Cuando acabó la conferencia esperamos a la salida para hacernos con su contacto, serán a penas un par de minutos. Bahira Abdulatif mira a los ojos y parece adivinar nuestra intención mejor que por medio de nuestras torpes presentaciones. Nos dicta su teléfono y su correo de palabra. Se ve que confía en que vamos a hacer difusión sobre lo que ha estado contando y ratifica su confianza despidiéndose con dos afectuosos besos.
Esta escritora, periodista y traductora irakí, ha venido al encuentro en Granada para hablar sobre la situación de las mujeres en su país.
Antes de su intervención su compañera de mesa explica la situación de la mujer en los lugares de conflicto y postconflicto. En primer lugar algunos datos:
“El 90% de las víctimas en conflictos son civiles, principalmente mujeres y niños. Mujeres y niños son también entre el 75 y el 90% de los desplazados de guerra. De lo que no hay datos porque no existe capacidad para contabilizarlos, es sobre agresiones sexuales en zonas de conflicto.”
Pero al margen de estas estadísticas existen otras realidades y prácticas antiquísimas que se dan siempre en todo conflicto, como es “la utilización de mujeres y niños como armas de guerra.” En nuestra ideología bélico-machista, la mujer se considera como representante de una cultura, como portadora del honor familiar y del de un país. Violar, ultrajar y asesinar a una mujer es una forma de agresión y humillación al adversario. “La desconsideración hacia la mujer es una condición que imposibilita la paz mundial.”
Ahora Bahira habla sobre Irak, comienza haciéndolo sobre la ocupación. “Después de ocho años no hay infraestructuras, ni sanidad, ni trabajo, ni educación, ni servicios, ni luz… Lo que sí hay son más de 115 empresas de seguridad privada que han reunido a mercenarios y sicarios de todo el mundo.” Hacen el trabajo sucio (entre otros secuestrar, vender o violar mujeres) para los hombres de negocios y ganan unos 2.000 euros al día. Y es que en Irak se ha generado un caldo de cultivo para toda clase de negocios sucios. Con la complicidad del poder, de los grupos religiosos y de los gobiernos tanto pro-yanquis como pro-iraníes, las mafias proliferan.
Así, la guerra es ese festival de la crueldad que unos alientan y del que sacan provecho, mientras la mayoría la padece. Así pasó en Irak.
“El ambiente de violencia nos ha afectado a todos. La vida llegó a ser imposible durante aquellos años, especialmente para las mujeres que son siempre más víctimas que las demás. Al principio comenzó una ola selectiva de violaciones a mujeres de todas las capas sociales.” No había dónde reclamar, muchas se suicidaron y otras, las menos, se casaron con familiares para disimular la infamia. Después hubo otra oleada, esta vez de secuestros. “Nadie sabía quién se llevaba a las niñas de 7 u 8 años que se vendían en países vecinos.” Más tarde cuando empezaron ha aparecer las fotos de los prisioneros torturados en Abu Graib, pocos se percataron de que se trataba siempre de imágenes de hombres. “Las de las mujeres, mujeres violadas y torturadas en las mismas prisiones o en pueblos remotos, aparecieron en páginas porno de internet.” Anónimos negocios de guerra, por no hablar de los prostíbulos de Bagdag que florecieron para cubrir la oferta con tanto marine.
Los marines también contribuyeron con su parte de violencia hacia las mujeres. El hecho ocurrió un día en el que cinco o seis de estos soldados patrullaban aburridos al sur de Bagdag. Camino a la escuela marchaba Abir Al-Yanabi, una muchacha irakí de 15 años. “La patrulla decidió montarse una fiesta y así violaron, asesinaron y quemaron junto a sus padres y su hermana menor a la muchacha. Podría contar numerosos ejemplos de ese salvajismo.” También de los muyahidines, los milicianos de Al Qaeda, que causaron estragos en el pueblo irakí. “Con la escusa de combatir a los yankis, se adjudicaban 3 o 4 mujeres por miliciano o se casaban con niñas de 11 años.”
