Fuertes disturbios se registran este domingo en Grecia mientras en el Parlamento se discute la aprobación de drásticos recortes sociales bajo presión de la llamada “Troika” (UE, FMI y BCE).
Miles de manifestantes se concentraron en la plaza Syntagma de Atenas para mostrar su rechazo al “paquetazo” neoliberal que se pretende aprobar en el Parlamento. A raíz del lanzamiento de gases lacrimógenos y la oleada de represión policial la mayor parte de los asistentes se dispersaron por las calles adyacentes siendo perseguidos por agentes. La plaza Syntagma está repleta de humo.
Los griegos aseguran que las represiones policiales tienen como objeto desviar la atención de la opinión pública sobre el futuro social del país heleno. Los ciudadanos afirman que continuarán en las calles hasta que conozcan el resultado de las votaciones.
Se cree que las nuevas medidas se aprueben a las doce de la noche para evitar que haya tanta gente en las calles.
Los medios informaron que la opresión ha dejado varios detenidos y heridos.
Grupos de manifestantes prendieron fuego a una docena de edificios en las avenidas Stadiu y Aeolu, entre ellos sedes bancarias y varias cafeterías de grandes marcas, sin que los bomberos diesen abasto para apagarlos.
En la ciduad de Volos, se prendió fuego al ayuntamiento y se asaltó la oficina tributaria, donde se llevó a cabo una quema de documentos.
En la isla de Kerkyra se registraron disturbios. Manifestantes destrozaron los despachos de dos diputados. En la isla de Creta también ha sido destrozado el despacho de Manolis Stratakis, diputado del PASOK y un grupo de personas ha ocupado la televisión local en Iraklio, llamando a una huelga general indefinida en todos los lugares de trabajo.
Según fuentes policiales consultadas por Efe, al menos 60.000 personas se concentraron en las principales zonas del centro, que acogieron a jóvenes, gente de mediana edad e incluso ancianos que portaban banderas griegas y pancartas contra la troika, contra el Gobierno, el FMI y contra la canciller alemana, Angela Merkel.
“Esto no es una democracia, no nos dejan ni protestar, es una dictadura”, protestó una joven en declaraciones a Efe. “Envían a gente pagada para que cause problemas. De esta manera pueden justificar los gases lacrimógenos e impedirnos protestar frente al parlamento”, denunció Jristos, de unos 40 años.
“Lo único que queremos es que los diputados nos escuchen”, añadió. Cuando la policía empezó a lanzar bombas de gases lacrimógeno para dispersar a los manifestantes, se escucharon miles de gritos y posteriormente los disturbios se extendieron por las calles adyacentes con cientos de manifestantes enfrentándose a la policía con cócteles molotov y piedras.
“Este Gobierno no tiene legitimidad para firmar ese contrato con la Troika. Son traidores al pueblo griego”, se quejó un hombre de unos 50 años que portaba una pancarta exigiendo elecciones y pidiendo a “los pueblos del sur de Europa” que se rebelen.
LibreRed.net
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