La situación en Grecia se está volviendo más revolucionaria cada día que pasa. El país ha estado paralizado por una oleada de huelgas que se centró en el sector público y en empresas de propiedad estatal, y es la respuesta de los trabajadores en su intento de evitar el terrible ataque del gobierno. Esta oleada de huelgas fue anticipada por el movimiento de ocupación masiva de las universidades y escuelas en septiembre, lo que demostró una vez más que la juventud es un barómetro sensible de la lucha de clases.
Estamos viendo las movilizaciones en los lugares de trabajo donde se encuentran los sindicatos más poderosos de la clase obrera griega. Los trabajadores del transporte, de los puertos, de la electricidad, municipales, de los ministerios, de los hospitales, de la educación, de las oficinas de impuestos, y de los los sitios arqueológicos han decidido declararse en huelga indefinida y también ocupar un edificio del gobierno tras otro.
Por primera vez, los trabajadores de estos sectores tienen el apoyo abrumador de los trabajadores desempleados y de los trabajadores del sector privado. La percepción del pasado de que los trabajadores de estos sectores, es decir, los trabajadores empleados estatales, eran privilegiados ya no existe dentro de las filas de los trabajadores del sector privado, ya que es precisamente ese sector el que se encuentra en el extremo receptor de los ataques más duros, con despidos masivos y grandes reducciones de hasta un 50% en sus salarios. La línea que separa a los trabajadores de los sectores público y privado ha dejado de existir como consecuencia de la brutal agresión del gobierno.
También en el sector privado tenemos ahora un ataque enorme del gobierno, que ha propuesto a votación este jueves en el Parlamento una nueva ley con la misma exigencia que hizo la “troika” que integran el Banco Central Europeo, la Unión Europea y el FMI, y que tiene por objeto reducir el salario mínimo de 750 euros a 550, y la eliminación de los Convenios Colectivos Nacionales de Trabajo y de todos los convenios colectivos sectoriales. De hecho, la ley elimina de facto el papel oficial de los sindicatos "hasta que termine la crisis".
El resultado de todo esto es que el ambiente entre los trabajadores se ha vuelto más combativo que nunca. Esta vez lo que destaca claramente es la determinación de luchar hasta el final. Los sindicalistas y los dirigentes sindicales están diciendo abiertamente a los medios de comunicación que las huelgas son políticas. Un dirigente sindical de los trabajadores de autobuses, dijo el viernes pasado en un famoso programa de TV que "Vamos a continuar la huelga hasta el derrocamiento del gobierno. ¡Queremos terminar con esa banda!"
Los más combativos son los recolectores de basura que han estado en huelga durante los últimos diez días y han llevado a cabo una ocupación de los basureros. El gobierno envió ayer a las Fuerzas Especiales de la Policía para aterrorizar a los huelguistas, pero éstos se negaron a poner fin a la ocupación. Manifestaron que si el gobierno no daba marcha atrás [a la privatización del servicio y los despidos] eso llevaría "al derramamiento de sangre”. El gobierno procedió a adjudicar la recogida de basuras a empresas privadas que, sin embargo, no pueden recoger basura alguna de las calles, ya que reciben ataques e insultos constantes de la gente común que les gritan “esquiroles”. Este incidente expresa muy claramente el apoyo a las huelgas, firme como una roca, de la mayoría del pueblo griego.
Los más combativos son los recolectores de basura que han estado en huelga durante los últimos diez días y han llevado a cabo una ocupación de los basureros. El gobierno envió ayer a las Fuerzas Especiales de la Policía para aterrorizar a los huelguistas, pero éstos se negaron a poner fin a la ocupación. Manifestaron que si el gobierno no daba marcha atrás [a la privatización del servicio y los despidos] eso llevaría "al derramamiento de sangre”. El gobierno procedió a adjudicar la recogida de basuras a empresas privadas que, sin embargo, no pueden recoger basura alguna de las calles, ya que reciben ataques e insultos constantes de la gente común que les gritan “esquiroles”. Este incidente expresa muy claramente el apoyo a las huelgas, firme como una roca, de la mayoría del pueblo griego.
Como resultado de la enorme presión de las bases, la huelga general de 24 horas de las centrales sindicales GSEE y ADEDY parece cada vez más probable que se transforme en una huelga general de 48 horas el miércoles y jueves de esta semana. Sin embargo, el estado de ánimo que está madurando en la clase trabajadora va más allá de eso, y la idea de que lo que se necesita es una huelga general política indefinida se está apoderando de las mentes de muchos trabajadores.
Esta situación está poniendo una enorme presión sobre el gobierno del PASOK, que ahora está mucho más débil que en el verano. El grupo parlamentario del PASOK - muchos de cuyos integrantes pueden ver que si siguen apoyando abiertamente el plan de austeridad estarán poniendo en riesgo sus escaños en el Parlamento - se encuentra bajo una enorme presión de los sindicatos y de los trabajadores en general. Ya, un diputado del PASOK ha dicho que tiene intención de votar en contra de la nueva ley y otro ha amenazado con que iba a renunciar. Esto amenaza con reducir la mayoría de Papandreou en el Parlamento a niveles inviables. El PASOK tiene 154 diputados en un Parlamento de 300 miembros.
La pérdida de apoyo popular del PASOK se refleja también en los sindicatos. El PASOK tiene su propia facción - conocida como PASKE - dentro de los sindicatos. Ya el PASKE del sindicato de los trabajadores municipales y el de los docentes se habían separado del PASOK a principios de este año. El jueves pasado el PASKE del sindicato de los ferroviarios anunció que iba a romper con el PASOK. También somos testigos de una ola de renuncias al partido en toda Grecia de muchos de los cuadros del PASOK.
La dirección estalinista del KKE (Partido Comunista) por primera vez, y después de la presión de los trabajadores, ha abandonado su llamamiento a elecciones anticipadas y decidió, en cambio, organizar un cerco espectacular del edificio del Parlamento el próximo jueves. La ocupación de la zona frente al edificio del Parlamento que vimos en el verano por iniciativa de la Asamblea Popular de la Plaza Syntagma había sido mucho más espontánea, pero con un carácter desorganizado y "amateur". Un cerco del edificio organizado por el PAME (la fracción del KKE dentro de los sindicatos) y el KKE será completamente diferente. Ya que será organizada con la participación de los "batallones pesados" de la clase obrera: los trabajadores de la construcción, los trabajadores de los astilleros, etc. Esto significa que el conflicto en esta ocasión involucrará a un número mucho más grande de gente y también será mucho más organizado.
La huelga general del jueves será otro punto de inflexión importante en la situación de Grecia. Será una expresión de la intensa rabia que se ha acumulado en los trabajadores y la juventud de toda Grecia, que no están dispuestos a que estos ataques pasen sin más. En Grecia se está preparando una lucha de clases a niveles sin precedentes, y en esto vemos el futuro de toda Europa.
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