lunes, 5 de diciembre de 2011

Vientos de Cambio y Esperanza

Vientos de Cambio y Esperanza

El nacimiento de la CELAC en Caracas

No es sencillo para quienes nos dedicamos al análisis social y político ser lo necesariamente ecuánimes y medidos al enfocarnos sobre los sucesos de creación de la CELAC (Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe) en la capital de Venezuela los días 2 y 3 de diciembre de 2011.



Es muy difícil no emocionarse habiendo sido testigos de las dos reuniones abiertas (transmitidas íntegramente por el sistema de medios públicos venezolanos) de los treinta y tres mandatari@s de las naciones americanas, donde mostraron su intención de llevar adelante la realidad de una nueva mancomunidad continental.

El verbo encendido, la altura y diversidad de los argumentos, la aparente unanimidad en el objetivo común de rescatar las viejas ideas de la Independencia de ser un continente unido, la sensación final de la inevitabilidad de la integración, y sobre todo la afirmación de una voluntad y la elección de un camino propios, creo que ha sido capaz de entusiasmar los corazones de inmensas multitudes, desde el Río Bravo a la Patagonia (de aquellas claro que pudieron de alguna manera tener acceso a los sucesos, boicoteados o descalificados ampliamente por las grandes transnacionales de la comunicación).

Claro que somos realistas, que sabemos que muchas de las reuniones cumbres no van más allá de rimbombantes declaraciones formales, que la constitución de organismos supranacionales deja muchas veces como resultado instituciones burocratizadas e inoperantes. También sabemos que aún en el mejor de los casos, lograr consensos y resoluciones comunes de treinta y tres gobiernos de las más variopintas posiciones ideológicas, no será en absoluto una tarea fácil. Son entonces muchas las dificultades, que han hecho a algunos descreer previamente de los posibles logros de la naciente comunidad, o de su posible eficacia.

Sin embargo, más allá del viejo entusiasmo de quienes hace ya muchos años hemos luchado y seguimos haciéndolo, por la construcción de la Patria Grande, creemos que existen varios indicadores que nos permiten tener optimismo sobre el futuro de la criatura naciente.

Síntomas de los tiempos

Para quienes fuimos testigos en enero de 1962 de las resoluciones de la OEA tomadas en Punta del Este, Uruguay, dónde un grupo de 14 países latinoamericanos votó obedientemente la voluntad de los Estados Unidos de expulsar a Cuba de la OEA (en una reunión propuesta formalmente por Colombia, que en aquella época también era un fiel representante de los intereses norteamericanos en nuestro continente), es un parte importante de lo conmovedor de estos sucesos el haber presenciado hoy estas reuniones en Caracas, dónde las naciones latinoamericanas hablaron con voz propia y aparentemente tomaron sus decisiones de acuerdo a sus propias ideas y necesidades., No sólo parecemos haber llegado a la mayoría de edad al ser capaces de agruparnos por cuenta propia, sin ningún tipo de intervención extranjera, sino también de estar muy concientes de nuestras propias necesidades. Pareciera ser que estamos aprendiendo rápidamente a vernos con nuestros propios ojos. ´
Sí parecen entonces haber cambiado mucho algunas cosas en nuestro continente.

Por otro lado, estos acontecimientos no surgen repentinamente de una chistera. No sólo el Grupo de Río, predecesor de la CELAC viene operando desde 1986 y protagonizó importantes episodios internos de nuestros pueblos, tales como su intermediación en el posible conflicto entre Ecuador y Colombia cuando un operativo militar del segundo violó la soberanía del primero y mató gente en territorio ecuatoriano. También de alguna manera las acciones de la UNASUR# (Unión de Naciones Sudamericanas), un organismo continental relativamente joven que demostró su capacidad de respuesta en sus intervenciones ante el intento secesionista en Bolivia o el intento del golpe de Estado en Ecuador, son también un buen precedente para la CELAC. Igualmente la operación de MERCOSUR (Mercado Común del Sur), el más antiguo de nuestros organismos creados por iniciativa propia, o de la más joven ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas), consisten en otras muestras no sólo de la voluntad, sino también la capacidad real de nuestras naciones, para generar acciones que tiendan a concretar la tan nombrada y ansiada integración continental.

Y una de las cosas más importantes que permiten mantener la esperanza es el haber constatado como, aún en la diversidad de posiciones políticas de los distintos gobiernos (que van desde los radicalismos progresistas –que podemos llamar de izquierda– pasan por diferentes posiciones centristas –desde la socialdemocracia a la centro-izquierda– y llegan a las posiciones claramente derechistas y neoliberales) todos declararon, no sólo su interés sino su acuerdo en la constitución del organismo y en el objetivo común de la integración. Y para ser honestos, no creemos que la presencia de los gobiernos de derecha (todos pro-nortemericanos) sean propiamente caballos de Troya, tal como ya algunos compañeros los han calificado. No debemos olvidar que en medio de la crisis económica de los países centrales, aquellos gobiernos adscritos a las tesis de mercado, están viendo peligrar sus volúmenes de exportación a unas economías en profunda recesión del consumo. Nuestro continente de seiscientos millones de personas, con una economía que parece estar resistiendo la crisis global, se convierte para ellos en una alternativa de comercio de supervivencia.

El realismo mágico

Y en lo particular, quienes creemos, que sólo seremos capaces de crear nuevas alternativas a un mundo que se desploma si ellas surgen de nuestras propias visiones, vimos estas reuniones como todo un ejemplo de una forma latinoamericana de ver el mundo y hacer las cosas, más allá de los parámetros de la óptica eurocentrista europea.

El mejor ejemplo de la existencia de esta realidad lo dio un periodista español# presente en los eventos, al intentar explicar unos acontecimientos que trascendían la formalidad acostumbrada en estas reuniones por la “comunidad internacional” y ante los cuales nos mostró todo su asombro. Nos relató entonces unas plenarias donde “Jefes de Estado” hablaron un lenguaje “de Foro Social Mundial”, dónde fueron comunes las citas a Gramsci o a Ignacio Ramonet, donde se condenó abiertamente por parte de muchos al capitalismo, o donde el Primer Ministro de Jamaica comenzó su discurso explicando que su pueblo ora por la salud de Hugo Chávez. Más aún, donde el viejo guerrillero Pepe Mujica se abrigaba con la chaqueta de un general del ejército venezolano, o donde los presidentes de Chile y Colombia “se tragaban con una sonrisa amable los encendidos discursos de Raul Castro o de Rafael Correa”. O donde un Porfirio Lobo, el presidente hondureño de dudosa legitimidad, se presentó como uno más de la familia, bromeó con el presidente Chávez y declaró su adhesión incondicional a la integración latinoamericana y caribeña.

