Por: Mafalda
“Sólo un evento extraordinario puede cambiar las tendencias” que dan al candidato de la patria Hugo Chávez, una ventaja de 20 puntos sobre Capriles Radonski, de cara a las elecciones del 7 de octubre. Así Oscar Schémel director de Hinterlaces afirmó en su habitual rueda de prensa, ante la pregunta de periodistas, que insistían si esa tendencia, podía ser cambiada.
En la madrugada del pasado sábado 25 de agosto, explotaron dos tanques que forman parte de la Refinería de Amuay, ubicados en el estado Falcón, y con ella la miseria humana de sectores de la oposición.
Pero ya nada nos sorprende de la mal llamada oposición.
Como fuego, corrió la matriz informativa de manos del principal canal de televisión, del otrora paro petrolero, que le costó 14 mil millones de dólares a la nación en el 2002.
Globovisión con sus “expecialistas” (de expertos y especialistas) en petróleo, pronto lanzó sin pruebas en mano, ni investigación alguna, la negligencia y la falta de mantenimiento como principales causas de la tragedia, mas tarde la inexperiencia de los trabajadores “rojitos” de PDVSA, que no tienen los títulos de la “meritocracia cuartarepublicana”.
No bastaban los expertos, las matrices informativas, y las declaraciones vía twitter, y de las cenizas resucitó la llamada Gente de Petróleo y su más acérrimo defensor José Toro Hardy, a decir que la explosión en una parte de la refinería de Amuay, fue consecuencia del despido de 20 mil trabajadores de PDVSA. Aquí está el meollo del asunto.
Los casi 100 mil trabajadores patriotas de PDVSA, de los cuales, una veintena dieron su vida el pasado 25 de agosto, son los mismos que recuperaron nuestra industria de la mayor destrucción que sufriera la primera empresa de Venezuela en la historia por motivos políticos.
Los “meritócratas” que casi borraron a PDVSA del mapa, por motivos políticos, para que “Chávez se fuera”, cuyas consecuencias trasciende lo material y que aun está en las psiquis de nuestro pueblo, se frotan las manos por el incidente, que duele, que nos duele y del que no permitiremos que saquen provecho.
Mientras tanto, el Comandante Chávez asumió, como siempre lo ha hecho, la tragedia, y entre el dolor, primero el compromiso con su pueblo, y mientras la explosión de la miseria sigue de manos de los opositores, el pueblo y Chávez, Chávez y su pueblo, una vez más trascenderán al más miserables de los sentimientos humanos: la indolencia.
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