En un artículo publicado en el New York Times el día 19 de febrero, escrito por la periodista Elizabeth Bumilller se realiza un análisis sobre las implicaciones y posibilidades de éxito de un ataque a Irán por parte de Israel.
Como idea central de este artículo plantea la periodista que "Si Israel decide lanzar un ataque aéreo contra Irán, sus pilotos tendrán que volar mas de 1600 kilómetros por un espacio aéreo inamistoso, reabastecer sus aviones en el aire mientras se dirigen a sus blancos, enfrentarse a la defensa aérea iraní, atacar simultáneamente múltiples fortificaciones bajo tierra y utilizar como mínimo 100 aviones."
Según el artículo, el ataque pudiera realizarse con los 125 aviones F-151 y F-161 con que cuenta Israel, pero que no tienen la capacidad de volar las más de 2,000 millas requeridas para realizar esta operación sin reabastecerse de combustible, de ahí la necesidad de utilizar tanqueros de los que Israel cuenta con siete del modelo KC 707.
Todo esto se ilustra con un bello mapa donde están trazadas tres rutas de ataque, una norteña evadiendo el Líbano y Siria, otra central que pasa sobre Jordania e Iraq y una tercera a través de Arabia Saudita para llegar al territorio de Irán. Los objetivos serían las plantas para enriquecer uranio existentes en Natanz y Fordo, el reactor de agua pesada de Arak y la planta de conversión de Isfahan.
Se plantea que para atacar etas instalaciones, principalmente la de Natanz, que se encuentra bajo 30 pies de concreto reforzado y la de Fordo construida dentro de una montaña, Israel pudiera utilizar… un artefacto nuclear (esta es una forma de informar al mundo lo que ya todos sabemos, Israel tiene bombas nucleares que le fueron entregadas por Estados Unidos). También los estrategas israelitas pudieran decidirse por utilizar la bomba anti bunker GBU-28 de 5,000 libras, obsequiada a dicho país por Estados Unidos, la cual tiene capacidad para dañar y posiblemente destruir estos objetivos. Todo "MADE IN USA".
Por si las bombas GBU-28 no fueran lo suficientemente efectivas para esta operación, el Centro de Política Bipartidista, un tanque pensante washingtoniano, remitió una recomendación a Obama de entregar a Israel 200 bombas anti bunker GBU-31 muchísimo más potentes que las GBU-28, además de tres aviones cisternas de tecnología avanzada.
Según se plantea en el artículo, esta pudiera ser la estrategia israelí, de acuerdo con el criterio de expertos del Pentágono y analista militares, para destruir las capacidades nucleares de Irán, lo cual califican de una amplia y compleja operación.
En el artículo se mencionan nombres de altos funcionarios estadounidenses que han estado en contacto con las autoridades israelitas, entre ellos el Jefe de la Junta de Jefes el Estado Mayor, el General Martin E. Dempsey y el Secretario del Exterior Inglés, William Hague. Todos plantean que un ataque israelita a Irán en estos momentos no sería lo más inteligente.
Otros, como Michael V. Hayden, que fue director de la CIA del 2006 al 2009, plantean que los ataques aéreos necesarios para afectar las capacidades nucleares de Irán están más allá de las capacidades actuales de Israel. En esto coinciden Andrew R. Hoehn, que fuera funcionario del Pentágono y ahora es Director en la Corporación Rand de un Proyecto para la Fuerza Aérea y Anthony H. Cordesman, analista militar del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales existente en Washington.
Sobre este asunto quisiera dar algunas consideraciones personales de cómo en mi criterio se desarrollarán los acontecimientos.
La operación contra Irán no se efectuará hasta que se concluya el oleoducto que se está construyendo en Arabia Saudita, lo cual está planificado para los primeros días de Junio. En ese momento cerrar el estrecho de Ormuz no tendrá la misma implicación que hacerlo ahora. Estados Unidos, Israel y sus aliados saben eso y por lo pronto están preparando condiciones para la guerra.
En mi criterio, el artículo del New York Times trata de crear una sensación de calma al gobierno de Irán, lo cual resultaría en extremo peligroso si se creen el cuento de que Israel no puede atacarlos o que sería extremadamente difícil que lo haga. Los expertos expresan que "por el momento", que "ahora no sería lo mas inteligente" o que "las capacidades actuales de Israel", todo lo cual quiere decir que más adelante, quizás en poco tiempo, pudiera efectuarse el ataque.
Una acción como esa, además de la preparación militar y los ataques cibernéticos previos, requiere una preparación política, que debe realizarse bajo el techo del edificio de la ONU con el fin de buscar una condena a Irán, la cual debe estar relacionada con la utilización de la energía atómica por parte de dicho país. La condena justificará la acción armada.
No considero que la acción la lleve a cabo solamente Israel, se preparará el escenario como se ha hecho en otras ocasiones, para dar la impresión de que es una coalición internacional cumpliendo el mandato de la ONU. En esa coalición estarán, además de Estados Unidos, varios miembros de la OTAN y algunos países árabes, principalmente aquellos que están cercanos a Irán y donde Estados Unidos tiene bases aéreas, que por cierto son unas cuantas, como por ejemplo la base de Al Udeid en Catar desde donde cualquier avión moderno demora aproximadamente cinco minutos en estar sobre territorio iraní.
No podemos olvidar que con el pretexto de la situación en la zona y con el objetivo de amedrentar a Irán se han movido hacia el Golfo Pérsico algunas unidades navales estadounidenses, al menos dos portaviones acompañados de su correspondiente escolta, con la dotación completa de aviones, los cuales pudieran participar en un ataque contra la nación persa sin tener que hacer largas travesías aéreas.
Todo parece indicar que Irán está seguro de que será atacado y diariamente aumenta la preparación militar y política de su fuerzas y del pueblo iraní. El país cuenta con una aviación moderna y de buen número, cohetería anti-aérea, otros medios anti-aéreos, misiles de un alcance suficiente para golpear a los posible agresores, medios marítimos modernos dotados de misiles, fuerzas terrestres bien dotadas y preparadas, y lo que es mas importante, cuenta con la determinación de lucha contra la agresión extranjera.
Las experiencias de Iraq y Libia pudieran no ser buenas en Irán, el provocar un conflicto armado siempre es un riesgo y nadie puede decir cómo terminará este. Muchas veces la superioridad tecnológica no basta para ganar el conflicto, como sucedió en Viet Nam. El provocar una guerra como parte de una campaña electoral puede resultar contraproducente, sobre todo cuando un pueblo está reclamando mejoras sociales y económicas que deben crearse disminuyendo el dinero que se desperdicia en los presupuestos de guerra.
Recuerden que tanto va el cántaro a la fuente… hasta que se rompe.