jueves, 8 de diciembre de 2011

VENEZUELA, LA OTRA CARA DE LA MONARQUIA ESPAÑOLA

VENEZUELA, LA OTRA CARA DE LA MONARQUIA ESPAÑOLA


Esto nos lo ocultaron en las televisiones españolas: Ustedes recordaran el famoso ¿por qué no te callas?, que fue ampliamente difundido por los consorcios informativos, he aquí una de las respuestas censuradas al exabrupto del rey... ¿Por qué se levantó el Rey? Quizá tenga que ver algo con este artículo: LOS NEGOCIOS DEL REY DE [...]

ISLANDIA: “Nosotros dejamos que los bancos quebraran y tuvimos la bendición de nuestra propia moneda”




ISLANDIA: “Nosotros dejamos que los bancos quebraran y tuvimos la bendición de nuestra propia moneda”

La población de Islandia está librando la crisis, tras no rescatar a los bancos sino que los declararon en bancarrota. Esto fue lo que informó la cadena de noticias pública sueca TV2 el 28 de noviembre en un reportaje en entregas que incluye entrevistas con el Presidente de Islandia Olafur Ragnar Grimsson y con miembros de una familia común y corriente, Eydis Hentze Petursdottir y Gudmundur Bjarni Sigurdsson. El padre, Gudmundur dice en inglés: “Lo que me ayudó a sobrellevar la crisis fue que el país sigue siendo el mismo, y solo lo financiero, algo muy estrecho. A través de todo esto, yo realmente pensé que los mercados financieros y toda esa cosa, no importan tanto desde la perspectiva más amplia de la vida”.
El Presidente Grimsson también dijo en inglés: “También lleva lecciones muy interesantes el por qué Islandia está saliendo de la crisis antes que muchos otros países. Porque en algunas formas hemos hecho las cosas de manera diferente… Nosotros dejamos que los bancos quebraran. No les inyectamos una gran cantidad de dinero del erario público. Nosotros devaluamos la moneda. Nos vimos, después del desplome de los bancos, bendecidos con tener nuestra propia moneda independiente”.
Ante la pregunta “¿qué puede aprender Europa de Islandia?, respondió:“La lección, en mi opinión, cualquiera que sea el país, si quieres sacar al país de una crisis financiera profunda, se tiene que hacer, también mediante el fortalecimiento de la voluntad democrática y la cohesión social del pueblo. Si se mira como si fuera principalmente un problema de los mercados, creo yo, se puede tener éxito completamente”. La parte siguiente del programa muestra pies de fotos de las protestas en contra de la ley Icesave que permitía el pago de miles de millones de kronur para rescatar las pérdidas de los bancos del Reino Unido y holandeses, y describe las valerosas decisiones del Presidente, que se convirtió en un héroe popular al permitir que la población votara en dos referendos para rechazar esa ley.
El Presidente dice después: “Yo llegué a esta encrucijada, en donde fundamentalmente la alternativa era simple: por un lado, estaba la voluntad democrática de la población, y por el otro las demandas financieras de otros países extranjeros y el mercado europeo. Y mi conclusión fue que la democracia era una parte más fundamental de lo que nosotros somos, no solo en Islandia sino en Europa, que lo que es el libre mercado”.