A esta lista yo agregaría que resultó casi surrealista escuchar por ejemplo a un Felipe Calderón realizar un progresista discurso de apertura signado por la integración, el latinoamericanismo y la necesidad de justicia social; o a un Juan Manuel Santos hablando no solo de la inevitabilidad de la integración, sino de la necesidad de que ella sea una palanca más para la justicia social (y en el segundo día, presionado por las consultas de otros jefes de estado, declarar por primera vez –aún con reticencia– que su gobierno estaría dispuesto a buscar un acuerdo político con las FARC y el ELN, a los que en ningún momento, a diferencia de su predecesor y del presidente chileno, calificó de “terroristas). Igualmente, a pesar de ser el discurso más abiertamente de derecha (por lo visto no era posible pedir más de un gran empresario) fue algo desconcertante oír a Sebastián Piñera declarar que es necesario lograr la justicia social y las oportunidades para todos (aunque haya hablado de la necesidad de tener una educación cada vez mejor, que paradójicamente en su concepción, solo puede ser privada). El tema de la inclusión social y el combate a la pobreza como una de las prioridades fue común a todos los participantes.

Si a eso agregamos el tono insólito para los extra continentales (ver las últimas reuniones de la UE y la formalidad del trato en público de los jefes de estado) de absoluta familiaridad entre los participantes, que en su gran mayoría no solo utilizan entre sí sus nombres de pila, sino que hacen constantes referencias a sus experiencias de relación personal (sistema inaugurado tempranamente por Hugo Chávez, que prendió como reguero de pólvora entre los mandatarios del continente y hoy se ha convertido en lugar común); completamos así el panorama de unas reuniones que por estas y otras características sólo pudieron darse en nuestramérica. En definitiva, asistimos a una muestra del reino de lo real maravilloso de nuestro continente mágico creemos que es uno de los síntomas más positivos de esos eventos.

En definitiva, son muchas las razones para creer en el buen futuro de la integración en nuestro continente. Es posible, bajando a la realidad concreta, que la percepción de la inevitabilidad del agravamiento de la crisis global, sea también uno de los principales factores que están conduciendo a nuestros gobiernos a buscar la unión como una forma de sobrevivirla.

Como sea, la conjunción de factores parece estarnos llevando efectivamente a retomar como concretas las viejas utopías no alcanzadas de nuestros libertadores. Tenemos entonces razones, intuiciones y emociones que nos llevan a ver el futuro con la esperanza en un mundo mejor.

Crisis Económicas y Protestas Políticas del Atardecer Neoliberal (I)

Crisis Económicas y Protestas Políticas del Atardecer Neoliberal (I)

La herencia intelectual más importante del mundo occidental, a criterio de los propios europeos, es la acumulación de principios, valores, filosofías y éticas que conjuntamente podemos denominar como la “Ilustración” (desde el siglo XVIII y hasta la Revolución Francesa). Spinoza, Voltaire, Diderot, Paine, la herencia filosófica de los enemigos de la Iglesia y su rol en la nueva configuración de poder social que hoy en día denominamos el Estado–Nación, tuvo su éxito histórico más significante –a criterio de los historiadores europeos– en la separación del Estado y la Iglesia, el famoso proceso de “secularización” de la sociedad europea. El proceso no se realizó en unas pocas generaciones, y tampoco de manera pacífica, pero en fin la Iglesia, como institución política, fue debilitada significativamente, aunque nunca descartada como irrelevante en el ámbito socio–político europeo y norteamericano. La separación de la Iglesia y el Estado, como lo articuló John Locke y Thomas Paine, es una realidad notable en la actualidad europea (Ley Francesa de Separación de 1905, Constitución Española de 1931), aunque esta separación sufre de profundas ambigüedades en el protestantismo estadounidense, en donde la “iglesia”, que en su sentido institucional no existe (ausencia de jerarquía y estructura papal en las denominaciones protestantes), pero que en su sentido ideológico si ha podido impregnar la propia fábrica social y política de esta nación.

Seguramente el mundo occidental del 2011 sería un poco diferente a lo que vivimos hoy en día si las estructuras eclesiásticas y las filosofías agustinianas no hubieran sido purgadas por la Ilustración, las revoluciones de Francia, España y Rusia, y las múltiples guerras de esa península euroasiática que llamamos “Europa”. Pero considero que existe una separación –producto de la misma Ilustración– que amerita aún más atención y análisis por el impacto que aún posee en la actualidad: la separación entre la política y la economía, y específicamente como se imaginó esta separación desde la teoría y los discursos ideológicos–políticos, y como se implementó desde el estado y la sociedad (institucionalización económica, legislación estatal y cultura política/económica atrincherada en la concepción colectiva de la mayoría de las sociedades europeas).

Esta separación artificial entre lo económico y lo político se institucionalizó en las disciplinas de las ciencias sociales en el mundo occidental. Las obras clásicas de autores como Kant, Hegel, Rousseau, Hobbes, Mills y Voltaire, entre otros, constituyen las bases fundamentales de lo que las disciplinas de las ciencias sociales europeas utilizarán al ser constituidas propiamente en el siglo XVIII. A criterio del sociólogo estadounidense Immanuel Wallerstein (1995), entre 1850 y la Primera Guerra Mundial se consolidó un numeroso campo de investigaciones a 6 principales disciplinas: La Historia, las tres ciencias sociales nomotéticas (la sociología, la ciencia política y la economía), la antropología y los estudios orientales. Para Wallerstein, la división entre las llamadas “tres ciencias sociales nomotéticas” es una reflexión del discurso ideológico dominante del siglo XIX y que hoy en día sigue vigente: 

Básicamente, el punto de vista dominante a nivel mundial del liberalismo, era que el estado, el mercado y la sociedad eran tres entidades diferenciadas. Ellas operaban con lógicas diferentes y por lo tanto debían ser estudiadas en forma separada, y en cierto sentido, se mantenían aparte en el mundo real. Por eso los estudiosos tenían que segregar su conocimiento de tales aspectos.

