viernes, 15 de junio de 2012

El nuevo programa político de Hugo Chávez

El nuevo programa político de Hugo Chávezx Angel Guerra Cabrera    
Necesitamos –dice un elocuente párrafo- de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación

El lunes 11 el presidente Hugo Chávez explicó a una gigantesca marea humana los ejes del programa político para su candidatura a la presidencia en el período 2013-2019. El acto dio inicio al proceso de consulta ciudadana sobre el documento, del que surgirá el Segundo Plan Socialista Simón Bolívar. La multitud colmaba la Plaza Diego Ibarra, cercana al Consejo Nacional Electoral(CNE), y se desbordaba a lo largo de la extensa Avenida Bolívar y las arterias y plazas aledañas siguiendo el discurso en grandes pantallas. Chávez acababa de inscribirse ante el CNE como candidato a las elecciones del próximo 7 de octubre y de entregarle su propuesta política, un documento de gran valor histórico y político, sustentado en una lúcida mirada al presente y al futuro desde la historia, el pensamiento y la ética humanistas de raíz indolatinoafricana y universal.

El programa desglosa numerosos objetivos nacionales y estratégicos que deben cumplirse para alcanzar 5 objetivos históricos.

 1) consolidación de la independencia “definitiva” a través de un conjunto de medidas en lo económico, político, social, cultural, militar y de seguridad nacional. Sostiene que la independencia exige romper totalmente con los lazos neocoloniales impuestos por el imperialismo, sean económicos o de cualquier tipo. Cabe recordar que Venezuela, junto a Bolivia, Ecuador y Nicaragua denunciaron recientemente el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, infame instrumento de subordinación a Estados Unidos dentro de la OEA. 

2) continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo 21 para proporcionar “la mayor suma” de seguridad social, de estabilidad política y de felicidad al pueblo, objetivo que pasa, “en primer lugar, por acelerar el cambio del sistema económico” rentista petrolero capitalista al modelo productivo socialista y también por “pulverizar” la forma de Estado burguesa heredada que “reproduce sus nefastas prácticas”. “Éste es un programa de transición al socialismo y de radicalización de la democracia participativa y protagónica. Partimos del principio de que acelerar la transición pasa necesariamente por… acelerar el proceso de restitución del poder al pueblo”.

 3) convertir a Venezuela en un país-potencia económica, política y social dentro de la Gran Potencia Naciente de América Latina y el Caribe que garantice la conformación de una zona de paz en nuestra América.

 4) contribuir a una nueva geopolítica internacional con un mundo multicéntrico y pluripolar, que –evocando a Bolívar- permita lograr el equilibrio del universo y la paz planetaria.

 5) Preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana, que hace necesarios la construcción de un modelo productivo eco-socialista basado en la relación armónica del hombre y la naturaleza desde la idea andina del buen vivir e impulsar un movimiento mundial con ese objetivo.

Todo esto expuesto por un Chávez que no sólo desgranó las razones que sustentan su propuesta, también bromeó con el público, cantó, bailó, abrazó a sus hijas y a compañeros de la primera hora hoy en responsabilidades de gobierno y concluyó con una emotiva e inflamada alocución. Las encuestas le dan una cómoda victoria electoral así que advirtió a la apátrida oposición que no intente la violencia “porque se va a arrepentir”. A cada agresión del imperialismo y de la burguesía responderemos con más revolución, aseguró.

La propuesta incluye metas muy ambiciosas como una gran ampliación de la industrialización de los hidrocarburos, diversificación industrial, importantes avances en infraestructura y soberanía alimentaria, así como continuar desarrollando las exitosas misiones sociales que ya se llevan a cabo en educación, salud, vivienda y otros rubros. Enfatiza en el control por la nación sobre los recursos naturales, perfeccionando el que ya existe sobre los hidrocarburos, defender el abasto de agua como derecho humano y fortalecer el control de la minería por un ente estatal que evite la depredación típica de las trasnacionales.

Necesitamos –dice un elocuente párrafo- de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que subsisten en la sociedad venezolana, de configurar una nueva socialidad desde la vida cotidiana donde la fraternidad y la solidaridad corran parejas con la emergencia permanente de nuevos modos de planificar y producir la vida material de nuestro pueblo.

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