ENTREVISTA: ÓLAFUR RAGNAR GRÍMSSON PRESIDENTE DE ISLANDIA

“La gente no tiene que pagar por las locuras de los bancos”
Ólafur Ragnar Grímsson, Presidente de Islandia
CLAUDI PÉREZ 03/04/2011 EL PAÍS
Persona es un viejo vocablo que significa máscara. Las distintas máscaras de este hombre alto y rotundo que es Ólafur Ragnar Grímsson (Isafjodur, 1943) no dejan indiferente a nadie: el presidente de Islandia despierta grandes adhesiones (lleva 15 años en el cargo), pero también el rechazo cerrado de una parte de los islandeses. Grímsson, que fue politólogo, líder socialista y hasta editor de periódicos, ha desempeñado un papel estelar durante la crisis. Pese a que se le suponía una figura decorativa, se ha negado dos veces a sancionar una ley que obliga a los islandeses a pagar a Reino Unido y Holanda por la quiebra de uno de sus bancos, en el denominado caso Icesave.
“Grímsson ha sido capital para evitar que Icesave sea una condena para al menos una generación de islandeses”, asegura el economista Jon Danielsson. Pero este es un lugar extremo, como sus gentes: Guderburg Bergsson, uno de los gigantes de la literatura islandesa, le atribuye “gran parte de la culpa” de la pesadilla de los últimos años por algunas de esas máscaras. “Grímsson ha cambiado varias veces de camisa, la ha perdido y ha conseguido otra que ha vuelto a perder por oportunista. Y enseguida consigue una más: sus años en la presidencia son el reflejo de una nación parecida a él, confusa y aislada”, ataca.
Grímsson recibe a EL PAÍS en su residencia, en una biblioteca luminosa -tal vez por los enormes ventanales, tal vez por los muchos libros de poesía que se agolpan en las baldas-, y antes de poner la grabadora a trabajar se interesa por España y Portugal, a cuyo primer ministro, José Sócrates, algunos tildan de “socialista neoliberal”. El presidente se arranca con una sentencia que repetirá un par de veces con ligeras variaciones durante la entrevista: “Europa no afronta solo una crisis económica: esta es una crisis política. Los Gobiernos no pueden seguir arrastrándose tras los mercados”.
Pregunta. No parece dispuesto a dar su brazo a torcer con Icesave. ¿No está asumiendo un rol que no le corresponde?
Respuesta. Hasta ahora no se había usado esa prerrogativa, pero vivimos tiempos de grandes desafíos. Lo fundamental es que Islandia es una democracia, no un sistema financiero, y que esta no es solamente una crisis económica: es una crisis política. Una de las razones por las que Islandia se está recuperando con rapidez es que el país está dándole una respuesta democrática formidable, no solo financiera. Los islandeses provocaron un cambio de Gobierno, activaron una investigación y van a cambiar la Constitución. Los referéndums se inscriben en esa onda. Las antiguas condiciones de pago eran muy injustas: las nuevas son mejores, pero si los islandeses van a tener que cargar con una deuda de sus bancos deben tener derecho a decidir.
P. Hace dos años el euro parecía un paraíso para divisas pequeñas como la corona. Ahora el viento ha cambiado y aun así el Gobierno quiere que Islandia entre en la UE. ¿Y usted?
R. Los recursos energéticos, la pesca, el turismo, todo eso ha sido clave para salir de la crisis; también la divisa lo ha sido. La fuerte depreciación es una paradoja: por un lado somos más pobres, pero por otro se eleva la competitividad de la industria.
P. Con el euro desaparecería esa ventaja.
R. Es evidente que la moneda ha sido parte de la solución y que Grecia e Irlanda no han tenido ese resorte. Pero la conveniencia o no del ingreso en la UE dependerá de la negociación. Hay una contradicción interesante: las encuestas muestran que una mayoría quiere que se siga negociando. Y una mayoría aún mayor está en contra de la entrada.
P. Islandia ha dejado caer a sus bancos y persigue a los banqueros. ¿Ve ahí un modelo islandés de salida de la crisis?
R. Tal vez no hubiera más opción que esa: los bancos eran tan grandes que no había forma de rescatarlos. Pero no importa si había o no había opciones: Islandia no acepta la idea de que la gente de la calle tenga que pagar toda la factura por las locuras de los bancos, como ha ocurrido con esas nacionalizaciones por la puerta de atrás en otros lugares. Vuelvo al argumento inicial: la solución a la crisis no es simplemente económica.
P. Se han establecido controles de capital, han subido los impuestos y el recorte en gastos sociales ha desatado el descontento popular. ¿Ese enfado va contra los bancos o contra los políticos?
R. Es difícil decirlo. Pese a los controles, el país sigue funcionando bien, y el impacto fiscal es innegable, pero era necesario y se está haciendo razonablemente bien. Las crisis son dolorosas.
P. ¿Alguien va a ir a la cárcel?
R. No soy quien debe decirlo.
P. Hace años usted hablaba del “capitalismo vikingo”, de un grupo de jóvenes banqueros “listos para conquistar el mundo”. ¿Ha cambiado su punto de vista?
R. Tal vez todo sucedió demasiado rápido y no supimos ver los riesgos: tampoco supieron verlos las agencias de calificación ni las autoridades europeas. Hubo voces críticas; como otros muchos, no supe escucharlas. Pero hay que aprender de todo esto.

EL GRAN GOLPE DE ESTADO EN LA EUROPA DEL SIGLO XXI Y LA DEPREDACIÓN SOBRE EL SER HUMANO

EL GRAN GOLPE DE ESTADO EN LA EUROPA DEL SIGLO XXI Y LA DEPREDACIÓN SOBRE EL SER HUMANO


La idea que tenemos los ciudadanos de un golpe de estado es la imagen de los tanques por la calle, tropas uniformadas controlando los accesos de las ciudades y los parlamentos secuestrados por soldados profesionales que han decidido obtener el control del estado. Pero cuando no vemos tanques, ni tropas ni militares, pensamos que no [...]