Con respecto a Abir, el ejército estadounidense atribuyó el “incidente” a ajustes de cuentas entre suníes y chiíes. Y es que además de las armas, en las guerras hay otros medios que también causan terror, como los de comunicación. “El terrorismo entre suníes y chiíes es la gran falacia del discurso de los mass media.” 250 periodistas han muerto en Irak desde que comenzó la ocupación. Algunos como Sahar Aljaira, que denunció públicamente la trata de mujeres y niños para la explotación sexual y preguntó por qué el gobierno no hacía nada. “Hay un gran silencio pactado sobre esto. Nunca sale nada.” A Sahar la asesinaron hace tres años.
La ocupación ha destrozado el país y lo ha convertido en un caos maravilloso para los más despiadados. “Era un país moderno y laico y hemos vuelto hacia atrás. En 1956 había mujeres médico y políticas, ahora las mujeres se han vuelto a casa por miedo y las que luchan, reivindican lo que habían conseguido sus abuelas. Antes teníamos un dictador, ahora hay muchos.” Sin embargo para todos los problemas, en occidente, la escusa es el Islam.
Cabe decir que con respecto a las otras dos religiones monoteístas, “el Islam supone un avance en los derechos de las mujeres. Lo que hay es una mentalidad y una política machista tan global como arraigada.” Por eso se promueven gobiernos sectaristas, el analfabetismo y el fundamentalismo. Esto en el día a día supone que familias conservadoras lleguen a matar a sus hijas violadas para borrar la ofensa.
La prostitución de mujeres irakíes ha supuesto también un gran negocio para los países vecinos. A Siria, Líbano, Turquía, Jordania, Irán se han exportado mujeres que huían de la guerra para convertirse en prostitutas. En países ricos como Arabia Saudita o los Emiratos Árabes, los negocios son más sofisticados y la prostitución se enmascara legalmente. “Se venden niñas pequeñas a señores mayores, se realizan matrimonios legales para pasar temporadas de verano, incluso fines de semana o 2 horas.” Este alquiler, llamado matrimonio de placer, incluye todas las garantías para el “esposo”(la virginidad está muy valorada en el mercado) y ninguna para la muchacha.
Los americanos van a salir de Irak en unos meses, no por voluntad de paz, sino porque han perdido y están perdiendo mucho allí. Aún así dejan más de 15.000 funcionarios trabajando en el país. “Aunque nunca sale en la tele, hay manifestaciones contra el régimen todos los viernes en Irak. En los telediarios se hablará de las revueltas árabes, de Irak no, se supone que ya está liberada.”
Antes de su intervención su compañera de mesa explica la situación de la mujer en los lugares de conflicto y postconflicto. En primer lugar algunos datos:
“El 90% de las víctimas en conflictos son civiles, principalmente mujeres y niños. Mujeres y niños son también entre el 75 y el 90% de los desplazados de guerra. De lo que no hay datos porque no existe capacidad para contabilizarlos, es sobre agresiones sexuales en zonas de conflicto.”
Pero al margen de estas estadísticas existen otras realidades y prácticas antiquísimas que se dan siempre en todo conflicto, como es “la utilización de mujeres y niños como armas de guerra.” En nuestra ideología bélico-machista, la mujer se considera como representante de una cultura, como portadora del honor familiar y del de un país. Violar, ultrajar y asesinar a una mujer es una forma de agresión y humillación al adversario. “La desconsideración hacia la mujer es una condición que imposibilita la paz mundial.”
Ahora Bahira habla sobre Irak, comienza haciéndolo sobre la ocupación. “Después de ocho años no hay infraestructuras, ni sanidad, ni trabajo, ni educación, ni servicios, ni luz… Lo que sí hay son más de 115 empresas de seguridad privada que han reunido a mercenarios y sicarios de todo el mundo.” Hacen el trabajo sucio (entre otros secuestrar, vender o violar mujeres) para los hombres de negocios y ganan unos 2.000 euros al día. Y es que en Irak se ha generado un caldo de cultivo para toda clase de negocios sucios. Con la complicidad del poder, de los grupos religiosos y de los gobiernos tanto pro-yanquis como pro-iraníes, las mafias proliferan.
Así, la guerra es ese festival de la crueldad que unos alientan y del que sacan provecho, mientras la mayoría la padece. Así pasó en Irak.
