DECLARACIÓN DEL FRENTE DEMOCRÁTICO REVOLUCIONARIO (INDIA): ¡FUERA LAS MANOS DEL IMPERIALISMO DE LIBIA!
Traducido por ODIO DE CLASE
DECLARACIÓN DEL FRENTE DEMOCRÁTICO REVOLUCIONARIO (INDIA): ¡FUERA LAS MANOS DEL IMPERIALISMO DE LIBIA!
¡“INTERVENCIÓN HUMANITARIA” NO ES MÁS QUE UN EUFEMISMO DE INVASIÓN MILITAR!
¡Levantarse! ¡Resistir! ¡Ganar la Libertad!
22 de marzo de 2011
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el 17 de marzo una resolución que permite a los Estados Unidos y a otras destacadas potencias imperialistas emprender una intervención militar directa en Libia. Sin embargo, dicha intervención recurre al viejo y fraudulento pretexto de la misión “humanitaria” para proteger vidas civiles. La resolución, apoyada por los EE.UU, Francia, Gran Bretaña y Líbano, desestimó las iniciales propuestas de creación de una zona de exclusión aérea y autorizó el uso de la fuerza militar incluyendo “todas las medidas necesarias… para proteger a los civiles y las áreas con población civil en situación de riesgo de sufrir ataques.” Entre estas “áreas” se encuentra Bengasi, ciudad con una población de un millón de habitantes, que ha sido baluarte de la rebelión que se inició hace un mes contra la dictadura Gaddafi. Los gobernantes tanto británicos como franceses comenzaron ya los ataques aéreos y han asegurado que en los próximos días se producirán ataques más intensos contra Libia. Del mismo modo, funcionarios militares norteamericanos advirtieron de que incluso la imposición de una zona de exclusión aérea requerirá la destrucción previa de las bases aéreas libias. Ello implica el bombardeo directo que, inevitablemente, provocará una matanza masiva de civiles. Ya han sido bombardeados, según se informa, dos hospitales civiles y una clínica médica en el transcurso de las actuales incursiones aéreas. Los EE.UU. han dejado igualmente claro que van a emplear misiles crucero, y aviones tripulados y no tripulados. Según indican los medios de información, hasta ahora, los EE.UU. han disparado ya 124 misiles Tomahawk contra los sistemas de la defensa aérea estratégica a lo largo y ancho de Libia. Asimismo, un portavoz del Pentágono no descartó nuevos ataques con misiles contra el régimen libio en los próximos días.
Simulacro de “democracia” = Geopolítica del “Gran Petróleo”
Estos proyectos de guerra no están motivados por intención alguna de proteger al pueblo libio o de hacer avanzar la causa de la democracia, como proclaman los imperialistas en el Consejo de Seguridad de la ONU. Esta intervención beligerante, llevada a cabo, en el estilo de la de Iraq, por una “coalición de buena voluntad” dirigida por los EE.UU. contra un país rico en hidrocarburos como es Libia, está guiada por el solo interés del beneficio y de los imperativos geopolíticos: nada tiene que ver con pretensión “humanitaria” alguna de estas potencias con historiales brutales. El objetivo es explotar la guerra civil en Libia para imponer un régimen completamente tutelado que permanezca en absoluto leal a estas potencias y a las principales multinacionales del petróleo occidentales para asegurar, de este modo, la exportación libre del petróleo en el futuro. El verdadero objetivo de la intervención respaldada por los EE.UU. es, por lo tanto, suprimir cualquier revolución genuina y garantizar que cualquier régimen que sustituya a Gaddafi sirva no a los intereses del pueblo libio, sino más bien a las exigencias de Washington y del “Gran Petróleo”. La OTAN ha legitimado esta intervención señalando que cuentan con “apoyo regional”. Este apoyo no procede sino de la Liga Árabe, integrada por dictaduras, monarquías y emiratos que han servido siempre a los intereses de los imperialistas y reprimido a menudo violentamente los levantamientos populares acaecidos en sus propios países. Los autócratas del Consejo de Cooperación de Golfo (CCG) han indicado asimismo que enviarán fuerzas militares para atacar Libia. Hasta ahora, los dos países árabes que han expresado formalmente su apoyo a la agresión en las Naciones Unidas y están dispuestos a unirse al asalto de los EE.UU.-OTAN son Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, ambos gobernados por monarcas feudales. En la actualidad, ambos también colaboran con la intervención violenta de Arabia Saudí en Bahrein reprimiendo el masivo levantamiento popular contra su monarquía gobernante.