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La CIA cae derrotada en Iran, que vuelva el superagente 86 contra Caos pide Obama

La CIA cae derrotada en Iran, que vuelva el superagente 86 contra Caos pide Obama

|Pravda Liberation PARIS 1871|Redaccion Paris|


Los funcionarios de EE. UU. han admitido lo que hasta ahora venían desmintiendo: que el avión de vigilancia no tripulado que EE. UU. perdió la semana pasada en Irán participaba en misiones secretas de espionaje perpetradas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Según fuentes citadas por el periódico 'Washington Post', las autoridades estadounidenses andan muy preocupadas ante la posibilidad de que los importantes secretos tecnológicos del drone, puedan haber caído en manos iraníes, ya que el avión estaba provisto de la tecnología de vigilancia más moderna que posee la CIA.

El aparato RQ-170 de la Fuerza Aérea de EE. UU. fue derribado por los iraníes cerca de la planta enriquecedora de uranio de ‘Fordu’, pero los funcionarios estadounidenses se apresuraron a desmentir que el avión fuera suyo.

Sin embargo, las revelaciones de los medios confirman no sólo que el aparato era estadounidense, sino que su misión secreta era la de vigilar el territorio de Irán para obtener información de inteligencia sobre el programa nuclear iraní que tanto preocupa a los países occidentales.

“Esto no está bien, ahora lo sabrán todo”, señaló un funcionario estadounidense, bajo condiciones de anonimato, al periódico 'Los Angeles Times', afirmando que los secretos más protegidos y recientes de EE. UU. podrían ahora ser examinados por los expertos iraníes.

Así, Irán no sólo podría tener acceso a determinadas tecnologías secretas de Estados Unidos, sino que seguramente podría dar alcance a EE. UU. en misiones ilegales de reconocimiento, dado el creciente empeoramiento de la relaciones entre ambos países.

Los militares iraníes califican las operaciones de la CIA como “un ejemplo claro de agresión” y sostienen que Irán está completamente listo para hacer frente a cualquier ataque.

El fuego cruzado de afirmaciones sobreviene un poco después de que Australia endureciera las sanciones que aprobó junto con varias naciones europeas y Canadá contra la Republica iraní en relación a su dudoso plan nuclear. Las restricciones van dirigidas contra los sectores energéticos y financieros de Irán. Londres prohibió todas las transacciones con el Banco Central de Irán, mientras que París y Ámsterdam anunciaron medidas similares.

Teherán, por su parte, repudia las presiones occidentales, sigue proclamando que su programa nuclear no tiene fines armamentísticos y asegura que sólo busca abastecer a su población con energía eléctrica. En respuesta a las acciones de los estados europeos el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, calificó a estos países de "marionetas" y drogados controlados por EE. UU.

Visión política de la integración latinoamericana

Visión política de la integración latinoamericana
x Eric Calcagno


Está en ejecución un proceso real, una unidad política y económica que da sentido a la civilización latinoamericana.



La unión latinoamericana.
"El mito es la última verdad de la historia; lo demás es efímero periodismo.” Esta frase de Borges (Textos recobrados, 1956-1968) ha sido confirmada por la realidad. La unión de nuestras naciones se basa en una identidad latinoamericana sustentada en mitos fundadores. Uno de ellos es el retorno a la idea de unión latinoamericana, tal como fue soñada en el tiempo de las guerras de la independencia: cada país es la Patria Chica, parte constituyente de una Patria Grande.

A cada momento de crisis o de esperanza vuelve a surgir la ilusión de San Martín, de Bolívar o de Artigas; pero muchas veces faltan los conceptos para pensar esa unión. A esta declinación ha contribuido la propia percepción que tenemos de nosotros mismos, construida por el relato colonial que perduró y que nos presentaba como países irremediablemente subordinados; esta resignación fue refirmada desde siempre por la prédica de la mayoría de los medios de comunicación, locales o internacionales, que nos condenaban a observar las sombras de la caverna y creer que eso es el mundo. Ahora la nueva situación nacional e internacional de afirmación de las soberanías permite tomar conciencia de una situación objetiva favorable para la integración regional y dar pasos trascendentes en ese sentido.

