Nuevo Orden Mundial:Latinoamérica podría perder sus tierras
Cristina Fernandez de Kirchner y el NWO: Naciones Unidas, un organismo controlado por el Grupo Bilderberg, presenta un premonitorio estudio revelando que las corporaciones multinacionales van a apropiarse del territorio sudamericano: "(...) están adquiriendo tierra en enormes proporciones en América Latina y varios expertos aseguran se trata de grave amenaza para la soberanía y seguridad alimentaria de los países afectados(...)". En el reporte del departamento Agricultura y la Alimentación (FAO), perteneciente a la ONU, se indica que este hecho de apropiación de tierras "perjudica mayormente a Brasil y la Argentina", pero que, no obstante, "toda la región se encuentra en la mira de inversores foráneos".
Los analistas serviles de la Reserva Federal, concuerdan en que los recursos naturales y el territorio son trascendentales para la economía, haciendo énfasis en la pretendida crisis económica que fue fabricada y "puesta de moda" por la élite bancaria en la actualidad. Argumentan que la operación de centralización y extranjerización de tierras en Latinoamérica corresponde a los bajos costos en la oferta territorial de América Latina: "(...) es más barata que naciones capitalistas desarrolladas (...)", uno de los expertos internacionales mencionados en el documento es Julio Gambina.
Argentina entre las mayores naciones controladas por Monsanto Si bien fue Solá durante epocas de Menem quien abrió las puertas a Monsanto, tras la extraña muerte del hijo del ex presidente, el gobierno K ha aumentado las politicas de cooperación con la corporatocracia negociando avidamente con Barrick Gold, Merck, Pan American Energy, Endesa, y los bancos controlados por Rothschild, por citar algunos ejemplos. Yendo aún más lejos Cristina inauguró recientemente una planta productora de glifosato en Tierra del Fuego, principal componente del RoundUp Ready de Monsanto, mientras los diarios oficialistas fingen ser criticos hacia los herbicidas.
Las naciones que integran el Mercosur, citando como ejemplo a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, son los mayores proveedores de soja transgenica de Monsanto, girasol y otros productos agropecuarios destinados a ciertos sectores del mercado global. Estas naciones parecen competir con Estados Unidos en producción agraria, pero en realidad los principales propietarios de los campos de EE.UU. y Argentina son los mismos, u obedecen a los mismos intereses financieros que no tienen frontera: Por ejemplo George Soros. En el informe de la ONU indican que esta supuesta competitividad transforma el territorio latinoamericano en "muy beneficioso para capitales extranjeros".
Gambina pronostica que "(...) la compra masiva de tierras aumentará las exportaciones pero perjudicará la producción doméstica en estas naciones (...), un hecho que sitúa en grave peligro la soberanía alimentaria de los países controlados por la industria biotecnológica.
Un guiño globalista para Cristina Fernandez de Kirchner
La propuesta de la ONU es contradictoria: "Acorde a probables soluciones para detener esta tendencia, los estados tendrían que confeccionar normativas similares a la Ley de Tierras argentina", "que restringe la venta de tierras rurales a los extranjeros".
Sin dudas una sugerencia carente de asidero: La mitad de la Argentina pertenece a Monsanto, y la otra mitad a todo tipo de corporaciones extranjeras: Yendo desde los laboratorios a las mineras y energéticas, además de las cadenas de supermercados como Carrefour, Walmart y otras compañías.
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