Como lo dicta el positivismo, que constituye la base epistemológica/conceptual de las teorías tradicionales, las ciencias sociales son una empresa del mundo moderno; sus raíces se encuentran en el intento –plenamente desarrollado desde el siglo XVI y que es parte inseparable de la construcción de nuestro mundo moderno– de desarrollar un conocimiento secular sistemático que posea ciertos niveles de validación empírica (Wallerstein). El economista estadounidense, James M. Buchanan Jr., decidió que era una buena idea aplicar la visión positivista–ya profundamente empotrada en la concepción neoclásica de la economía –en los estudios de gobierno y administración. El estadounidense abogó por la aplicación de la teoría económica neoclásica para el estudio de la formación de políticas públicas y el comportamiento de los agentes del estado; encontrando además que era posible extender dicha teoría a las decisiones de los ciudadanos para efectos de predecir e interpretar las elecciones que toman los mismos entre las diversas opciones existentes en el “mercado político”, de aquí nace el supuesto “hombre racional”, que sigue criterios individualistas de maximizar sus ganancias.

Todos los modelos mencionados anteriormente, productos del positivismo, insisten que la metodología de las ciencias naturales es el único modelo para las ciencias sociales, con su énfasis en la cuantificación de los hechos y la matematización de la realidad social y la interacción humana. Al respecto, las palabras del economista Francés Frédéric Bastiat, en su obra Armonías Económicas, describen la visión positivista –y profundamente conservadora– de manera exacta y fiel a sus objetivos:
Lo que establece la gran división entre las dos escuelas es la diferencia en métodos. El socialismo, como la astrología y la alquimia, procede por la vía de la imaginación. La economía política (liberal), como la astronomía y la química, procede por vía de la observación.

Bastiat y muchos otros liberales consideran que al proceder por la vía de la observación, como reiteramos anteriormente, categorías que inducen a la distribución de la riqueza o la intervención del estado en la economía no surgen de hechos ni de data acumulada, sino de criterios no–científicos como la “justicia social” y las “luchas de clase”, es decir, estas últimas son categorías artificiales que no existen en lo que ellos conciben como la naturaleza social. De esta manera, las categorías sociales (o históricas) no son científicas, y como consecuencia “lógica” de esto, se reduce el sistema de interacción social a los niveles constituyentes del mismo (atomización de la realidad social), en donde solo el “individuo” es la única unidad de análisis (“la sociedad no existe”, como lo proclamó la Dama de Hierro, la Baronesa Margaret “Maggie” Thatcher), y el estudio “científico” de la economía se reduce al estudio del “libre” y “perfecto” intercambio entre individuos completamente racionales y lógicos.

Lo anterior nos lleva al concepto que se encuentra en el corazón de la filosofía conservadora: el Hombre Económico. Tomando la analogía de las ciencias físicas, el individuo en el sistema económico constituye la unidad más fundamental de análisis, como lo constituyen las partículas elementales (subatómicas – electrones, quarks, etc.) en el modelo estándar de la física cuántica. 

Consecuentemente, se puede construir el prototipo de este “individuo”–una abstracción del ser humano que solo funciona y existe para maximizar su propia utilidad– eliminando del análisis social o económico categorías potencialmente peligrosas como la evolución histórica, la justicia social y las luchas de clases. Este prototipo de individuo, para los economistas tradicionales, se denomina el Homo Œconomicus (Hombre Económico). En esta representación teórica y altamente ficticia, el individuo se comportaría de forma racional (es decir, fácil de predecir, como las partículas subatómicas) ante estímulos económicos, siendo capaz de procesar adecuadamente toda la información que existe para tomar decisiones perfectamente racionales.

De esta manera, la mayoría del conocimiento en las academias de estudio del mundo occidental, y como consecuencia los discursos políticos y la difusión mediática en general, se encuentran profundamente segmentadas de manera que las disciplinas que constituyen el estudio de la realidad social no solo siguen criterios abstractos y poco relacionados con sus contextos sociales e históricos, sino que igualmente se estudian como criterios separados en virtud de la visión “liberal” de separación entre el Estado (la política) y el Mercado (la economía). La educación universitaria en el mundo occidental en la mayoría de los casos reproduce criterios altamente conservadores que mantiene los dos aspectos ya señalados. Naturalmente discursos críticos de esta visión no poseen una presencia notable en las enseñanzas universitarias en el mundo occidental.

Les refresco la memoria de esta separación con los discursos ideológicos conservadores del ideólogo neoliberal Francis Ford Fukuyama, como también el politólogo Samuel H. Huntington. Fukuyama argumentó que el fin de la Guerra Fría (particularmente el fin del conflicto ideológico “Comunismo” / ”Capitalismo”) era a la vez el “fin de la Historia” como una lucha de ideas. Como Hegel proclamó el fin de la Historia con el triunfo de Napoleón y las ideas de la Revolución Francesa, el triunfo de la Democracia Liberal (es decir, EEUU y sus aliados) y el mercado marca el verdadero fin de la Historia. Para Huntington, en su tesis de choque de civilizaciones, los estados seguirán siendo los actores más poderosos del panorama internacional, pero los principales conflictos de la política global ocurrirán entre naciones y grupos de naciones pertenecientes a diferentes “civilizaciones”, por lo cual el choque de civilizaciones dominará la política global. Lo económico, ahora homogéneo con el triunfo del capitalismo, no será el factor determinante de las luchas y los conflictos en la escena global, sino aspectos “irracionales” como la cultura (lo irracional es la cultura del “otro”, el no–europeo), por lo cual el autor considera que las fallas (fronteras) entre las civilizaciones serán los frentes de batallas, con criterios basados en religión y/o cultura en vez de la distribución de riqueza y los modos de producción.

Estos documentos, producidos a finales de la década de los ochenta e inicios de la noventa del siglo XX, reflejan una actitud profundamente ideológica que existía en abundancia durante el periodo señalado. 

Recuerdo cuando tenía solo 14 años de edad, un reportero de una de las gigantescas cadenas de noticias estadounidenses informaba, con un aspecto triunfalista y una alegría exorbitante, que en todas las ciudades de la antigua Alemania Oriental – ahora Alemania Unida – se estaba desmantelando las estatuas de Karl Marx y Vladímir Ilich Uliánov (Lenin), como señal definitiva que la humanidad “superó” los conflictos de clase y ahora inicia el proceso de “democracia y prosperidad para todos”. El reportero finalizó con la afirmación: “Marx estaba equivocado en todo, al igual que Lenin, por eso es que van al basurero de la historia”.