Hacia la unión de América Latina y el Caribe

Está en ejecución un proceso real, que consiste nada menos que en la integración de América latina y el Caribe, unidad política y económica que da sentido a la civilización latinoamericana. En este contexto, no se habla de poder, sino que se lo construye: ¿cómo estructurar este bloque para darle objetivos comunes y unidad de acción?, ¿cómo conseguir el margen operativo para aplicar políticas independientes?, ¿cómo definir y aplicar esas políticas? En síntesis, ¿cómo generar soberanía latinoamericana?

En los últimos tiempos se produjeron actos decisivos en ese sentido. En primer lugar se generó soberanía financiera a través de la creación del Banco del Sur, cuya acta de constitución es de diciembre de 2007 y fue suscripta por Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay Uruguay y Venezuela. Se creó así una fuente de financiamiento que depende de nuestros recursos y nuestra voluntad y que nos independiza del establishment financiero mundial y de sus condicionalidades. En Miradas al Sur del 3 de julio nos referimos al tema.

Las otras dos iniciativas fundamentales fueron tratadas en la reuniones de la Unasur y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) realizadas en Caracas el 2 y 3 de diciembre pasados.La reunión de Unasur. En la reunión de Unasur se decidió avanzar en un tema financiero, que consiste en la sustitución del dólar como moneda de pago en las transacciones de sus países miembros y en el análisis de la coordinación del uso de las reservas de los países, con propósitos anticíclicos; para advertir la magnitud de esta posible medida, basta con recordar que las reservas de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Perú y Venezuela llegan a los 546.000 millones de dólares.

El ejercicio de la soberanía

Requiere por su parte la ocupación plena y efectiva del territorio, para lo cual es indispensable una red de comunicaciones y transportes. En Sudamérica existen enormes espacios vacíos que pueden ponerse en producción; en varios casos, ya se ejecutaron obras con criterios nacionales, que sería necesario interconectar. En la reunión del 3 de diciembre se consideró el proyecto preparado por la Secretaría General de Unasur, que establece 10 ejes de integración y desarrollo: el Andino, el del Escudo Guayanés, el del Amazonas, el de Perú-Brasil-Bolivia, el Interoceánico Central, el de Capricornio, el de Mercosur-Chile, el del Sur, el de la Hidrovía Paraguay-Paraná y el Andino del Sur. Se trata de facilitar el acceso a zonas de alto potencial productivo, que están relativamente aisladas o subutilizadas. Se relevaron más de 500 proyectos, que en conjunto implican inversiones de más de 100.000 millones de dólares. El Eje de Capricornio incluye a la Argentina y articula 18 proyectos individuales con una inversión de 1.765 millones de dólares. (Sobre el tema, véase Martín Granovsky, “Cómo conectar a los desconectados”, Página/12, 27 de noviembre de 2011).

La constitución de la CELAC. 

En los organismos de integración entre Estados hay dos cuestiones básicas que marcan su índole. La primera es si se trata de una integración entre iguales o entre potencias y países subordinados; las integraciones del Mercosur, de la Comunidad Andina, de Unasur y de la Celac son entre iguales.
La segunda cuestión es si prevalece la política o el comercio; un organismo integrado por presidentes es de naturaleza política. Así se define a la Celac, cuya creación obedece a la necesidad de crear un foro que politice la solución de los problemas de América latina y el Caribe. Se sigue así una de las enseñanzas que dejó el ex presidente Néstor Kirchner, quien sostenía que los problemas no tienen soluciones técnicas sino políticas; lo dijo en su discurso la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, quien señaló que se estaba creando un espacio para estructurar programas políticos, y afirmó que llegó la oportunidad de politizar el proyecto de integración.

El 2 y 3 de diciembre de 2011 se realizó la Primera Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que reúne a 33 países de la región; es decir todos los americanos menos Estados Unidos y Canadá. Se trata de un espacio geopolítico de importancia mundial. Tiene un territorio de 2.041 millones de km2, 590 millones de habitantes y un producto interno bruto por habitante de 8.300 dólares.

En las deliberaciones se aprobaron la Declaración de Caracas, el Plan de Acción y el procedimiento para el funcionamiento orgánico de la Celac; solamente quedó para resolver más adelante un punto acerca del sistema de toma de decisiones (si se adoptarán por consenso o por votación, y en este caso si se requerirán mayorías especiales). Se resolvió la constitución de una troika que dirigirá las actividades, que durante 2012 presidirá Chile, que organizará la reunión principal del año próximo, secundado por Venezuela (que estuvo a cargo de la reunión de 2011) y Cuba que preparará la de 2013; es un sistema análogo al del G-20.

Los discursos de los presidentes latinoamericanos y del Caribe marcan la futura orientación de la Celac.

