La crisis dispara el índice de suicidios
La crisis económica no solo genera desempleo, números rojos y desahucios, sino que también dispara la tasa de suicidios.
Uno de los casos más impactantes de suicidido a causa de la crisis lo protagonizó una mujer en EE. UU., que disparó a sus dos hijos antes de quitarse la vida en una oficina estatal de asistencia social.
Rachelle Grimmer, de 38 años, tomó esta drástica decisión después de que las autoridades le negaran cupones de alimentos durante meses, debido a que no entregó suficiente información.
Rachelle Grimmer, de 38 años, tomó esta drástica decisión después de que las autoridades le negaran cupones de alimentos durante meses, debido a que no entregó suficiente información.
Para recibir ayuda del Gobierno para la compra de alimentos se requieren documentos que prueben su información, tales como documentos que avalen su situación profesional y su residencia. También han de rellenar una planilla de aplicación de 18 páginas.
A la serie de trágicas muertes relacionadas con la crisis económica se une el reciente fallecimiento del famoso banquero e inversionista Russel Armstrong. El capitalista no aguantó la quiebra de su negocio y se ahorcó en su casa de Los Ángeles.
A pesar de que la nación norteamericana registró un ligero descenso en la tasa de desempleo, actualmente situado en el 8,6%, el número de personas que vive en condiciones de pobreza ha alcanzado la cifra récord de 49 millones, lo que podría incidir negativamente en el índice de suicidios.
Según las estadísticas, desde el inicio de la recesión la tasa de suicidios aumentó más de un 20%, registrándose los peores índices en Grecia, la más afectada por la crisis financiara global.
La recesión viste a Grecia de velo negro
Antes de la recesión, Grecia tenía una de las tasas de suicidio más bajas de Europa. Sin embargo, tras la desaparición de cientos de miles de empresas y después de los recortes salariales y la subida del paro, el país heleno se ha convertido en el ejemplo más chocante de cómo la recesión machaca psicológicamente.
En comparación con el índice de suicidios de 2010, este año aumentó en un 40% el número de personas que decidió quitarse la vida.
"Tenemos problemas de ansiedad, angustia y depresión relacionados con el paro", declaró Dimos Dimellis, un psicólogo responsable de un programa de terapia para los afectados por la crisis. "Tenemos problemas especiales con padres de familia, ya que el hombre pierde mucha autoestima si pierde el trabajo", agregó el médico.
Después de permanecer un año en paro, el empresario Apóstolos Polyzonis se prendió fuego delante de una oficina bancaria, después de que la entidad se negara a renegociar su deuda. Polyzonis -que solo sufrió quemaduras superficiales- explicó que se sentía deprimido al no poder seguir pagando los estudios universitarios de su hija.
Peor suerte corrió el dueño de una agencia publicitaria, Michael Kriadis, que se tiró por la ventana de su oficina tras acumular deudas por más de 400.000 euros. Mientras el comerciante Vaggelis Paterakis se descerrajó un tiro con una escopeta tras suspender pagos por valor de 800.000 euros.
Muchos expertos opinan que la manera más eficaz de erradicar los suicidios es adoptar políticas activas para ayudar a la gente a encontrar trabajo.
"En España en los 80 se produjo una alza significativa de suicidios cuando subió el paro; pero en Suecia en los 90 un aumento muy fuerte del desempleo no impactó sobre los suicidios ya que el Estado los ayudó", comentó Martin McKee, director del Observatorio de Sistemas Europeos de Salud.
Psiquiatra, profesión con demanda en España
La consecuencia más trágica de la crisis económica en España, con casi cinco millones de parados y más de 30.000 familias desahuciadas por ejecuciones hipotecarias, ha sido el incremento en un 25% del número de suicidios.
Según los médicos, más del 90% de los que se suicidan sufre una patología psiquiátrica, siendo la más frecuente la depresión. Por ende, han aumentado de forma significativa las consultas en los departamentos de urgencias psiquiátricas por parte de personas que acuden a ellas tras intentos de suicidio, con síndrome de ansiedad y síntomas de dependencia del alcohol y de las drogas.
Este tipo de patologías, según afirman los médicos, también afectan a la unidad familiar, ya que únicamente una décima parte de estas personas tiene una pareja estable y un porcentaje muy elevado se encuentra aislado socialmente.
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