A Venezuela ni agua
Por Eduardo Rothe
En el año 2011 terminó la crisis eléctrica y la sequía que la causaba. Las lluvias trajeron el fin de los racionamientos y la dirigencia opositora su “prueba de la ineficiencia del gobierno”. Se callaron todos los pájaros de mal agüero, incluso el pobre imbécil que acusaba a Chávez de provocar el atraso para esclavizarnos mejor. Durante casi un año vivimos en relativa paz, hasta que la burguesía pitiyanqui terminó sus primarias, eligió su candidato y entró en “modo electoral”, es decir en guerra velada contra pueblo y gobierno.
Para comenzar su año electoral 2012, además de provocar y denunciar “la violencia chavista”, “sicariar” a trabajadores del volante para clamar contra la inseguridad, y acusar de narcotráfico a la fuerza armada, la dirigencia opositora se lanzó a reproducir la crisis eléctrica y la sequía de 2010-2011.
La crisis eléctrica pueden revivirla con sabotaje, administrativo o terrorista. Pero como la abundancia del agua potable (llega a más del 95 % de la población) es evidente, la derecha recurre a la mentira y el temor.
¡Agua va¡
Muchos contribuyeron a lanzar la campaña, pero el principal portavoz en prensa, radio y televisión fue el abogado Antonio Ecarri. político neoliberal del derechista partido Primero Justicia.
Ecarri comenzó, el 14 de marzo, por una semi-verdad: la laguna de Taguaiguai (en la vieja zona industrial del céntrico Estado Aragua) recibe aguas servidas provenientes de distintos sectores, y este embalse desahoga en el Río Guárico, primer surtidor de la represa Camatagua, que a su vez surte al embalse La Mariposa, y otros reservorios de Caracas; siguió con una mentira: “Todo esto con unos niveles muy bajos de tratamiento porque cuando agregamos agua no potabilizada, las plantas de tratamiento no se dan abasto”; y remató con el delirio criminal; “cuando en Aragua alguien baja la palanca del inodoro, esa agua llega directamente a los hogares caraqueños".
Miedo, incertidumbre, duda
A partir de ahí, Ecarri siguió el modelo gringo de guerra sucia comercial llamado “Miedo, Incertidumbre, Duda” (Fear, uncertainty and doubt = FUD) consistente en “diseminar información negativa, vaga o sesgada con el objeto de perjudicar a un competidor”. El FUD es una manifestación de apelación al miedo, un tipo de falacia conocida desde antiguo como argumentum ad baculum (argumento con palo) muy frecuente en política y en mercadotecnia. Esta táctica se usa generalmente en casos en los que la publicidad negativa inicial sobrepasará cualquier retractación posterior. La MUD toma la iniciativa con su FUD y, una vez más, pone al gobierno a la defensiva
"La verdad, dice Ecarri, es que en La Mariposa podemos estar recibiendo restos de heces fecales. Aquí se debe conformar una comisión especial para conocer los niveles de contaminación de La Mariposa y que puedan determinar los niveles químicos del agua que nos estamos tomando. Cuando hay problemas de contaminación se pueden generar fuertes epidemias, enfermedades como cáncer, problemas en la dermis. Podemos estar envenenándonos", Nótense los condicionales “Podemos estar recibiendo”, “Se pueden generar”, “podemos estar envenenándonos”…
De hecho, no sólo el agua recibe tratamiento a lo largo de los acueductos, sino que, antes de entrar en la red urbana, es analizada cada 30 minutos, siguiendo la norma internacional.
Chacumbele
Desconociendo la vieja máxima maquiavélica “en calumnia todo lo que sobra perjudica”, el terrorista Ecarri se creció en su éxito de lanzar tal falsa alarma sin que el benévolo Estado venezolano lo procesara por terrorista, abandonó toda prudencia y se regodeó con el olor de su propia descomposición. Fascinado por su propia voz, cree que son sus 5 minutos de fama; habla y habla y se contradice: ““Muchos de ustedes habrán podido oler que el agua que nos está llegando en caracas…ahora ustedes abren el grifo y huele mucho más a cloro. ¿Qué pasa? Para quitarle el olor a cloaca, pues, le agregan más cloro. Más cloro significa también daños para el organismo”.
Como no es denunciado, el cloacólogo Ecarri denuncia. "Acudimos a la Defensoría del Pueblo porque le corresponde constitucionalmente la defensa de los intereses colectivos porque aquí está en juego el tema ambiental y la salud pública ciudadana”. “Nosotros estamos denunciando que aquí en Caracas la salud de los caraqueños está en jaque por la irresponsabilidad del Ministerio del Ambiente”. El embustero ya no puede detenerse cuando descubre que su vocación de derecha era acertada porque materia de cloacas se siente en su elemento.
Aguas arriba
“El dirigente (Ecarri) indicó que 80% del agua que recibe Caracas es suministrado desde el embalse Camatagua y denunció que los habitantes del sector emplean la tala, la quema, plaguicidas y fertilizantes que son vertidos en la cuenca”. Si, y además las industrias vertían sus desechos en el Lago de Valencia. Pero todo esto sucedió, sin control, en los 40 años de la democracia representativa, antes de la Revolución, la nueva Constitución y las rigurosas leyes ambientales del gobierno bolivariano, a las que Ecarri y su partido tan enérgicamente se oponen.
Aguas abajo
Ecarri se topa con la Bora o Jacinto de Agua (Eichhornia crassipes) una planta acuática invasora originaria de sistema Orinoco-Amazonas, que cubre algunos embalses. La Bora duplica su volumen cada 15 días, por lo que es considerada una plaga en muchos sitios del planeta como el Congo, Paraná, Missisipi, Guyana, California, Louisiana, Florida, Costa Rica, Calcuta, y hasta los canales de Xochimilco en México. Sin embargo, tiene propiedades medicinales, sirve de alimento para ganado (y manatíes) y se la usa para descontaminar el agua porque absorbe metales pesados, radioactividad y otras impurezas. Pero Ecarri, en la radio, tiene otra explicación;
“La Mariposa, también, está llena de Bora. Es decir, ahora, ¿por qué hay Bora? Según los estudios que nos han llegado, la Bora surge cuando hay nutrientes, cuando hay excesos de fertilizantes en el agua, cuando hay nutrientes de muchas categorías, y el agua, entonces, es un agua enferma. Por esa razón nosotros hemos, y vamos a tratar de comunicarnos con una biólogo (sic) que nos va a explicar un poco ese proceso del agua”. Por lo visto, “los estudios” que le han llegado son tan insuficientes que necesita “una biólogo”, para que le explique “un poco” el Asunto. Eso no le impide intentar sembrar la alarma en millones de personas.
Contradicción
El 17 de marzo, tres días después de comenzada la campaña terrorista del agua, ya no se sabe si se habla del “color y olor nauseabundo del agua que llega a cada hogar caraqueño” o de un agua que “huele más a cloro”.
Lo que si ha entendido la mayoría de la población, gracias al delirio de ignorancia de Ecarri y sus iguales, es que se trata de una mentira más de la oposición, y que la irresponsabilidad criminal no es del gobierno bolivariano sino de la oposición que lanza semejantes campañas de terror.
Mejor aún, ante la gigante pequeñez y cima de bajeza de una partida de terroristas políticos que reparten calumnias con el pretexto de hacer política, tenemos que concluir que el olor nauseabundo que Ecarri percibe cuando se lava las manos no proviene del agua sino de él mismo: es la fetidez de la descomposición de la burguesía venezolana”.