 En particular, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner señaló los temas fundamentales: la soberanía nacional –en especial en el caso de Malvinas–, la crisis financiera internacional, la integración física, el comercio intralatinoamericano, la lucha contra el narcotráfico, la necesidad de instrumentar y ejecutar políticas y medidas concretas y activas. “Mercosur, Unasur y Celac son como un anillo pequeño que se va abriendo en grandes círculos.”

De acuerdo con los mecanismos aprobados, los temas se estudiarán por la troika de la Celac y las conclusiones y recomendaciones de acción se someterán a las reuniones de los presidentes.

La Celac tiene atribuciones muy amplias y forma parte de un nuevo sistema de integración latinoamericano. En cierto modo se continúan las dos orientaciones históricas antagónicas. La primera tiende a la independencia e integración regional, cuya primera manifestación fue el Congreso de Panamá convocado por Bolívar en 1826. La otra posibilidad es aceptar la hegemonía de Estados Unidos, cuyos intentos remontan a la Primer Conferencia de la Unión Panamericana de 1889. En los hechos, la orientación pro Estados Unidos está representada por la OEA y la Junta Interamericana de Defensa, y no es hegemónica gracias a la frustración del Alca. La posición de independencia regional que ahora predomina es la defendida en el plano político por la Unasur y la Celac, y en el financiero por el Banco del Sur. La aparición reciente de estas instituciones es la consecuencia de los regímenes políticos de signo nacional y popular que predominan en la región. Ojalá la Celac actúe con la eficiencia y rapidez de la Unasur.

Celac: el rumbo correcto

Celac: el rumbo correcto
x Gerardo Peláez Ramos 


Para el imperialismo norteamericano, no son buenas noticias. En cambio, para los pueblos de la Patria Grande es un paso real más hacia la verdadera unidad



Desde el siglo XIX los países latinoamericanos, por conducto de sus mejores representantes políticos, pugnaron por la unidad regional, pero los intereses de las oligarquías, el ascendente Estado norteamericano y las potencias europeas impidieron que tal objetivo se materializara, y ocurrió algo completamente contrario al interés de los pueblos y Estados de la región: la balcanización, con lo que se abrieron las puertas de par en par a la intervención descarada del mayor enemigo de la independencia, la democracia y el desarrollo de América Latina y el Caribe: Estados Unidos. En tales condiciones, permanecieron y se fortalecieron las bases del atraso de nuestras sociedades, con el beneplácito de los imperialistas de la Unión Americana.

El país de los gringos despojó a México de más de 2 millones de kilómetros cuadrados; colonizó Puerto Rico; prohijó una semicolonia o República mediatizada en Cuba; organizó bandas de filibusteros que intentaron nuevos robos de territorios en México, Nicaragua, Honduras y otros países; realizó intervenciones militares en México, Cuba, Nicaragua, Haití, República Dominicana, Panamá y Granada, y apoyó, estimuló y estableció, con el apoyo de la reacción interna, brutales dictaduras en Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Guatemala, Nicaragua y otros países, además de plantear siempre su decisión de hacer en el continente lo que le viniera en gana. EU, pues, no ha respetado ni respeta a los pueblos y Estados de América Latina y el Caribe.

Para impulsar su política saqueadora e intervencionista, el Estado gabacho creó, con apoyo de gobiernos dependientes y entreguistas, la Organización de Estados Americanos, su ministerio de colonias, bajo los principios de la Doctrina Monroe y el llamado Destino Manifiesto. La OEA apoyó en todas las ocasiones las políticas antilatinoamericanas de la superpotencia al norte del río Bravo, mientras ésta se colocó de lado de Gran Bretaña en la guerra de las Malvinas. En el pasado, ya expuesta la Doctrina Monroe, Francia, Inglaterra, Alemania y otros países europeos agredieron a México, Argentina, Venezuela, Nicaragua y otros países, sin que EU moviera un dedo. Siempre, su política ha estado definida, antes y ahora, por ser contraria a América Latina y el Caribe. 

Pero las cosas comenzaron a cambiar. En 1959 triunfó la Revolución cubana, que trajo una idea fundamental: aquí, en el patio trasero del imperialismo, es posible llevar a cabo las transformaciones que requieren las sociedades latinoamericanas, si se dan dos condiciones indispensables: la decisión de los pueblos de romper las cadenas de la dominación imperialista y la existencia de una dirección revolucionaria que encabece el proceso de liberación. Con la Revolución cubana, se acabó la unicidad del sistema de los monopolios y gobiernos estadounidenses, extraño y antagónico a los intereses de las naciones y Estados latinoamericanos, y avalado y apoyado por las oligarquías locales y el imperialismo europeo, especialmente el británico, pareja inseparable del gran genocida del septentrión americano. No más unicidad imperialista.

