“EE. UU. habla abiertamente de que quiere perpetrar un ataque militar contra un país soberano. La presión política sobre Irán se ha convertido por el momento en una guerra mediática a gran escala contra Irán”.
Así puntualizó el embajador de la república islámica , Mahmoud-Reza Sajjadi, que está de visita en Moscú.
El embajador de la república islámica también dijo que Occidente está involucrado en los atentados contra los científicos iraníes que contactaban con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). “EE. UU. e Israel están perpetrando provocaciones contra nuestro país; ustedes pueden juzgar por sí mismos que planifica y realiza acciones abominables”, destacó el funcionario.
La declaración del embajador se produce después de una serie de advertencias mutuas entre Irán y sus rivales, EE. UU., Israel y la UE. Las autoridades de Teherán amenazaron con el bloqueo del estrecho de Ormuz (por donde pasa el 40% del tráfico mundial de crudo) en caso de que la UE siga el ejemplo de EE. UU. e imponga sanciones rigurosas destinadas a golpear la industria petrolífera iraní y el sector financiero.
Por su parte, EE. UU. reiteró que sus tropas están listas para "tratar la situación" en la región, tras mandar sus portaaviones a la inmediaciones de las aguas territoriales de Irán. Mientras tanto, Israel, así como EE. UU., no descarta dar golpes a lugares estratégicos del programa nuclear iraní.
Occidente sigue insistiendo en que bajo el programa nuclear, Irán busca obtener armas nucleares, mientras que Teherán reitera que los fines de sus investigaciones de campo son exclusivamente pacíficos. El pasado martes Irán confirmó su disposición a negociar con el sexteto internacionalsobre el programa.
Sin embargo, según el embajador, “algunos miembros del sexteto no quieren que se resuelva la cuestión iraní, por eso siempre buscan pretextos”.
Teherán “saluda la postura de Rusia sobre Irán, es constructiva y perspicaz”, dijo Sajjadi. Agregó que “los contactos con el sexteto deben tener lugar en un futuro cercano”.
¿Planes armamentistas o átomo pacífico?
Ahora en Irán hay al menos seis centros de investigaciones atómicas; entre ellos, la central de Bushehr (fruto de la colaboración de Irán con especialistas rusos en energía nuclear) y dos plantas de enriquecimiento de uranio. Una de ellas, la planta subterránea de Fordow, hallada cerca de la ciudad de Qom (centro del país), genera las mayores preocupaciones del Occidente.
La instalación tendrá capacidad para enriquecer uranio al 20%, al 4% y al 3,5%, según comunicó Feireidoun Abbasi, jefe de la Organización de la Energía Atómica de Irán. Como afirman las autoridades iraníes, el país necesita el enriquecimiento solo para producir el combustible para sus centrales nucleares, que podrán abastecer al pueblo de energía eléctrica.
Aunque para la producción de armas nucleares hay que enriquecer uranio hasta al 93,5%, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) sigue advirtiendo sobre el carácter peligroso del programa. A esto se le suma la presión que los aliados occidentales ejercen sobre Irán, imponiendo sanciones que, según los expertos, podrían disminuir los ingresos de la economía iraní hasta un 50%. Tampoco estabiliza la situación la posibilidad de una eventual injerencia militar en el país islámico.
Rusia ha reiterado que “la intervención militar es inadmisible”, ya que en caso contrario “la situación se volverá aún más crítica”. Además, se insiste en que la única solución del problema es la diplomática, ya que “el componente militar del programa nuclear iraní no está demostrado”.-
Así puntualizó el embajador de la república islámica , Mahmoud-Reza Sajjadi, que está de visita en Moscú.
El embajador de la república islámica también dijo que Occidente está involucrado en los atentados contra los científicos iraníes que contactaban con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). “EE. UU. e Israel están perpetrando provocaciones contra nuestro país; ustedes pueden juzgar por sí mismos que planifica y realiza acciones abominables”, destacó el funcionario.
La declaración del embajador se produce después de una serie de advertencias mutuas entre Irán y sus rivales, EE. UU., Israel y la UE. Las autoridades de Teherán amenazaron con el bloqueo del estrecho de Ormuz (por donde pasa el 40% del tráfico mundial de crudo) en caso de que la UE siga el ejemplo de EE. UU. e imponga sanciones rigurosas destinadas a golpear la industria petrolífera iraní y el sector financiero.
Por su parte, EE. UU. reiteró que sus tropas están listas para "tratar la situación" en la región, tras mandar sus portaaviones a la inmediaciones de las aguas territoriales de Irán. Mientras tanto, Israel, así como EE. UU., no descarta dar golpes a lugares estratégicos del programa nuclear iraní.
Occidente sigue insistiendo en que bajo el programa nuclear, Irán busca obtener armas nucleares, mientras que Teherán reitera que los fines de sus investigaciones de campo son exclusivamente pacíficos. El pasado martes Irán confirmó su disposición a negociar con el sexteto internacionalsobre el programa.
Sin embargo, según el embajador, “algunos miembros del sexteto no quieren que se resuelva la cuestión iraní, por eso siempre buscan pretextos”.
Teherán “saluda la postura de Rusia sobre Irán, es constructiva y perspicaz”, dijo Sajjadi. Agregó que “los contactos con el sexteto deben tener lugar en un futuro cercano”.
¿Planes armamentistas o átomo pacífico?
Ahora en Irán hay al menos seis centros de investigaciones atómicas; entre ellos, la central de Bushehr (fruto de la colaboración de Irán con especialistas rusos en energía nuclear) y dos plantas de enriquecimiento de uranio. Una de ellas, la planta subterránea de Fordow, hallada cerca de la ciudad de Qom (centro del país), genera las mayores preocupaciones del Occidente.
La instalación tendrá capacidad para enriquecer uranio al 20%, al 4% y al 3,5%, según comunicó Feireidoun Abbasi, jefe de la Organización de la Energía Atómica de Irán. Como afirman las autoridades iraníes, el país necesita el enriquecimiento solo para producir el combustible para sus centrales nucleares, que podrán abastecer al pueblo de energía eléctrica.
Aunque para la producción de armas nucleares hay que enriquecer uranio hasta al 93,5%, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) sigue advirtiendo sobre el carácter peligroso del programa. A esto se le suma la presión que los aliados occidentales ejercen sobre Irán, imponiendo sanciones que, según los expertos, podrían disminuir los ingresos de la economía iraní hasta un 50%. Tampoco estabiliza la situación la posibilidad de una eventual injerencia militar en el país islámico.
Rusia ha reiterado que “la intervención militar es inadmisible”, ya que en caso contrario “la situación se volverá aún más crítica”. Además, se insiste en que la única solución del problema es la diplomática, ya que “el componente militar del programa nuclear iraní no está demostrado”.-
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