado voz a las aspiraciones antiimperialistas del pueblo árabe.
Sólo aquellos gobernantes que satisfacen las aspiraciones democráticas del pueblo, uniéndolo, y se oponen al imperialismo inequívocamente pueden defender y preservar la independencia y la soberanía de sus países. Cualquier gobernante, ya sea Ghaddafi o cualquier otro, que impone un régimen autocrático a su pueblo nunca podrá luchar contra el imperialismo incondicionalmente. Nunca podrá unir al pueblo contra el imperialismo.

Los imperialistas han tramado todo tipo de conspiraciones y maquinaciones desde el comienzo de las revueltas con objeto de establecer su autoridad en Asia occidental y África del Norte, zonas donde se hallan inmensos recursos petrolíferos. Han apoyado a los dictadores genuflexos que preservaban los intereses imperialistas. Si piensan que uno de esos dictadores es un obstáculo para sus intereses no dudan en aplicar la política de “usar y tirar”.
Llamamiento del PCI (Maoísta) al pueblo árabe

El pueblo árabe debería continuar las revueltas contra los dictadores y los imperialistas con la mayor determinación. Debería oponerse con toda firmeza a los intentos de los imperialistas, en especial de los EE.UU., Gran Bretaña y Francia, de secuestrar sus movimientos. Debería estar ojo avizor con los consejos militares que se hicieron con el poder en sustitución de los dictadores. ¡Que los pueblos árabes no se llamen a engaño creyendo que los generales que apoyaron en todo momento a los dictadores ahora garantizarán la democracia! Todos los sectores antiimperialistas, democráticos, patrióticos, incluidos los trabajadores, los campesinos y las clases medias, deberían unirse. El único camino abierto a la población árabe es luchar incondicionalmente contra el imperialismo bajo la dirección del proletariado. Los recientes acontecimientos en el mundo árabe han demostrado una vez más con toda claridad que la guía de la ideología marxista y la dirección de la vanguardia del proletariado, es decir, de un partido comunista revolucionario, son inevitables para la verdadera liberación de las masas oprimidas. Las independencias nominales logradas por estos países frente al colonialismo dieron paso a la explotación neocolonial cuyo resultado ha sido unas condiciones de vida insoportables: el pueblo árabe ha sido víctima directa de este proceso a lo largo de los últimos 40-50 años. Para que el pueblo árabe logre una independencia auténtica tiene que ponerse en pie, destruir el neocolonialismo y luchar contra el imperialismo con toda firmeza. Debería unirse para luchar contra los imperialistas de EE.UU., Gran Bretaña y Francia, países que han impuesto a Libia una guerra injusta. El PCI (Maoísta) alberga la esperanza de que las luchas contra los gobiernos burocráticos y compradores apoyados por los imperialistas se transformarán plenamente en luchas de tenaz resistencia contra el imperialismo, contra su intervención y contra las guerras injustas por él impuestas. Sólo entonces podrá liberarse el mundo árabe de las garras de los dictadores y los imperialistas.
Llamamiento del PCI (Maoísta) al pueblo de la India y al mundo

Los levantamientos del pueblo árabe en pos de la libertad y la democracia son luchas enteramente justas. Aunque en las revueltas participen algunos reaccionarios, como los chauvinistas religiosos, estos movimientos son democráticos y progresistas. Mostremos nuestra solidaridad con estos movimientos. Condenemos con una sola voz la guerra injusta impuesta a Libia por los imperialistas occidentales y la intervención de los imperialistas en el mundo árabe.

¡Detener inmediatamente la guerra injusta contra Libia emprendida por las fuerzas de la OTAN dirigidas por los EE.UU.!

¡Los imperialistas no tienen ningún derecho de intervención en los asuntos internos de Libia!

¡Denunciemos las políticas intervencionistas de los imperialistas, en especial de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, en el mundo árabe!