Con el neoliberalismo bushiano el imperialismo yanqui cometió un grave error político: se enfrascó en conflictos bélicos en Afganistán e Irak, para los cuales no tenía ni los recursos suficientes, ni el apoyo social interno, ni el respaldo adecuado de sus socios, aliados y cipayos en el mundo, ni los hombres ni los cuadros militares que encabezaran tales guerras criminales y genocidas. Ese enfrascamiento permitió, contra su voluntad, que descuidara el control sobre América Latina, y, entonces, se produjo y reprodujo un fenómeno que aún no termina: el del surgimiento y desarrollo de corrientes patrióticas y antimperialistas, que, en grados diversos, buscan seguir un curso distinto al neoliberalismo, no obedecer el bastón de mando de los noramericanos y conseguir la unidad en diversos órdenes de los pueblos y Estados de este subcontinente. Esto hizo que en un lapso menor a quince años cambiara el panorama latinoamericano: fuerzas contrarias a la dependencia lacayuna se colocaron al frente de los gobiernos de Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Uruguay y Perú, mientras la derecha, en medio de graves crisis, mantenía el poder o lo alcanzaba en México, Colombia, Panamá, Chile, Honduras y Costa Rica. De esta manera, los países latinoamericanos, con la mayoría de la población del subcontinente, se ubicaron en un polo que rompía, de hecho, la hegemonía norteamericana. El proceso ha avanzado y ahora 33 países formalizan la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, sin Estados Unidos y Canadá. Es, sin duda, un avance histórico.

En este proyecto unitario confluyen fuerzas anticapitalistas como los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador; gobiernos democrático-burgueses en lucha por la soberanía nacional como los de Brasil, Argentina y Perú, y gobiernos proimperialistas como los de Calderón en México, Santos en Colombia, Piñera en Chile, Martinelli en Panamá y Chinchilla en Costa Rica, que, naturalmente, defienden e impulsan proyectos económicos, políticos y sociales diferentes. Empero, la unidad en sí misma es positiva porque establece los inicios de un bloque de varios cientos de millones de habitantes y con importantes recursos naturales que permitirán potenciar el desarrollo y la integración de esta gran área del planeta, lo que influirá en las relaciones con Estados Unidos, que tendrá menos libertad para promover sus bárbaras políticas de guerra, intervenciones militares y golpes de estado.

De inmediato la CELAC se pronunció en contra del bloqueo estadounidense a Cuba y por la soberanía de Argentina sobre las islas Malvinas, temas fundamentales de la agenda política latinoamericana y caribeña. La nueva organización sostiene en la Declaración de Caracas: “10. Reconocer que nuestros países han avanzado en procesos de Integración regional y subregional y en la conformación de diversos mecanismos a lo largo de las últimas décadas, reflejo de su vocación de unidad y su naturaleza diversa y plural, que constituyen un sólido cimiento a partir del cual edificamos la Comunidad que agrupa a todos los Estados latinoamericanos y caribeños.

“11. Conscientes de la aspiración común de construir sociedades justas, democráticas y libres y, convencidos de que cada uno de nuestros pueblos escogerá las vías y medios que, basados en el pleno respeto de los valores democráticos de la región, del Estado de derecho, sus instituciones y procedimientos y de los derechos humanos, les permita perseguir dichos ideales.

“12. Ratificar nuestro apego a los Propósitos y Principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas, y el respeto al Derecho Internacional.

“13. Destacando el camino trazado por los Libertadores de América Latina y el Caribe hace más de doscientos años, un camino iniciado de manera efectiva con la independencia de Haití en 1804, dirigida por Toussaint Louverture, constituyéndose de esta manera en la primera República Independiente de la región. De la misma manera recordamos que la República de Haití liderada por su Presidente Alexandre Pétion, con la ayuda prestada a Simón Bolívar para la Independencia de los territorios que en el presente conocemos como América Latina y el Caribe inició las bases para la solidaridad e integración entre los pueblos de la región”.

“15. Conscientes de que han transcurrido 185 años desde que se ensayara el gran proyecto de los Libertadores, para que la región se encuentre hoy en condiciones de abordar, por la experiencia y la madurez adquirida, el desafío de la unidad e integración de América Latina y el Caribe.

“16. Inspirados en el Congreso Anfictiónico de Panamá de1826, acto fundamental de la doctrina de la unidad latinoamericana y caribeña, en el que nuestras jóvenes naciones soberanas plantearon la discusión de los destinos de la paz, el desarrollo y la transformación social del continente.

