miércoles, 18 de enero de 2012

Guerra santa

Guerra santa
Iván Santandreu

No es algo que me gustaría escribir, y estoy consciente de que puedo parecer un poco loco o paranoico, pero creo que vale la pena el riesgo.
Actualmente, nos encontramos frente a flúor en el agua, pesticidas en los alimentos, cientos de nuevas moléculas sintéticas disfrazadas como aditivos y colorantes artificiales, modificación genética de los alimentos, endulzantes que van desde el veneno puro (aspartamo) a moléculas químicas que dañan la flora intestinal (sucralosa). Vivimos horas y horas de sobredosis de una TV absolutamente insulsa, y una educación memorizante y aplastante, para transformarnos en esclavos obedientes de un sistema. Enfrentamos doctores que dan miedo, sometidos a una industria farmacológica, que sólo busca vender sus productos y mantener a sus clientes cautivos en la enfermedad. Se podría seguir enumerando, pero creo que con este listado ya es suficiente.
Podríamos preguntarnos ¿de dónde salió tanta tontera, negligencia y hasta maldad?
El mundo, en realidad, está en guerra; pero no una con bombas cayendo del cielo y ejércitos invadiendo territorios, con muertos y heridos por doquier. No, se trata de una guerra y de una invasión silenciosa, pero de vastas proporciones y repercusiones.
Se cuenta que después de la II Guerra Mundial, un grupo de ex convictos por crímenes de guerra, premunidos de altos contactos y dinero, se propusieron que la próxima gran guerra mundial para dominar el mundo no fuera con balas ni bombas, sino a través de otros medios, tales como la alimentación.
Cierto o no, vaya que se ha logrado a través de la Comisión del Codex Alimentarius, la Organización Mundial del Comercio y los tratados internacionales y leyes que favorecen la privatización y el monopolio de las semillas en manos de unas pocas multinacionales. Coincidencia, conspiración, estupidez humana, da lo mismo: el resultado está a la vista. Un puñado de corporaciones mundiales, apoyadas por organizaciones e instituciones que ellos mismos controlan, manejan sin duda alguna los hilos del mundo.
Aunque muchas personas no se den cuenta, el mundo se encuentra ante una encrucijada: o seguimos avanzando hacia un precipicio ambiental, económico y social o cambiamos de rumbo.
La decisión depende de todos nosotros: nadie va a llegar de otra parte a hacernos el trabajo. Es imprescindible tomar una actitud proactiva frente a lo que nos toca vivir. No basta con ser vegetariano y meditar; hay que realizar acciones concretas que ayuden a construir el mundo nuevo y mejor que necesitamos para estos tiempos y para las futuras generaciones.
El 11-11-11, se estrenó el documental Thrive, que intenta unir puntos aparentemente inconexos entre sí para dibujar la realidad del mundo en el cual vivimos. El documental se puede ver gratis por YouTube o arrendar en alta definición por 5 dólares en el sitio web del mismo documental. Lo recomiendo vivamente para hacerse un cuadro completo de la realidad y de lo que podemos hacer para mejorarla.
¡Buenas vacaciones!

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