Para resumir la parte introductoria de este trabajo, señalo lo siguiente: la Ilustración decretó dos santos divorcios: Estado e Iglesia, y Economía y Política, constituyendo esta última separación como la base conceptual de la academia y la ideología dominante en el mundo occidental; la economía neoclásica pudo imponer sus criterios sobre todas las ramas de los estudios políticos, y con esto sedimentar la separación entre lo político y lo económico en todas las disciplinas; con ese triunfo, surgió el Homo Economicus, la “partícula subatómica” de las ciencias sociales tradicionales; el triunfo del Capitalismo sobre las Fuerzas del Mal (el comunismo) cierra el capítulo de debate ideológico, ahora solo queda el modelo occidental, y los conflictos en el mundo ahora son productos de la “irracionalidad” de los países del Sur (tercer mundo para los ideólogos neoliberales) que bárbaramente resiste las recetas del éxito del mundo occidental. La democracia y el mercado occidental son perfectos, el resto es una mala imitación de esta perfección.

Egipto y su encrucijada

Egipto y su encrucijada

Manifestaciones en contra del proyecto militar que pretende eternizarse en el poder forzaron elecciones escalonadas con final previsto para marzo.

La sangre volvió a brotar del suelo egipcio. Y la Plaza Tahrir se convirtió, como hace diez meses atrás, en el epicentro de las nuevas -aunque viejas- protestas en reclamo de democracia y libertad.

Tras la caída de Hosni Mubarak, en el mes de febrero de este 2011, todo parecía indicar que la denominada “Primavera Árabe” que se extendía por gran parte de la región, desencadenaría en una reconfiguración del mapa político en Medio Oriente.

Pero, por el momento, en Egipto nada cambió tras la salida de Mubarak. Así, el status quo es mantenido por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, encabezado por el mariscal Mohamed Tantaui, y se autoproclamó como la institución encargada de llevar adelante una transición hacia un gobierno civil.

Sin embargo, después de nueve meses de gobierno de la Junta Militar, los cambios exigidos por los ciudadanos egipcios brillan por su ausencia. Tantaui se encargó de cambiarle el maquillaje a la estructura de poder que había construido Mubarak y que le permitió mantenerse en la presidencia por 30 años.

Ante este panorama, el 18 de noviembre, los egipcios volvieron a tomar la Plaza Tahrir en reclamo de la salida inmediata de los militares del poder, el llamado a un gobierno de unidad nacional para llevar adelante la transición y la celebración de elecciones presidenciales para abril de 2012.

La respuesta que obtuvieron los manifestantes fue una feroz represión por parte de las Fuerzas de Seguridad egipcias. Se contaron, hasta el momento, más de 40 muertos y 3.000 heridos en todo el país.
Debido a la imposibilidad de desalojar la Plaza mediante la violencia, y el aumento del descontento de los manifestantes, el primer ministro Essam Sharaf y todo su gabinete, marionetas de la Junta Militar, decidieron renunciar.

Así, el mariscal Tantaui decidió, en forma tardía y parcial, dar lugar a ciertas exigencias de los manifestantes. Entre ellas, poner como fecha estimada para las elecciones presidenciales el mes de junio de 2012.

Si bien este anuncio no fue bien recibido por los rebeldes, lo que los llevó a mantener el acampe en Tahrir fueron otras decisiones del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, tal como la designación de Kamal el Ganzuri, hombre de Mubarak, como nuevo premier.

Además, la Junta Militar pretende autoproclamarse como garante de la nueva Constitución –que deberá redactarse- reservándose para sí la potestad de vetar cualquier artículo, y mantiene la intención de realizar un referéndum para que la población decida la continuidad o no de los militares en el gobierno de transición. “Estamos dispuestos a entregar inmediatamente la responsabilidad si el pueblo así lo desea en un referéndum popular”, señaló Tantaui.

Este anuncio no hace más que reafirmar la idea de que los militares pretenden enquistarse en el poder. Sin embargo, Tantaui intentó, sin lograrlo, desarticular esta idea. “No buscamos la Presidencia y las Fuerzas Armadas rechazan cualquier intento de dañar su reputación”, intentó aclarar el Presidente de Facto.

Tras los anuncios, Mohamed Tantaui se reunió con el ex director del Organismo Internacional de Energía Atómica y Premio Nobel de la Paz, Mohamed el Baradei, para que respaldara a el Ganzuri como nuevo primer ministro. Con el mismo objetivo se comunicó con Amr Musa, ex secretario general de la Liga Árabe,

Pero tanto el Baradei como Musa lejos estuvieron de apoyar la designación de Tantaui. Las razones de la decisión no son difíciles de encontrar: Mohamed el Baradei y Amr Musa son vistos con buenos ojos por los egipcios para encabezar un gobierno de transición. Respaldar una medida antipopular de la Junta Militar provocaría la desconfianza de los ciudadanos.

Así mismo, mientras que la Plaza Tahrir es testigo de la “Segunda Revolución”, como la denominan los manifestantes, Egipto comenzó el lunes 28 con unas confusas y escalonadas elecciones Legislativas.
Los días 28 y 29 de noviembre, el 14 de diciembre y el 3 de enero, los egipcios decidirán la conformación de la Asamblea del Pueblo o Cámara baja del Parlamento. El 29 de enero, el 14 de febrero y el 11 de marzo elegirán a los senadores de la Chura o Cámara alta.

Pero si la división de los comicios no hace más que poner un manto de confusión a las elecciones, la oferta de candidatos complica las cosas: 15 mil candidatos repartidos en 55 partidos.

De los 55 partidos políticos que se presentan como opción ante la sociedad, la mayor parte son agrupaciones y coaliciones conformadas tras la caída de Mubarak. En ese contexto, el gran candidato a obtener la victoria es el Partido de la Libertad y la Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, que posee la organización más sólida y de mayor experiencia.

Por otra parte, para Estados Unidos y sus aliados europeos la crítica situación por la que atraviesa Egipto no amerita ninguna dura condena contra la represión y el uso de la violencia ejercida por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.

Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, aseguró que Estados Unidos está “profundamente preocupado” por la violencia, y pidió “contención a todas las partes, para que los egipcios puedan avanzar para forjar un Egipto fuerte y unido”. Bastante poco si se consideran como parámetros los escenario por ellos construido en Irak, Afganistán, Irán o Libia.

Así como ocurrió con Hosni Mubarak, a quien Washington mantuvo de aliado hasta que la situación en Egipto se volvió insostenible, la Administración Obama no tiene muchas intenciones de que la Junta Militar abandone el poder.