“17. Destacando la participación de los pueblos indígenas y afrodescendientes en las luchas independentistas y reconociendo sus aportes morales, políticos, económicos, espirituales y culturales en la conformación de nuestras identidades y en la construcción de nuestras naciones y procesos democráticos.

“18. Reconociendo el papel histórico de los países de la Comunidad Caribeña (CARICOM) en el proceso deliberación, desarrollo e integración en Latinoamérica y el Caribe, y enfatizando el compromiso permanente de CARICOM y los Pueblos Caribeños para contribuir con el desarrollo integral y sostenible de la región”.

“Declaramos:

“20. En el marco del Bicentenario de la independencia, nos hemos reunido los 33 países de América Latina y el Caribe, luego de los esfuerzos concretados en la Cumbre de América Latina y El Caribe (CALC) realizada el 17 de diciembre de 2008 en Salvador de Bahía y la Cumbre de la Unidad realizada en Cancún el 23 de febrero de 2010, para poner en marcha la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

“21. Que conforme al mandato originario de nuestros libertadores, la CELAC avance en el proceso de integración política, económica, social y cultural haciendo un sabio equilibrio entre la unidad y la diversidad de nuestros pueblos, para que el mecanismo regional de integración sea el espacio idóneo para la expresión de nuestra rica diversidad cultural y a su vez sea el espacio adecuado para reafirmar la identidad de América Latina y El Caribe, su historia común y sus continuas luchas por la justicia y la libertad.

“22. Que teniendo en cuenta la diversidad en los procesos de formación de la identidad latinoamericana y caribeña, la CELAC se convierta en un espacio que reivindique el derecho a la existencia, preservación y convivencia de todas las culturas, razas y etnias que habitan en los países de la región, así como el carácter multicultural de nuestros pueblos, y plurinacional de algunos de nuestros países en especial de las comunidades originarias que promueven y recreen la memoria histórica, los saberes y los conocimientos ancestrales.

“23. Que reconociendo el derecho que tiene cada nación de construir en paz y libremente su propio sistema político y económico, así como en el marco de las instituciones correspondientes de acuerdo al mandato soberano de su pueblo, los procesos de diálogo, intercambio y negociación política que se activen desde la CELAC deben realizarse tomando en cuenta los siguientes valores y principios comunes: el respeto al Derecho Internacional, la solución pacífica de controversias, la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza, el respeto a la autodeterminación, el respeto a la soberanía, el respeto a la integridad territorial, la no injerencia en los asuntos internos de cada país, la protección y promoción de todos los derechos humanos y de la democracia”.

La constitución de la CELAC es de una enorme importancia y, en perspectiva, anuncia la futura desaparición de la negativa OEA, dada la dependencia directa de ésta del Departamento de Estado de Estados Unidos. La CELAC responde, en forma clara, a necesidades reales de las sociedades de AL y el Caribe, pese a los exabruptos de la prensa gusana de Miami y El País de España.

Tiene razón La Jornada, al sostener en un editorial: “En contraste con esa historia de sometimiento e injerencismo, las naciones de América Latina han ido forjando por su cuenta diversas instancias multilaterales en el ámbito de la cooperación económica --la Comunidad del Caribe, el Mercosur, la Comunidad Andina, el Sistema de la Integración Centroamericana--, y en el de la gestión política y diplomática, como se demuestra con la constitución de parlamentos regionales (el Andino, el Centroamericano, el Latinoamericano), y de mecanismos de resolución de conflictos, como el Grupo Contadora y su sucesor, el Grupo de Río. El surgimiento de la Celac no es, pues, el resultado de un espíritu momentáneo, sino de un proceso de largo aliento por lograr un espacio de deliberación regional que esté mucho más cercano al principio de equidad y de democracia entre las naciones del subcontinente.

“Por esas razones, aunque de momento los representantes de los 33 países que conforman el nuevo organismo no se plantean que éste sustituya a la organización hemisférica, es posible y deseable que, en la medida en que tenga éxito, la Celac termine desplazando a la entidad que encabeza José Miguel Insulza. Por lo pronto, los jefes de Estado congregados ayer y anteayer en Caracas han empezado a dar algunos pasos simbólicos en sentido contrario a la orientación histórica de la OEA, como la decisión de celebrar la cumbre de la Celac de 2014 en Cuba, nación injustamente excluida de la entidad hemisférica entre 1962 y 2009.

