Uribe tacha de vacilante la manera 'santista' de atacar a un terrorismo
Álvaro Uribe volvió al cuadrilátero con las baterías recargadas. La bombaque casi mata a su amigo y ex ministro, Fernando Londoño, le animó a repartir golpes a diestra y siniestra, algunos directos al mentón de su sucesor en el trono. Y Juan Manuel Santos, que sacaba pecho cuando era su Ministro de Defensa por lo bien que hacían la tarea, o eso decía entonces, no está dispuesto a encajarlos en silencio.
Este jueves protagonizaron una nueva andanada con Santos disparando primero, en respuesta a los ataques del miércoles de su enconado rival."En el Gobierno pasado teníamos de estos hechos casi que cada semana, pero siempre recibimos el apoyo de toda la población colombiana", afirmó molesto, en el marco de un acto público, quizá olvidando que en ese gabinete él era el responsable de combatir el terrorismo. Pero debió fastidiarle que Uribe saliera a criticar su política de seguridad poco después del atentado del miércoles.
"En nuestro Gobierno hubo actos terroristas, cada vez menos, la diferencia con el actual Gobierno es que nosotros no vacilamos en la determinación de derrotarlos", respondió el ex mandatario al rato por Twitter, un medio que utiliza de forma frenética contra la administración Santos.
Y aunque la frase del actual Jefe de Estado volvió a encender la mecha, fue Uribe quien comenzó este nuevo round. Como el mismo miércoles por la tarde el Congreso tenía que aprobar una ley –Marco legal para la paz- que permitirá al gobierno conceder distintos beneficios judiciales a los terroristas si hay un proceso de paz, Uribe aprovechó el bombazo para pedir que rechazaran el proyecto en respuesta a la barbarie guerrillera.
Los congresistas, aceitados, según los uribistas, por las promesas burocráticas del Ejecutivo, votaron de forma abrumadora a favor, sin tener en cuenta su advertencia.
Uribe pasó más tarde a tachar de vacilante la manera "santista" de atacar a un terrorismo que sigue conquistando espacios, acusación que reitera con relativa frecuencia. En su opinión, la llamada seguridad democrática, que fue el eje de sus dos gobiernos, hace aguas por todos lados porque en el Palacio Nariño no le dan la suficiente importancia.
Santos, por su parte, está convencido de que avanza en la dirección correcta pese a las zancadillas de los violentos y de su ex jefe. "El país va muy bien, el país va por buen camino, y nadie nos va a desviar de ese buen camino (...) convoco a los colombianos a la unidad y la templanza como medio para mantener el rumbo positivo que lleva el país".
Para Francisco Santos, ex vicepresidente de Uribe, primo hermano del Presidente y una voz crítica del gobierno desde su noticiero radial en RCN, "no hay ninguna posibilidad de reconciliación entre los dos". A su juicio, el ex Jefe de Estado se ha convertido en la única garganta opositora que existe, por encima, incluso, del izquierdista Polo Democrático. "Como no hay oposición de ninguna naturaleza, la oposición es Uribe", le dijo a ELMUNDO.es.
Álvaro Uribe volvió al cuadrilátero con las baterías recargadas. La bombaque casi mata a su amigo y ex ministro, Fernando Londoño, le animó a repartir golpes a diestra y siniestra, algunos directos al mentón de su sucesor en el trono. Y Juan Manuel Santos, que sacaba pecho cuando era su Ministro de Defensa por lo bien que hacían la tarea, o eso decía entonces, no está dispuesto a encajarlos en silencio.
Este jueves protagonizaron una nueva andanada con Santos disparando primero, en respuesta a los ataques del miércoles de su enconado rival."En el Gobierno pasado teníamos de estos hechos casi que cada semana, pero siempre recibimos el apoyo de toda la población colombiana", afirmó molesto, en el marco de un acto público, quizá olvidando que en ese gabinete él era el responsable de combatir el terrorismo. Pero debió fastidiarle que Uribe saliera a criticar su política de seguridad poco después del atentado del miércoles.
"En nuestro Gobierno hubo actos terroristas, cada vez menos, la diferencia con el actual Gobierno es que nosotros no vacilamos en la determinación de derrotarlos", respondió el ex mandatario al rato por Twitter, un medio que utiliza de forma frenética contra la administración Santos.
Y aunque la frase del actual Jefe de Estado volvió a encender la mecha, fue Uribe quien comenzó este nuevo round. Como el mismo miércoles por la tarde el Congreso tenía que aprobar una ley –Marco legal para la paz- que permitirá al gobierno conceder distintos beneficios judiciales a los terroristas si hay un proceso de paz, Uribe aprovechó el bombazo para pedir que rechazaran el proyecto en respuesta a la barbarie guerrillera.
Los congresistas, aceitados, según los uribistas, por las promesas burocráticas del Ejecutivo, votaron de forma abrumadora a favor, sin tener en cuenta su advertencia.
Uribe pasó más tarde a tachar de vacilante la manera "santista" de atacar a un terrorismo que sigue conquistando espacios, acusación que reitera con relativa frecuencia. En su opinión, la llamada seguridad democrática, que fue el eje de sus dos gobiernos, hace aguas por todos lados porque en el Palacio Nariño no le dan la suficiente importancia.
Santos, por su parte, está convencido de que avanza en la dirección correcta pese a las zancadillas de los violentos y de su ex jefe. "El país va muy bien, el país va por buen camino, y nadie nos va a desviar de ese buen camino (...) convoco a los colombianos a la unidad y la templanza como medio para mantener el rumbo positivo que lleva el país".
Para Francisco Santos, ex vicepresidente de Uribe, primo hermano del Presidente y una voz crítica del gobierno desde su noticiero radial en RCN, "no hay ninguna posibilidad de reconciliación entre los dos". A su juicio, el ex Jefe de Estado se ha convertido en la única garganta opositora que existe, por encima, incluso, del izquierdista Polo Democrático. "Como no hay oposición de ninguna naturaleza, la oposición es Uribe", le dijo a ELMUNDO.es.
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