Durante los 30 años de mandato de Mubarak, las Fuerzas Armadas egipcias se convirtieron en defensoras de los intereses de Washington a cambio de 1.300 millones de dólares anuales, cifra solo superada por la ayuda militar que la Casa Blanca le brinda al Ejército de Israel.

Queda claro que lo que más desearía Washington para Egipto es un gobierno aliado que garantice el equilibrio en la región como hasta ahora: el país norafricano no sólo controla el Canal de Suez sino que además comparte fronteras tanto con Gaza como con el hermano menor de Estados Unidos, Israel.
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David Garcia | Desde la Redacción de APAS

Declaración de Caracas

Declaración de Caracas

“En el Bicentenario de la Lucha por la Independencia Hacia el Camino de Nuestros Libertadores”

La histórica cumbre de la Celac concluyó exitosamente con la presentación de las conclusiones a las que llegó la reunión de mandatarios, sobre la que todo el mundo se mantuvo al pendiente el viernes 2 y sábado 3.
cierre del celac suramericapress

1. Las Jefas y los Jefes de Estado y de Gobierno de los países de América Latina y el Caribe, reunidos en Caracas, República Bolivariana de Venezuela, los días 2 y 3 de diciembre de 2011, en el marco de la III Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC) y la XXII Cumbre del Grupo de Río, y en el año de la conmemoración del
Bicentenario de la Independencia de Venezuela, y en memoria y homenaje a la trascendental obra histórica de El Libertador Simón Bolívar, acuerdan:

2. Reconocer la valiosa contribución del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política - Grupo de Río- creado en diciembre de 1986 en Río de Janeiro en los temas centrales de la agenda regional y global y en favor de las más altas aspiraciones de nuestros países, así como el impulso que ha otorgado a la cooperación, como a la integración y al desarrollo de la región, la CALC, creada en diciembre de 2008, en Salvador de Bahía, Brasil.

3. Reafirmar la declaración de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe (Riviera Maya, México, 23 de febrero de 2010) y, en particular, la decisión de constituir la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que comprende a los 33 Estados soberanos de nuestra región.

4. Saludar la creación del Foro Unificado CALC y Grupo de Río de composición abierta, Co-Presidido por Chile y Venezuela que impulsó la excelente tarea de redactar el documento de procedimientos de la CELAC, dando cumplimiento efectivo a la Declaración Ministerial de Caracas del 3 de julio de 2010.

5. Reconocer los importantes logros y consensos alcanzados en las reuniones de las Ministras y los Ministros de Relaciones Exteriores realizadas en Caracas, durante julio de 2010 y abril de 2011, así como las reuniones ministeriales especializadas de lo social, ambiental, energético, financiero y comercial, en el marco de la Presidencia venezolana de la CALC.

6. Conscientes de los desafíos que la crisis económica y financiera internacional presentan al futuro de nuestra región y a nuestras legítimas aspiraciones de inclusión social, crecimiento con equidad, con desarrollo sustentable e integración.

7. Convencidos de que la unidad e integración política, económica, social y cultural de América Latina y el Caribe constituye, además de una aspiración fundamental de los pueblos aquí representados, una necesidad para enfrentar con éxito los desafíos que se nos presentan como región.

8. Conscientes de que la conmemoración del Bicentenario de los procesos de Independencia en América Latina y el Caribe, ofrece el marco propicio para la consolidación y puesta en marcha de nuestra Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

9. Decididos a promover y proyectar una voz concertada de América Latina y el Caribe en la discusión de los grandes temas y en el posicionamiento de la región ante acontecimientos relevantes en reuniones y conferencias internacionales de alcance global, así como en la interlocución con otras regiones y países.

10. Reconocer que nuestros países han avanzado en procesos de Integración regional y subregional y en la conformación de diversos mecanismos a lo largo de las últimas décadas, reflejo de su vocación de unidad y su naturaleza diversa y plural, que constituyen un sólido cimiento a partir del cual edificamos la Comunidad que agrupa a todos los Estados
latinoamericanos y caribeños.

11. Conscientes de la aspiración común de construir sociedades justas, democráticas y libres y, convencidos de que cada uno de nuestros pueblos escogerá las vías y medios que, basados en el pleno respeto de los valores democráticos de la región, del Estado de derecho, sus instituciones y procedimientos y de los derechos humanos, les permita perseguir
dichos ideales.

12. Ratificar nuestro apego a los Propósitos y Principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas, y el respeto al Derecho Internacional.

13. Destacando el camino trazado por los Libertadores de América Latina y el Caribe hace más de doscientos años, un camino iniciado de manera efectiva con la independencia de Haití en 1804, dirigida por Toussaint Louverture, constituyéndose de esta manera en la primera República Independiente de la región. De la misma manera recordamos que la República de Haití liderada por su Presidente Alexandre Pétion, con la ayuda prestada a Simón Bolívar para la Independencia de los territorios que en el presente conocemos como
América Latina y el Caribe inició las bases para la solidaridad e integración entre los pueblos de la región.

14. Inspirados en la obra de los Libertadores, y asumiendo plenamente su legado como acervo fundacional de nuestra Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

15. Conscientes de que han transcurrido 185 años desde que se ensayara el gran proyecto de los Libertadores, para que la región se encuentre hoy en condiciones de abordar, por la experiencia y la madurez adquirida, el desafío de la unidad e integración de América Latina y el Caribe.

16. Inspirados en el Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826, acto fundamental de la doctrina de la unidad latinoamericana y caribeña, en el que nuestras jóvenes naciones soberanas plantearon la discusión de los destinos de la paz, el desarrollo y la transformación social del continente.

17. Destacando la participación de los pueblos indígenas y afrodescendientes en las luchas independentistas y reconociendo sus aportes morales, políticos, económicos, espirituales y culturales en la conformación de nuestras identidades y en la construcción de nuestras naciones y procesos democráticos.

18. Reconociendo el papel histórico de los países de la Comunidad Caribeña (CARICOM) en el proceso de liberación, desarrollo e integración en Latinoamérica y el Caribe, y enfatizando el compromiso permanente de CARICOM y los Pueblos Caribeños para contribuir con el desarrollo integral y sostenible de la región.

19. Exaltando la conmemoración del Bicentenario de Independencia, los países latinoamericanos y caribeños honramos la memoria de nuestras luchas independentistas y reafirmamos el pensamiento integracionista que enarbolaron nuestros héroes y heroínas.