¡Apoyemos los movimientos populares justos en los países árabes!

miércoles, 13 de abril de 2011

SE HACE NECESARIA LA RADICALIZACION DEL PROCESO REVOLUCIONARIO


En nuestro Estado Trujillo, así como en el resto del País, se necesita crear una Corriente Radical que recoja el sentimiento de aquellos que creemos posible la profundización de este proceso revolucionario.
Así lo dio a conocer el Dirigente Izquierdista José Carmona, quien aclara que el término “radical” no significa que se tenga que ir al extremismo, sino a los principios socialistas para marcar el inicio de una discusión crítica entre los revolucionarios.

No se pretende crear una división en este proceso, sino que debemos profundizar y generar espacios de más participación protagónica para las fuerzas vivas de nuestra sociedad: Los campesinos, la juventud revolucionaria, los Concejos Comunales, los transportistas, los profesionales progresistas, obreros y obreras, que sienten el renacer de la Patria Nueva 

Existe una burocracia en nuestro propio Movimiento Bolivariano, unos reformistas que defienden al orden burgués existente pero lo ocultan bajo una apariencia hipócrita de “moderación”, de la necesidad de “no ir demasiado rápido”, o de “no ser demasiado extremos”; debemos organizarnos para quitarles el puesto dirigencial que han asumido, para que sea reemplazado por gente valiosa que sí cree en el socialismo como una alternativa viable y como una esperanza.

Ahora bien, la nueva Ley habilitante abre nuevas posibilidades para que se puedan aplicar medidas que contribuyan al nuevo cambio revolucionario que todos queremos. Esta medida otorga poderes especiales a nuestro presidente Hugo Chávez, para que a través de ella se pueda emitir leyes y decretos en aspectos fundamentales como la vivienda y hábitat, ordenación territorial, transporte y servicio público, infraestructura, seguridad ciudadana, cooperación internacional, uso de las tierras rurales y urbanas y sistema socioeconómico. Esta nueva ley erradica cualquier excusa que pretenda no tomar medidas socialistas que contribuyan a resolver a fondo los problemas; en nuestro Municipio Trujillo tenemos un grave problema habitacional, son miles los que se suman a la falta de una vivienda digna, la mayoría son jóvenes que formaron su familia sin un hogar establecido, arrimados en espacios familiares o habitando viviendas con pagos de alquileres groseros e inhumanos, pero siempre con la esperanza puesta en las políticas justas que se están implementando en esta revolución.
Se hace necesario seguir en la lucha y sin tregua en la recuperación de los espacios; no pueden existir viviendas desocupadas ni terrenos baldíos con el sólo propósito de abultar las arcas de los burgueses, y que por otro lado, de una u otra forma le hacen el juego a quienes explotan al inquilino sin ningún tipo de consideración.

Debemos romper con todos estos esquemas injustos y perversos que tanto daño les hace al pueblo y a este Proceso Revolucionario; se hace preciso tomar serias medidas que pongan fin de una vez por todas al poder de la burguesía, de los terratenientes y capitalistas, solo así se puede rectificar, que es aplicar la tesis de las tres Rs a la revolución para poder salir adelante, culmino diciendo José Carmona

articulo publicado en el diario el tiempo de trujillo. fecha: 23-01-2011. pag. 02. informacion. periodista Saida Matos CNP 6472

“Estamos ejerciendo la soberanía para recuperar nuestros espacios”


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“Estamos ejerciendo la soberanía para recuperar nuestros espacios”ImprimirE-Mail
escrito por Diana Paredes/DLA Trujillo   
domingo, 09 de enero de 2011
El luchador social sostiene que la sociedad no puede ser indiferente a hechos y antivalores pues conduce a crear un estado de cosas donde la impunidad se convierte en algo normal y aceptado por todos convirtiéndonos en intolerantes. Igualmente asegura que podemos construir una plataforma indispensable, una fuerza humanizadora que acate los principios de justicia y conciencia social, no a través de un pacto con beneficio particular, sino por algo que está dentro de cada uno de nosotros que tiene que ver con el sentido moral como un deber de humanidad y como amor a nuestros semejantes 

El José Carmona luchador social sostiene que la Revolución Bolivariana es un proceso que viene asumiendo de manera decidida la responsabilidad de rescatar los espacios que por ley les pertenecen al pueblo. Este fenómeno social surge del despertar de la conciencia social de las comunidades, enmarcado en el quinto motor constituyente basado en la transferencia del poder al pueblo organizado con el propósito de equilibrar los espacios de una manera más justa; asegura Carmona.