“El ambiente de violencia nos ha afectado a todos. La vida llegó a ser imposible durante aquellos años, especialmente para las mujeres que son siempre más víctimas que las demás. Al principio comenzó una ola selectiva de violaciones a mujeres de todas las capas sociales.” No había dónde reclamar, muchas se suicidaron y otras, las menos, se casaron con familiares para disimular la infamia. Después hubo otra oleada, esta vez de secuestros. “Nadie sabía quién se llevaba a las niñas de 7 u 8 años que se vendían en países vecinos.” Más tarde cuando empezaron ha aparecer las fotos de los prisioneros torturados en Abu Graib, pocos se percataron de que se trataba siempre de imágenes de hombres. “Las de las mujeres, mujeres violadas y torturadas en las mismas prisiones o en pueblos remotos, aparecieron en páginas porno de internet.” Anónimos negocios de guerra, por no hablar de los prostíbulos de Bagdag que florecieron para cubrir la oferta con tanto marine.
Los marines también contribuyeron con su parte de violencia hacia las mujeres. El hecho ocurrió un día en el que cinco o seis de estos soldados patrullaban aburridos al sur de Bagdag. Camino a la escuela marchaba Abir Al-Yanabi, una muchacha irakí de 15 años. “La patrulla decidió montarse una fiesta y así violaron, asesinaron y quemaron junto a sus padres y su hermana menor a la muchacha. Podría contar numerosos ejemplos de ese salvajismo.” También de los muyahidines, los milicianos de Al Qaeda, que causaron estragos en el pueblo irakí. “Con la escusa de combatir a los yankis, se adjudicaban 3 o 4 mujeres por miliciano o se casaban con niñas de 11 años.”
Con respecto a Abir, el ejército estadounidense atribuyó el “incidente” a ajustes de cuentas entre suníes y chiíes. Y es que además de las armas, en las guerras hay otros medios que también causan terror, como los de comunicación. “El terrorismo entre suníes y chiíes es la gran falacia del discurso de los mass media.” 250 periodistas han muerto en Irak desde que comenzó la ocupación. Algunos como Sahar Aljaira, que denunció públicamente la trata de mujeres y niños para la explotación sexual y preguntó por qué el gobierno no hacía nada. “Hay un gran silencio pactado sobre esto. Nunca sale nada.” A Sahar la asesinaron hace tres años.
La ocupación ha destrozado el país y lo ha convertido en un caos maravilloso para los más despiadados. “Era un país moderno y laico y hemos vuelto hacia atrás. En 1956 había mujeres médico y políticas, ahora las mujeres se han vuelto a casa por miedo y las que luchan, reivindican lo que habían conseguido sus abuelas. Antes teníamos un dictador, ahora hay muchos.” Sin embargo para todos los problemas, en occidente, la escusa es el Islam.
Cabe decir que con respecto a las otras dos religiones monoteístas, “el Islam supone un avance en los derechos de las mujeres. Lo que hay es una mentalidad y una política machista tan global como arraigada.” Por eso se promueven gobiernos sectaristas, el analfabetismo y el fundamentalismo. Esto en el día a día supone que familias conservadoras lleguen a matar a sus hijas violadas para borrar la ofensa.
La prostitución de mujeres irakíes ha supuesto también un gran negocio para los países vecinos. A Siria, Líbano, Turquía, Jordania, Irán se han exportado mujeres que huían de la guerra para convertirse en prostitutas. En países ricos como Arabia Saudita o los Emiratos Árabes, los negocios son más sofisticados y la prostitución se enmascara legalmente. “Se venden niñas pequeñas a señores mayores, se realizan matrimonios legales para pasar temporadas de verano, incluso fines de semana o 2 horas.” Este alquiler, llamado matrimonio de placer, incluye todas las garantías para el “esposo”(la virginidad está muy valorada en el mercado) y ninguna para la muchacha.
Los americanos van a salir de Irak en unos meses, no por voluntad de paz, sino porque han perdido y están perdiendo mucho allí. Aún así dejan más de 15.000 funcionarios trabajando en el país. “Aunque nunca sale en la tele, hay manifestaciones contra el régimen todos los viernes en Irak. En los telediarios se hablará de las revueltas árabes, de Irak no, se supone que ya está liberada.”
Etiquetas: Bahira Abdulatif, Explotación sexual, Irak, Machismo, Ocupación
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