Obama y la Tercera Guerra Mundial

Parece ser que el pacifismo del presidente Barack Obama, si es que pacifismo puede llamársele, ha servido de muy poco para mantener la calma en este mundo convulso en que vivimos. Incluso hay comentaristas que afirman, en torno a mi anterior artículo “Tercera Guerra Mundial, todo listo”, que también el inquilino de la Casa Blanca estaría interesado en una conflagración dado lo difícil que se le plantea la reelección en noviembre próximo.

Hago un repaso de los elementos fundamentales –pero no los únicos a considerar-- que enumeré en el texto anterior. Elementos que apuntan a una Tercera Guerra Mundial a la vuelta de la esquina:

La guerra civil en Siria, que tiene a Al Assad entre la espada y la pared y a los rusos dispuestos a acudir en su auxilio / La caída de la popularidad de Vladimir Putin en Rusia / La situación nuclear en Irán, con los fundamentalistas fabricando armas de destrucción masiva contra el criterio de la comunidad internacional, e Israel al acecho / La crisis económica mundial, que exacerba el nerviosismo de gobiernos, partidos y naciones / La presencia en Francia de un mandatario temperamental como Nicolas Sarkozy.

La penetración iraní en América Latina también ha sido manejada como factor en los últimos días, incluso denunciada por la congresista cubano-americana Ileana Ros-Lehtinen durante una entrevista concedida a la cadena Univisión. “Todas las opciones contra Irán tienen que estar sobre la mesa”, aseguró.

¿Es el pacifismo contraproducente? ¿No habría sido una política de presión preventiva, como la desplegada por Ronald Reagan en la década del ochenta del siglo pasado, más efectiva para garantizar la paz mundial? Preguntas que no debería llevarse el viento, que alguien debería atreverse a contestar.