Asimismo resalta: hay que confrontar a este viejo sistema que no ha terminado de fenecer, comandado por personas egoístas, codiciosas y afanadas por un lucro desmedido; la burocracia es típica de un régimen avaro que está pendiente de la ganancia individual y como es ladrón y juzga por su condición, no duerme pensando que todo el mundo lo quiere robar. En este mismo orden de ideas el luchar social aseguró "estos ricos en una subcultura utilizan los medios de comunicación como una plataforma encubridora de sus mentiras y de sus artimañas, para hacerle crear en la subjetividad de los ciudadanos la convicción de que no se puede vivir en paz por la existencia de violencia en grupos fascistas y desadaptados, cuando en realidad la violencia la acometen estos literatos mercantilistas negándoles al pueblo la posibilidad de desarrollar una cultura de trabajo creador y productivo" puntualizó.

Carmona denunció "el mercantilismo" que según él se venía realizando, en la directiva del Ateneo de Trujillo, donde asegura que empresas transnacionales como "Avon, Illusion´s, Ebel, Stanhome, Ésika, Anway entre otros aportaban sumas generosas de dinero por ocupar este espacio para la realización de reuniones y actividades comerciales, y donde se les cobraban grandes sumas de dinero a otras empresas de la región que solicitaban igualmente las instalaciones para realizar cualquier tipo de actividad, y que en nada se relaciona con el propósito fundamental de la institución: promover el desarrollo de la cultura y los valores históricos patrimoniales de nuestra sociedad al servicio de nuestras comunidades".

Además de esto repudió la actitud de quienes calificó como "caciques" reiterando "se creían los dueños de esta institución; manifestaron con arrogancia que es de carácter privado y que no tienen la obligación de rendir cuentas, cuando en realidad la infraestructura es propiedad del Estado y el mantenimiento por tanto ha corrido por cuenta de éste, siendo los trabajadores que allí laboran pagados por el mismo" sentenció.

Protagonistas

El luchador social José Carmona reiteró que todos estamos llamados para ser los protagonistas en la construcción de una sociedad más humana para lo cual señala que es necesario "transformar nuestra debilidad individual en una fuerza colectiva, un poder de todos al servicio de todos, donde quiera que se de un grupo humano organizado allí se da el fenómeno de autoridad. Si la soberanía reside en el pueblo, éste no debe aceptar obedecer a un poder distinto porque deja de ser pueblo y pierde su soberanía. Lo que hicimos en el anterior Ateneo de Trujillo y Centro de Historia, no es más que la soberanía reunida en asamblea de ciudadanos dando cumplimiento a un legítimo derecho de recuperación de nuestros espacios, no el de un grupo minoritario partidista con intereses particulares como lo han hecho entre ver los facistas oligarcas"

Al hablar de este movimiento indicó.- estamos representados por el Comando Kuikas que abarca todos los espacios de la cultura popular, 136 Consejos Comunales, movimientos sociales, Misiones Robinson, Sucre, Ribas, José Gregorio Hernández, Ernesto Che Guevara, Madres del Barrio, Frente Francisco de Miranda, Brigada Che Guevara, Fundación Infocentro, Asociación de Artesanos, entre muchos otros. Gracias a la solidaridad del profesor Benito Flores, Director de Educación del Estado, al Director de Cultura Miguel Ribas, al Cronista de Trujillo Huma Rosario, y al apoyo de nuestro gobernador Hugo Cabezas, tenemos la palanca que garantiza la igualdad real por la que luchamos y seguiremos luchando

Justicia 

Para finalizar Carmona aseguró que la justicia está por encima del derecho y cualquier bien material o bien público está por encima de la simple formalidad de igualdad ante la ley y el despotismo mercantil, asegurando que no admitirán más que intereses particulares sigan imponiéndose a los intereses del pueblo, y recordando siempre que cualquier funcionario público, cualquiera que sea su nivel, es un simple delegado del poder del ciudadano.