Declaramos:

20. En el marco del Bicentenario de la independencia, nos hemos reunido los 33 países de América Latina y el Caribe, luego de los esfuerzos concretados en la Cumbre de América Latina y El Caribe (CALC) realizada el 17 de diciembre de 2008 en Salvador de Bahía y la Cumbre de la Unidad realizada en Cancún el 23 de febrero de 2010, para poner en marcha la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

21. Que conforme al mandato originario de nuestros libertadores, la CELAC avance en el proceso de integración política, económica, social y cultural haciendo un sabio equilibrio entre la unidad y la diversidad de nuestros pueblos, para que el mecanismo regional de integración sea el espacio idóneo para la expresión de nuestra rica diversidad cultural y a su vez sea el espacio adecuado para reafirmar la identidad de América Latina y El Caribe, su historia común y sus continuas luchas por la justicia y la libertad.

22. Que teniendo en cuenta la diversidad en los procesos de formación de la identidad latinoamericana y caribeña, la CELAC se convierta en un espacio que reivindique el derecho a la existencia, preservación y convivencia de todas las culturas, razas y etnias que habitan en los países de la región, así como el carácter multicultural de nuestros pueblos, y plurinacional de algunos de nuestros países en especial de las comunidades originarias que promueven y recreen la memoria histórica, los saberes y los conocimientos ancestrales.

23. Que reconociendo el derecho que tiene cada nación de construir en paz y libremente su propio sistema político y económico, así como en el marco de las instituciones correspondientes de acuerdo al mandato soberano de su pueblo, los procesos de diálogo, intercambio y negociación política que se activen desde la CELAC deben realizarse tomando en cuenta los siguientes valores y principios comunes: el respeto al Derecho Internacional, la solución pacífica de controversias, la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza, el respeto a la autodeterminación, el respeto a la soberanía, el respeto a la integridad territorial, la no injerencia en los asuntos internos de cada país, la protección y promoción de todos los derechos humanos y de la democracia.

24. Con fundamento en los valores y principios del párrafo anterior y recogiendo la práctica del Grupo de Rio, la CELAC promoverá el desarrollo de instrumentos para garantizar el cumplimiento de los mismos.

25. Que es necesario continuar unificando esfuerzos y capacidades para impulsar el desarrollo sostenible de la región, concentrando los esfuerzos en el creciente proceso de cooperación e integración política, económica, social y cultural para así contribuir con la consolidación de un mundo pluripolar y democrático, justo y equilibrado, y en paz, despojado del flagelo del colonialismo y de la ocupación militar.

26. Que es necesario profundizar la cooperación y la implementación de políticas sociales para la reducción de las desigualdades sociales internas a fin de consolidar naciones capaces de cumplir y superar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

27. La necesidad de avanzar sobre la base de nuestros principios en el fortalecimiento y consolidación de la cooperación latinoamericana y caribeña, en el desenvolvimiento de nuestras complementariedades económicas y la cooperación Sur-Sur, como eje integrador de nuestro espacio común y como instrumento de reducción de nuestras asimetrías.

28. Que la CELAC, único mecanismo de diálogo y concertación que agrupa a los 33 países de América Latina y El Caribe, es la más alta expresión de nuestra voluntad de unidad en la diversidad, donde en lo sucesivo se fortalecerán nuestros vínculos políticos, económicos, sociales y culturales sobre la base de una agenda común de bienestar, paz y seguridad para
nuestros pueblos, a objeto de consolidarnos como una comunidad regional.

29. Que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), teniendo presente el acervo histórico del Grupo de Río y de la CALC, impulsará planes de acción para la implementación y el cumplimiento de los compromisos plasmados en las Declaraciones de Salvador de Bahía y de Cancún, en el Plan de Acción de Montego Bay y en el Programa
de Trabajo de Caracas.

Enalteciendo el proceso histórico vivido, las Jefas y los Jefes de Estado y de Gobierno de los países deAmérica Latina y el Caribe deciden:

30. Adoptar, con base en los principios de flexibilidad y de participación voluntaria en las iniciativas las declaraciones y documentos adoptados en las reuniones ministeriales especializadas sobre Desarrollo Social y Erradicación del Hambre y la Pobreza, celebrada en Caracas, 24 y 25 de marzo de 2011; reunión de seguimiento y evaluación de los
avances del Foro de Ministros de Ambiente, Caracas, 28 y 29 de abril de 2011; reunión Ministerial sobre Energía, Caracas, 12 y 13 de mayo de 2011; reunión Ministerial sobre la Crisis Financiera Internacional y Comercio Exterior, Caracas 18 y 19 de mayo de 2011; reunión entre Mecanismos regionales y subregionales de integración en América Latina y el Caribe en el marco de la CALC, Caracas 25 y 26 de Octubre de 2010; reunión entre mecanismos regionales y subregionales de integración en América Latina y el Caribe en el área económico-comercial, Montevideo, 6 y 7 de abril 2010; Reunión entre mecanismos regionales y subregionales de integración en América Latina y el Caribe en el área productiva, Caracas 5 y 6
de mayo de 2011; reunión entre mecanismos regionales y subregionales de integración en América Latina y el Caribe en el área social e institucional, Caracas, 10 y 11 de junio de 2011; reunión de conclusiones entre mecanismos regionales y subregionales de integración en América Latina y el Caribe, Caracas, 11 de junio de 2011; reunión de coordinación de las iniciativas regionales en las áreas de infraestructura para la integración física de transporte y telecomunicaciones e integración fronteriza, realizada el 24 y 25 de marzo de 2011 en
México; Reunión Regional de Mecanismos Latinoamericanos y Caribeños sobre Asistencia Humanitaria, realizada el 30 y 31 de mayo de 2011 en Panamá; reunión regional sobre protección a los migrantes, Perú 26 y 27 de junio de 2011. Dando cumplimiento al Programa de Trabajo de Caracas para la implementación de los mandatos de la CALC plasmados en las Declaraciones de Salvador de Bahía y de Cancún, así como en el Plan de Acción de Montego Bay, en el período 2010-2011 acordado por los Cancilleres el 3 de julio de 2010.

31. Poner en marcha la CELAC, como mecanismo representativo de concertación política, cooperación e integración de los Estados latinoamericanos y caribeños y como un espacio común que garantice la unidad e integración de nuestra región.

32. Reafirmar que el propósito común de integración, unidad y cooperación dentro de la CELAC se sustenta en los acervos heredados por los principios compartidos y consensos adoptados en la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre la Integración y Desarrollo (CALC) y el Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política Grupo de Río, que
luego de fructífera labor cesan formalmente en sus acciones y dan paso a la CELAC.

