domingo, 3 de abril de 2011

LA COMUNA AL TANTO INTERNACIOAL

Una gran alianza sectorial de organización en red, por la patria y el socialismo

 “La cultura es el modo de organización y de utilización de los valores de uso de una sociedad, y si el capitalismo es un sistema basado en valores de cambio (mercancías) y no en los de uso, entonces,  el modo de producción capitalista no tiene una cultura, lo que el capitalismo llama cultura no es más que ideología” Ludovico Silva
 Sin duda  se trata de una gran batalla contra la ideología capitalista, donde un ejército de radicales revolucionarios, asuman como reto principal, comenzar a rescatar nuestra ancestral cultura socialista
Para continuar y profundizar el avance radical de la revolución Bolivariana más allá del 2012, en el marco del materialismo histórico, sorteando los acechos de los violentos halcones imperiales y con los enredos de la militancia amparada en los antivalores capitalista, propia de su esencia ideológica. Se hace necesario construir y consolidar un espacio político articulado e integrado por movimientos, frentes, organizaciones sociales y populares cuyos intereses se fundan con los de la revolución Bolivariana, que trascienda al mismísimo polo patriótico y a toda la sarta de maniobreros partidocraticos y electoreros que pujan para “impedir”, que el pueblo organizado logre conquistar toda la mecánica del poder liberador; hoy por desgracia secuestrado por los aludidos, pero ahora, decididamente convertido en un franco objetivo en disputa por un gran ejército popular suficientemente ávido por ejercer la política. Espacio que además se entienda y se curta en la repolarización y repolitización, en el transito radical al socialismo y en la acertada estrategia que tiene al pueblo organizado insurrecto y a su formas de gobierno, como el brazo de dirección y ejecución directa de la soberanía plena en lo político, económico, social, cultural, ambiental, internacional, y en todo ámbito de desenvolvimiento y desarrollo de la sociedad.  Poder capaz de ejercerse para abordar la transformación de raíz de nuestra propia crisis estructural y superestructural
Esta alianza o pacto entre revolucionarios, revolucionarias y patriotas antiimperialistas, sustentada conforme a la teoría revolucionaria insurreccional tiene necesariamente que: trascender al gran modelo anticultural impuesto, optar a conducir y radicalizar el levantamiento de las amplias masas populares en contra del viejo estado burgués y sus ideas hegemónicas de clase, y servirnos sobre la base del imperio del principio de dirección colectiva y en el marco de la bien entendida practica de la crítica y autocritica, como juicio no ortodoxo, resolver nuestras principales e innegables contradicciones: el poder, la vanguardia revolucionaria  y el arquía. Contradicciones que sin ninguna duda, por orden de lo lógico historico, deben ser resueltas a favor del poder Popular revolucionario
Las dos visiones, en el marco del materialismo historico, son muy claras.
Por una parte, aparece la visión capitalista hegemónica; como expresión ideológica que se aferra y lucha por mantener la política como una cosa suya, apoyándose para  ésto en la burda utilización de sus múltiples desviaciones y antivalores: la democracia representativa, el individualismo y el egoísmo entre otros. Logrando así reproducirse para mantener todos los vicios que le son propios e incluso, estratégicamente, para perpetuar su dura dictadura e influencia en el desarrollo de las bastardas relaciones sociales que nos condenan a defender toda su infame lógica de producción, consumo dominación y explotación.
La otra, la liberadora como expresión propia de la cultura.
No hay ninguna duda, o se radicaliza y se insurrecciona en contra de la ideología capitalista, sus antivalores invasores y sus huéspedes dirigentes, ó corre el peligro cierto de ver perecer en sus brazos a la única posibilidad que hemos tenido de hacer una verdadera revolución en la patria grande. Para ello, cada insurrecto miembro de esta alianza en red popular, tiene que idear o incorporarse de la manera más perfectamente organizada a todo acto violento, necesario y justo que se plantee combatir a la contrarrevolución y a su lógica capitalista en todas sus formas, y así garantizar una victoria popular definitiva que aniquile al Estado burgués y arrodille al imperio y sus lacayos 
Se trata ahora que para CONCRETAR EL PODER POPULAR, respetando su raíces originarias consecuente con la toparquía Robinsoniana, es necesario que ´éste, asuma sus tareas de gobernar insubordinado al orden burgués. Idea que ha de prender y ser, algo más que una simple consigna o un brutal fraude orquestado en manos de pocos  si somos consecuentes con la propia dialéctica comunal emergente. En consecuencia, hoy las exigencias que nos impone el inevitable cambio de época, solicitan que nos liberemos de lo caduco e inventemos la gran organización que asuma la gran tarea central de la Revolución Bolivariana, la cual consiste en desmontar el poder constituido al servicio de la burguesía apátrida y del imperialismo y refunde el poder radicalmente distinto, social y protagónico al servicio del pueblo venezolano y los demás pueblos del mundo, es decir, el poder popular revolucionario.

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