AVANZAR HACIA EL SOCIALISMO Las elecciones parlamentarias de septiembre de 2010 han puesto de manifiesto los puntos fuertes y débiles de la revolución. Los candidatos del PSUV consiguieron la mayoría en la Asamblea Constituyente, demostrando el gran apoyo del pueblo venezolano a la revolución después de 11 años. Por otra parte, se han perdido 1 millón de votos chavistas respecto a las anteriores elecciones, que han engrosado la abstención. Este aumento de la abstención es explicable por el cansancio, consecuencia del sabotaje continuo a la economía por parte de los empresarios venezolanos, que se ha reflejado en el incremento de los precios en un 26,9% y en el desabastecimiento de algunos productos básicos que hacen cada día más difícil las condiciones de vida de las masas. El resultado de las elecciones ha servido para envalentonar a los contrarrevolucionarios. Se han presentado como ganadores de las elecciones a pesar de tener sólo 65 diputados de un total de 165. La estrategia de la oposición es combinar los medios parlamentarios legales, con la presión al sector de derechas del PSUV, e incluso con la violencia ilegal extraparlamentaria. E El presidente de Fedecámaras, la patronal venezolana, Noel Álvarez, el 22 de diciembre pasado, volvió a utilizar el lenguaje que recuerda al golpe de estado del 2002, llamando a los militares a ejercer “su libertad de conciencia” para que dejen de cumplir las órdenes del presidente en un momento dado. Ley Habilitante La oposición mantiene que la promulgación de la Ley Habilitante es un ataque a la democracia. Pero la democracia burguesa es sólo una máscara detrás del cual se esconde la dictadura del gran Capital, donde el poder real está en manos de los grandes bancos y monopolios. En cambio, para los trabajadores y los campesinos la Ley Habilitante es una oportunidad para llevar a cabo las medidas necesarias para avanzar hacia el socialismo. “La Habilitante es un instrumento necesario en función de los retos y compromisos que hemos asumido: no se trata sólo de enfrentar las calamitosas consecuencias de esta prolongada temporada de lluvias, sino de darle respuesta a los problemas estructurales, intrínsecos al modelo capitalista, que se han agravado con la crisis actual. “En estas circunstancias de apremio se evidencian de nuevo dos visiones: de este lado, el afán insobornable de la solidaridad y el bienestar colectivo; y del otro lado, los apetitos mezquinos de quienes por generaciones han querido repartirse al país como un botín.” Líneas de Chávez, 19 de diciembre. Esta ley permitiría a Chávez durante 18 meses tomar medidas sin que la oposición pueda vetarlas. La primera medida que se aprobó fue la de la nacionalización de 47 latifundios al sur de Maracaibo con el apoyo del Frente Campesino Ezequiel Zamora, contestada por los terratenientes, que bloquearon las carreteras en señal de protesta. Las presiones de la derecha, y la falta de perspectivas por parte de sectores importantes de la dirección del PSUV, lograron hacer dudar al propio Chávez, que vetó la progresiva ley de Universidades que se estaba tramitando. Posteriormente, el 15 de enero, sometió al nuevo Parlamento, ya con los diputados presentes de la oposición, la posibilidad de derogar la Ley Habilitante. Este es un paso negativo, que puede traer consigo la desmoralización de una parte de las bases más militantes del PSUV. Avanzar hacia el socialismo El descontento por la falta de avances concretos se ha expresado en la abstención pero también es compartido por muchos votantes del PSUV. Los trabajadores y campesinos se dan cuenta que la mayoría del aparato del estado venezolano está en manos todavía de los capitalistas. De hecho, el 70% de la economía sigue estando en manos privadas y, por tanto, sólo el 30% restante es público. La única manera de resolver problemas como el de la alimentación es mediante la expropiación de los grandes monopolios alimentarios, como Polar y Cargill, así como se hizo en octubre de 2010 con Agroisleña. El Ministro del Poder Popular para la Alimentación, Carlos Osorio, aseguró el 11 de octubre en el Correo del Orinoco que empresas como Polar y Cargill deben estar en manos del Estado. No obstante, el vicepresidente de la República, Elías Jaua, expresó el 21 de octubre en el programa de televisión Contragolpe, que el Gobierno Nacional no tiene planteado aplicar la medida de expropiación a las empresas Polar ni Cargill. Estas contradicciones demuestran los diferentes sectores existentes dentro del PSUV. El sector del reformismo, que argumenta que se ha ido demasiado lejos en la revolución, que es necesario disminuir la velocidad y hacer concesiones a la oposición. Este sector busca una tercera vía entre el capitalismo y el socialismo. Pero, como Chávez dijo: “No hay conciliación con la burguesía la contrarrevolución”. Otro sector del PSUV ha sacado la conclusión de que para terminar con el sabotaje de la economía por parte de los capitalistas es necesario planificar la economía y utilizar el potencial productivo en beneficio de los intereses de la mayoría de la sociedad. Pero no se puede planificar lo que no se posee. A pesar de que ha habido nacionalizaciones de muchas empresas, el sector público supone solo el 30% de la economía. Por tanto, es necesario expropiar las principales palancas de la economía que están en manos privadas y ponerlas bajo control obrero. |
sábado, 22 de enero de 2011
AVANZAR HACIA EL SOCIALISMO
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