x Belem Grandal
Se afanan en repetirnos que el único instrumento posible que permite reclamar o exigir cuaquier tipo de reivindicación en la defensa de los derechos de las y los oprimidos
Esa nueva raíz y ese nuevo tronco es el de las democracias socialistas del pueblo.
Los sistemas de gobierno occidentales expresados en las dictaduras burguesas del capital y sus castas políticas, supeditadas éstas, a las castas poderosas, restringidas, y elitistas económicas, se afanan en repetirnos una y otra vez que el único instrumento posible que permite reclamar o exigir cuaquier tipo de reivindicación en la defensa de los derechos de las y los oprimidos, de las y los dominados, es decir, de la inmensa mayoría de la clase trabajadora y productora, es la palabra, y con ello aluden también a la razón eliminando la posibilidad de cualquier recurso a formas de lucha con utilización expresa de la violencia.
Quiero analizar más detenidamente lo que todos entendemos por palabra o palabras y a continuación aludir a la razón y a la capacidad humana de raciocínio e discernimiento através de la representación mental que son los conceptos o ideas que de la realidad nos hacemos gracias a la experiencia individual y social, integrada en una determinada cultura, que desarrolla a su vez y por sí misma, una forma de expresión y comunicación, una lengua.
Existen muchas categorías de palabras, según las cuales, cada una de ellas cumplen una determinada función en una frase u oración. Aquí y ahora, quiero referirme a ese conjunto de palabras que dan sentido y poseen un significado determinado vinculado a una idea o pensamiento, emoción, hecho, suceso, acontecimiento y que, además, propugnan ciertos valores y principios éticos. Así mismo, vinculado también a una experiencia concreta y a un contexto social y cultural en el que nos desarrollamos, para luego comunicarnos y transmitir a nuestros congéneres, siendo también estos receptores de los mensajes, por lo que establecemos un feed-back que nos permite interrelacionarnos e interaccionar, pues las ideas entroncan directamente con la experiencia. Sin las vivencias experienciales de los seres humanos, no existirían las ideas, conceptos y valores.
Pues bien, estas dictaduras burguesas del capital que defienden como único instrumento reivindicativo y de lucha por los derechos de los y las explotadas, la palabra, han vaciado todo su significado, descargándolas de su sentido, idea y conceptos primigenios y objetivos, para convertirlas en meros continentes, formas con apariencia y una vez descargado todo su contenido las han subjetivado y tergiversado para adecuarlas a los intereses de los poderosos, de las castas burguesas capitalistas.
Voy a analizar aquí algunos de estos términos, como son libertad y democracia.
Como por el momento estamos integrados e integradas, de manera impositiva dentro de este entramado extraño que se denomina “Estado español” quiero analizar algunos términos o palabras y su definición a través de su diccionario, del diccionario de la Real Academia Española que, en primera instancia, define este término como la capacidad que posee el ser humano de obrar según su propia voluntad, por supuesto, teniendo en cuenta a responsabilidad de sus actos. En las siguientes acepciones se define como la situación, condiciones o circunstancias de quien no es esclavo, ni está sujeto al deseo de otros de forma coercitiva.
Las palabras, son la representación y símbolo gráfico, visible, de las ideas, conceptos y valores que deben estar necesariamente respaldadas por una experiencia concreta vivenciada, en un espacio físico determinado, en una comunidad o sociedad, que dispone de un acervo cultural, social, y un desenvolvimiento histórico, económico y político que las condicionan. Cuando esta experiencia es modificada, construida y elabarada para servir los intereses de una minoría de poderosos y opresores, con ella, también se va modificando el uso de los términos o de las palabras y de sus significados, restringiéndolos y limitándolos para adaptarlos únicamente a los dictados de dichas minorías que intentan extraer el máximo provecho de ellos con el único objetivo de mantener sus privilegios y el orden establecido a través de formas, métodos y recursos opresivos, represivos y coercitivos.
Nos encontramos así, con palabras que no son más que una especie de recipientes, como baúles, en donde guardamos todo aquello que ya no usamos, porque han sido a lo largo del tiempo histórico y de acontecimientos graves y dolorosos, ocultadas, silenciadas, negadas, distorsionadas y tergiversadas, y, de no ser rescatadas a tiempo, pueden acabar siendo corroídas, incluso destruidas por las manipulaciones de los detentadores del poder.
Si permitimos dicha manipulación y tergiversación, las palabras van convirtiéndose en objetos inanes e inertes, sin vida alguna y sin capacidad para permitir la razón y el discernimiento normal en las sociedades. A la vez que pierden todo su valor originario, se les adjudica otro valor y otra concepción subjetiva que pretende mantener, justificar y legitimar el poder oligárquico y opresor de las burguesias capitalistas y al mismo tiempo obstaculizar al pueblo el ejercicio de su palabra a través de una enajenación o alienación que convierte los significados correctos en significados y conceptos acordes a los intereses de dichas élites oligárquicas dominantes.
Si permitimos dicha manipulación y tergiversación, las palabras van convirtiéndose en objetos inanes e inertes, sin vida alguna y sin capacidad para permitir la razón y el discernimiento normal en las sociedades. A la vez que pierden todo su valor originario, se les adjudica otro valor y otra concepción subjetiva que pretende mantener, justificar y legitimar el poder oligárquico y opresor de las burguesias capitalistas y al mismo tiempo obstaculizar al pueblo el ejercicio de su palabra a través de una enajenación o alienación que convierte los significados correctos en significados y conceptos acordes a los intereses de dichas élites oligárquicas dominantes.
