El triunfo más importante del 4-F “fueron las palabras de Chávez”
La insurgencia del 4 de febrero de 1992 rompió el espinazo del dominio de la vieja clase política, sostiene el comandante tachirense, quien ese día logró tomar el poder en el estado Zulia
Cuando Francisco Javier Arias Cárdenas logró, con sus tropas, controlar el poder en el estado Zulia en la madrugada del 4 de febrero de 1992, se cumplió una parte de la misión que se impusieron los militares rebeldes.
La insurrección fue un éxito en territorio zuliano debido a la planificación casi perfecta de Arias y un grupo de hombres, quienes durante 12 horas detuvieron al gobernador de la entidad, Oswaldo Álvarez Paz.
Arias considera que hizo su trabajo, pero todavía recuerda el momento cuando tuvo que deponer las armas y explicarles a sus dirigidos que, pese a haber cumplido los objetivos, debían rendirse.
“Fue muy duro explicarles que era el momento de pasar a un plano político, más allá de la instancia que estábamos viviendo. Hubiese sido peor si manteníamos la rebelión”, explicó Arias, en conversación con el Correo del Orinoco.
HUMANIDAD
Han pasado 20 años y Francisco Arias Cárdenas no ha cambiado su manera de ver las cosas. Concluye que la Revolución Bolivariana “nació en esa rebelión”, a pesar de que después sus líderes
fueron a la cárcel.
“En la Academia Militar nos fuimos encontrando varios compañeros con análisis parecidos en cuanto a las desigualdades e injusticias que sucedían en el país. Eso no fue casualidad”, agregó.
Francisco Arias Cárdenas, quien fue monaguillo en San Juan de Colón (su pueblo natal, en Táchira) antes de iniciar su carrera militar, se formó con una visión de igualdad, la misma que le sirvió
para tomar partido.
-¿Cómo era la Venezuela de 1992 en comparación con la Venezuela de ahora?
-Esa Venezuela venía de una confrontación abierta de calle (27 de febrero 1989), en la cual el pueblo salió con sus propios instrumentos y su físico para demostrar el descontento que había por la ruptura en el orden y el acuerdo social. La gente estaba sorprendida; quería transformaciones.
Ese espíritu rebelde, en el pueblo, no había muerto.
-¿Qué buscaba el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200?
-Quisimos integrarnos con esos conceptos de la mayoría del pueblo venezolano. Esa Venezuela era la de frustraciones y rebeldías escondidas. Tuvimosel ánimo que la gente nos daba para
seguir organizando y creciendo, y ampliar la organización.
-¿Qué es para usted el 4-F?
-Es la ruptura del espinazo del mecanismo de dominio de la vieja clase política, la cual había perdido la confianza de la gente y tampoco servía para los intereses de las élites. Esta clase política
no se cansó de hacer dinero, para luego pasar a otras funciones como ser banqueros, comerciantes, etc. Por ello, ya no servía para la gente ni para las altas esferas económicas.
-Si no servían, ¿qué los mantuvo tanto tiempo en el poder?
-Pienso que parte de la fuerza militar, pero allí es donde estuvo el cambio. La fuerza militar les demostró a ellos que no estaba dispuesta del todo a cumplir con su papel para protegerlos; por eso, empezamos a llamar a todos los estratos para que se sumaran a buscar una solución, mediante una constituyente.
-¿Cuál considera usted que pudo haber sido el éxito del 4-F?
-La sincronía que hubo entre los civiles que nos acompañaron y el resto de los militares. Eso fue increíble. Fue como una especie de amarre con los ideales del pueblo de Venezuela, con ese juicio crítico que ya la gente tenía.
-¿Cuántos militares eran ustedes?
-Es variable. Uno no sabe en qué punto exacto se dio la decisión de todos de juntarse, porque poco a poco se fueron integrando personas hasta que se armó todo, pero decirte que empezó a partir de un
momento, o con un número específico de personas, es muy complicado.
-¿Cuándo decidió comenzar ese camino de rebeldía?
-Desde que era seminarista comencé a ver muchas cosas, pero cuando llegué a la Escuela Militar empecé a ver, entre los amigos, muchas similitudes.
-¿Quiere decir que su etapa activa como revolucionario comenzó en la Escuela Militar?
-Allí pude ver que coincidían mis pensamientos con los de otros compañeros. Nos conseguimos con una visión crítica de las cosas.
NO ERAN “UNOS LOCOS”
-¿En qué momento pasaron de ser críticos a activistas de un movimiento revolucionario?
-Recuerdo que hace años el general Ramón Guillermo Santeliz me hablaba de algunos grupos en los cuales estaba Izarra Caldera. Luego, un compañero, David López Rivas, me comentó que Hugo Chávez, a quien yo ya conocía, estaba para establecer un grupo dispuesto a romper la estructura gubernamental que había en ese momento. Eso fue a inicios de los años 80, y poco a poco se fueron integrando más personas; por ello adquirimos un compromiso formal y empezamos a trabajar.
