sábado, 7 de enero de 2012

Se intensifican las contradicciones nacionales en la Unión Europea

Se intensifican las contradicciones nacionales en la Unión Europea

Escrito por Daniel Morley

La última y “decisiva” cumbre-europea-para-acabar-con-todas-las-cumbres-de-la-UE-y-arreglar-la-crisis-de-la-Zona-Euro-de-una-vez-y-para-siempre, ha fallado marcadamente en hacerlo—tal como todas las cumbres “últimas” y “decisivas”. Como en las reuniones previas, los mercados declararon completamente insatisfactorias los resultados de la misma. Estas reuniones de los mandatarios de la UE son ya una moneda completamente devaluada.

Nada ha cambiado a excepción de que las contradicciones nacionales ahora son más agudas e insolubles de lo que antes ya eran.
Después de dos años, la Unión Europea falló en resolver la crisis griega. Ahora, todos aceptan lo que hemos argumentado desde el principio: Grecia no puede pagar sus deudas. Las medidas de austeridad a las que han forzado al pueblo griego han tenido el efecto opuesto: el de hundir más a la economía con un deterioro de la calidad de vida, un colapso en la demanda, un alza en el desempleo, menor recaudación de impuestos y por tanto, una deuda mayor. Todos aceptan ahora que, tarde o temprano, Grecia va a quebrar y será forzada a salir de la Zona Euro. Lo cual, a su vez, tendrá serias repercusiones para toda Europa.
La crisis en Grecia causó serios problemas, pero se ve empequeñecida por otros asuntos. Italia y el Estado Español necesita juntar aproximadamente 1 billón de euros en el mercado de bonos durante los próximos cuatro años para pagar la deuda y el interés acumulado. Esto llevará a las finanzas públicas a un deterioro mayor y niveles insostenibles. Italia está pagando actualmente un 7,17% de interés sobre bonos de 10 años, una cantidad intolerable. Tan solo las deudas de Italia acumulan 1,9 billones de euros. Cantidad en escala suficiente para llevar a la ruina a toda la zona Euro.
La base de la presente crisis es obvia inmediatamente. Simplemente es una cuestión de quién, si es que alguien lo hará, pagará por las deudas asombrosamente enormes que se han acumulado en Europa. Si el dinero no se genera pronto, toda la Zona Euro, e incluso la UE, podrían desintegrarse rápidamente entre recriminaciones mutuas y proteccionismo.
La crisis de la deuda es simplemente la expresión superficial de la contradicción entre el colosal potencial de las fuerzas productivas y los estrechos límites de la propiedad privada y el Estado. El capitalismo produce las crisis de sobreproducción necesariamente. Es decir, una crisis en la que se produce más de lo que el mercado puede absorber debido al colosal potencial de las fuerzas productivas.
Las ganancias de los capitalistas son derivadas en última instancia por el trabajo no remunerado de los trabajadores. En el último periodo, la participación del capital se ha expandido a costa de la clase obrera. El restringido poder adquisitivo resultante es una barrera objetiva a la expansión de la producción capitalista. Por un tiempo, esta barrera se puede superar a través de la expansión masiva del crédito, tal y como lo hemos visto en los 20 años anteriores al colapso de 2008. Ahora, por todo ello, la burguesía debe afrontar sus consecuencias.

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