“Desde luego, el camino es largo y es previsible que la naciente comunidad enfrente retos endógenos y exógenos importantes. Dentro de los primeros ha de destacarse la división política que enfrenta la región, la cual se expresa en gobiernos tan disímiles como los que encabezan, por ejemplo, el venezolano Hugo Chávez y colombiano Juan Manuel Santos, y que se ha agravado por los recientes giros a la derecha en Chile, Panamá, Honduras y Guatemala. A nadie es ajeno que tales diferencias se han expresado, en más de una ocasión, en disensos y confrontaciones directas entre los distintos jefes de Estado y de gobierno en la región, y es posible que ese factor gravite en forma negativa en el proceso de toma de decisiones dentro del nuevo organismo. Mucho más graves, en todo caso, son los previsibles intentos de la diplomacia estadounidense --a juzgar por los antecedentes históricos-- de desvirtuar, descalificar y aun torpedear la naciente organización. Cabe esperar que los gobiernos de la región tengan la capacidad, la voluntad y la inteligencia necesarias para sortear esas dificultades y consolidar el mecanismo, porque si algo cabe lamentar de la cumbre inaugural de la Celac es que no haya tenido lugar desde hace años”.

Con la formación de la CELAC, los sueños integradores, unitarios y solidarios de los próceres latinoamericanos y caribeños, así como de los revolucionarios del siglo XX, como Ernesto Che Guevara y otros, empiezan, en medio de nuevas luchas, a concretarse. Para el imperialismo norteamericano, no son buenas noticias. En cambio, para los pueblos de la Patria Grande es un paso real más hacia la verdadera unidad. Sea bienvenida la CELAC.

ISLANDIA TRIPLICARA SU CRECIMIENTO EN 2012 TRAS ENCARCELAR A POLITICOS Y BANQUEROS

ISLANDIA TRIPLICARA SU CRECIMIENTO EN 2012 

TRAS ENCARCELAR A POLITICOS Y BANQUEROS



Islandia consiguió acabar con un gobierno corrupto y parásito. Encerró a los responsables de la crisis financiera en la cárcel. Empezó a redactar una nueva Constitución hecha por ellos y para ellos. Y hoy, gracias a la movilización, será el país más próspero de un occidente sometido a una tenaz crisis de la deuda. Es la ciudadanía islandesa,cuya revuelta en 2008 fue silenciada en Europa por temor a que muchos tomaran nota. Pero lo lograron, gracias a la fuerza de toda una nación, lo que empezó siendo crisis se convirtió en oportunidad. Una oportunidad que los movimientos altermundistas han observado con atención y lo han puesto como modelo realista a seguir.
Desde En Positivo, consideramos que la historia de Islandia es una de las más buenas noticias de los tiempos que corren. Sobretodo después de saber que según las previsiones de la Comisión Europea, este país del norte atlántico, cerrará el 2011 con un crecimiento del 2,1% y que en 2012, este crecimiento será del 1,5%, una cifra que supera el triple que la de los países de la zona euro. La tendencia al crecimiento aumentará incluso en 2013, cuando está previsto que alcance el 2,7%. Los analistas aseveran que la economía islandesa sigue mostrando síntomas de desequilibrio. Y que la incertidumbre sigue presente en los mercados. Sin embargo, ha vuelto a generar empleo y la deuda pública ha ido disminuyendo de forma palpable.
Este pequeño país del periférico ártico rechazó rescatar a los bancos. Los dejó caer y aplicó la justicia sobre quienes habían provocado ciertos descalabros y desmanes financieros. Los matices de la historia islandesa de los últimos años son múltiples. A pesar de trascender parte de los resultados que todo el movimiento social ha conseguido, poco se ha hablado del esfuerzo que este pueblo ha realizado. Del límite que alcanzaron con la crisis y de las múltiples batallas que todavía están por resolver. Sin embargo, lo que es digno de mención es la historia que habla de un pueblo capaz de comenzar a escribir su propio futuro, sin quedar a merced de lo que se decida en despachos alejados de la realidad ciudadana. Y aunque sigan existiendo agujeros por llenar y oscuros por iluminar.
La revuelta islandesa no ha causado otras víctimas que los políticos y los hombres de finanzas. No ha vertido ninguna gota de sangre. No ha sido tan llamativa como las de la Primavera Árabe. Ni siquiera ha tenido rastro de mediática, pues los medios han pasado por encima de puntillas. Sin embargo, ha conseguido sus objetivos de forma limpia y ejemplar.
Hoy por hoy, su caso bien puede ser el camino ilustrativo de los indignados españoles, de los movimientos de Occupy Wall Street y de quienes exigen justicia social y justicia económica en todo el mundo.