-¿De qué manera?
-Seleccionando muchachos, integrándolos, tomando decisiones, participando en un colectivo que fue creciendo. Se celebraron congresos; gente universitaria se nos fue acercando, hicimos reuniones en las cuales se juramentaron personas con listas más en la memoria que en el papel para evitar filtraciones, etc. Fíjate que cuando estuvimos presos en el Cuartel San Carlos descubrimos que éramos más de 200 oficiales
-¿Los oficiales eran de rangos mayores?
-Sí, pero lo mejor era que había oficiales bien preparados, que no eran “malandros”, ni robatropas, ni sinvergüenzas. Tenían liderazgo; la mayoría eran bien calificados en la propia academia.
-¿En qué piensa que influyó el intelecto de ustedes?
-En que los militares no podían demostrar que éramos unos locos. ¿Cómo podían ellos decir que los que ellos calificaban como excelentes eran unos locos? Por eso optaron por colocarnos otros calificativos, pero las razones principales no las pudieron ocultar.
-¿Cuáles fueron esas razones?
-La rebeldía, la entrega por el ideal colectivo, la utopía de que se puede crear un mundo más justo para todos y la creación de un país de igualdad, sin preponderancia del uno sobre el otro. Esas ideas son las que deben privar en estos días de celebración, porque son la base para una verdadera revolución.
-¿El gobierno de turno los menospreció?
-No solo ellos nos menospreciaron. También lo hizo la gente de izquierda. Había amigos que pensaban que el sector militar solo cumplía un rol, nada más, y resultó ser que en el sector habían funcionarios politizados y no fusileros.
-¿Por qué piensa que el Gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP) los menospreció?
-Ellos estaban nublados. No entendían, porque pensaban que tenían el control del generalato y de los militares, y resulta que había un generalato corrupto que no tenía sincronía con los de abajo. Nosotros nos indignábamos al ver como un General de División le colocaba soles a la amante del Presidente, para congraciarse con ella.
-¿Había otro tipo de comunicación entre los altos funcionarios militares res y las autoridades del Gobierno Nacional?
-Rómulo Betancourt decía: A los militares me los dejan, porque a ellos los arreglo con güisqui, mujeres y dinero.
Resulta que eso cambió con el tiempo, y ya no era verdad. Aunque algunos hayan tenido esos patrones, otros teníamos una forma distinta de pensar. La figura de Chávez lo demuestra claramente. A partir del 4-F hubo una ruptura en el esquema de dominio. Hablamos de que ese día significó el inicio de la Revolución Bolivariana porque una revolución solo se puede dar cuando hay oportunidad para que se construyan nuevas realidades. El pacto social en Venezuela se rompió el 4-F.
PALABRAS DE VICTORIA
-¿Qué recuerda de ese 4-F?
-Había mucha incertidumbre. El 3 de febrero en la mañana, afeitándome frente al espejo, me preguntaba qué sería de mí, de mis soldados, de mis oficiales. ¿Qué sería del país mañana? Era como si te fuses a encontrar con una mujer que amas. Pensaba: ¿Cómo nos recibirá el pueblo?
¿Cómo recibirá la gente nuestro mensaje?
Por eso el triunfo más importante de esa jornada fueron las palabras de Chávez.
-Usted y su tropa tomaron el poder en Zulia. ¿Considera que fue una jornada exitosa?
-Pienso que sí. Mantuvimos el secreto, nos desplazamos, tomamos el control, pero un control en un estado no es lo mismo que el del resto del país.
-¿Por que no pudieron cumplir con todos los objetivos?
-En ese momento a CAP le importaba más mantener el control en el país que tener un gobernador preso. Nosotros sabíamos que estábamos en un plano político y que pasaríamos a una segunda fase; por ello, al escuchar las palabras de Chávez, supimos que debíamos bajar la guardia.
-¿Cómo hizo para explicarles a sus compañeros que tenían que rendirse, luego de tener dominada la situación?
-Fue muy difícil. Se lo dije al teniente que tenía controlada la Base Aérea Rafael Urdaneta con 10 misiles antitanques. Él enseguida me replicó que veníamos a un combate y que lo estábamos ganando.
-¿Cómo lo convenció?
-Lo llamé aparte y le explique que esto pasaba a una segunda fase, que empezaría una serie de negociaciones para luego ir a Caracas a dar la cara. Le dije que vendrían nuevas oportunidades y que esto no terminaba acá. Los soldados entendieron. El teniente lo asimiló después de 12 horas de jornada.
-¿Fue lo mejor?
-Claro que sí. Las cosas se dieron como debieron ser. Si prolongábamos la toma del poder hubiese sido un suicidio, porque significaría muchas bajas con dos o tres días de combate que nos hubiesen reportado entre 300 o 400 muertos. No valía la pena, ya que entendimos que debíamos transitar el plano político.
T/ Alex Carmona
F/ Jean Carlos Ramos
Maracaibo
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