domingo, 30 de octubre de 2011

Humanismo: La necesidad agónica de alcanzar un nuevo paradigma

Humanismo: La necesidad agónica de alcanzar un nuevo paradigma

“En un mundo en el que el dinero se ha convertido en el valor central de la existencia, no debieran sorprendernos las consecuencias de semejante negación del sentido de la vida humana. No puede sorprendernos la creciente inequidad en la distribución de la riqueza, ya que se trata de una competencia individualista en la que necesariamente debe haber ganadores y perdedores. No pueden sorprendernos las sucesivas crisis financieras y su correlato de recesión, en un sistema que solo puede sostenerse mediante el endeudamiento creciente. No pueden sorprendernos las guerras por los recursos naturales escasos, en un mundo depredado por el consumismo de los más beneficiados. No puede sorprendernos la violencia social, cuando cada vez más gente se siente marginada y fracasada, al contrastarse con ese mundo paradisíaco ofrecido por la publicidad consumista y no puede sorprendernos el nihilismo, la locura y el suicidio, cuando se ha perdido el sentido de la existencia, al pretender cambiarlo por el exitismo materialista.

Hay quienes creen que, por el solo hecho de que las crisis económicas afectan a mucha

gente, habrá entonces mayorías convencidas de cambiar al sistema económico. Y eso no es así, porque el individualismo ha calado hondo, y el hecho de que ante una crisis generalizada muchas individualidades converjan en una protesta, no significa que se haya trascendido el individualismo, y por eso no es tan sencillo pasar a otras instancias organizativas que realmente puedan reemplazar al sistema. De modo que la propuesta de una transformación en el sistema económico, no puede plantearse solamente en términos de factibilidad técnica, ni en términos de conveniencias mayoritarias. Debe ser planteada desde una mística social que tenga como bandera la ética de la coherencia, que en lo económico significa anteponer la resolución de las necesidades básicas de todos los habitantes del mundo, antes de cualquier otro interés sectorial o individual”.

(Extracto tomado del documento elaborado por Equipo de Coordinación Internacional del Movimiento Humanista).

¿Cómo sorprendernos del aumento del desempleo cuando los beneficios monetarios de las grandes empresas y sus cotizaciones en bolsa aumentan en consonancia a las reducciones de plantilla?. No son los malos gobiernos sino las reglas intrínsecas al propio sistema quien nos conduce a la situación de crisis estructural en la que nos encontramos. Humanismo y Capitalismo son ideologías y paradigmas conceptuales completamente irreconciliables. Como nos dice Leonardo Boff “El capital financiero se desenganchó de la economía real; la economía en su conjunto, de la sociedad; y la sociedad en general de la naturaleza. El cambio debe ser profundo, radical y debe empezar por aquellos que se consideran más revolucionarios o comprometidos ya que, como muy bien nos recuerda el movimiento decrecentista con sus verdades incómodas, gran parte de nuestros estándares de confort propios del estado del bienestar occidental solo son posibles en un contexto de explotación brutal de la naturaleza y de los trabajadores de otras zonas del planeta. Que nadie dude de que el modelo que defendemos y anhelamos implicará profundas renuncias en cuanto a ciertas comodidades materiales en las que necesariamente nosotros y nosotras deberemos ser punta de lanza.


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