Millones de iraníes se manifestaron este sábado para celebrar el 33 Aniversario de la Revolución Islámica, en medio de crecientes presiones externas y la afirmación del Gobierno de que no cederá a las amenazas de Occidente.
La festividad por la efeméride que marcó el derrocamiento del último Shah de Persia Mohamed Reza Pahlavi, en 1979, tuvo lugar en más de mil ciudades y poblados, y unas cinco mil aldeas de todo el país, según reseñaron la televisión y otros medios estatales.
Desde primeras horas de este sábado, cientos de miles de personas se concentraron en Teherán para marchar hacia la plaza Azadi (Libertad, en persa), donde el presidente Mahmud Ahmadineyad pronunció un discurso.
Ahmadineyad, que estuvo acompañado por el líder del Movimiento de Resistencia Islámica palestino Hamas, Ismail Haniyeh, defendió la soberanía de Irán y su programa energético de carácter nucelar, al tiempo que anunció la inauguración “muy pronto” de importantes proyectos.
Por su lado, el líder supremo de la Revolución Islámica, el ayatolah Alí Khamenei, subrayó que la unidad es “una necesidad primordial para todos los musulmanes”, y defendió la postura firme del país frente a Estados Unidos y sus aliados europeos.
Según las autoridades, más de 300 periodistas extranjeros y unos 1.500 iraníes cubrieron las ceremonias de celebración y movilizaciones por el suceso histórico que puso fin a la monarquía.
Tanto Ahmadineyad como Khamenei han destacado la figura del fundador de la revolución, el ya fallecido ayatolah Ruhola Khomeini, y su ejemplo inspirador para los movimientos populares que protagonizan revueltas en países árabes, denominadas aquí “Despertar Islámico”.
En vísperas de la efeméride, con la que culminan 10 días de conmemoraciones y exhibiciones de logros científicos y militares, el ministro de Relaciones Exteriores, Alí Akbar Salehi, ratificó que Irán “no se rendirá a las amenazas de Occidente”.
Durante una entrevista con el Canal Tres de la televisión local, el canciller insistió en que la República Islámica seguirá adelante con su programa nuclear pacífico y ha tomado “precauciones apropiadas para hacer frente a cualquier posible escenario”.
No obstante, agregó, Teherán continúa dispuesta a sostener negociaciones con las potencias occidentales aglutinadas en el llamado Grupo 5+1 (los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania), a las que recriminó “algunas ambigüedades”.
“Irán está tratando de responder a esas ambigüedades del G5+1. Ellos deben confiar en nosotros y nosotros tomaremos las medidas requeridas dentro del marco de nuestras salvaguardas nucleares”, puntualizó.
Salehi deploró las sanciones económicas de la Unión Europea y Estados Unidos, así como las amenazas de agresión de Israel, pero señaló que este país anunciará pronto “nuevos logros nucleares”, tal como adelantó Ahmadineyad en el discurso de la plaza Azadi.
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