33. Incorporar el Plan de Acción de Caracas 2012 como parte integral de esta Declaración, con el objetivo de llevar a la realidad nuestro compromiso político de defensa de la unidad y la integración, la cooperación, la complementariedad y la solidaridad.

34. Aprobar el “Estatuto de Procedimientos de la CELAC”, como parte integral de la presente Declaración, poniendo así definitivamente en marcha su organización y funcionamiento.

35. Invitan a la Presidencia Pro-Témpore de la CELAC a que en el ejercicio de su Presidencia implementen el Plan de Acción de Caracas 2012 en especial lo relativo a los ejes temáticos en las áreas social, ambiental, energético, económico, cultural y otras áreas prioritarias determinadas en el Plan de Acción de Caracas. Asimismo, encomendar a los Ministros de
Relaciones Exteriores a que formulen propuestas para destinar los recursos materiales y financieros necesarios, sustentados en los criterios de máxima efectividad y austeridad establecidos en el documento de procedimientos de la CELAC.

36. Comprometer la voluntad de nuestros gobiernos para instruir a los mecanismos y organismos regionales, a que promuevan entre ellos la comunicación, cooperación, articulación, coordinación, complementariedad y sinergia, cuando corresponda y a través de sus respectivos órganos directivos, para contribuir a alcanzar los objetivos de integración planteados en esta Declaración, asegurando el óptimo uso de los recursos y la complementariedad de esfuerzos.

37. Reafirmar la invitación para celebrar la Cumbre de la CELAC en la República de Chile en el 2012.

38. Celebrar en la República de Cuba la Cumbre de la CELAC en 2013.

39. Acoger la realización de la Cumbre de la CELAC en el año 2014 en la República de Costa Rica.

40. Dado en Caracas, cuna de El Libertador Simón Bolívar, República Bolivariana de Venezuela, el 3 de
diciembre de 2011.

A 13 años de la primera victoria electoral del presidente venezolano Hugo Chávez

A 13 años de la primera victoria electoral del presidente venezolano Hugo Chávez

Este 6 de diciembre se cumplen 13 años de la primera victoria electoral del teniente coronel, Hugo Chávez, que lo condujo con el 56,5% de los votos a la silla presidencial del Palacio de Miraflores, y significó el inicio de la Revolución Bolivariana de Venezuela.

A más de una década, el Proceso Revolucionario ha impactado en todos los extractos, pues ha contribuido a elevar la calidad de vida individual y colectiva, a garantizar la democracia participativa. Además constituye un eje fundamental de los procesos democráticos, progresistas que se desarrollan actualmente en América Latina y el Caribe.

Es por ello que se consultó al editor de Kaoes en la Red de España, Aníbal Garzón Baeza, quien manifestó que desde el triunfo comicial de Hugo Chávez en las elecciones de diciembre de 1998 y su continuidad como Presidente de la República mediante diferentes elecciones ganadas hasta la actualidad, hay dos principales logros, uno a nivel interno y otro externo. “Dentro de las fronteras de Venezuela el incluir a millones de personas en un sistema económico de economía mixta, publico-privada, que el sistema neoliberal excluía ha acabado generando un desarrollo social importante, sobre todo en el sistema educativo público, siendo actualmente Venezuela, después de Cuba, el país con más matriculados. Además, las diversas misiones que se han realizado, y siguen en ejecución, no son parte de un asistencialismo populista de Estado, sino que genera un proceso de cambio en la estructura social”.

Destacó que en la esfera internacional, “Venezuela ha sido líder de dos logros. En primer lugar hacer renacer a la izquierda marxista como dialéctica del modelo de la globalización neoliberal tras cierta crisis ideológica que se creó, y la derecha potenció, con la caída de la URSS y el bloque del este en 1989, y las resistencias de la Cuba socialista. En segundo lugar, Venezuela ha posicionado el bolivarianismo en su posición original, la integración de los pueblos de América Latina. Hasta la llegada de Chávez muchos gobiernos, principalmente de la derecha colombiana vinculada con el paramilitarismo, utilizaban la imagen de Bolívar desprestigiando sus logros, lo mismo que hacía y hace la derecha cubana exiliada en Miami con José Martí”.

Aunado a ello, “la creación del Petrocaribe, el ALBA-TCP, u organismos como el Banco del Sur, y en estos días la CELAC poniendo en las cuerdas el imperio norteamericano y su estructura de la OEA, hacen romper con la estrategia histórica de la dependencia de América Latina con el imperio norteamericano y su Doctrina Monroe”.

Mientras, que la doctora en Ciencias para el Desarrollo Estratégico, Alejandra González, reconoció que las políticas públicas en gobiernos anteriores se diferencian ampliamente con el Proceso Revolucionario, “en la Cuarta República se centraron en hacer políticas pública que beneficiaban a un grupo minoritario y generalmente privilegiados en detrimento de la gran mayoría de la población; si algo ha caracterizado la creación de las políticas públicas en el Gobierno Bolivariano es la participación del pueblo en las leyes y decisiones que se toman, de hecho en Venezuela cada vez más ha venido tomando auge el parlamentarismo de calle, al participar el pueblo en las decisiones que se toman en corresponsabilidad con las instituciones del Estado, se comienza a manejar el escenario de beneficiar a la población que se excluyó por años”.

El próximo año será un nuevo reto para el mandatario Hugo Chávez, quien ha participado en más de diez procesos comiciales ya sea presidenciales o referendos y en cada uno de ellos ha salido victorioso, ratificándose como uno de los líderes más emblemáticos de la historia venezolana. Además las condiciones están dadas para que alcance un nuevo triunfo, pues sus adversarios en esta contienda ofrecen las mismas propuestas de hace 40 años, no poseen un discurso capaz de conmover, también de adquirir la capacidad de relacionarse con los sectores populares de la población venezolana.

Ante estas debilidades, expertos internacionalistas consideran que el presidente Hugo Chávez ha presentado una gran capacidad de desarrollar vínculos emocionales con los ciudadanos, cualidad inexistente en el sector opositor. Es por ello, que si no alcanzan esa dimensión afectiva que lo conecte con el pueblo y logre un liderazgo aspiracional que contraste con el líder carismático no podrá convencer a los electores el próximo 7 de octubre del 2012.