Un ejemplo de lo que he comentado hasta aquí hace referencia a una acepción más restringida de la palabra “Libertad”, como “ la facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres”. Desde esta nueva acepción podemos comprobar como sus significados, sus contenidos, su concepto, ha sido distorsionado para amoldarlo a estes nuevos tiempos en los que vivimos y adecuarlos a los intereses de los poseedores de los medios de producción y de las riquezas materiales y económicas.
La siguiente palabra que analizaré es “democracia” que, en sus orígenes, es la conjunción de dos términos griegos, demos-pueblo, y cracia-poder. Esta palabra, a lo largo de la historia, ha sufrido también mutilaciones importantes que han cercenado su significado original para adecuarlo a las mismas circunstancias de las que hablamos a lo largo de este escrito. Así, en el Diccionario de la Real Academia española se define democracia como, “doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno, o bien predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado” .
La palabra “democracia” en estos tiempos que corren se suele usar con mucha ligereza para denominar a estas dictaduras burguesas capitalistas occidentales. Ellas mismas se autodenominan democracias, vaciando todo el contenido de la palabra y convirtiendo a la palabra en un recipiente que se puede llenar con todo aquello que sacrifique al pueblo, que calle y silencie al pueblo, que oprima y explote al pueblo, que le niegue la palabra al pueblo, que reprima y anule sus aspiraciones de desarrollar sus capacidades y potencialidades humanas de pensar por sí mismo y con certeza, de intervenir en el gobierno político de un pueblo o nación.
Las vivencias o experiencias pueden ser ocultadas a través de una represión que imponiendo el miedo y el terror paralizante de las conciencias, anule las mentes, aniquile cualquier rastro de razón e inteligencia y que, en el caso del Estado Espanhol, dichas experiencias mostrarom como el “Golpe Fascista del 36” y su postguerra demoledora que, a día de hoy, continua promoviendo desde las más altas esferas de gobierno la impunidad de los genocidas y sepultando en el baúl del olvido una libertad y democracia que en aquel entonces presuponía más acorde a su valor primigenio y que, aún hoy día, este ente extraño y absurdo denominado Estado español no ha comenzado a construir porque ha ocultado y distorsionado, tanto la experiencia como vaciado de contenido la palabra modificando su significado para justificar tanta barabarie.
De esa manera continúa bloqueando tanto la verdadera palabra, aquella que mantiene el valor real desde su génesis, distanciándola de una experiencia que ha quedado sepultada por años de silencio impuesto, de miedo y terror paralizante de las conciencias, del sufrimiento de tantas humillaciones y verguenzas de las y los que lucharon por la libertad y contra el fascismo y que, además, extendieron el odio y la revancha, eliminando y destruyendo el desarrollo normal de la razón y la inteligencia aún hoy enajenada y alienada. Se ha convertido la razón de los fascistas criminales genocidas en la única razón válida para así perpetuar la impunidad de sus atrocidades y continuar en el poder vaciando y tergiversando las palabras, deformando la realidad o distanciando la una de la otra.
Los medios de comunicación, control y propaganda, juegan un papel decisivo en este proceso de alienación y enajenación de la inmensa mayoría de la población que impide razonar y discernir, bien individualmente, bien colectivamente la relación e identificación entre conceptos similares o la diferencia y contradicción entre ellos, procurando con toda la información deturpada, concluir, cuáles son los problemas reales que provocan las desigualdades, las injusticias, las falsas democracias, las libertades negadas, las palavras vaciadas de contenido y tergiversadas, la experiencia silenciada y ocultada, anuladas las conciencias, destruida o despreciada la razón y la inteligencia.
Todo lo que debería provocar un feed-back continuo en proceso de retroalimentación constante entre la palabra llena de contenido, como expresión visible y gráfica, de ideas, conceptos, hechos, acontecimientos, emociones y valores de uso, no de cambio. Contrastada esta, con una experiencia que contribuya a a dar el valor preciso a las palabras vivenciadas en cada una de las subjetividades y colectividades, para destruir la enajenación de la razón a la que estamos sometidas y sometidos y por tanto desterrar para siempre una alienación que ciñe las mentes y coarta el libre desarrollo del ser humano.
Es así que, podremos discernir con claridad, aportando la visibilidad necesaria a la palabra con todo su significado, proporcionado por una experiencia que, desde el conocimiento, reconocimiento y análisis del pasado, sirvan de base para el inicio de la creación de una nueva sociedad en que las palabras justicia, solidadaridad, igualdad, democracia y libertad se llenen por fin con todo su contenido a través de la dignificación del pueblo trabajador en su lucha contra la violencia estructural y sistemática de los Estados capitalistas, de sus gobiernos y de sus secuaces, mercenarios y todo tipo de colaboradores.
Aquí reside la raíz sobre la que debe crecer un nuevo árbol cuya savia regenerada nutra todas las ramas y hojas, engordando su tronco. Tronco de la nueva humanidad que mantendrá viva la esperanza en el desenvolvimiento personal e social de las capacidades, potencialidades y aspiraciones del ser humano, de su creatividad máxima con todo su valor de uso, desechando lo que hasta ahora era un valor de cambio, una mercancía, que sacrifica la vida humana y pudre con la savia contaminada el tronco con todaas laas ramas y hojas convirtiéndolo en un ser sin vida y putrefacto.
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