Una parodia de “Intervención Humanitaria” = Apoyo a los títeres del imperialismo
Los grandes medios de prensa anuncian con total lealtad y a bombo y platillo el fraude de la “intervención humanitaria”. Inmediatamente después de que estallara el levantamiento de masas en Libia, los principales medios se han encargado de describirlo a conveniencia de los intereses imperialistas. El 22 de febrero, la BBC mostró imágenes de una muchedumbre en Bengasi arriando la bandera verde de la república y sustituyéndola por la bandera del depuesto Rey Idris -que había sido una marioneta del imperialismo estadounidense y británico-. En estos momentos, los medios de información justifican otra vez la guerra contra el pueblo libio calificándola de “guerra contra Gaddafi”. Los medios nunca desviarán su atención hacia la auténtica intención del imperialismo que es reforzar su dominio sobre Libia en tanto que semicolonia, gobernada por los Estados Unidos y los depredadores de su misma laya de Europa Occidental, que se harán con el control de las reservas de petróleo y transformarán el territorio del país en una base estratégica de operaciones contra todos los levantamientos de masas que barren ahora Oriente Próximo y África del Norte.
Washington, que se finge ultrajado por la matanza de civiles libios y dispuesto a salvar vidas, es responsable de la carnicería de cientos de miles de personas en Iraq y Afganistán. En la víspera misma de la votación en las Naciones Unidas, la maquinaria de guerra estadounidense perpetró el asesinato a sangre fría de alrededor de 40 civiles (según recuento de los medios de información) en un ataque llevado a cabo por un avión no tripulado en Paquistán. Las mismas potencias apoyaron a los dictadores tunecino y egipcio, Zin El Abidin Ben Ali y Hosni Mubarak, cuando masacraron a manifestantes que pedían empleo, derechos democráticos y el fin del saqueo de su país y de sus recursos por la corrupta elite gobernante. Esas potencias ofrecieron asistencia política, diplomática y, en algunos casos, directamente de seguridad, en un esfuerzo por apoyar a esos regímenes títeres. Durante las mismas dos semanas en que las fuerzas de seguridad de Gaddafi dispararon contra manifestantes de la oposición, delitos similares fueron cometidos por los aliados estadounidenses en Omán y Bahrein, y por el régimen clientelar estadounidense en Iraq, sin que mediara la más mínima condena pública por parte de Washington, y mucho menos la organización de una campaña internacional para una intervención militar.
La postura europeo-estadounidense del “ultraje humanitario” no tiene ninguna credibilidad
Hasta hace unas semanas, estas potencias se dedicaban abiertamente a hacer la corte a Gaddafi para obtener lucrativos contratos para la explotación del petróleo y el gas libios. Por aquellas fechas no prestaban atención al estado policiaco de Gaddafi y a las brutalidades que se cometían en las cámaras de tortura libias. Y siguen apoyando a los regímenes de Bahrein y Yemen mientras éstos aniquilan a los manifestantes que exigen derechos democráticos. Los EE.UU. y sus amiguetes guardan silencio sobre las atrocidades infligidas a los pueblos de Kuwait o Arabia Saudí o Bahrein que también luchan por derrocar a sus gobernantes dictatoriales. Y es así, simplemente, porque los regímenes gobernantes en estos países son marionetas declaradas de los EE.UU. En Egipto y Túnez, los imperialistas están tocando todos los resortes que pueden para conseguir que las masas salgan de las calles. No se dijo una palabra de intervención de los EE.UU. en “ayuda” del pueblo palestino de Gaza cuando murieron miles de palestinos por el bloqueo, los bombardeos y la invasión de Israel. Al contrario, los Estados Unidos intervinieron para impedir la condena del estado sionista y colonizador de Israel. Estas mismas fuerzas guardaron un silencio criminal, y por ello cómplice, cuando el gobierno fascista de Sri Lanka, dirigido por Rajapakshey, empleó armas químicas contra el pueblo de Tamil Eelam. Desde 1945, los EE.UU. han destruido o derribado más de 50 gobiernos, muchos de ellos democracias, y empleado a asesinos de masas como Suharto, Mobutu y Pinochet para gobernar por poderes. En el mundo árabe, todas las dictaduras y monarquías han sido apoyadas por los EE.UU.