Irán y EE. UU. podría provocar la Tercera Guerra Mundial

Irán y EE. UU. podría provocar la Tercera Guerra Mundial

|Pravda Liberation PARIS 1871|Redaccion Paris|

Estados Unidos está llevando a cabo un gran plan de dominio sobre África del Norte, Oriente Próximo y Asia Central, hasta la frontera de Rusia, para que este país quede rodeado por las bases estadounidenses, según sospechan algunos expertos. El avión no tripulado de la Fuerza Aérea de EE. UU. derribado este domingo por el Ejército iraní en las cercanías de la planta enriquecedora de uranio de Fordu, podría haber sido solo una de las herramientas para llevar a cabo este Gran Proyecto de Oriente Próximo.

El locutor de radio y bloguero independiente Stephen Lendman destaca que, a pesar de que la nave estadounidense no llevaba armas a bordo, la conspiración podría ser un paso preparatorio en vísperas de "lo que sea que quiera hacer EE. UU. ahora". "El juego del país norteamericano -apunta Lendman- consiste en eliminar a los países que están fuera de su esfera de influencia. Hubo una Guerra en Libia, Siria está en el punto de mira ahora y el escenario libio se está repitiendo allí; Irán es el siguiente. Hay una gran posibilidad de que un conflicto surja también allí”, afirma.

¿Es posible una Tercera Guerra Mundial?

Al mismo tiempo, para Lendman Irán tiene suficiente capacidad como para hacer frente a Estados Unidos: “Es un gran país con un fuerte potencial militar y en caso de necesidad sus armas alcanzarán el territorio estadounidense”. “Si Irán es atacado por EE. UU. o Israel, responderá, y responderá fuerte”, asegura el especialista, incluso afirmando que la Tercera Guerra Mundial podría estallar como resultado de tal ataque.

Asimismo, Lendman reitera su seguridad absoluta de que Irán no desarrolla y nunca ha desarrollado armas nucleares: “No se conoce ningún otro país que haya cooperado tanto con la OIEA y a pesar de esto, el regulador nuclear sigue presentando acusaciones falsas contra el país islámico”.

Otros especialistas expresan opiniones parecidas a la de Stephen Lendman. Por ejemplo, el periodista británico Afshin Rattansi, un experto, colaborador habitual de RT, afirma que el espionaje de EE. UU. sobre Irán que los norteamericanos se niegan a admitir es “una violación más de la ley internacional”, un eslabón en la cadena de acciones ilegitimas de Estados Unidos. Otro experto en política de Oriente Próximo, Wilfredo Arm Ruiz, considera que este acto por parte de EE. UU. demuestra el intenso deterioro de las relaciones entre Irán y Occidente, pero también destaca que no significa que vaya a estallar de forma inminente un conflicto militar entre ambos países.

Pablo Neruda 'fue asesinado por planear derrocar a Pinochet'

Pablo Neruda 'fue asesinado por planear derrocar a Pinochet'

|Pravda Liberation PARIS 1871|Redaccion Paris|

El poeta chileno Pablo Neruda, quien falleció el 23 de septiembre de 1973 de cáncer de próstata, según el certificado de defunción, fue asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet, afirma Manuel del Carmen Araya, chofer personal de Neruda durante sus últimos meses de vida.

Neruda era amigo y uno de los férreos partidarios del Gobierno de Salvador Allende. Según el relato que Araya diera en mayo pasado, “después del 11 de septiembre, el poeta iba a exiliarse a México junto a su esposa Matilde”. El plan era “derrocar al tirano desde el extranjero en menos de tres meses. Le iba a pedir ayuda al mundo para echar a Pinochet. Pero antes de que tomara avión, aprovechando que estaba ingresado en una clínica, le pusieron una inyección letal en el estomago”, añadió.

Tras estos testimonios el Partido Comunista de Chile, en el que militaba Neruda, entabló una querella para esclarecer las causas de su muerte. Demanda que fue acogida por la justicia al considerar “la existencia de elementos que permiten determinar que existen grados de veracidad en el relato de Araya”, por lo que se estudia la posibilidad de exhumar los restos del reconocido poeta para esclarecer el caso.

En una entrevista concedida al periódico español ‘El País’, Manuel Araya, secretario personal y hombre de confianza del escritor, afirmó que la tarde del 23 de septiembre recibió una llamada telefónica de Neruda, en el que le dijo que “se sentía muy mal, que mientras dormitaba, un médico (de la clínica Santa María de la capital chilena en la que se encontraba internado) había entrado a su habitación y le había puesto una inyección. Cuando llegué, lo encontré afiebrado, rojo, hinchado”, dijo.

Además, el chofer mencionó que, en ese instante, uno de los médicos se le acercó para pedirle que saliera de la clínica para comprar un fármaco necesario para el poeta, y que solo podía encontrarlo en la periferia de la ciudad. “Aunque me extrañó, seguí las instrucciones. Estaba en juego la vida de Neruda”, dijo. Pero en medio del camino, un grupo de hombres interceptaron el vehículo y lo sacaron a la fuerza, donde lo golpearon y le pegaron un tiro en la pierna, para luego ser llevado a uno de los centros de detención y tortura instalados por la dictadura.

Manuel se enteró del deceso del poeta varios días después, en prisión. “Durante todo este tiempo toqué mil puertas y nadie me quiso escuchar. Tras el retorno a la democracia, fui muchas veces al Partido Comunista de Chile. Pero nunca me hicieron caso. Lo único que quiero es que el mundo sepa que Neruda fue asesinado”, aseveró.

De acuerdo con el Partido Comunista Chileno, hicieron circular la versión de que el poeta estaba grave y que por motivos de seguridad, fue internado en la clínica el día 19 septiembre “para esperar en paz la salida hacia México, programada para el 22” de ese mismo mes. Sin embargo, por razones desconocidas el viaje fue aplazado para el día 24.

Antes de su muerte a Neruda se le diagnosticó un cáncer de próstata, pero no era de gravedad afirma Araya. “Pesaba cerca de 100 kilos. Recibía y visitaba a sus amigos intelectuales y políticos. Nunca dejó de escribir. Eso no hubiese sido posible estando grave”, dijo.

De hecho, el poeta terminó sus memorias ‘Confieso que he vivido’ el 14 de septiembre de 1973, nueve días antes de su muerte. “Escribo estas rápidas líneas de mis memorias a solo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte a mi gran compañero el presidente Allende”, señaló Neruda en su último texto.

En julio pasado, la justicia chilena determinó que el ex presidente Salvador Allende se suicidó en el palacio de La Moneda. Mientras que en el caso Neruda, continúan las investigaciones para determinar si hay la necesidad de exhumar su cuerpo.