Expresidente Álvaro Uribe
El ex presidente Álvaro Uribe salió este miércoles nuevamente a la palestra en un intento de salvar responsabilidades ante el caso del general Mauricio Santoyo y sus nexos con las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
El General retirado Santoyo, quien admitiera ante una corte de Estados Unidos su vinculación con las AUC (paramilitares) y declaró sobre los nexos del expresidente con el grupo armado irregular, se le descubrió su relación con la banda de sicarios la ‘Terraza’, el grupo delincuencial más temido en Medellín; también que trabajaba para la ‘Oficina de Envigado’ y se le presume tráfico de armas con destino a grupos paramilitares, la desaparición de dos defensores de Derechos Humanos y la interceptación ilegal de 1.808 líneas telefónicas, durante el tiempo que fue comandante del Gaula en Medellín.
A medida que avanzan las investigaciones se devela que el expresidente colombiano tenía conocimiento de las actividades de Santoyo, ya que ese era el nivel de las advertencias que Fiscalía y Procuraduría habían hecho tanto a la Policía como el Congreso y el gobierno de Álvaro Uribe, quiénes tenían de la hoja de vida de Mauricio Santoyo, antes de ser ascendido a general de la República, en el 2007.
Uribe es cuestionado por el Congreso de Colombia por la forma un tanto irregular cómo ascendió de rango el entonces coronel Santoyo, de lo que aludió que la policía tiene un mecanismo para escoger a los candidatos, que continúa en una junta de generales y posteriormente el Ministerio de Defensa los propone al Senado y, aunque en el Congreso hubo algunos votos negativos contra Santoyo, finalmente la votación extrañamente resultó positiva.
Por eso, dijo, “si el director de la Policía, general Oscar Naranjo, en ese momento, y el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, o yo como presidente, hubiéramos tenido una mala información sobre él, no lo habríamos ascendido a general… lo habríamos retirado de la fuerza y lo habríamos acusado”.
Sin embargo, Santoyo admitió ante la corte judicial estadounidense, haber aceptado sobornos de los paramilitares a cambio de informaciones confidenciales -incluidas las detenciones programadas por la Dirección Antidrogas Estadounidense-, que les permitieron a estas realizar actos terroristas y facilitar su actividad en el tráfico de estupefacientes.
En este mismo caso y ante la petición del mismo Uribe Vélez a la justicia de Estados Unidos para que lo investigue, el fiscal general, Eduardo Montealegre, aseguró que las posibles investigaciones judiciales de los hechos cometidos por el expresidente en Colombia son de competencia de las autoridades neogranadinas.
Tras recalcar que nunca intervino en el ascenso de Santoyo a general de la República, argumentó que solo conoció sus “malos pasos cuando la Policía le informó que un ex miembro de esa fuerza lo había acusado ante un juez de Estados Unidos.
Sin embargo, una vez al tanto de los hechos, Uribe esquivó siempre hablar sobre el tema, y en su momento aconsejó a su ex jefe de seguridad personal que sólo diera explicaciones a las autoridades estadounidenses.
Por su parte, el ex jefe de la Policía Nacional, Jorge Castro, aseguró hoy estar convencido de que Santoyo actuó con la complicidad de otros militares en su traspaso de información a las AUC.
Ninguno de esos antecedentes pesó para frenar a tiempo la carrera en la Policía del oficial, quien se acaba de declarar culpable ante un juez federal de Virginia (Estados Unidos) por colaborar con los paramilitares.
En los archivos de la Fiscalía aparece que en mayo del 2002, siendo coronel, el ente investigador llamó a indagatoria al exjefe de seguridad de Uribe, pero se salvó del proceso porque su caso precluyó.
Sin embargo, la Procuraduría continuó la investigación y terminó destituyéndolo un año después.
La investigación de la Procuraduría concluyó que entre 1997 y 2001, que el oficial ordenó cada mes la interceptación ilegal de al menos 12 líneas.
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