El jefe de Neurocirugía del Complejo Hospitalario asegura que es más fácil salir de un coma profundo cuando se es joven
El caso de Laura López, la joven jienense de 21 años que ha despertado después de haber pasado 40 semanas en coma, sigue llamando la atención en los medios de comunicación de todo el país. No es para menos. Entre tantas malas noticias, no viene nada mal un poco de aire fresco y comprobar que, por suerte, no todo son desgracias y que, de vez en cuando, la vida sorprende para bien. Y si no que se lo pregunten a los padres de esta chica, que casi siguen sin creerlo.
Aunque, según señalan los expertos, no es tan difícil que una persona 'vuelva a la vida' después de una situación como la suya. Así lo señala Osamah Ely Rubaidi Abdullah, jefe de la Unidad de Neurocirugía del Complejo Hospitalario de Jaén, que señala que todo depende del tipo de coma que sufra la persona, ya que no todos son iguales. Así, explica, hay comas irreversibles, profundos y superficiales y algunos que están en una fase intermedia entre uno y otro. El que sufrió Laura era profundo y eso supone que se podía recuperar con el tiempo, «aunque es algo que nunca se puede llegar a saber con certeza, como tampoco determinar en qué momento se puede producir».
El coma profundo, explica el neurocirujano, «se produce porque hay un periodo que llamamos penumbra isquémica, lo quiere decir que hay unas neuronas que se quedan como dormidas, por el daño que han sufrido, aunque no están muertas y se pueden ir recuperando poco a poco». Lo que ocurre es que esa recuperación, que tiende a darse sobre todo en pacientes jóvenes, «es muy lenta y al principio apenas se notan cambios, hasta que el día menos esperado se despierta».
Reversible
Osamah recalca que en casos como el de la joven jienense los médicos operan porque saben que existen signos vitales reversibles, que se puede llegar a recuperar. Ahora bien, insiste el neurocirujano, el mérito de que una persona salga del coma no es de los médicos, es de los familiares y de la gente que tiene alrededor. «Es muy duro ver a una persona joven en esta situación, pero no hay que dar nada por perdido, hay que tener coraje y mucha paciencia», insiste el facultativo, que recalca que «si los padres de esta chica hubieran tirado la toalla, probablemente ella no se habría despertado, por lo que todo el mérito es para ellos y para los familiares que no los han dejado solos».
Ahora duermen tranquilos porque saben que Laura volverá a ser la misma de antes, aunque el proceso sea lento. Pero se puede recuperar del todo, claro que sí, señala Osamah Ely Rubaidi Abdullah, que explica que en algunos casos los enfermos en coma pueden estar en casa, como ha sido el caso de Laura en los últimos meses, «porque no todos necesitan de soporte mecánico para vivir».
Acostumbrado como está a ver a muchos pacientes de todas las edades quedarse en coma, el jefe de Neurocirugía del Hospital de Jaén se congratula de que las neuronas de Laura se estén recuperando e insiste en que no es un caso único, en que muchas personas que estén en su misma situación también pueden despertarse. «No hay que desesperar», insiste.
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