Tormenta del Desierto en el mundo árabe: se abre una brecha en la Tiranía Económica Mundial
La rebelión en el mundo árabe no lo es simplemente contra un dictador local. También lo es contra una tiranía económica mundial diseñada por el Tesoro estadounidense e impuesta por la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), el Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, que han logrado que incluso países relativamente ricos como Egipto estén empobrecidos, con la mitad de su población con ingresos menores a 2 dólares al día. Desde Túnez en enero de 2011, la tormenta del desierto del levantamiento popular ha atravesado todo el mundo árabe. De la Plaza del Tahrir en Egipto a la ciudad de Bengasi en Libia, pasando por Argelia, Bahrein o Sudán, las protestas masivas han sacudido unos regímenes dictatoriales y corruptos que, en su mayor parte, no son más que meros títeres del imperialismo estadounidense. Aunque las grandes empresas de la información y los medios al servicio del imperialismo también se vean obligados a hablar de estas protestas masivas y de su intento de transformar los regímenes gobernantes en Túnez y Egipto, el ethos antiimperialista y antineoliberal de estas protestas es cuidadosamente ocultado para que los levantamientos se atribuyan exclusivamente al desgobierno y a la corrupción desenfrenada de los jefes de estado. Estas protestas, con su carácter antiimperialista, sus alusiones seculares y la participación aplastante de mujeres, han demolido todos los estereotipos vulgares que sobre el mundo musulmán había difundido, a bombo y platillo, la maquinaria propagandística de la llamada “guerra contra el terror”. Estos levantamientos de masas en el mundo árabe han sacudido al imperialismo en todos los sentidos. Se han visto sacudidos por la extensión de las protestas y al mismo tiempo están desorientados sobre el camino a seguir en la región. La intervención militar en Libia refleja de nuevo la desesperación de la maquinaria bélica imperialista dirigida por los EE.UU., al haberse quedado sin otras soluciones.
El Frente Democrático Revolucionario condena el asalto militar en curso contra el pueblo de Libia llevado a cabo por las potencias imperialistas francesa, americana y británica. El Frente Democrático Revolucionario saluda los levantamientos populares en el mundo árabe y expresa su plena solidaridad con el pueblo combatiente que lucha con uñas y dientes contra las poderosas fuerzas del imperialismo y de las elites gobernantes feudales y monárquicas cuyo tiempo y espacio no es sino el fruto de los arreglos imperialistas posteriores a la II Guerra Mundial.
¡Abajo la intervención militar imperialista dirigida por los EE.UU.! ¡Corresponde al pueblo libio el derecho a labrar su futuro!
DECLARACIÓN DEL FRENTE DEMOCRÁTICO REVOLUCIONARIO (INDIA): ¡FUERA LAS MANOS DEL IMPERIALISMO DE LIBIA!
¡“INTERVENCIÓN HUMANITARIA” NO ES MÁS QUE UN EUFEMISMO DE INVASIÓN MILITAR!
¡Levantarse! ¡Resistir! ¡Ganar la Libertad!
22 de marzo de 2011
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el 17 de marzo una resolución que permite a los Estados Unidos y a otras destacadas potencias imperialistas emprender una intervención militar directa en Libia. Sin embargo, dicha intervención recurre al viejo y fraudulento pretexto de la misión “humanitaria” para proteger vidas civiles. La resolución, apoyada por los EE.UU, Francia, Gran Bretaña y Líbano, desestimó las iniciales propuestas de creación de una zona de exclusión aérea y autorizó el uso de la fuerza militar incluyendo “todas las medidas necesarias… para proteger a los civiles y las áreas con población civil en situación de riesgo de sufrir ataques.” Entre estas “áreas” se encuentra Bengasi, ciudad con una población de un millón de habitantes, que ha sido baluarte de la rebelión que se inició hace un mes contra la dictadura Gaddafi. Los gobernantes tanto británicos como franceses comenzaron ya los ataques aéreos y han asegurado que en los próximos días se producirán ataques más intensos contra Libia. Del mismo modo, funcionarios militares norteamericanos advirtieron de que incluso la imposición de una zona de exclusión aérea requerirá la destrucción previa de las bases aéreas libias. Ello implica el bombardeo directo que, inevitablemente, provocará una matanza masiva de civiles. Ya han sido bombardeados, según se informa, dos hospitales civiles y una clínica médica en el transcurso de las actuales incursiones aéreas. Los EE.UU. han dejado igualmente claro que van a emplear misiles crucero, y aviones tripulados y no tripulados. Según indican los medios de información, hasta ahora, los EE.UU. han disparado ya 124 misiles Tomahawk contra los sistemas de la defensa aérea estratégica a lo largo y ancho de Libia. Asimismo, un portavoz del Pentágono no descartó nuevos ataques con misiles contra el régimen libio en los próximos días.
