La última de Henrique Capriles Radonski ha sido llamar “Jala bolas” a los obreros de las industrias básicas de Guayana por simpatizar con Chávez.
Pero las metidas de pata son históricas. Capriles declaró, el primero de mayo de este año, que no celebraba el día del trabajador porque él era un “empleador”, que esta fecha es para los trabajadores. Luego ha tratado de “enmendar el capote” asumiéndose como “el empleado del pueblo”.
En los lineamientos de la MUD para un hipotético gobierno de Capriles Radonski, hay un plan oculto que empobrece a los venezolanos y perjudica a los trabajadores, con una visión de “patrón” que no entiende las necesidades de los trabajadores.
Este plan oculto es de carácter neoliberal que, de aplicarse, llevaría a una crisis social y económica en Venezuela igual a la que se ve hoy en España y Grecia, ya que copia casi al carbón los métodos utilizados en Europa.
Entre otras cosas, el plan, estipula minimizar los derechos de los trabajadores, abaratar la mano de obra, reducir el Estado Nacional y privatizar la mayoría de las instituciones públicas. Es decir, muchos funcionarios públicos pasarían a la empresa privada.
A través de un discurso lleno de juegos de palabras, mentiras y falacias el candidato opositor intenta calar en los trabajadores, pero el discurso no “le cuaja” porque no es natural, no le sale de adentro, su condición de patrón le impide dar las señales para que el pueblo crea lo que está diciendo.
Este plan oculto ha sido denunciado por sus propios compañeros de la MUD, porque privatiza la salud y la educación, es decir, convierte los derechos hasta ahora logrados en mercancías y lleva al pueblo a tener que pagar por todo.
Como “guinda” del plan, está planteada una reforma en el Instituto Nacional de los Seguros Sociales (IVSS) para dificultar la obtención de pensiones por los trabajadores, obligarles a trabajar más y para que los beneficios no estén más ligados al salario mínimo. Lo que se traduce en que esas casi 2 millones de personas que el Gobierno de Chávez ha incorporado al IVSS, no se volverán a ver.
Capriles pretende llagar a la presidencia con más de una carta bajo la manga, recorre el camino escondiendo sus verdaderas intenciones tras la fachada de hombre joven, enérgico, caminador y demócrata, para esconder sus políticas adeco-copeyanas que repetían “AD Juventud” “democracia con energía” y “ese hombre si camina”.
El pueblo maduró, ya no se come ese cuento de camino.
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