Simulacro de “democracia” = Geopolítica del “Gran Petróleo”
Estos proyectos de guerra no están motivados por intención alguna de proteger al pueblo libio o de hacer avanzar la causa de la democracia, como proclaman los imperialistas en el Consejo de Seguridad de la ONU. Esta intervención beligerante, llevada a cabo, en el estilo de la de Iraq, por una “coalición de buena voluntad” dirigida por los EE.UU. contra un país rico en hidrocarburos como es Libia, está guiada por el solo interés del beneficio y de los imperativos geopolíticos: nada tiene que ver con pretensión “humanitaria” alguna de estas potencias con historiales brutales. El objetivo es explotar la guerra civil en Libia para imponer un régimen completamente tutelado que permanezca en absoluto leal a estas potencias y a las principales multinacionales del petróleo occidentales para asegurar, de este modo, la exportación libre del petróleo en el futuro. El verdadero objetivo de la intervención respaldada por los EE.UU. es, por lo tanto, suprimir cualquier revolución genuina y garantizar que cualquier régimen que sustituya a Gaddafi sirva no a los intereses del pueblo libio, sino más bien a las exigencias de Washington y del “Gran Petróleo”. La OTAN ha legitimado esta intervención señalando que cuentan con “apoyo regional”. Este apoyo no procede sino de la Liga Árabe, integrada por dictaduras, monarquías y emiratos que han servido siempre a los intereses de los imperialistas y reprimido a menudo violentamente los levantamientos populares acaecidos en sus propios países. Los autócratas del Consejo de Cooperación de Golfo (CCG) han indicado asimismo que enviarán fuerzas militares para atacar Libia. Hasta ahora, los dos países árabes que han expresado formalmente su apoyo a la agresión en las Naciones Unidas y están dispuestos a unirse al asalto de los EE.UU.-OTAN son Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, ambos gobernados por monarcas feudales. En la actualidad, ambos también colaboran con la intervención violenta de Arabia Saudí en Bahrein reprimiendo el masivo levantamiento popular contra su monarquía gobernante.
Una parodia de “Intervención Humanitaria” = Apoyo a los títeres del imperialismo
Los grandes medios de prensa anuncian con total lealtad y a bombo y platillo el fraude de la “intervención humanitaria”. Inmediatamente después de que estallara el levantamiento de masas en Libia, los principales medios se han encargado de describirlo a conveniencia de los intereses imperialistas. El 22 de febrero, la BBC mostró imágenes de una muchedumbre en Bengasi arriando la bandera verde de la república y sustituyéndola por la bandera del depuesto Rey Idris -que había sido una marioneta del imperialismo estadounidense y británico-. En estos momentos, los medios de información justifican otra vez la guerra contra el pueblo libio calificándola de “guerra contra Gaddafi”. Los medios nunca desviarán su atención hacia la auténtica intención del imperialismo que es reforzar su dominio sobre Libia en tanto que semicolonia, gobernada por los Estados Unidos y los depredadores de su misma laya de Europa Occidental, que se harán con el control de las reservas de petróleo y transformarán el territorio del país en una base estratégica de operaciones contra todos los levantamientos de masas que barren ahora Oriente Próximo y África del Norte.
Washington, que se finge ultrajado por la matanza de civiles libios y dispuesto a salvar vidas, es responsable de la carnicería de cientos de miles de personas en Iraq y Afganistán. En la víspera misma de la votación en las Naciones Unidas, la maquinaria de guerra estadounidense perpetró el asesinato a sangre fría de alrededor de 40 civiles (según recuento de los medios de información) en un ataque llevado a cabo por un avión no tripulado en Paquistán. Las mismas potencias apoyaron a los dictadores tunecino y egipcio, Zin El Abidin Ben Ali y Hosni Mubarak, cuando masacraron a manifestantes que pedían empleo, derechos democráticos y el fin del saqueo de su país y de sus recursos por la corrupta elite gobernante. Esas potencias ofrecieron asistencia política, diplomática y, en algunos casos, directamente de seguridad, en un esfuerzo por apoyar a esos regímenes títeres. Durante las mismas dos semanas en que las fuerzas de seguridad de Gaddafi dispararon contra manifestantes de la oposición, delitos similares fueron cometidos por los aliados estadounidenses en Omán y Bahrein, y por el régimen clientelar estadounidense en Iraq, sin que mediara la más mínima condena pública por parte de Washington, y mucho menos la organización de una campaña internacional para una intervención militar.
La postura europeo-estadounidense del “ultraje humanitario” no tiene ninguna credibilidad
Hasta hace unas semanas, estas potencias se dedicaban abiertamente a hacer la corte a Gaddafi para obtener lucrativos contratos para la explotación del petróleo y el gas libios. Por aquellas fechas no prestaban atención al estado policiaco de Gaddafi y a las brutalidades que se cometían en las cámaras de tortura libias. Y siguen apoyando a los regímenes de Bahrein y Yemen mientras éstos aniquilan a los manifestantes que exigen derechos democráticos. Los EE.UU. y sus amiguetes guardan silencio sobre las atrocidades infligidas a los pueblos de Kuwait o Arabia Saudí o Bahrein que también luchan por derrocar a sus gobernantes dictatoriales. Y es así, simplemente, porque los regímenes gobernantes en estos países son marionetas declaradas de los EE.UU. En Egipto y Túnez, los imperialistas están tocando todos los resortes que pueden para conseguir que las masas salgan de las calles. No se dijo una palabra de intervención de los EE.UU. en “ayuda” del pueblo palestino de Gaza cuando murieron miles de palestinos por el bloqueo, los bombardeos y la invasión de Israel. Al contrario, los Estados Unidos intervinieron para impedir la condena del estado sionista y colonizador de Israel. Estas mismas fuerzas guardaron un silencio criminal, y por ello cómplice, cuando el gobierno fascista de Sri Lanka, dirigido por Rajapakshey, empleó armas químicas contra el pueblo de Tamil Eelam. Desde 1945, los EE.UU. han destruido o derribado más de 50 gobiernos, muchos de ellos democracias, y empleado a asesinos de masas como Suharto, Mobutu y Pinochet para gobernar por poderes. En el mundo árabe, todas las dictaduras y monarquías han sido apoyadas por los EE.UU.
Tormenta del Desierto en el mundo árabe: se abre una brecha en la Tiranía Económica Mundial
La rebelión en el mundo árabe no lo es simplemente contra un dictador local. También lo es contra una tiranía económica mundial diseñada por el Tesoro estadounidense e impuesta por la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), el Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, que han logrado que incluso países relativamente ricos como Egipto estén empobrecidos, con la mitad de su población con ingresos menores a 2 dólares al día. Desde Túnez en enero de 2011, la tormenta del desierto del levantamiento popular ha atravesado todo el mundo árabe. De la Plaza del Tahrir en Egipto a la ciudad de Bengasi en Libia, pasando por Argelia, Bahrein o Sudán, las protestas masivas han sacudido unos regímenes dictatoriales y corruptos que, en su mayor parte, no son más que meros títeres del imperialismo estadounidense. Aunque las grandes empresas de la información y los medios al servicio del imperialismo también se vean obligados a hablar de estas protestas masivas y de su intento de transformar los regímenes gobernantes en Túnez y Egipto, el ethos antiimperialista y antineoliberal de estas protestas es cuidadosamente ocultado para que los levantamientos se atribuyan exclusivamente al desgobierno y a la corrupción desenfrenada de los jefes de estado. Estas protestas, con su carácter antiimperialista, sus alusiones seculares y la participación aplastante de mujeres, han demolido todos los estereotipos vulgares que sobre el mundo musulmán había difundido, a bombo y platillo, la maquinaria propagandística de la llamada “guerra contra el terror”. Estos levantamientos de masas en el mundo árabe han sacudido al imperialismo en todos los sentidos. Se han visto sacudidos por la extensión de las protestas y al mismo tiempo están desorientados sobre el camino a seguir en la región. La intervención militar en Libia refleja de nuevo la desesperación de la maquinaria bélica imperialista dirigida por los EE.UU., al haberse quedado sin otras soluciones.
El Frente Democrático Revolucionario condena el asalto militar en curso contra el pueblo de Libia llevado a cabo por las potencias imperialistas francesa, americana y británica. El Frente Democrático Revolucionario saluda los levantamientos populares en el mundo árabe y expresa su plena solidaridad con el pueblo combatiente que lucha con uñas y dientes contra las poderosas fuerzas del imperialismo y de las elites gobernantes feudales y monárquicas cuyo tiempo y espacio no es sino el fruto de los arreglos imperialistas posteriores a la II Guerra Mundial.
¡Abajo la intervención militar imperialista dirigida por los EE.UU.! ¡Corresponde al pueblo libio el derecho a labrar su futuro!
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